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Vivir con la incertidumbre

Dado el título, hoy no hablaré de impuestos. Ya se sabe que lo único cierto en la vida es la muerte y los impuestos. Que además subirán de la forma estúpida que criticaba ayer Jesús F.V. en su post. Hoy hablo de algo menos cierto. Hace años leí en un libro del teórico de decisión Gerd Gigerenzer, "Reckoning with Risk", que los servicios de salud no informan suficientemente de los costes derivados de los falsos positivos en una mamografía. Y, en consecuencia, es posible que se hagan demasiadas mamografías a mujeres de menos de cincuenta años. Un suplemento dominical ayer se hacía eco de un resumen de varios estudios publicado por un centro de investigación danés que insiste en este problema de falta de información a los pacientes sobre los costes y beneficios de las mamografías. Lo que más me preocupa del artículo periodístico es que no solamente no se informa bien a los pacientes sobre la prueba, sino el tono de la carta en la que se invita a la paciente a la misma. "Hemos comprobado que no acudió usted a nuestra cita anterior. Estamos seguros de que tuvo motivos importantes que le impidieron asistir a ella. En la seguridad de que por su propio interés atenderá esta invitación le saluda atentamente". Podrían hacer que el firmante se llamara Adolf, y así subrayarían suficientemente el propio interés del que hablan.

Cuando estaba mi mujer embarazada, los niveles de alfafetoproteína en la "triple screening" daban una probabilidad de 1/300 de síndrome de Down para mi hija. En alguna tabla, decidida no sé muy bien cómo, esto "dispara" una sugerencia de hacer una amniocentesis. Esta prueba a su vez, genera una probabilidad de aborto espontáneo de 1/100. De esto no me informaron, tuve que enterarme yo mismo. Y si la amniocentesis da un resultado malo, la única solución que te ofrecen es un aborto. Tampoco me explicaron esto. Para colmo, la proteína cuyos niveles eran anormales en mi mujer varían bastante con pocos días de diferencia en la gestación. De manera que si no sabes bien el comienzo de la gestación, la probabilidad de la que nos hablaron puede variar de manera notable. Así que decidimos no hacer la amniocentesis, ante miradas de incredulidad del médico, que nos hizo firmar media docena de papeles liberándolo de responsabilidad por nuestra locura.

Podría haber sido un médico mejorable, pero el resto de procedimientos me hace pensar lo contrario. O un caso aislado. Pero dada mi experiencia más de una vez he recomendado a familiares o amigos que recibían un resultado anómalo de la "triple screening" que la repitieran un par de días más tarde en otro lugar. La variación en los resultados me hace pensar que es una prueba poco fiable en general.

Tanto los resultados sistemáticos de mamografías como mis anécdotas de alfafetoproteína me hacen pensar que no estaría de más que los médicos y los servicios de salud informaran algo más a los pacientes sobre costes y beneficios en lugar de tomar tantas decisiones "por nuestro propio interés".