La otra tasa Tobin: un impuesto a los graduados

Lo he dicho en alguna ocasión, pero vale la pena repetirlo. La universidad tampoco es gratis. Dividiendo los costes entre el número de estudiantes, nos sale un coste claramente por encima de los 6000 euros al año. Las actividades de los profesores no son exclusivamente docentes, y la investigación básica requiere de una subvención. Asimismo la educación universitaria probablemente genera externalidades que es natural subvencionar. Aún así parece extraño que las tasas cubran solamente un 10% del coste. Hoy vamos analizar algunas posibles alternativas a la actual subvención sufragada con los ingresos generales del estado, siguiendo las discusiones de Oosterbeek y García-Peñalosa y Wälde.

Comencemos por aclarar una cosa. Además de las externalidades que hemos mencionado al comienzo, la subvención universitaria podría estar justificada por motivos de equidad, igual que la obligatoria. Pero la educación universitaria es diferente, no todas las personas gozan del subsidio. Esto implica que si la corriente descontada de rentas futuras del universitario medio es mayor que la del pagador de impuestos medio, el subsidio a los estudios universitarios, es una transferencia de rentas inversa, de los pobres a los ricos.

Esto no quiere decir que no existan razones para realizar la subvención de la parte docente. Además de las externalidades ya mencionadas, una muy importante es que los mercados de capital no son perfectos, y esto puede presentar un tipo de problemas de equidad distinto, que afectan al acceso a la educación. La universidad podría financiarse en principio con préstamos a los universitarios, a devolver cuando tuvieran suficientes ingresos. Pero los ingresos futuros dependen del esfuerzo del estudiante para conseguir rentas elevadas. Como el banco no puede comprobar que ese esfuerzo se realiza, una persona joven que no pueda ofrecer garantías reales, algo particularmente serio entre jóvenes de familias de rentas bajas, el préstamo puede no concederse o hacerse en condiciones que impiden el acceso a la educación de manera ineficiente a algunas personas. Otro problema es que dada la prima de riesgo que tiene que cobrar el banco por el crédito, algunos estudiantes, entre los que probablemente estén presentes de manera mayoritaria los que menos riesgos supongan, encontrarán la prima de riesgo muy elevada y buscarán otra forma de financiarse. Esto proceso de selección adversa y primas de riesgo elevadas como mínimo genera una inversión menor a la socialmente óptima.

Los tres sistemas más habituales alternativos a la subvención pagada por impuestos generales son: un sistema de préstamos puro, un sistemas de préstamos con devolución contingente a la renta y un impuesto a los graduados. El sistema de préstamos puro requiere que los estudiantes devuelvan la cantidad prestadas más los intereses en su totalidad, como si fuera una hipoteca, pero al estar normalmente garantizados por el Estado o concedidos por una institución pública, podría resolver algunos fallos de mercado mencionados con anterioridad. Normalmente el sistema de préstamos puro está complementado por una política de becas para los estudiantes de familias con rentas más bajas. El préstamo contingente solamente obliga a devolver el préstamo cuando la renta pasa de un umbral y computa los pagos como un porcentaje de la renta. La característica más importante de este sistema es que ningún estudiante paga más de lo que costó su educación más los intereses, lo cual supone que algunos de los costes de la educación no se sufragan por esta vía y requiere de los impuestos generales para sufragar las pérdidas del sistema. El impuesto a los graduados supone que los costes del sistema universitario se imputan solamente a los graduados universitarios y se cobran como una sobrecarga en los impuestos sobre la renta. La diferencia clave con el préstamo contingente es que no hay un déficit que cubrir con la imposición general.

El sistema de préstamos con becas parece interesante porque el préstamo garantizado resuelve el problema de la imperfección del mercado de crédito y la beca el problema de equidad con el estudiante de familia desfavorecida. Pero tiene el problema de que ese estudiante puede acabar teniendo rentas muy elevadas y su educación ha sido financiada por gente con rentas medias muy inferiores.

El sistema de préstamos contingentes y el de impuesto a los graduados se parecen mucho y presentan la ventaja fundamental de que los estudiantes que acaban ganando poco no tienen que pagar la educación, lo que supone un desincentivo menor a educarse para los individuos más aversos al riesgo, que son más frecuentes entre los estudiantes de origen socioeconómico más desfavorecido. Un inconveniente común es que al pagarse la devolución de manera proporcional a la renta de un período, suponen un desincentivo adicional a la oferta de trabajo. Y existe un tradeoff entre los dos. El impuesto a los graduados supone que los estudiantes exitosos pagan la prima de riesgo (el exceso de coste de los que tienen menos éxito en la vida) y por tanto reducen sus ingresos y por tanto el atractivo de educarse. El préstamo contingente no tiene este efecto de desincentivo a estudiar, pero el aseguramiento para los estudiantes fracasados económicamente lo pagan también los que decidieron no estudiar, con lo que hay un problema de subvención de los pobres a los ricos, eso sí, menor que cuando toda la subvención se paga vía impuestos generales.

Como cualquier mecanismo de seguro, éste puede generar un problema de riesgo moral, que hace que la gente no se esfuerce lo suficiente en obtener el título o escoger uno que presente una rentabilidad adecuada. Este problema aconseja que la subvención no sea completa para paliar el problema.

Una cuestión importante que escucho a menudo en este debate es si en la realidad los impuestos a los graduados pueden desanimar el acceso a la universidad a los estudiantes de familias desfavorecidas que vean el futuro impuesto como una carga amenazante. El caso de Australia es interesante para contestar esta pregunta. En 1989 se introdujeron tasas que cubrían el 23% de los costes de la universidad. Estas tasas se podían pagar con un descuento de inmediato o diferir el pago como una sobrecarga al impuesto sobre la renta que se empieza a pagar cuando se gana la renta imponible media y se carga un tipo de interés igual a la inflación. La sobrecarga es del 3%, 4% o 5% dependiendo el umbral de renta. Chapman estudió este sistema y encontró que la mayoría de los estudiantes preferían el pago diferido y que no parecía desanimar al estudio. Esto lo vio tanto en una encuesta realizada a estudiantes de bachillerato, que no lo consideraban una razón importante para no ir a la universidad, con independencia de su estatus socioeconómico, como en la variación de la tasas de matriculación, cuya tendencia positiva no cambió para ningún grupo social como consecuencia del impuesto.

Una curiosidad, que destaco en el título, es que Arrow (p. 25) atribuye la idea del impuesto a los graduados al físico Jerrold Zacharias y en una versión modificada (que no he podido encontrar) a James Tobin. Así que yo me apunto a esta tasa Tobin, por justicia y por eficiencia.

Hay 21 comentarios
  • Hoy al llegar a la facultad me encontré con un escrito de la Delegación de alumnos donde se muestra partidario de la huelga por los supuestos recortes en la educación superior. Dado que los alumnos no parecen darse cuenta que la subvención (tal y como se da en estos momentos en España) a los estudiantes es bastante regresiva pensé en mostrar los efectos que tiene una subvención sobre la demanda de un bien con el ejemplo de la educación superior en el curso introductorio de microeconomía.
    Esta subvención provoca un aumento de la demanda de ese bien que provoca que haya muchos alumnos que están en la universidad que no deberían estar por su esfuerzo. Muchos de esos alumnos terminan con un título que es el mismo al título de los alumnos que se esfuerzan pero no tienen renta suficiente como para pagarse masteres o estudios de idiomas.
    Este post ayuda a que se ponga sobre la mesa este importante debate.
    Otro tema que habría que revisar es la financiación/becas de algunos masteres. Especialmente si estos masteres son plenamente privados en el sentido que la formación recibida por los alumnos va encaminada a que esos estudiantes ganen más dinero en su puesto de trabajo.

  • De pronto, y sin pensarlo mucho, se me ocurre que es difícil justificar un impuesto especial que no proporcione ningún beneficio a los contribuyentes (se lo ofrece a la siguiente hornada de graduados, si no lo he entendido mal) a menos que se les dé algún poder de decisión sobre la educación que financian (quizá vía colegios profesionales). En cualquier caso, pienso que la imposición a un grupo tan específico puede crear incentivos perversos, en especial si se considera un escenario de bajada en los requerimientos académicos (es decir, un grupo relativamente pequeño de gente, quizá sin demasiada influencia, financia a un grupo creciente que formalmente tiene su misma formación). Por otra parte, dejar poder de decisión en manos de sociedades como colegios profesionales puede dar lugar a que se cierre el mercado académico. Sin saber del tema, creo que algo de esto se puede observar en la profesión médica en los EE.UU.

  • "El sistema de préstamos con becas parece interesante porque el préstamo garantizado resuelve el problema de la imperfección del mercado de crédito y la beca el problema de equidad con el estudiante de familia desfavorecida. Pero tiene el problema de que ese estudiante puede acabar teniendo rentas muy elevadas y su educación ha sido financiada por gente con rentas medias muy inferiores."

    No veo el problema. Primero, en España la diferencia de salarios entre universitarios y no universitarios es pequeña. Segundo, con un sistema tan progresivo como el nuestro, el universitario devolverá a la sociedad una parte importante de esa diferencia de rentas via impuestos. Tercero, si la educación universitaria genera externalidades positivas, la sociedad en su conjunto se beneficiará del esfuerzo del universitario, lo cual justifica permitir que el universitario se apropie de parte del valor de su educación vía mayores rentas.

    • Estoy de acuerdo que la progresividad fiscal corrige en parte el problema. Pero si no distinguimos entre graduados y no graduados, estaríamos discriminando a aquellos no graduados que han tenido éxito (disfrutan de rentas altas) y han financiado el éxito de otros sí graduados.

      • Tienes razón. Lo que no entiendo es que nos preocupe tanto en evitar que los que más estudian en la sociedad sean subsidiados por los demás, y sin embargo, no tengamos ningún problema en hacer inversiones públicas en infraestructura, como autovías o AVE, que sólo benefician a las empresas y particulares que las utilizan para su beneficio o utilidad privada.

        • Nos preocupa, entre otras cosas, porque es posible que el nivel de participación actual no sea el eficiente (http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0176268009000871). No son impuestos. Si los graduados pagan actualmente más impuestos es sólo porque sus rentas son más altas. Se trata de que los estudiantes contribuyan a la financiación de su educación, ya que son en muchos casos los principales beneficiados. En lugar de hacerles pagar hoy, se les retrasa el pago y se les asegura contra la eventualidad de una mal resultado de su inversión.

  • En relación a lo que plantea Antonio quizás debiéramos corregir obvios errores.

    1. Reducción del número de carreras a las realmente universitarias, reducción de Postgrados (buena parte es un negocio forzado que se basa en la degradación planificada del producto básico) y transferencia de la mayoría de "carreras" a lo que son: Formación profesional.

    2. Reconocimiento progresivo de costes reales y reducción de los mismos con tecnología disponible. El neto es posible que resulte en una contención fuerte del coste.

    3. Sistema de Becas con fuerte componente de Mérito y Rendimiento. No sólo medios económicos de la familia.

    Lo que está pasando es preludio de lo que viene.

    Hemos expandido las filas Post-Bachiller como nunca en la historia (Todd habla de más del 30% de la población en Francia, 2008) y los resultados son altamente cuestionables en casi todo occidente.

    Uno ha llegado a escuchar en una charla privada de cinco rectores de grandes universidades --públicos y privados-- que las facultades de periodismo sobraban todas.

    Hoy vivimos la vergüenza de tener en Donosti, con rango universitario, a los cocineros (algún día habría que exponer el inmenso timo de la nueva cocina).

    Tenemos facultades de informática hasta debajo de las piedras.

    ¿Para qué? Si no se produce ni un sólo micro-procesador, ni Software de Base de Datos, ni Sistema Operativo, ni utilidad genérica, ni lenguaje y casi ni aplicativos dignos de ese nombre.

    Excepto USA el resto de Occidente ha sido incapaz de tener criterios inteligentes de adopción de tecnologías e innovaciones electrónicas. Leer bien a Mokyr, como ayer hablábamos.

    ¿Es universitario el trabajo de comprensión superficial y mantenimiento somero, de simple sustitución de subconjuntos, de auxiliar? ¿Desde cuándo?

    Ya está aquí una tremenda reducción de igualdad de oportunidades para aquellos con escasos recursos pero más capaces intelectual y académicamente.
    Esto se va a estratificar a golpe de talonario a 100,000 euros el año de master en “public relations”.

    Una forma siniestra de destrozar una institución es destruir sus criterios de acceso y el mérito que comporta aceptarlos y superarlos. Y se ha hecho a conciencia.

  • Ummm, veo un problema.

    Lo que se quiere grabar es el conocimiento (que al emplearlo en una profesión genera unos rendimientos). El título solo acredita el conocimiento, por lo tanto el estudiante tendrá motivo para no cerrarlo (si se grava a los licenciados) y emplear sus conocimientos obteniendo las rentas sin pagar al fisco. Naturalmente ese problema no existirá donde ser requiere el título (médicos, ingenieros, maestros…) pero sí donde se valoran principalmente los conocimientos (ADE, Humanidades, comunicación…)
    El sistema de préstamos contingentes es en ese sentido mejor, pero genera un agravio entre los licenciados actuales y los que vendrán.

    • Ya Baks, pero en un proceso de selección una empresa acabará seleccionando al que puede acreditar sus conocimientos (aunque en realidad puede ser peor) que quien dice que los ha cursado pero no puede acreditarlo.

      El que no lo ha acreditado deberá demostrar mucho más en la entrevista que el que lo tiene acreditado para poder llegar a tener la opción de demostrar verdaderamente sus conocimientos durante el largo año de periodo de prueba...

  • Estoy en la linea de lo que comenta Javier: "...., con un sistema tan progresivo como el nuestro, el universitario devolverá a la sociedad una parte importante de esa diferencia de rentas via impuestos. "
    Respecto al tema del subsidio a los estudios universitarios y sobre si estos son una transferencia de rentas inversa de pobres a ricos, habría que tener en cuenta que el no ir a la Universidad no significa dejar de estudiar y por tanto ser objeto de una subvención. Así, e el nº de estudiantes de formación profesional es importante (superior al medio millón de personas) y el coste por alumno es similar al de la Universidad (ver http://www.eustat.es/elem/ele0004800/not0004899_c.pdf). Así mismo, repetir curso en la ESO también significa recibir una subvención mayor, que entre todos debemos pagar (ver: https://nadaesgratis.es/?p=8903). También tenemos las subvenciones a las enseñanzas de régimen especial (artes plásticas, música, danza, etc.) donde nuevamente el pago por matrícula es un porcentaje muy pequeño del coste de estas.
    Creo que en España el problema se centra más en la escasa selección para el acceso a la Universidad, y en que los estudiantes y sus familias no valoran o son conscientes del coste de la educación pública, universitaria o no. Pero esto es un problema que en España es extrapolable a la mayor parte de los servicios públicos, como por ejemplo la sanidad o el transporte.

  • Creo que tampoco se ha comentado la utilidad como método de escala social de la educación universitaria. Si el coste no estuviera subvencionado, casi nadie de clase media podría sufragarse estudios universitarios, con lo que estarían condenados socialmente a trabajos que podrían odiar. La "maldición de la clase media" es como llamo a los efectos de dar becas exclusivamente por razones económicas (como ocurre en España) que en sociedades no muy ricas como la nuestra supone que a partir de unos ingresos (bastante reducidos, como se puede demostrar con el BOE) es imposible conseguir beneficios sociales (becas, por ejemplo).
    Con estos métodos, las clases medias tendrían que hacer sacrificios extraordinarios para dar a sus hijos estudios universitarios, independientemente de su inteligencia, capacidad de estudio, etc. Y los que pudieran hacerlo, seguro que tendrían que complementarlos con trabajos, con lo que su rendimiento académico bajaría.

  • Ya existe una tasa para los estudiantes con "más exito" (Medido como mayor salario)
    Es la tasa más democrática y redistributiva.

    Se llama IRPF.!!!!!!! A más salario, YA SE PAGAN MÁS IMPUESTOS. Siempre, toda la vida.

    ¡¡Y Así debe ser!!

    El déficit fiscal español no es por lo que pagamos los asalariados, universitarios o no, que es similar al de los países con los que nos gusta compararnos.
    EL DEFICIT FISCAL ESPAÑOL VIENE DE LOQUE PAGAN LAS EMPRESAS:

    ¡¡Que quiten las desgravaciones del impuesto de sociedades, gracias al cual nuestras empresas son de las que menos pagan pese a que los tipos teóricos sean homologables con los de la europa que mola.

    • Javier

      Lo que dices no es cierto.

      Mira el informe de Eurostat (la agencia estadistica de la union):

      http://ec.europa.eu/taxation_customs/taxation/gen_info/economic_analysis/tax_structures/index_en.htm

      Comparemos España con Suecia en 2009:
      Impuestos sobre el consumo (IVA+especiales): España 7.2% del PIB, Suecia 13.3% del PIB.
      Impuestos sobre el trabajo (IRPF del trabajo+cotizaciones a la seguridad social): España 16.7% del PIB, Suecia 27.4% del PIB.
      Impuestos sobre el capital (Sociedades, ganancias de capital, etc): España 7.4% del PIB, Suecia 6.1% del PIB.

      Suecia recauda mucho mas, si, pero porque tiene un IVA muchisimo mas alto que el nuestro y un IRPF sobre el salario mucho mas alto. Suecia recauda menos del capital. Mas en concreto, Suecia (ajustado por el ciclo, ellos estan en expansion en 2012 y nosotros en recesion) tiene un tratamiento fiscal de los beneficios de las empresas mejor que en España y por ello recauda menos (de nuevo ajustado por el ciclo) que nosotros en impuesto de sociedades como porcentaje del PIB.

      En España lo de mirar los datos no nos gusta mucho, pero es clave antes de ponerse a lanzar esloganes.

      Pd añadida: podria tambien hablar de tipos medios implicitos (la participacion del capital en Suecia sobre el PIB medida por contabilidad nacional es menor) pero se me alargaria el comentario porque hay que explicar los efectos del ciclo sobre los mismos en mas detalle. En todo caso, la respuesta es basicamente la misma: las diferencias en imposicion entre Europa y España vienen fundamentalmente de IRPF a trabajores y del IVA.

  • Las tasas cubren un 10% del coste? de qué coste? De la universidad en general, o sólo de la docencia? Cómo se calcula el coste? Lo digo porque la mayor parte de mi tiempo, material y peticiones al personal administrativo tienen que ver con la investigación, y los fondos específicos (proyectos I+D) sólo cubren una pequeña parte del coste asociado a la tarea investigadora.

    Se puede argumentar que el estudiante se beneficia de mi trabajo investigador puesto que repercute sobre la calidad docente, y probablemente sea cierto. Pero el efecto es muy indirecto y, en cualquier caso, no parece razonable argumentar que los estudiantes universitarios deben financiar la investigación básica. Por lo tanto, antes de ponernos a discutir sobre estas cosas, convendría asegurarnos de que tenemos una estimación ajustada del % del coste que cubre el estudiante.

    • En mi universidad el rectorado ha sacado una reglamentación estipulando que salvo excepciones, el profesorado deberá dedicar un 50% de su tiempo a investigación.
      Teniendo en cuenta que mi trabajo es la gestión de investigación ardo en deseos de que saquen una segunda parte a ese documento diciendo que en consecuencia, sólo recibirán la mitad del sueldo que corresponde a la docencia y que la otra mitad se la deben buscar encontrando financiación para la investigación 😉

  • Como siempre, muy interesante, Antonio

    ¿Existe algún estudio sobre la distribución de la renta de los padres de los estudiantes universitarios?

  • Cuando estuve en EEUU me sorprendió ver la cantidad de gente obesa que había en contraposición con la cantidad y variedad de frutas y verduras que podías adquirir en los supermercados. Esto me llevó a pensar que la diferencia entre quienes cuidan su dieta y quienes no lo hacen no es una cuestión cultural ni de infraestructuras -por la dificultad que pueda entrañar dotar de productos frescos a grandes ciudades- sino una cuestión de tiempo. Cocinar requiere tiempo y quienes tienen que pluriemplearse para hacer frente a los gastos diarios más los seguros médicos, planes de pensiones y todas esas zarandajas no lo tienen. La alternativa para ellos es la comida basura.

    Algo parecido está empezando a pasar aquí, en España. Las largas jornadas laborales a los que se añaden los desplazamientos desde las nuevas ciudades dormitorios a los centros de trabajo han creado una nueva clase social que no tiene tiempo. Son propietarios de pisos, coches y cinesmascop, y consumidores de comida rápida. Pero lo más importante, no tienen tiempo para educar a sus hijos.

    Sabemos que el hecho de que un niño vaya bien en sus estudios se debe a dos razones: capacidad y esfuerzo. La capacidad tiene un componente genético, pero el esfuerzo que esté dispuesto a hacer depende en gran parte de su familia. Una familia que no tiene tiempo ¿Cómo se va a compensar eso con un plan de préstamos o becas? ¿no perderemos grandes capacidades por un sistema social y educativo mal establecido? No todo es cuestión de dinero. La igualdad de oportunidades ha de pasar por una auténtica conciliación de la vida laboral y familiar y así, a bote pronto, ni la reforma laboral ni los planes de urbanismo prevéen esa posibilidad.

    Así las cosas, hacer pagar a los estudiantes por sus estudios me parece empezar la casa por el tejado.

  • La educacion universitaria tiene 3 beneficios lógicos: uno individual y dos que afectan positivamente al conjunto de la sociedad. El individual es elevar la probabilidad de que las rentas futuras del estudiante sean mayores que si no hubiese estudiado. Los colectivos son el aumento de la probabilidad de elevacion de la renta futura del conjunto del pais con los beneficios que ello conlleva para todos sus habitantes (podríamos tratarlo como cualquier otra inversión que consiga beneficio colectivo: infraestructuras, etc.), y el alcance de una justicia social al igualar las oportunidades futuras de los hijos de las familias menos pudientes (una sociedad justa es una externalidad positiva si consideramos que, como nadie puede elegir donde nace sino que es puramente aleatorio, a nadie nos gustaría partir en inferioridad de condiciones por haber nacido en una familia de renta inferior).
    Para que la asunción de los costes sea justa cada individuo debería hacerse cargo de la parte de la que se beneficia, es decir el estudiante del primer punto y el conjunto de la sociedad de los otros dos.
    Actualmente en España esto no es así salvo que se se presuponga que los estudiantes tedrán mayor renta y la propia progresividad del sistema fiscal haga que paguen más (lo que comentaba Javier anteriormente). Sin embargo aun así estaríamos "perjudicando" a aquellas personas que han tenido éxito sin hacer una carrera (no graduados con rentas altas) y que han financiado el éxito de otros.
    En mi opinión, para que los beneficiarios individuales financien su parte, creo que el impuesto a graduados con una tasa extra segun se ascienda de tramo IRPF mejoraría lo actual.
    En cuanto a cómo financiar la otra parte, la que financiaría toda la sociedad, yo propondría distinguir entre los dos beneficios que he comentado anteriormente: el aumento global de renta futura y la justicia social.
    Para lograr el primero interesaría incentivar a los mas aptos para que estudiaran, lo cual se podría hacer con unas becas sustanciosas a repartir entre el grupo con percentil más alto.
    El segundo con unas becas que busquen la igualdad con requisitos mucho más bajos (40 o 50% de la media).
    Creo que es importante separar ambos tipos ya que persiguen objetivos totalmente distintos.

  • 1. "La universidad tampoco es gratis" 2. "los mercados de capital no son perfectos" 3. "si la corriente descontada de rentas futuras del universitario medio es mayor que la del pagador de impuestos medio, el subsidio a los estudios universitarios, es una transferencia de rentas inversa, de los pobres a los ricos." 4. "Esto proceso de selección adversa y primas de riesgo elevadas como mínimo genera una inversión menor a la socialmente óptima"

    1. Evidentemente la universidad la pagan los contribuyentes (entre los cuales no figuran los ricos y sus empresas)
    2. Los mercados de capital -especulativo- evidentemente no son perfectos.
    3. No creo que el actual sistema universitario implique una transferencia significativa de rentas inversas (como advierte Javier aunque no estaría de acuerdo con él sobre la supuesta progresividad fiscal en España). La reforma laboral desde luego que sí.
    4. Dudo que los bancos tengan en cuenta las inversiones socialmente óptimas.

  • Todo el artículo está basado en esta argumentación " Esto implica que si la corriente descontada de rentas futuras del universitario medio es mayor que la del pagador de impuestos medio, el subsidio a los estudios universitarios, es una transferencia de rentas inversa, de los pobres a los ricos."

    Te olvidas de una cuestión importante, la movilidad social. Los pobres están muy contentos de pagar la educación a alguien que en el futuro gane más que ellos, si sus hijos tienen las mismas oportunidades de "ser ricos". Así que, aunque esos sistemas no están mal, casi prefiero que se pague 100% vía impuestos, al menos para los que tengan padres con rentas bajas.

    Y si tal y como dicen los economistas del FMI

    http://www.imf.org/external/pubs/ft/sdn/2011/sdn1108.pdf

    hay que reducir la desigualdad para mantener el crecimiento y una de las formas es la inversión pública en educación ¿donde está el problema?

  • Conozco el programa de préstamos de excelencia (suvencionados) que concede la alumni de una universidad, en combinación con la propia corporación universitaria, un entidad financiara y su obra social.
    La universidad se encarga de 1º certificar la excelencia (previa) del candidato y los resultados que el ya prestario obtiene; 2º apoyar académicamente al prestatario mediante un tutor con experiencia en este área.
    La alumni se ocupa de difundir el programa, valorar la situación económica del candidato, su perfil, su corto cv por lo que se refiere a aptitudes y actitudes, etc. Colaboran gratuitamente en este proceso antiguos becarios (con experiencia en este área) que dedican alrededor de cuatro horas cada uno y, el total del equipo, casi ocho horas a cada candidato (si es nuevo) y entre dos y cuatro si se trata de una renovación.
    Cuantía del préstamo: coste real y, en su caso, 50% del alojamiento.
    Plazo de devolución y anualidad: parecida a los préstamos másters del MEC.
    Subvención - Estímulo -Reconocimiento del mérito: en cada curso (no al final) la "obra social" de la entidad financiera y la alumni corren con este ítem: por ejemplo, si el alumno aprueba "todo" (por grados, un mínimo de ECT's): con los intereses; si además obtiene unas notas "notables" el 25% del principal; si "sobresalientes " el 50%, si "excelentes" el 75%.
    La devolución, como se ha anticipado, se limita al 10% de los ingresos brutos. A los 15 años se da por cancelado.
    La alumni y una fundación de forma parte de la "obra social" de la entidad financiera asumen el riesgo de impago (después de unos 20 años, no se ha producido ningún impago; si bien se ha condonado alguno por fallecimiento o por dedicación a tareas nonprofit de alto valor social). Varios aluni/ae mantienen contacto frecuente con los beneficiarios.
    Resultado académico: excelente. Influjo en el entorno (alumnos / profesores) excelente.
    Resultado económico: la alumni percibe más ayudas, de tal modo que cada año incrementa un poco la oferta.
    Resultado en la vida "adulta-profesional": excelente.
    El programa es compatible con los programas de becas que miden fundamentalmente la necesidad económica. Incluso, les ayuda a gestionar esas becas.

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