Uno de los sectores más afectados por los recortes presupuestarios aprobados por los pelos el pasado miércoles es el farmacéutico. Previsiblemente, el gobierno ha predicho unos ahorros que me parecen sospechosamente elevados y la industria ha pronosticado el finiquito de esa industria en nuestro país y del I+D nacional relacionado. Hoy quiero dedicar un rato a examinar estas afirmaciones, tanto por su importancia intrínseca como por las implicaciones para otras industrias muy intervenidas.
El decreto ley prescribe que se rebajen los precios de los productos farmacéuticos un 7,5%, excluyendo aquellos que están afectados por el sistema de precios de referencia (y por tanto son más baratos). Adicionalmente se plantean unos controles en las presentaciones y dosificaciones de los productos, para que ahora la prescripción se ajusten a las necesidades del paciente y no a los envases disponibles.
El Sistema Nacional de Salud gasta del orden de 15.000 millones de euros al año en productos farmacéuticos, de acuerdo con las cifras del Ministerio, y los ahorros, también según el ministerio, serán de 1050 millones por el recorte de precios y otros 250 por las reglas sobre dosificación. No nos dicen cómo se ha calculado el ahorro, pero 1050 es el 7,5% de 14000 millones y dado que los medicamentos sujetos a precios de referencia están excluidos, no me sorprendería que hayan hecho el supuesto heroico de que el ahorro será un 7,5% del gasto cubierto.
Me parece un ahorro improbable. Para que se diera ese resultado tendrían que controlar además del precio la cantidad y, sobre todo, la sustitución entre distintos productos. Esto tampoco es fácil de hacer con los funcionarios, pero con los medicamentos es casi imposible. Jaume Puig muestra (aquí) que España gasta más en medicamentos (en proporción a su renta) que muchos países más ricos. España tiene además el tercer porcentaje más elevado de gasto farmacéutico sobre gasto sanitario entres los países de la Unión Europea (por detrás solamente de Portugal y Grecia). Y esto a pesar de que los medicamentos son más baratos en España. Como dice Puig: “El hecho de que los precios sean inferiores en España indica que el elevado gasto farmacéutico tiene su origen en la intensidad del empleo de los medicamentos”. Por este motivo resulta ingenuo, por no decir algo peor, suponer que este nuevo control de precios se va a trasladar a los gastos.
Es verdad que el decreto incluye una medida sobre dosificación que ayudará en parte a controlar el gasto, pero ya han presupuestado una reducción adicional de 250 millones por esta vía. Pero además me parece que la cantidad no debe ser el problema más grave. España adopta los productos nuevos, generalmente mucho más caros, a una velocidad que casi no superan ni los norteamericanos. Si al menos estos medicamentos fueran mucho más efectivos, estaríamos consiguiendo algo por el dinero que pagamos. Pero no parece que sea así.
Y, sea cual sea el ahorro (si lo hay) la medida no soluciona ningún problema estructural de largo plazo, que como sugieren las estadísticas que les he descrito, son muy serios. Todo lo que permiten es ganar algo de tiempo, que debería emplearse bien. Las reformas deberían usar dos instrumentos básicos. El más importante, para mí, es no mirar solamente al coste del fármaco sino también al beneficio. Mi hipótesis para explicar la situación española es que la estrategia de los laboratorios cuando se enfrentan a una regulación de precios, o a la competencia de un genérico, es “inventar” un nuevo producto, a menudo de escaso valor terapéutico y lo promocionan intensamente ante los médicos como la nueva maravilla de la ciencia. Dado que los médicos tampoco ganan ni pierden nada con ello, con tal de que el medicamento no sea dañino, si es marginalmente más efectivo lo recetan. La factura de este sistema disfuncional es la que les he enseñado antes. Por tanto, necesitamos más análisis coste-efectividad de los medicamentos, y mejores incentivos, especialmente para los prescriptores, aunque algo más de copago por parte de los ciudadanos (el copago efectivo en España lleva décadas cayendo) podría poner algo de disciplina también en el sistema.
La industria, como es natural, se ha tomado el decreto como un robo a mano armada.
Alguna afirmación del presidente de su patronal es interesante, porque revela que los mecanismos que propongo en los párrafos anteriores son probablemente correctos: “Acebillo también ha planteado la posibilidad de no reducir los precios a los medicamentos innovadores que aún no han recuperado su inversión en I+D”. Otra muy buena es: “los precios en Europa están todos referenciados y esta nueva bajada afectará a todos los países en cascada”. Los precios de referencia son una herramienta de política farmacéutica interesante. Consisten en imponer que los precios de un medicamento no puedan ser más altos en un país (o para un producto) que los de otros países parecidos (u otros productos sustitutivos cercanos). Esto, que en principio parece razonable, puede resultar una herramienta de colusión o de negociación peligrosa (para una prueba más formal ver en un artículo mío con Sergi Jiménez) como demuestran las declaraciones de Acebillo.
Otra afirmación interesante es: “la Industria Farmacéutica en España perderá más del 10% este año y dejará de invertir en torno a 300 millones de Euros en I+D” en España. Ya dediqué un artículo en La Vanguardia hace unos años a explicar que si una regulación de precios hace caer la inversión en España, la única explicación es que los precios estaban artificialmente inflados justamente para “comprar” la inversión. Y en ese caso, mejor bajar los precios y hacer la inversión de manera transparente. El argumento es sencillo, la industria farmacéutica es completamente global. Una vez se produce la patente, se puede fabricar donde sea, y se puede enviar para su consumo a cualquier sitio a un coste bajísimo. Por tanto, en ausencia de interferencias, la investigación y la producción se harán donde estén los mejores laboratorios y los científicos más capaces, no donde los precios sean más elevados. Esto quiere decir que si se invertía en España antes, y no se va a hacer ahora, solamente puede ser porque el precio más elevado fue la condición para la inversión. Esto no puede estar escrito, claro, porque constituiría una ayuda a la industria que la comisión europea habría rechazado. Así que si dejan de invertir me alegraré mucho. Como decía en La Vanguardia “Con la diferencia se podrá comprar otro tipo (seguramente mejor) de I+D, o una subida de sueldo a nuestros buenos investigadores para que no se vayan a hacer I+D a un laboratorio de Boston.” Tristemente, hoy ni siquiera puedo decir lo del aumento de sueldo, con un mantenimiento me conformaría.
Hay 9 comentarios
Hay medicamentos cuya efectividad es sólo ligeramente superior que el placebo. Y, sin embargo, pasan los controles y llegan a los anaqueles de las estanterías. Un caso célebre es el del archiconocido Prozac.
Es normal que en la sanidad pública se estudie la relación coste/beneficios, pues los recursos no son infinitos. La cantinela de que ello dificultaría la investigación de las farmacéuticas suena ya a vieja letanía (cualquier sector podría argüir de la misma forma).
En cuanto al mayor uso de los medicamentos respecto de España, creo que está relacionado con:
a) el escaso tiempo que dedican los médicos de atención primaria a cada paciente. El médico tiene 5 minutos para dar un diagnóstico y expedir una receta. Si el paciente no sale con una receta de la consulta no se va a su casa tranquilo. El médico, sin atender a la etiología, le receta algo que sabe que funciona (las cortisonas, que sirven para todo y muchas veces es matar moscas a cañonazos), sin preocuparse de las consecuencias a largo plazo. La vía sencilla.
b) la falta de un estilo de vida saludable, activo, especialmente entre los viejos. En Europa es sorprendente ver a ancianos corriendo o subidos en la bici de carreras. Aquí es el tute y la mujer en casa viendo la tele. La salud de nuestros viejos (son viejos, dejémonos de eufemismos) es peor que los de nuestros vecinos y, por ello, su cuidado es más caro.
Por otro lado, globalmente, la industria farmacéutica gasta más en marketing y comercialización que en I+D.Además, obtiene, de media unos beneficios entre 5 y 10 veces superiores a los de otras industrias más competitivas (17% de beneficios sobre ingresos).
En algún lugar he leído que las 10 compañias farmacéuticas de la lista Fortune 500 suman más beneficios que las restantes 490. Me parece exajerado, pero no debe ser difícil de comprobar.
Si con estos beneficios monopolísticos no consiguen financiar el I+D (que, por otro lado, esta fortísimamente subvencionado por fondos públicos, no solamente al inicio del "pipe") pues tal vez no están haciendo las cosas bien y no merecen ni las subvenciones ni los ingresos monopolísticos propiciados por la protección de la IP.
En definitiva, menos lobos caperucita.
En línea con el comentario de Enric, el debate Big Pharma, Bad Medicine del Boston Review-New Democracy Forum abunda en esta idea: pese a la insistencia de las interesadas, no parece que la investigación sea el fuerte de las farmacéuticas así que el argumento se cae por su propio peso. Me recuerda un poco a los argumentos un tanto traidos por los pelos sobre el asunto de la propiedad intelectual en países en vías de desarrollo o contra el fomento de los genéricos. Supongo que decir estar cosas es su trabajo, pero el nuestro es no creérnoslo.
El gasto de medicamentos en España supera con mucho la media de la UE, cuando en gasto médico y salarios estamos en la cola.
Si Alemania, Francia, el Benelux... pueden tener una industria farmacéutica como tienen e invertir en I+D con menos gasto, cómo es que la nuestra no puede.
¿No será que el coeficiente de sus directivos es lo que es y no dan más de sí?
¿Por qué tenemos que pagar su incompetencia?
Para ahorrar en medicamentos no hacen falta decretos sino buena administración y concienciar a los médicos. Los enfermos crónicos tiran toneladas de medicamentos carísimos a la basura porque se los recetan automáticamente, sin calcular su consumo ni anular de la base de datos los que ya no se les prescribe.
En el asunto del I+D me sorprende la desfachatez de los laboratorios. Reciben ayudas que muchas veces superan el gasto en investigación, se dedican a matar ratones para demostrar dicho gasto y se nutren de licenciados y estudiantes en prácticas para crear los mismos productos con distintos excipientes y nombres.
Antonio,
Este trabajo de mi Beatriz Domínguez, Juanjo Ganuza y mi colega Gerard Llobet describe los motivos por los cuales las farmacéuticas dirigen su I+D hacia pequeñas mejoras de sus fármacos ya existentes en vez de innovar más profundamente:
http://www.econ.upf.edu/docs/papers/downloads/936.pdf
Y si se revisara bien lo que se contabiliza como I+D en las cuentas de resultados de estas compañías creo que incrementaría notablemente el ratio: gasto en marketing / gasto en I+D...........siempre dije que era el primer sitio a recortar. Lo de los precios de tranferencia en estas compañías es infame.......
Y sin embargo Mendiño no tienes en cuenta que la esperanza de vida en España es la mas alta de Europa y de las mayores del mundo. ¿Cómo se explica que nuestros viejos con su mala salud vivan mas que los mayores holandeses? ¿Acaso bajan la media los que mueren en accidentes de bicicleta? Siempre la cantinela de que si en España es que somos los peores, que si esto no pasaría en Alemania, que si tal pascual. España necesita un psicologo.
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El causante del gasto farmacéutico no es de la industria sino el exceso y facilidad de oferta que aumenta excesivamente la frecuentación médica. Los médico y su bolígrafo somos una parte más importante de lo que se cree del problema. ( de ello se habla poco).
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