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¿Cómo hacer que los padres se impliquen en la escuela?

El mes pasado les avanzaba alguna evidencia del efecto de los padres en la educación de sus hijos con su intervención activa, más allá de proporcionar un entorno afectivo, material y de incentivos más o menos potente. Hoy les explico algunas intervenciones que se han propuesto recientemente en la literatura en esa dirección.

El primero es un artículo de Barrera Osorio y coautores y describe dos ensayos aleatorios realizados por el gobierno de México relacionados con el programa “ Apoyo a la Gestión Escolar (AGE)”. Los ensayos aleatorios se realizaron en cuatro estados (Chiapas, Guerrero, Puebla and Yucatán) con una población indígena importante, que ha sufrido una discriminación histórica.

Una de las intervenciones proporciona financiación a las asociaciones de madres y padres de alumnos (AMPAs). La beca estándar es de entre 500 y 700 dólares anuales en función del tamaño de la escuela y se puede utilizar para infraestructuras, material o actividades. No se puede usar para salarios a los directores o profesores. El tratamiento dobla esta beca hasta una cantidad entre 1000 y 1400 dólares. Esto cubre aproximadamente el 83% de los costes “extra” que tienen que aportar los padres a la educación más allá de lo que aporta el estado. El experimento se realizó en aproximadamente 250 escuelas. Los datos se recogen en 2007 para la línea de base y en 2008, 2009, y 2010 para ver los resultados

La otra intervención proporciona información a los padres sobre cómo implicarse más en la escuela y cómo ayudar a los hijos en la misma. Se trata de cinco sesiones conducidas por un asesor comunitario que facilita la discusión que es la parte fundamental de la intervención. La primera sesión introduce el programa AGE, y explica la importancia de la implicación parental. La segunda explica a los padres cómo implicarse en la escuela y ayudar en la toma de decisiones. La tercera informa sobre recursos de educación y salud en su comunidad. La cuarta explica los hitos en el desarrollo de los niños y adolescentes e introduce actividades adaptadas a la edad para apoyar el aprendizaje. La quinta anima a los padres a crear un plan de acción sobre cómo aportar a la educación de sus hijos. Esta intervención se realizó en aproximadamente 180 escuelas. Los datos para la línea de base son de 2009 y para los resultados en 2010.

Los investigadores contaron con datos de exámenes estandarizados de los participantes en el experimento, así como de cuestionarios de estudiantes (de tercero a quinto de primaria), padres y profesores. En el primer experimento, la partida de gastos más grande fue la relacionada con material escolar (libros, pizarras, material para escribir, 38 en el año tres) y material sanitario (de primeros auxilios, 16% en el año 3). Las reparaciones y mejoras de infraestructuras fueron ganando importancia en el tiempo, pasando del 35% en el año 1 al 44% en el año 3. El tratamiento informativo no se realizó en ninguna escuela del grupo de control y entre el 90 y 95% del grupo de tratamiento.

En términos de resultados, comenzamos por la implicación parental. Para el primer tratamiento, no parece que hubiera un impacto significativo en la implicación en actividades escolares, o en reuniones con los profesores. En cambio, hubo un aumento en la participación en los órganos de decisión escolares de alrededor de un 18%. Pero ese efecto desaparece en los años siguientes. En cambio, la intervención informativa aumentó la participación en actividades en un 16,9%. Este aumento se produjo fundamentalmente entre padres que ya eran miembros de la asociación porque no cambió el número de miembros de estas.

Seguimos viendo resultados con el comportamiento de los padres en casa. Para el primer experimento, no se observan cambios. Ni en el conocimiento de las tareas escolares, ni en la ayuda con sus tareas. Tampoco los maestros cambian, ni en términos de sus ausencias de clase, ni en centrar la educación más en los alumnos. Para el experimento de información, sí que hay cambios significativos. Los padres tienen 5,7% más de probabilidades de estar al tanto de las tareas y 8,8% más de probabilidad de ayudar con las tareas de sus hijos. Es decir, esta información no solo aumentó la participación dentro de las escuelas, sino que también mejoró el comportamiento de los padres fuera de las escuelas. Una observación importante es que estos efectos fueron mucho más potentes en los padres indígenas. Por ejemplo el porcentaje de estos que ayuda con las tareas sube el 20,5% al 31,9% lo que representa un aumento del 50%.

Finalmente llegamos a los resultados escolares propiamente dichos. Para el primer experimento, de manera quizá no sorprendente vistos los anteriores resultados, no se encuentra ninguna diferencia en resultados escolares de ningún tipo. Para la intervención informativa, se observa una disminución de 1,2% en el abandono escolar y una disminución del 6% en las acciones disciplinarias. Sin embargo, no parece haber diferencias en las notas escolares. Aunque los autores son ligeramente negativos sobre esta falta de impacto en las notas, no me parece que los resultados sobre los estudiantes sean malos, en absoluto. Sabemos por la literatura sobre intervenciones escolares tempranas, que a veces una intervención que afecta a las habilidades no cognitivas no tienen efectos inmediatos en las notas, pero tienen un impacto brutal en la probabilidad de graduarse, tener un buen trabajo y una vida plena. Los resultados aquí apuntan en esa dirección también. Fíjense que aquellos resultados del Perry Preschool y Abecedarian justamente reducían el abandono, y que un mecanismo era el mejor comportamiento de los escolares, como se observa aquí también.

Para acabar los autores se fijan en el impacto de las intervenciones en la confianza en los profesores. Aquí observan una mejora importante de la segunda intervención en esa confianza, lo que probablemente es el mecanismo para la mejora de la implicación en casa.

Aunque los resultados en sí no son espectaculares, tampoco son intervenciones muy caras. Así que yo soy optimista. Podemos hacer cosas de bajo coste que convencen a algunos padres de mejorar su atención a la educación. Sigamos investigando, esto es muy importante.