Ayer presentamos a la prensa un documento titulado “Diez principios fundamentales para lograr una reforma laboral eficaz y justa”, promovido por Fedea y elaborado por 14 economistas académicos, los promotores de dos documentos previos sobre reforma laboral, la “Propuesta para la reactivación laboral en España” (firmado por cien economistas académicos) de abril de 2009 y las “Nueve propuestas para la reforma de la negociación colectiva en España”, de marzo de 2011.
El documento enuncia un conjunto de principios para abordar el principal problema al que se enfrenta hoy la sociedad española, el paro. Defiende que la reforma laboral debe ocupar un lugar prioritario en la agenda del nuevo Gobierno, orientándose a suprimir toda rémora a la creación de empleo, fomentar el crecimiento de la productividad de los trabajadores y mejorar la competitividad de las empresas.
Como hemos discutido a menudo en este blog (por ejemplo aquí), pensamos que la actual configuración institucional del mercado de trabajo español contribuye significativamente a nuestra altísima tasa de paro, perjudicando la competitividad de las empresas y generando a la vez una enorme desigualdad en las condiciones laborales entre los trabajadores. El mercado de trabajo es tan disfuncional que una reforma laboral sensata puede lograr simultáneamente incrementar su eficiencia y reducir la desigualdad entre los trabajadores.
El documento no es muy largo, así que me gustaría invitar a los lectores de NeG a leerlo. Los que quieran explicaciones más detalladas de las razones que sustentan las propuestas pueden encontrarlas en los dos documentos originales, en el libro Nada es gratis y en muchas entradas de este blog (por ejemplo aquí).
A la vista del agravamiento del problema del paro y de los menores recursos con que contamos actualmente, así como de las fallidas reformas laborales de 2010 y 2011, el documento incluye algunas propuestas nuevas y actualiza las anteriores, seleccionando las que ahora resultan prioritarias y destacando las relativas a la protección por desempleo y las políticas activas de empleo, por un lado, y la negociación colectiva, por otro. Esto no significa que la tercera pata, la contratación laboral, no sea importante, ni que no siga estando vigente el resto de propuestas de los documentos anteriores (por ejemplo, el fondo de capitalización de las indemnizaciones por despido).
Aquí va una lista de los enunciados resumidos de los diez principios que defendemos, para abrir boca:
1. Diseñar una reforma que responda a las necesidades de la sociedad en su conjunto, más allá de que ésta sea o no acordada por los agentes sociales.
2. Dar prioridad a las reformas de calado, dejando de lado las superficiales.
3. Reorientar las políticas activas de reinserción laboral y de formación.
4. Erradicar los abusos en las prestaciones por desempleo e incentivar la búsqueda activa de empleo y el reciclaje profesional.
5. Acotar la eficacia jurídica de los convenios colectivos de ámbito superior a la empresa y establecer la primacía de los convenios de empresa sobre los de ámbito superior.
6. Favorecer la flexibilidad interna en las empresas.
7. Reducir la inercia de la negociación colectiva.
8. Introducir un contrato único de carácter indefinido para las nuevas contrataciones.
9. Dotar al contrato indefinido a tiempo parcial de mayor flexibilidad horaria.
10. Suprimir la mayor parte de los contratos temporales.
No existen soluciones mágicas para resolver el drama recurrente del paro insostenible cada vez que nuestro país sufre una recesión, pero lograrlo será imposible con una regulación laboral tan disfuncional como la actual. Ahora, a ver si alguien nos presta alguna atención.