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NeG Visual y Básico: los problemas de los jóvenes

Una imagen vale más que mil palabras. Esta es la evolución del empleo, normalizado al valor 100 en el tercer trimestre de 2007 (punto máximo del empleo en la pasada expansión), para el empleo indefinido, el empleo temporal y el empleo temporal de jóvenes (entre 16 y 24 años):

En relación con ese punto de referencia, el empleo indefinido ha caído un 2% y el temporal un 30%, mientras que el empleo temporal de los jóvenes ha caído a la mitad.

El gráfico pone de relieve que la incidencia de la crisis sobre los asalariados indefinidos ha sido relativamente menor, recayendo la inmensa mayoría del ajuste sobre los asalariados temporales (aunque no hay que olvidar a los autónomos, cuyo empleo ha caído un 18%). Esta evolución refuerza la visión de los indefinidos como insiders, protegidos incluso en las crisis más fuertes (al menos hasta ahora). Dentro de los temporales, los más brutalmente afectados por la crisis han sido los jóvenes. La incidencia de la línea roja del gráfico es grande, pues en 2007:3 la tasa de temporalidad en ese grupo de edad era del 65%; en concreto son 610 mil trabajadores.

Como reza el título de un artículo reciente de Floren y Luis sobre las tareas del nuevo gobierno: Prioridad: los jóvenes. En una conferencia en CaixaForum, hace dos semanas, me ocupé de la situación de los jóvenes en algunos aspectos de la triple e: educación, emancipación y empleo. Sin ánimo de deprimir aún más a nadie (en este increíblemente irresponsable acueducto que nos brindan nuestros representantes políticos en diciembre de cada año), animo a los espíritus más valientes a repasar los datos mostrados en la presentación. Son muy preocupantes.

Muchos jóvenes no tienen una formación suficiente, cobran salarios bajos, sufren unas tasas de paro exageradas incluso en periodos de bonanza económica, están sometidos a una rotación laboral exagerada –que denomino la batidora– y no pueden aspirar a tener una carrera profesional, lo que les impide irse de casa de sus padres hasta edades muy tardías y hacer un plan de vida mínimamente razonable. Esta situación está empujando ya a algunos a emigrar (en 2010, el 20% de los 37 mil emigrantes españoles al extranjero tenían entre 18 y 30 años), un tipo de decisión que con seguridad se va a intensificar. Emigrando, estos jóvenes intentan no ser parte de una probable generación perdida (ver este interesante y escalofriante reportaje de Documentos TV). Así las cosas, ¿quién puede sorprenderse de la aparición del Movimiento 15-M?

Como indicaba en un artículo del sábado pasado, hay un grave riesgo de marginalización de los jóvenes, con un 20% que ni estudian ni trabajan (los “ni-ni”) y de efectos negativos permanentes sobre toda una generación. Además, en España el apoyo de las redes familiares es muy importante y en la situación actual es fácil que caigan en paro a la vez varios miembros de la misma familia (en el mismo o en distintos hogares), lo que hace que este mecanismo de seguros probablemente funcione peor que el basado en los seguros públicos (Seguridad Social). Por ello, necesitamos imperiosamente un mercado de trabajo que funcione mucho mejor. Es la tarea nacional prioritaria para Reyes.