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Las pymes: pequeñas versus medianas

344px-MittelstandAfortunadamente, la recuperación económica se está afianzando. Para 2015, el Banco de España (BE) prevé un crecimiento del PIB del 2.8% y un 2.7% para el empleo. También prevé una tasa de paro media del 22.2% y para 2016 del 20.5%. O sea, que la tasa de crecimiento es buena y creciente, pero aun queda mucho camino por recorrer para llegar a una situación económica mínimamente aceptable. ¿Y qué pasa con las empresas? Su situación también está mejorando de forma sostenida. En 2014, el valor añadido y los beneficios de las empresas medianas y grandes aumentaron por primera vez desde 2007 (salvo el repunte pasajero de 2010). Y llama la atención que las empresas que más rápido crecieron el año pasado no fueron las más grandes sino las medianas.

Para 2014 el BE da información sobre un conjunto de 800 empresas medianas y grandes (la llamada Central de Balances Trimestral o CBT), mientras que habrá que esperar a fin de año para tener datos de una muestra mucho mayor, de unas 500 mil empresas de todos los tamaños (Central de Balances Integrada o CBI). En 2014 el valor añadido de las empresas de la CBT creció un 0.9% y sus beneficios un 1.4% (excluyendo a las empresas de refino de petróleo, a las que les fue fatal). La información aparece en este artículo de Álvaro Menéndez y Maristela Mulino y un resumen en este de Ángel Laborda (un fijo en mi lectura dominical).

Si desglosamos algunas variables por tamaños en los dos conjuntos de empresas tenemos la siguiente evolución:

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Nota: Las empresas pequeñas tienen menos de 50 empleados, las medianas entre 50 y 250, y las grandes más de 250 (además de estar dentro de unos rangos de ventas o activos fijados por la Comisión Europea).

Se observa que en 2013 el valor añadido y el empleo cayeron menos en las empresas medianas que en las pequeñas y que en las grandes. Y en 2014 en las medianas han aumentado ambas magnitudes frente a su estancamiento en las grandes. Además, los beneficios (resultado económico bruto) de las medianas crecieron en 2014 un 7.4% frente al estancamiento en las grandes.

Como hemos dicho a menudo en NeG, en España tenemos un problema de insuficiente tamaño de las empresas. Aquí aparecen algunos datos básicos en porcentajes (fuente):

tamanos

Las empresas medianas suponen el 13.5% del empleo y tienen una productividad media por empleado igual al 91% de las grandes (estos son datos brutos, que no tienen en cuenta el sector en que operan las empresas ni otros factores). Pero lo más llamativo es que las microempresas (0-9 empleados) representan el 41% del empleo y no alcanzan ni la mitad de la productividad por empleado de las más grandes.

En relación con las empresas medianas, en nuestro país se da lo que Pedro Calvo llama "la maldición del empleado 50", que consiste en que hay varias regulaciones que aumentan las cargas de las empresas al superar los 50 empleados. Este es el umbral mínimo para (junto con otros criterios de actividad) tener un comité de empresa, tener que desembolsar el IVA con una frecuencia mensual, pasar del 18% al 21% en el pago fraccionado del Impuesto de Sociedades, no poder hacer cuentas abreviadas o tener que emplear a un auditor de cuentas.

Es plausible que haya empresas que opten por seguir siendo pequeñas para evitar los mayores costes que supone crecer por encima de los 50 empleados. Esto se observa en Francia, como revela este trabajo de Luis Garicano, Claire Lelarge y John Van Reenen. Allí superar ese umbral implica crear un comité de empresa e incurrir en otros costes laborales. El resultado se muestra en este elocuente gráfico, que representa el número de empresas por cada nivel de empleados para el sector manufacturero:

france

Se aprecia una acumulación atípica en los tamaños entre, digamos, 43 y 49 trabajadores, y una abrupta caída en 50. Construyendo un contrafactual de cómo sería la distribución por tamaños si no existiera ese umbral administrativo, los autores calculan que, en presencia de rigidez salarial, la pérdida de bienestar causada por la regulación es muy alta, pudiendo alcanzar el 5% del PIB.

Para España, que yo sepa, no contamos con una estimación similar, pero sería normal preguntarse si tiene algún efecto real el umbral que marcan esas regulaciones, que coincide con el que define a las empresas medianas. No obstante, seguramente no sea este el problema más importante relacionado con el tamaño. Es cierto que la fracción del empleo que representan las empresas medianas es menor que en las principales economías de la Europa continental --solo superamos a Italia--, como se observa en este cuadro (proveniente de un informe reciente del Círculo de Empresarios):

empleo-tamanosPor tanto un aumento de la proporción de empresas medianas seguramente sería deseable. Pero no parece que tengamos una proporción de empleo en empresas pequeñas muy distinta de estos otros países; por supuesto, para saber si hay un "efecto 50" se necesitaría un desglose más fino (por ejemplo, ver la fracción de empleo en empresas de 40 a 49 empleados).

Sin embargo, sí tenemos una proporción muy alta de microempresas, junto con Italia y Portugal, y hay una disparidad mucho mayor en estas, con respecto a la media de estos cinco países, en la productividad por empleado :

productividad-tamanoSe observa claramente que el problema está sobre todo en las microempresas. Ya nos contaba Gerard Llobet que, al menos para el caso de EEUU, la idea de que las empresas pequeñas son muy innovadoras es un mito.

Entonces, ¿qué factores están relacionados con el crecimiento de las empresas? La literatura internacional es extensa. Para el caso español, un artículo de Paloma López-García y Sergio Puente estudia las características que presentan las empresas con mayor crecimiento del empleo, usando una muestra de unas 5.000 empresas durante el periodo 1996-2003. En concreto, se fijan en las empresas cuyo empleo crece más, a las que a veces se denomina "gacelas", y que los autores definen como el 10% de empresas con mayor crecimiento del empleo cada año. ¿Qué factores están correlacionados con esa condición? Entre las variables que analizan, hay solo dos significativas: pagar salarios más altos que la media de empresas de su sector y tener una tasa de empleo temporal más baja (ambos correlatos de una mayor productividad). Esta no es una relación causal pero tampoco es casual, apunta a una característica que suelen tener las empresas más exitosas: apostar por el capital humano.