La economía es una ciencia. El lenguaje de la ciencia son las matemáticas. Ergo el lenguaje de la economía son las matemáticas. Puede que haya lectores de NeG a los que les moleste este silogismo y quizá eso convierta a esta entrada en tema de moda (o a lo mejor no 😉 ). Pero hoy no voy por ahí, sino que quiero dar noticia de un debate suscitado este año por un reputado economista acerca de la posible tendencia a ocultar objetivos políticos introduciendo algunos supuestos en los modelos matemáticos usados en economía.
El debate no lo ha originado ningún economista izquierdista de la New School, sino Paul Romer, un prestigioso profesor de New York University. En el congreso anual de la American Economic Association de enero de este año Romer presentó una ponencia titulada "Mathiness in the Theory of Economic Growth", luego publicada en los AER Papers and Proceedings. ("Mathiness" puede traducirse como "matesidad", malsonante pero literal, o como "matematicidad", que yo reservaría para el grado de uso de las matemáticas.)
Romer se queja, por ejemplo, de que actualmente:
Presentar un modelo es como hacer un truco de cartas. Todo el mundo sabe que habrá algo de prestidigitación. No hay ninguna intención de engañar, porque nadie se lo toma en serio. Quizá nuestras normas serán pronto como las de la magia profesional; será de mal gusto, tal vez incluso una violación ética, revelar cómo funciona el truco de alguien.
El autor nos recuerda que la teoría económica exige el uso de términos que tengan una relación clara con los símbolos empleados en los modelos matemáticos y con magnitudes observables (para que la teoría sea contrastable). Por ejemplo, Robert Solow en su artículo de 1956 relacionó el término "capital" de forma clara con la variable K del modelo matemático de crecimiento y con determinadas variables medidas en la contabilidad nacional. Lo mismo sucede con el concepto de capital humano inventado por Gary Becker. Para Romer esta regla se está rompiendo por razones de corte político.
Alega que la teoría del crecimiento económico está estancada porque existen dos campos cuyo desacuerdo no se ha podido resolver mediante el método científico. Según Romer la clave radica en cómo captar teóricamente (modelizar) los llamados efectos de escala generados cuando se descubre una nueva tecnología (sujeta a "no rivalidad"). Por ejemplo, en 1970 no existía ningún teléfono móvil y en 2015 hay 6.000 millones, lo que crea un excedente que crece mucho más que proporcionalmente con el número de consumidores.
En este debate, la posición tradicional ha sido suponer que en los mercados hay competencia perfecta (las empresas toman los precios de sus productos como dados) y rendimientos crecientes externos (no pregunten, como diría Paul Krugman). En el campo contrario están quienes piensan que para explicar el crecimiento económico se necesita considerar la existencia de competencia monopolística, de forma que las empresas tienen cierto poder de mercado y fijan los precios de sus productos añadiendo un margen sobre el coste marginal de producción.
Romer acusa a los tradicionalistas de seguir defendiendo su posición mediante modelos en los que se oscurece la relación entre los términos, los símbolos que los representan en los modelos y su contrapartida empírica, principalmente para poder seguir defendiendo el supuesto de competencia perfecta. ¿Por qué? Quizá porque aceptar que no hay competencia perfecta podría dar apoyo a intervenciones del Gobierno en la economía (así interpreta Brad DeLong la crítica de Romer a George Stigler).
En efecto, aunque existe toda un área, denominada Economía Industrial o Industrial Organization, que estudia los mercados con competencia imperfecta, y estimaciones hace ya muchos años de los márgenes de precios sobre los costes –como un artículo clásico de Robert Hall de 1988–, en la mayoría de los modelos macroeconómicos (¿aún?) hay competencia perfecta. (Por otra parte, en los modelos neokeynesianos siempre suele haber competencia imperfecta.)
El impacto del artículo de Romer se basa en buena medida en que ataca directamente a un artículo de Ellen McGrattan y Edward Prescott y otro artículo de Robert Lucas y Benjamin Noll, siendo Lucas uno de los más respetados en nuestra profesión. Romer explica el error en una demostración de su artículo del que advirtió a Lucas y a Moll, que los autores ignoraron. (También reproduce un intercambio en twitter con Luis Garicano en el que este defiende a Lucas, quien por cierto dirigió la tesis doctoral de Romer en la Universidad de Chicago). Otro ejemplo de "mathiness" lo encuentra Romer en un artículo de Michele Boldrin y David Levine.
Un ejemplo final es un desliz en la teoría que aparece en un trabajo reciente de Thomas Piketty y Gabriel Zucman en que estos economistas
... presentan sus datos y su análisis empírico con admirable claridad y precisión. Al presentar la teoría con menos detalle puede que hayan respondido a las expectativas del nuevo equilibrio actual: el trabajo empírico es ciencia, la teoría es diversión.
El argumento final es que hacer política con el trabajo académico ("academic politics") conduce a que nadie se tome en serio la teoría, con su consiguiente devaluación.[i]
Un aspecto valioso de la crítica de Romer es que no solo hace afirmaciones generales sino que discute casos concretos en detalle. Por lo que sé, ninguno de los principales aludidos le ha respondido. Soy incapaz de evaluar si Romer tiene razón en los detalles, pero creo que hay un germen de verdad en lo que señala. No den mucho peso a la opinión de un externo a la disciplina, pero sigo la macroeconomía como aficionado y pienso que actualmente muestra, mucho más que el resto de áreas de la economía académica, unas discrepancias importantes que no parecen ser resolubles con un consenso más o menos general apelando a la evidencia empírica y sospecho que hay ideología en el trasfondo.
Pienso que esta falta de acuerdo se debe en parte a que la metodología tradicional para contrastar empíricamente los modelos macro (que son mayoritariamente modelos de equilibrio general dinámico, DSGE) no es muy exigente. Se toman de fuentes externas los valores de algunos parámetros del modelo (de preferencias, de la tecnología y de las perturbaciones), se decide qué variables se toman como exógenas y se examina el comportamiento de los momentos (estadísticos) de las variables endógenas para ver si se parecen a los momentos de las variables observadas. En este procedimiento (que yo mismo he aplicado con varios coautores aquí) hay normalmente demasiados grados de libertad y al final no es fácil poder afirmar que un modelo ha sido rechazado. Imagino que los métodos están cambiando, pero esto es lo que suelo ver en los seminarios de macro.
Romer cita a un economista académico, Paul Pfleiderer, que alega que existe algo parecido a lo que él señala en las finanzas empresariales y la economía bancaria. Así que harán bien en descontar las cosas que escribo sobre economía laboral. En cualquier caso, les animo a sumergirse en este interesante debate.
Nota: Estoy de viaje, así que solo podré responder a los comentarios de vez en cuando.
[i] Por cierto, Romer también critica a Solow por haber dado una respuesta sarcástica y acientífica a los primeros artículos de Lucas y Thomas Sargent criticando el (lamentable) estado de la macroeconomía a finales de los años 70, respuesta que según él contribuyó al descarrilamiento de la macro.
Hay 15 comentarios
Muy interesante su articulo aunque quisiera destacar la parte referida al paradigma de los mercados en competencia perfecta que, en mi opinión, es el mejor muestra el objeto de su articulo.
Efectivamente, ese concepto que es una de las piedras angulares en la ciencia económica es usado para justificar muchas decisiones económicas (o deberíamos decir no decisiones) que toman los gobiernos. El efecto de esas decisiones es tan importante en la vida de los ciudadanos (la economía debe lidiar la ley de la escasez) que , por rigor intelectual y justicia, se debería exigir a los políticos y su asesores que tomaran decisiones en base a la realidad y no a conceptos teóricos.
Y, volviendo al mercado, parece bastante empírico que hay agentes económicos que han logrado situarse por encima del Mercado, entendido este como regulador, e imponer sus precios . Los economistas deben trabajar con esta realidad
No estoy seguro de a qué se refiere con las decisiones económicas, pero todos los países bien organizados (y algunas organizaciones supranacionales como la UE) tienen autoridades de defensa de la competencia, que ciertamente no parten del supuesto de competencia perfecta. Todos los reguladores de sectores como la electricidad, banca, transportes o telecomunicaciones, tienen en cuenta la estructura de competencia imperfecta. Los modelos neokeynesianos, que son los más usados en los bancos centrales también lo tienen en cuenta. Los únicos reguladores que quizá no lo usaran son los mercados de valores (ojo, no bancarios!) y en esos mercados no es una aproximación tan mala. Así que no se si por honestidad intelectual, pero por puro impulso práctico, no me consta que muchas decisiones cruciales dependieran de ese supuesto, que en casi todos los campos de la economía se usa poco.
Interesante artículo, pero usted, en mi humilde opinión como estudiante de economía, parte de una base errónea. Aunque esté completamente de acuerdo con usted en lo referente a la politizacion de la economía y de las teorías económicas, hay que tener en cuenta que desde el propio mundo académico nos vienen dadas como verdades absolutas ( en muchos casos son la base de nuestro estudio) teorías y modelos que han resultado de forma evidente no validos para la economía contemporánea, aunque muchos académicos se sumen al carro de que "nosotros ya lo veíamos venir" para justificar estas teorías. Las matemáticas son un instrumento fundamental para la economía, eso es evidente, pero en mi opinión no refleja la realidad económica mundial, básicamente por que en una semana podemos encontrarnos diferentes datos macro sobre la misma materia con disparidad entre ellos, por lo que nos lleva a preguntarnos cuan veraz es la información que se nos proporciona? Debido a esto, la economía deriva ( o la derivan terceros) hacia una interpretación a placer y esto es debido a la existente rivalidad dentro de la comunidad intelectual que genera una rivalidad interna haciendo que cada economista crea que es su pensamiento y no otro el único aplicable. Hasta que no nos enfrentemos a los problemas que de verdad importan en un frente común y sin fisuras, seguirán usando la economía para engañar a los votantes, por que estos es lo que importa al final del día.
Miguel,
Como disciplina científica, en economía solo podemos avanzar proponiendo hipótesis y manteniéndolas mientras no seamos capaces de rechazarlas empíricamente. Y la economía académica está avanzando mucho en esta línea, como mostraba una entrada reciente de Antonio Cabrales, aquí. Por tanto, no ha lugar a verdades absolutas ni pensamientos únicos. Pero, si bien es difícil a menudo descartar unos modelos en favor de otros, mi queja (inspirado por Romer) es que la macro está siendo algo más lenta en el funcionamiento de este mecanismo de selección de teorías que otras áreas.
De metodologia: La trampa del realismo de los supuestos
Samuel, con carinyo, caiste en ella. Si quieres conducir de Madrid a Salamanca miras un plano, donde por construccion la tierra es plana. En cambio, si quieres volar de Madrid a Tokyo asumir que la tierra es plana es un disparate. Lo mismo con la competencia perfecta. Irreal? claro, y aun asi... depende de para que.
De sustancia: El arrebato de Romer
Romer escribio hace treinta anyos interesantes modelos con innovacion tecnologica endogena. La hipotesis fundamental era que los monopolios son condicion necesaria para la inversion en y generacion de innovacion. Romer nunca hizo un analisis empirico ni nada parecido, simplemente lo sabe. Me decian en doctorado: How do you know?, does God talk to you in your sleep? Pues resulta que hay gente a quien Dios no habla por las noches, y algunos hasta miran datos (vease el libro de Boldrin y Levine, ejemplo). Hay economistas que escriben modelos para intentar entender como puede existir innovacion sin necesidad de monopolios, e incluso argumentan que en muchas ocasiones los monopolios pueden ser perjudiciales para la innovacion. Si a alguien se puede acusar de hacer ideologia e ignorar los datos, el primero es el propio Romer. Ya se sabe, la paja en el ojo ajeno y tal. Encima acusar de deshonestidad intelectual a tus companyeros de profesion por explorar una hipotesis alternativa a tu verdad revelada... Shame on Romer.
Dado el tema, yo creo que convendría ser precisos. No, Romer no dice que haga falta monopolio para tener innovación, el solamente habla de que hace falta competencia imperfecta para generar rentas que a su vez motivan la innovación. El libro (extraordinario, por cierto, lo recomiendo encarecidamente) de Boldrin y Levine no muestra que se pueda innovar sin competencia imperfecta, sino que ha habido mucha innovación sin monopolios sancionados por el estado, sin derechos de propiedad intelectual. No es lo mismo. La mayoría de los casos del libro son compatibles con competencia imperfecta. De hecho, el modelo que les llevó a escribir el libro también tiene competencia imperfecta, en las primeras unidades que se venden. De ahí salen las rentas que permiten innovar. Luego el modelo tiene, sí, rendimientos constantes, pero hay un elemento de competencia imperfecta que resulta central para el resultado.
Antonio, no pensaba en monopolio en el sentido de que exista un unico productor de ideas. Creo que es en el paper de Romer del 90, el creador de una idea la explota en exclusiva para toda la vida (a eso lo llamo yo "monopolio" de esa idea particular). Eso no implica que no existan otros creadores que pueden crear otras ideas distintas (mas o menos sustitutivas de la mia), y entonces el mercado global de ideas opera en competencia monopolistica. En cambio, en Boldrin-Levine todo el mundo podria replicar y explotar mi misma idea (si es que pueden, claro), y en ese sentido digo que no hay "monopolio". Aun asi el coste de replicacion genera rentas, eso si. En fin, creo que hablamos de lo mismo, pero me apunto la clarificacion.
Curiosamente el argumento de Boldrin-Levine es que en competencia perfecta no hay incentivos para copiar. Pero vivimos en un mundo en que la copia es común.
¿Tiene Uber monopolio en el mercado de viajes compartidos? No. Hay multitud de plataformas que ofrecen el mismo servicio. ¿Obtiene Uber beneficios extraordinarios de su innovación? Parece que sí. ¿Por qué? Hay externalidades de red y el primero pega dos veces. No creo que haga falta mucha economía para entenderlo.
Por cierto, uno de los papeles más citados de este siglo se titula: "Competition and innovation: An inverted U relationship". Se ve que esto no forma parte del debate porque no es "macro". Nunca he entendido la diferencia.
Muy interesante, pero para discrepar: que la economía una ciencia…en todo caso la “economía matemática”, que es un enfoque de la economía ciencia social. Si la economía se enfoca demasiado a la matemática puede resultar inoperante para resolver problemas (hay tantas investigaciones irrelevantes).
Si hay un excesivo distanciamiento entre “la academia” y la política, eso da pie a que los políticos banalicen los problemas (ver caso independencia de Cataluña y las diversas fuentes para ver perjuicios y beneficios de independencia).
No creo que se devalúe la economía haciendo política con el trabajo académico, al revés; lo que hace falta es que la economía académica se oriente más a la economía real.
Saludos
Juan, en la economía académica hay sitio para ciencia básica (aparentemente desvinculada del mundo real) y ciencia aplicada. Como en otras disciplinas, hay trabajo de investigación básica que parece que nunca va a ser aplicable o relevante y acaba siéndolo (por ejemplo, la investigación sobre subastas). No obstante, en general los asuntos de los que nos ocupamos los académicos tienen mucho que ver con el bienesta social. Pero esto no implica que se deba hacer políticas. Recordando un lema de este blog: "Pero una regla fundamental del blog es que nosotros no hablamos de POLÍTICA, hablamos de políticas."
Gracias Samuel por este post.
Modestamente, no veo tan claro que la economía sea una ciencia (https://es.wikipedia.org/wiki/Ciencia) o un método científico (https://es.wikipedia.org/wiki/M%C3%A9todo_cient%C3%ADfico).
Tengo la sensación que las principales aportaciones son válidas solamente en situaciones particulares. Y si "el trabajo empírico es ciencia y la teoría es diversión", su aplicación práctica parece auténtico arte...
Un saludo
Raimon, yo sí lo veo claro. La economía hace lo mismo que otras ciencias, aunque nos resulta difícil hacer experimentos, sobre todo a nivel agregado (para lo que usamos los llamados "experimentos naturales"). Lo cuenta mejor Raj Chetty, en su artículo "Sí, la Economía es una ciencia".
Como estudiante de Economia, todos los dias al salir de clase, nos tomamos unos minutos para debatir (criticar) lo que acabamos de ver en clase.
Realmente todos llegamos a la carrera con deseos y un hambre voraz de entender el mundo, que tanto nos duele, y sin embargo dia a dia nos encontramos con interminables modelos, restringidos por innumerables supuestos, modelizados con ecuaciones, derivadas, etc etc. que realmente NOS FUSTRAN al verlos tan distantes de la realidad.
El mas grande ejemplo de esto son los mercados de competencia perfecta, que todos estudiamos, como si fuera parte de la Biblia, con cara de "esta bien" y por dentro pensamos que se nos estan riendo en la cara....por ende cuando llegamos a los imperfectos abrimos los ojos bien grandes y escuchamos con interes.
Es sabido que detras de todas las teorias hay ideologias, y entiendo cuando el profesor nos dice "dejemos los juicios de valor" afuera....pero creo que habria que sincerarse y no mirar para otro lado (en los cursos de macro pasa bastante esto).
Es por eso que cuando en las clases vemos conocimientos aplicados a la realidad, cada uno de nosotros sale con una sonrisa, y volvemos a desempolvar las razones que nos llevaron a estar este campo del saber.
Creo que la Economia se merece un serio debate sobre su enseñanza, pero mas aun, sobre los METODOS y OBJETOS de estudios (a veces creo que lo unico que hacen los academicos es debatir sobre de que sexo son los angeles)
Saludos
Santiago, la respuesta te la has dado tu mismo, con: "volvemos a desempolvar las razones que nos llevaron a estar en este campo del saber". Los métodos son mejorables y están mejorando, los objetos no están predeterminados sino que cada economista puede aplicar los métodos a lo que más le guste. Precisamente ahí la economía se ha abierto a infinidad de temas que antes no tocaba. ¿De verdad piensas que los temas que tratamos los académicos que escribimos en Nada es Gratis son como debatir sobre el sexo de los ángeles? Yo veo entradas sobre multiples asuntos, muy reales e interesantes. ¿Te parece que "Freakonomics" está alejado del mundo real? No lo creo.
Yo que estoy en otro ámbito del conocimiento. Y veo los esfuerzos de investigadores por intentar unificar teorías como relatividad general y cuántica. O buscar modelos que expliquen fenómenos todavía no "matematizados". Si tengo la sensación de que en economía hay serios problemas en los modelos por no disponer de unas claras condiciones de contorno. En física ahora nadie se plantearía despreciar efectos relativistas en un modelo que pretenda explicar comportamientos de la radiación radioeléctrica. O intentar usar modelos Newtonianos al comportamiento interno de la materia; se hizo hasta que nuevos modelos demostraron que podían evitar sus errores.
Pero en economía muchas veces tengo la sensación de que hay sesudos expertos que pretenden modelar con una herramienta inapropiada y no hay consenso suficiente que asegure un criterio homogéneo para decir "Que Tonta es esa!" Quizá es: ¿Que le grado de madurez es menor? ¿O que la gran diversidad de variables de contorno lo hacen más complejo? O que simplemente Economía y Sociología están tan cercanas ¿Que la falta de desarrollo matemático de la segunda no ofrece herramientas necesarias a la primera?
Sinceramente la sensación que esto produce es muchas veces de.... falta de rigor. ¿Como puede ser una ciencia opinable? Perdón ¿Tan opinable?
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