La incertidumbre creada por la política económica

John_William_Waterhouse_Crystal_Ball¿Y si la política económica no reduce sino que aumenta la incertidumbre a la que se enfrentan los agentes económicos? Más aún, ¿ha dificultado la incertidumbre generada por la política económica la salida de la Gran Recesión, en particular en Estados Unidos? Es lo que sostienen algunos economistas. El debate se ha suscitado a partir del desarrollo de un nuevo índice que pretende medir esa incertidumbre y muestra un enorme aumento desde mediados de 2007 hasta mediados de 2011. Por otra parte, también existe un índice similar para la economía española, que muestra igualmente aumentos considerables desde 2007. Aunque ha caído desde mediados de 2012, en los últimos meses presenta una evolución inquietantemente creciente, lo que es acorde con la idea de que este año la incertidumbre sobre la política económica está al alza.

La incertidumbre económica y sobre la política económica

Las perturbaciones aleatorias ("shocks" en inglés) nos afectan a todos: a los trabajadores que son ascendidos inesperadamente o que pierden su empleo, a las empresas que ven crecer o caer inesperadamente sus ventas, etc. Como estas perturbaciones tienen a menudo efectos considerables, existen mecanismos de seguro para mitigarlos a nivel individual, en especial cuando son negativos, por ejemplo las prestaciones por desempleo o las pensiones de invalidez.

La percepción individual de que hay perturbaciones aleatorias genera incertidumbre, la cual afecta a las decisiones de las personas ("¿Y si me espero un poco antes de cambiar de coche, por si acaso se produce el ERE que se rumorea en mi empresa?") y de las empresas ("¿Abro un local nuevo ahora que parece que la economía ha tocado fondo?").

A la mayoría de las personas no les gusta la incertidumbre --somos aversos al riesgo, en la jerga económica-- y por ello la política económica tiene entre sus misiones reducir la variabilidad económica. En Macroeconomía se supone a menudo que el objetivo de la política monetaria es reducir las oscilaciones de la inflación y del PIB con respecto a unos determinados objetivos. Por ejemplo, el Banco Central Europeo tiene un objetivo de inflación inferior pero cercano al 2% (que por cierto ahora está incumpliendo, en parte por la reducción inesperada del precio del petróleo).

Por desgracia, la política económica también puede contribuir a aumentar la incertidumbre en vez de a reducirla. A veces es por razones técnicas: la economía es compleja y ante sucesos inesperados (como el colapso financiero de 2008) no está siempre claro qué medidas se deben tomar, de forma que a menudo se aprende mediante prueba y error. También hay razones de orden político: se van cambiando los objetivos a lo largo del tiempo, en ocasiones por estrategia electoral, de forma impredecible para la sociedad.

Hay varias formas habituales de medir la incertidumbre, partiendo de la observación de las variables económicas e intentando extraer, mediante modelos económicos y estadísticos, qué parte es previsible y qué parte es puramente aleatoria. Lo que se mide habitualmente es la incertidumbre general, no la generada por la política económica, pero esto también puede hacerse estimando el componente impredecible en ecuaciones que capten la evolución de una variable de política económica (por ejemplo, el tipo de interés de intervención de un banco central).

Una propuesta alternativa es estimar la incertidumbre generada por la política económica a partir de variables observables, recogida en el índice de Scott Baker, Steven Davis y Nick Bloom (este último ha recibido, entre otros, el Premio Germán Bernácer del Observatorio del Banco Central Europeo). El índice de incertidumbre tiene este aspecto para Estados Unidos (se normaliza con respecto la media en 1985-2009, que toma el valor 100):

EPUUS

Se observa que presenta picos en momentos de sucesos identificables y que crece desde 2007 hasta situarse en valores históricamente altos desde 2009.

El índice se construye a partir de tres componentes: menciones en artículos de prensa de palabras como "incertidumbre", "economía" y "legislación" conjuntamente, el valor de los recortes fiscales sujetos a renovación futura incierta (una práctica norteamericana reciente) y una medida del desacuerdo entre predictores profesionales con respecto a la tasa de inflación y el gasto público (ver los detalles aquí).

En la prensa norteamericana ha habido un debate al respecto; por ejemplo Paul Krugman dijo que el índice estaba mal, que había sido usado con fines políticos en las elecciones presidenciales de 2012... y que luego había bajado mucho (esto último es cierto, ver aquí).

Más interesante es la discusión sobre si el índice realmente capta la incertidumbre generada por la política económica o es solo un reflejo de sucesos concretos ("shocks") o de las propias oscilaciones de la actividad económica, que a su vez generan discusiones sobre la incertidumbre y la expectativa de que el gobierno hará algo al respecto. Los autores presentan en su trabajo una larga batería de contrastes para defender su posición, aunque no creo que la discusión esté cerrada.

El asunto no es baladí, pues los autores estiman que una duplicación de la incertidumbre generada por la política economica (del orden de la observada entre 2006 y 2011) explicaría una caída de la producción industrial que alcanzaría los 2.5 puntos porcentuales en poco más de un año y una caída de 2.3 millones de empleos en año y medio.

Y mientras tanto en España...

Es interesante observar el índice de incertidumbre sobre la política economica que estos autores calculan para España (normalizado al valor 100 en la media previa a 2011, que se recoge también en la base de datos FRED del Banco de la Reserva Federal de San Luis):

incertidumbreEspana

Este índice seguramente es menos fiable, pues se calcula solo a partir de noticias de prensa (de El País y El Mundo), dado que el componente de desacuerdo entre predictores ha dejado de usarse desde abril de 2014. (Lo represento desde julio de 2003 porque hay un pico en abril de 2003 que no era tan acusado cuando se usaban ambos componentes y que distorsiona mucho la escala, el índice completo está aquí).

El índice para España también tiene picos en sucesos económicos y políticos importantes, españoles e internacionales (por cierto, aquí hay una útil cronología de la crisis española). La senda del índice español es similar a la media de los calculados por los autores para Alemania, Francia, Italia y el Reino Unido, aunque entre, digamos, junio de 2007 y junio de 2012 aumenta un 20% más en España. La erraticidad de la política económica española desde mediados de 2010 es apreciable, con multitud de medidas que han ido totalmente en contra de lo previamente anunciado y con una inseguridad jurídica enorme. No obstante, es solo uno de los ingredientes de ese aumento.

En los últimos meses esta medida de incertidumbre sobre la política económica en España ha estado subiendo apreciablemente con respecto a mediados de 2014. Es difícil saber su origen o si se mantendrá; podría ser algo específico de España, pues la media de los índices para los otros cuatro países ha subido alrededor de la mitad en el mismo periodo (o de los países periféricos, pero en Italia el índice ha caído). Veremos.

Hay 29 comentarios
  • El pico de abril de 2003 corresponde, entiendo yo, a la guerra de Irak. La oposición popular a esa guerra y que los sindicatos convocaran una huelga general DE CARÁCTER POLÍTICO serían causas probables para un pico en la incertidumbre de régimen...

  • Un artículo muy interesante y el último gráfico es muy llamativo. Resulta muy llamativo que tengamos tantos picos y valles, varios en un mismo año en cualquiera de los años. ¿No aprendemos? Si las políticas contribuyen a generar confianza, ¿no sería lógico que ante el siguiente "shock" se amortiguase la oscilación? Si, por el contrario, las políticas previas no han sido convincentes, ¿cómo se explica la reducción transitoria de la incertidumbre? ¿No habrá algún tipo de influencia periodística que amplifique la sensación de certidumbre o incertidumbre más allá de la existente en la realidad?

    Un cordial saludo.

  • Felicitar al autor por la reflexión.

    Hace ya unos años --en Margin Call-- recordarán la alarma del especialista en análisis de vibraciones anómalas ("volátiles") en motores de cohetes cuando observó la misma volatilidad en los gráficos intra-day y las decisiones que su banco tomó a partir de su comentario.

    Unos pocos años antes se hizo famoso otro artículo en "The Oil Drum" de un profesor de matemáticas que analizando el mismo fenómeno se hacía preguntas como esta.
    http://www.theoildrum.com/node/6025

    Saludos

  • Hablando de Política Económica... estaría bien que Luis Garicano abriese aquí el debate sobre sus propuestas con Ciudadanos

    • No. Si Luis está interesado en opiniones de economistas sobre sus propuestas debería abrir un blog en el sitio de Ciudadanos para que los interesados en votar al partido se informen mejor.

        • No. Si quiere que Ciudadanos gane algo, que ayude a que el sitio de Ciudadanos tenga un lugar serio de discusión y de información. Si lo pone en cualquier otro sitio o en un blog personal, no ayuda a Ciudadanos (y que conste que yo jamás lo votaría aunque viviera en España).

          • EB yo creo que este es un sitio muy bueno para debatir ideas (independientemente de que estén apoyadas por uno u otro partido o por una u otra ideología). Seguro que por aquí hay mucha gente "con fundamento" para hacer crítica constructiva. Por lo demás, y aunque no viene a cuento, me gusta el tono de Ciudadanos y seguramente les vote.

            • Entiendo que Luis ha tenido siempre acceso a este blog para presentar sus ideas y que seguramente lo seguirá haciendo, por lo menos cuando esas ideas se derivan de su actividad académica.

              Si ahora Luis ha decidido dedicarse a la política (no tengo claro en qué términos ¿con contrato temporal?), espero que entienda que no hay economías de ámbito entre la academia y la política. Por las experiencias de varios economistas amigos le diría que claramente hay des-economías de ámbito porque la política marca a las personas en su integridad (los políticos íntegros tienen carreras muy cortas) y deja dudas sobre algunas de sus habilidades (la opinión pública es resultado de la manipulación de periodistas serviles a facciones rivales). Si un economista académico quiere influir en la política sin quemarse, tiene que buscarse buenas tribunas para gritar (sin convertirse en barra brava como PK en NYT), pero si no tiene miedo a quemarse, entonces que renuncie temporalmente a la academia (a la Larry Summers) o definitivamente (a la Stan Fischer). En todo caso, si un economista académico decide dividir sus actividades entre la academia y la política, mi recomendación siempre ha sido mantenerlas bien separadas.

            • No entiendo los prejuicios respecto a los economistas que se implican en política.

              El "síndrome" del economista "vestal" que goza de la aprobación del "Pontifex Maximus" (la Academia quizás ¿?) por no ver sus manos ensuciadas en los quehaceres diarios, es decir: en el funcionamiento real de la economía realmente existente con sus constricciones empíricas reales de carne y hueso (la economía misma).

              Como la condición política del hombre es incontestable, la implicación del economista teórico en la economía real es un valor añadido que solo puede enriquecerle intelectualmente. Si se lleva un chasco o una decepción "mi" conclusión hacia su "corpus teórico" bajaría muchos puntos. La prueba de fuego es la evidencia empírica en "condiciones reales", y el "realismo" es el fundamento del avance científico, o eso creo.

              Admiro a Keynes porque fué un "teórico" y un "hombre de acción", que no deja de ser un ideal del hombre humanista renacentista que comparto. Los que dejaron sus ideas almacenadas en el baúl de la historia para que otros las lleven a cabo a su manera no se podrán quejar de cómo fueron aplicadas, ni tienen excusa para ello.

              Me gustaría preguntar a Marx cual es su opinión de la obra de Lenin, pero no dejaría de ser una pregunta retórica.

              Los que minusvaloran la implicación práctica de los que abandonan la hornacina para bajar a la calle tienen un problema educativo que afortunadamente puede tener solución. Ya no estamos en la Edad Media, se supone.

            • Fascinante discusión, pero este no es el objeto de esta entrada y tampoco estoy muy cómodo con el punto de partida, así que, una vez habidas varias interacciones, he decidido finalizar en este punto este hilo.

  • El problema es común a todos los que tienen (o se arrogan) autoridad para tomar decisiones que afectan (o interesan) a otros y radica en la pretensión de ofrecerles certezas donde no puede haberlas. Por supuesto, suponemos que los científicos tienen bien claro este problema y rechazan esa pretensión en su quehacer científico. Pero la realidad es que incluso los científicos gustan opinar sobre temas que van más allá de su especialización y lo grotesco es que cuando lo hacen pretenden grados de certeza que no existen ni pueden existir. Los economistas pecan de esa arrogancia incluso en su especialización (yo diría que entre macroeconomistas es un problema gravísimo) y por eso los científicos serios consideran que no son científicos. Cont.

    • Mi punto sobre los macroeconomistas fue motivado por este post de Scott Sumner

      http://econlog.econlib.org/archives/2015/02/have_an_opinion.html

      publicado el viernes pasado. Recién leo que el post ha dado origen a una gran discusión a partir de este post de Noah Smith (publicado el domingo 15)

      http://noahpinionblog.blogspot.com/2015/02/why-do-non-experts-think-they-know.html

      Leyendo el post de Smith, su agregado y luego los 98 comentarios (algunos más extensos que el post original), debo concluir que me he quedado corto cuando dije que la arrogancia de los macroeconomistas es un problema gravísimo. No puedo recomendar su lectura porque toma demasiado tiempo y hay que conocer a algunos de los comentaristas identificados, pero sí leer los dos posts originales.

      • EB, está claro que disfrutas mucho criticando a los macroeconomistas. Nada que objetar. Pero esta no es la entrada adecuada para ello. Olvidas algo que reconoces implícitamente en tu siguiente comentario y es que los macroeconomistas, salvo contadísimas excepciones (como Bernanke), no hacen la política económica, la hacen los políticos. Hay poquísimos ministros de economía o finanzas y poquísimos gobernadores de bancos centrales que sean macroeconomistas. Y en general (de nuevo la Reserva Federal es una excepción) tampoco toman las medidas de política económica siguiendo los consejos de los macroeconomistas. Harán bien o mal, pero esta es la realidad y por tanto me parece que la incertidumbre creada por la política económica es responsabilidad, principalmente, de los políticos y "policymakers".

        • Samuel, precisamente para no confundir lo que hacen los macroeconomistas con lo que lo hacen los políticos y los gobernantes dividí el comentario inicial en dos partes. Yo distingo entre los que tienen pretensiones de científicos (los economistas académicos, incluyendo los macros) y expertos (economistas asesores) de los que tienen pretensiones de políticos y gobernantes (sean o no economistas) que toman y ejecutan decisiones. Sí, hay pocos países en que los economistas asumen posiciones de políticos y gobernantes, pero yo he conocido muchos en los países en que he vivido y trabajado.

        • Samuel,
          Una forma alternativa y quizás más clara de exponer las diferencias que yo he hecho es separando conocimiento y decisiones. Científicos y expertos proveen conocimientos para las decisiones y en la medida en que equivocan (falsean) el grado de certeza de sus conocimientos uno puede hablar de arrogancia. Pero las decisiones implican mucho más que los conocimientos de científicos y expertos, incluyendo preferencias y creencias personales y su agregación en caso de decisiones colectivas (públicas en particular), a lo que se añade la ejecución eficaz. En la medida en que políticos y gobernantes toman y ejecutan decisiones equivocando (falseando) el grado de certeza de sus creencias uno luego habla de fracaso (no de arrogancia).

  • En política y gobierno, el problema adquiere una magnitud diferente porque su autoridad tiene el respaldo de la fuerza. Las decisiones públicas (y las amenazas de políticos opositores de cambiar esas decisiones) están marcadas por pretensiones de certeza y sabemos que no es gratis resistir sus falsas certezas. Suponemos diferencias entre sistemas políticos y de gobierno, cada uno con procesos propios de decisión y ejecución, pero ningún sistema puede ofrecer certezas donde no puede haberlas. Sí, en algunos sistemas la incertidumbre de la naturaleza (esa que se manifiesta como causa de acción pero también en ignorancia sobre las consecuencias de la acción) se acepta como restricción seria a lo que los políticos y los gobernantes pueden ofrecer. Pero esa no es la única fuente de incertidumbre porque también está la incertidumbre de la conducta humana (nunca conocemos a otros para predecir con certeza su conducta, en particular su reacción a nuestra conducta) que continuamente nos cuestiona sobre lo que harán los otros, más aún si los otros tienen autoridad respaldada por la fuerza. Los economistas hemos soñado con eliminar esta segunda incertidumbre imponiendo reglas a políticos y gobernantes, pero las reglas sólo entregan falsas certezas. La autoridad siempre tiene un componente discrecional, tanto en la consideración de las circunstancias para tomar decisiones como en la intención de ejecutarlas eficazmente. La alternativa de la discrecionalidad de los sabios (en bancos centrales, ministerios, o presidencias) también ha fracasado. Es hora de reconocer la incertidumbre.

  • Ahora que sacas (muy oportunamente) el tema, tengo que decir que por casualidad he leído sobre la incertidumbre precisamente estos días revisando viejos artículos del blog. Fernández Villaverde tiene una maravilla de serie sobre política fiscal en la que habla de política fiscal con incertidumbre, dejo los enlaces en el comentario. Y también una pequeña reflexión de hace unos días que se me ocurrió al respecto, relacionándolo (si, soy muy friki) con el ajedrez. Muchas gracias en todo caso, el artículo es muy interesante...y me deja pensando en incorporar algún índice y tirar alguna regresión.
    https://nadaesgratis.es/fernandez-villaverde/riesgo-e-incertidumbre-buscando-robustez-en-la-politica-fiscal-iii
    http://planetacauselo.blogspot.com.es/2015/02/el-encanto-de-la-robustez-petrosiana.html

    • ecorami,

      Gracias por recuperar el trío de entradas de Jesús, están muy bien traídas a colación. En efecto, seguir reglas de política fiscal (o de política monetaria) es la mejor forma de reducir la incertidumbre creada por la propia política. Es el viejo debate de reglas vs. discreción y de la incoherencia dinámica. La discrecionalidad explica la mayor parte de esa incertidumbre, aunque siempre es necesario tener un cierto margen de actuación para reaccionar, en especial a perturbaciones muy grandes.

  • Una de las características de la economía de España, es que en épocas de crecimiento, el PIB aumenta siempre a un ritmo superior al de la Unión Europea, mientras que en épocas de crisis, decrece todavía más. El hecho de que la incertidumbre fuera un 20% más que los otros países analizados, no es sorprendente. Además las políticas puramente procíclicas aumenta todavía más los problemas estructurales de España, porque por ejemplo en épocas de crecimiento (2000-2007), mediante un aumento continuo del Gasto Público, y un descenso de los impuestos, provoca un sobrecalentamiento de la economía, lo que desemboca en lo que hoy llamamos "Crisis económica y financiera", culpando sobre todo a Estados Unidos.

  • Samuel,

    Ojalá usted escriba un post sobre economías de ámbito entre la academia y la política. Más allá del caso de Luis G., en España parece que la academia es la Nueva Cantera de la política. A los casos de los líderes de Podemos, ahora se agrega el caso de A. Gabilondo.

  • Muy interesante la entrada, Samuel. Me pregunto cómo afecta la evolución del precio del petróleo a este índice u otras variables macro. Entiendo que están correlacionados negativamente.
    En el gráfico sobre España, entre los años 2008-2009, quizás la evolución podría explicarse por los famosos "brotes verdes" que veían algunos. Asimismo, si los gobiernos lanzan mensajes optimistas sobre la evolución económica me pregunto si eso no genera más distorsión en el índice si esas expectativas no se cumplen en su totalidad o parcialmente.

    • Gus, creo que el precio del petróleo tenderá a estar correlacionado positivamente con este índice. Fíjate en que hay grandes picos alrededor de las dos guerras del Golfo, 1991 y 2003, cuyo efecto está muy relacionado con la evolución de ese precio.

      Los picos de 2008 son muy parecidos a los de los otros 4 países europeos, así que tiendo a pensar que no están relacionados con los brotes verdes.

      Los anuncios no necesariamente afectarán al índice, salvo que se piense que van a dar lugar a medidas de política económica. Si es así, entonces depende de si está claro qué medidas van a generar. Si estas son previsibles no generarán cambios en el índice, si son inciertas sí le afectarían.

Los comentarios están cerrados.