de Samuel Bentolila, J. Ignacio Conde-Ruiz y Marcel Jansen
El paro es, con diferencia, el problema que más preocupa a los españoles. Y con razón: hay 4,85 millones de parados (una tasa del 21.2%), de los cuales el 61% lleva más de un año parado y el 45% lleva más de dos. La tasa de paro juvenil es el 47% y los empleados temporales suponen el 26% de los asalariados. Los salarios han caído y la desigualdad salarial ha aumentado. Por ello las propuestas sobre este asunto en los programas electorales de los partidos que concurren a las elecciones generales del próximo domingo son potencialmente importantes. En esta entrada y las dos siguientes revisamos esas propuestas y las evaluamos brevemente en función de cuáles creemos que son las causas de los problemas y las soluciones más adecuadas.
Vaya por delante que la lectura de los programas es ardua tarea y que en nuestra revisión no tenemos ánimo de exhaustividad, aunque sí hemos intentado recoger lo que pensamos que es más importante en cada área. Nos ceñimos a lo que aparece en los programas, salvo en algunos casos en que tienen mucha relevancia propuestas posteriores. Hemos dividido nuestro análisis en tres partes. En esta primera parte vamos a revisar la dualidad y el despido, en la segunda las políticas activas de empleo y en la tercera la negociación colectiva. Al final de la entrada aparece una tabla con la lista exhaustiva de las medidas incluidas en los distintos programas electorales.
Existe un gran consenso social acerca de que el mercado de trabajo español tiene una tasa de temporalidad injustificadamente alta y de que esta no solo es muy injusta para quien la padece sino que también genera ineficiencias claras, como los bajos incentivos a la inversión en capital humano o el fomento de actividades de bajo valor añadido. Los trabajadores que tienen estos contratos sufren una altísima rotación (te contrato el lunes, te despido el viernes, te vuelvo a contratar el lunes...) y no pueden tener una verdadera carrera profesional, extendiéndose esta situación mucho más allá de la juventud. Donde surgen las discrepancias entre los partidos es en la forma de luchar contra la temporalidad.
A nadie le sorprenderá que las medidas del programa de Ciudadanos nos parezcan las más acertadas para luchar contra la dualidad, pues coinciden con las que un grupo de académicos propusimos en 2009 en la “Propuesta para la reactivación laboral en España”. En él apostamos por el contrato único con una indemnización creciente (ver en esta entrada una explicación sencilla) como principal medida contra la excesiva temporalidad. Sí nos ha sorprendido que la descripción en su programa es demasiado escueta e imprecisa. Por ejemplo, echamos en falta una mención de que, para ser jurídicamente viable, el nuevo contrato único debe tener dos escalas indemnizatorias: una para el despido procedente y otra para el improcedente. Tampoco se especifica la cartera de contratos temporales que por definición deberían coexistir con el contrato único: los de formación e interinidad.
En nuestra opinión el contrato único se debe diseñar para que el coste medio por despido se mantenga en los niveles actuales y con una escala indemnizatoria que empiece en un nivel similar al de los temporales actuales y vaya subiendo progresivamente hasta un nivel en el entorno de los 33 días. En este nuevo marco laboral todos los trabajadores tendrán un mayor nivel de seguridad, pues el contrato único, al ser indefinido, garantiza la tutela judicial efectiva a todos desde el principio. Una situación que no ocurre con los contratos temporales.
El programa incluye otros dos elementos que también propusimos y que ayudan a dar protección a los trabajadores. Por un lado los llamados “bonus-malus”, es decir, que las empresas que más despidan (o que tengan más temporales, lo que en la práctica es lo mismo) paguen mayores cotizaciones. Esta medida, que proponen Ciudadanos y el PSOE, supone un freno a los despidos, pues obliga a las empresas que más despiden a considerar los costes que ello implica para la prestación por desempleo, evitando así que las empresas con plantillas estables acaben pagando las prestaciones de los trabajadores despedidos por las empresas que más despiden.
Por otro lado tenemos el llamado fondo de capitalización o fondo austriaco, que proponen Ciudadanos y el PP, que gracias a la portabilidad de la "mochila" o fondo individual al que se cotiza de forma continua con una parte del salario, incentiva la movilidad de los trabajadores a lo largo de su vida laboral.
Esta combinación de medidas tiene la ventaja de tratar la raíz del problema de la dualidad, al atacar por varios frentes los incentivos a la rotación, preservando la flexibilidad de las empresas y la movilidad de los trabajadores. Las propuestas de los demás partidos, que revisamos a continuación, no solo son un paso atrás sino que algunas son realmente nocivas.
La otra vía para luchar contra la dualidad, que proponen PP, PSOE y Podemos, consiste en luchar contra el fraude en la contratación temporal. Es la estrategia ya seguida en las últimas reformas, todas ellas infructíferas. Creemos que insistir en esta vía no conseguirá resolver el problema, pues en España se firman mas de 15 millones de contratos temporales al año y aun así han conseguido escapar de la inspección. No tiene sentido el contrato temporal no causal y la forma más efectiva para acabar con su abuso es limitarlo a la mínima expresión (interinidad y formación). Para actividades estacionales como la agricultura o el turismo se puede usar el contrato único para fijos discontinuos. Para actividades de cortísima duración o puramente temporales se deberían usar las empresas de trabajo temporal, en las que todos los trabajadores tendrían el contrato único indefinido.
Tampoco ha funcionado la vía de la bonificación a la contratación indefinida, aunque el PP siga apostando por ella. Sabemos que la bonificación generalizada es cara, por el elevado peso muerto (se bonifican contratos que se harían de todas formas), la mera sustitución de trabajadores cuyas características los hacen no bonificables por los bonificables y por la elevada mortalidad del contrato tan pronto acaba el periodo bonificado. Las bonificaciones deberían limitarse a colectivos muy específicos con grandes problemas de empleabilidad.
Es loable el intento de controlar las nuevas formas de precarización laboral −autónomo dependiente, contratos en prácticas o a tiempo parcial fraudulentos− del PSOE y Podemos. Pero muchos de ellos se esconden detrás de contratos temporales y por tanto creemos que la vía mas efectiva de luchar contra estas prácticas es también la implantación del contrato único indefinido.
En algunos aspectos el PSOE y Podemos quieren incluso endurecer el marco legal previo a la crisis, como en la reintroducción del derecho de readmisión tras el despido improcedente, algo comparable al denostado artículo 18 del Estatuto de los Trabajadores que había en Italia hasta que lo suprimió el gobierno de Renzi. Endurecer el régimen del despido improcedente suena atractivo y justo, pero en la práctica expone a los empresarios a un alto grado de inseguridad jurídica y desincentiva la contratación estable.
De hecho, creemos que se debería atacar otra anomalía de nuestro mercado de trabajo, que es la inseguridad jurídica del despido. La reforma de 2012 quiso restringir el papel de los jueces en la verificación de las causas objetivas para el despido. Sin embargo, posteriores sentencias han vuelto a introducir criterios basados en la proporcionalidad para la procedencia, abriendo otra vez la puerta a la judicialización excesiva de los despidos. Además, en el caso de los despidos colectivos (ERE) está el problema de la nulidad por errores de forma. El control de los jueces debería limitarse a comprobar la existencia de las causas reconocidas en la ley y deberían ser viables despidos colectivos en sectores con demanda estacional sin elevados costes. Por supuesto, estos asuntos son impopulares y ningún partido los trata en su programa.
Tabla 1. Medidas sobre Dualidad y Despido
Hay 13 comentarios
Hola a todos. Como es mi primer comentario en el blog quería en primer lugar felicitaros a todos por todo lo que se aprende de los posts, en especial a mi me viene genial por estudiar economía. Quería preguntaros por qué no pensáis que hay que facilitar el despido. En una economía tan cambiante, donde la innovación tecnológica se nota cada día, me parece razonable flexibilizar el mercado laboral de forma que no solo sea más fácil la contratación sino también el despido. Mi sensación es que Ciudadanos se queda a medias en el modelo de mercado laboral de Dinamarca, dónde tienen un modelo flexible pero justo con la minoría de perdedores de la destrucción creativa. La intervención del Estado no es para proteger a los insiders como en España, ni dar fuerza a los sindicatos, ni poner salarios mínimos muy por encima de la productividad, sino se basa en facilitar la reorientación de los trabajadores hacia las nuevas áreas de mayor valor añadido. Me parece una mejora el contrato único para luchar contra la temporalidad( y los pocos incentivos a ser productivos de los trabajadores temporales) pero la verdadera revolución es llegar a un modelo más flexible. Y por supuesto mejorar la educación favoreciendo una cierta libertad de plan de estudios(garantizando por supuesto igualdad de oportunidades). ¿No creéis que ese es el fondo del problema para llegar a un desempleo estructural mucho menor? Un saludo
El Estudiante, la experiencia demuestra que la dualidad, con unos trabajadores muy protegidos y otros muy desprotegidos es mala, y por eso nuestros esfuerzos se han orientado a luchar contra ella. La propuesta del contrato único está guiada por la idea de que, con un nivel de protección medio similar al actual pero más uniforme, habría grandes ganancias de bienestar. Establecer el nivel óptimo de protección del empleo es difícil y debe hacerse considerando todas las instituciones laborales a la vez, no solo los costes de despido: protección por desempleo, negociación colectiva, políticas activas, salario mínimo, etc. Personalmente soy partidario de ir hacia un sistema de 'flexiguridad', con menor protección del empleo y más políticas activas, con cambios en otras instituciones también. Pero la dualidad es el primer asunto.
Muchísimas gracias, una duda desde el desconocimiento de la realidad internacional ¿Se ha puesto en marcha el contrato único de indemninzación creciente en algún lugar del mundo, o la evidencia se limita a estudios econométricos? y otra relacionada, ¿ Me podrías recomendar algún estudio que indique la relación de las subidas salario mínimo con el empleo?
Luis(ín), un contrato similar al que proponemos se ha puesto en marcha en Italia el pasado 7 de marzo, ver aquí:
https://nadaesgratis.es/bentolila/sabores-de-contratos-unico-unificados-y-a-la-italiana
No obstante, no se ha restringido la contratación temporal, que es parte esencial de nuestra propuesta. Por otra parte, todos los países donde la tasa de temporalidad es pequeña y hay una protección contra el despido tienen, en sentido amplio, un 'contrato único'.
Trabajos clásicos sobre el salario mínimo:
Card, David and Alan B. Krueger (1994), "Minimum Wages and Employment: A Case Study of the Fast-Food Industry in New Jersey and Pennsylvania, American Economic Review", 84(4): 772-793.
Neumark, David and William Wascher (2000), "Minimum Wages and Employment: A Case Study of the Fast-Food Industry in New Jersey and Pennsylvania: Comment", American Economic Review, 90(5): 1362-1396.
Sería interesante, puestos a pedir, la creación de una especie de "metablog" donde se pudieran contrastar los argumentos de los distintos blogs españoles de economía, haciendo que los representantes de cada uno de ellos tuvieran en cuenta e incorporaran a su vez los razonamientos expuestos por los representantes de los otros blogs.
Vengo a pensar esto porque al leer la entrada "Ciudadanos: Naranja es el nuevo azul" de economistasfrentealacrisis.com, encuentro algunos enunciados que tratan de fundamentar las dudas que les despierta el contrato único del programa de Ciudadanos. Me permito un breve resumen:
- Escaso detalle del mismo en el programa (ya apuntado también aquí), desconociéndose así cuestiones tan importantes como la indemnización de partida o la relación de coexistencia con otras tipologías de contratación (ETT's, etc.).
- Dado que la temporalidad se concentra en los empleos de menor valor añadido y mayores rotabilidad y estacionalidad, si la indemnización de partida del CU es muy baja, los costes de despido con esta modalidad pueden ser incluso menores que los existentes en la actualidad, por lo que el problema de la temporalidad podría incluso empeorar.
- Problemas estadísticos para conocer la tasa de temporalidad efectiva.
No es mi intención, como señalaba al principio, posicionarme en ningún sentido. Las ciencias sociales no son ajenas, por otro lado, a las preferencias del investigador. En cualquier caso, es una suerte para mí poder contar con ambos blogs (y con unos cuantos más).
Alberto,
No nos hagas leer las entradas de los economistas (perdidos 🙂 ) frente a la crisis. Todavía escuece la derrota en le elección del mejor blog de economía. Dicho esto ya parece que tienes la ides para tú blog!
Desde un punto de vista económico, si la empresa considera, y el dinamismo del mercado laboral la obliga, que la productividad del trabajador merece algún complemento del tipo de seguro sanitario, fondo de pensiones, seguro de desempleo, o incluso indemnización por despido, se encargará de proporcionarlo. Por el contrario, si la productividad del trabajador no alcanza para tales beneficios, la imposición de los mismos se traducirá en menor contratación y sueldos más bajos. La obligación de cotizar y de indemnizar, o es superflua, o es lesiva para los trabajadores. Y, sobre todo, para los que quieren serlo pero no podrán. "Nada es gratis" decía el gran Milton Friedman.
Viene esta reflexión a colación del consenso en torno a la necesidad de que haya indemnización por despido, además con dos escalas dependiendo de si es objetivo o improcedente, y de mantener las cotizaciones. Sobre todo en los niveles actuales. Pero también con respecto a la propuesta de bonus-malus para modular las cotizaciones en función del historial de despidos. Le quita toda la utilidad al contrato único para las empresas cuya actividad se caracteriza por ser fuertemente estacional, o sujeta a elevada incertidumbre.
Sobre el resto de propuestas, poco más que añadir. Son simple continuismo con la normativa laboral que ha hecho subir el desempleo muy por encima del 20% tres veces en treinta años. Me pregunto qué más hará falta para llegar al convencimiento de que lo que se necesita es una liberalización radical, y no más cambios cosméticos para perpetuar algo tan contraproducente.
Pues va a ser difícil "llegar al convencimiento de que lo que se necesita es una liberalización radical". La última reforma laboral ha llevado a España, en cuanto a liberalización del mercado laboral, mucho más lejos que muchos países que tienen niveles de desempleo muchos más bajos. Los resultados están ahí: todavía un paro altísimo y, el poco empleo que se crea, se crea con salarios muy bajos y gracias a una coyuntura internacional favorable (petróleo barato y nueva política monetaria del BCE).
Permíteme que discrepe. En Europa hay diez países sin indemnización por despido. Y, salvo Portugal y Grecia, todos los demás exigen bastante menos. Con las cotizaciones ocurre más de lo mismo. En la práctica, la reforma laboral no ha cambiado la normativa para las pymes en materia de despido y convenios. ¿Cuán fácil es para las empresas de menos 10 trabajadores el descuelgue del convenio de ámbito superior, o la redacción de un convenio de empresa propio? También continúan las barreras al crecimiento en forma de las obligaciones para con los sindicatos cuando se van superando ciertas cantidades de trabajadores. La reforma laboral es bastante timorata, y lo que es peor, conlleva unas cargas burocráticas que no todas las pymes pueden afrontar. Pymes que son las principales creadoras de empleo en nuestra economía. Se crea más empleo, porque hay más facilidades. Pero no muchas más, ni para todas las empresas, por lo que el desempleo y los salarios tardarán en mejorar, si es que la coyuntura permanece favorable. Todavía es más difícil un despido que un divorcio.
Antonio:
España es uno de los países de la OCDE con mayores índices de empleo precario, en cuanto a salario y temporalidad. Si dicho empleo existe, es porque la legislación lo permite. Eso por no hablar de los abundantes fraudes (falsos autónomos, horas extras no pagadas, subcontratación irregular). Por si fuera poco, en pocos países de la OCDE es posible contratar personal cualificado (en especial titulados universitarios) por salarios más bajos.
Sencillamente, no se sostiene la tesis de que las empresas españolas están esperando a mejores condiciones para crear puestos de trabajo, en cuanto a salarios bajos y discrecionalidad para la interrupción del empleo.
Las causas deben ser otras.
Atentamente,
JdB
Es cierto que el problema del empleo no es sólo consecuencia de la legislación laboral, por supuesto. La economía española está por debajo del puesto 50 en el índice de libertad económica, así que parece claro que tiene muchos otros problemas que solucionar. Pero tampoco podemos dejar que el bosque no nos deje ver los árboles. En este caso el del mercado laboral.
La precariedad y el fraude son un claro síntoma. Al igual que en cualquier otro mercado en que la legislación impide el correcto ajuste entre oferta y demanda, los consumidores recurren a vías y técnicas al borde o fuera de una legalidad que les dificulta satisfacer su demanda de consumo. Sobre todo cuando la propia supervivencia depende de ello. En el caso del mercado laboral, los consumidores son las empresas. Y los problemas que comentas sugieren que hay una fuerte demanda real de las empresas por reformas que les permitan ajustarse a sus necesidades de flexibilidad. Porque la necesidad siempre va a estar ahí. La ley puede poner dificultades, o facilitar el proceso. Y, como también se demuestra en cualquier otro mercado, siempre que se facilita el encuentro entre oferta y demanda, el bienestar general aumenta. Lo que incluiría también las condiciones de los trabajadores que, por su baja productividad o formación, son los más vulnerables actualmente a la precariedad y el fraude.
Un saludo, y felices fiestas.
Una pregunta, ¿qué incentivos hay a que las empresas que ahora usan el contrato temporal "fraudulentamente" no lo usen ahora también, i.e., te despido cada dos años y te vuelvo a contratar porque las indemnizaciones crecientes al inicio son bajas? ¿No se evitaría con indemnizaciones decrecientes, que también desincentivarían el despido a personas de mayor edad (derivada negativa, pero la integral (indemnización) es creciente), aunque en menor medida? Aunque lo último afectaría a los contratos que sí son temporales.
Gracias y un saludo.
Álvaro, ahora las indemnizaciones ya son crecientes con la antigüedad (e.g. 33 días por año de servicio en el despido improcedente). El contrato único elevaría la pendiente de la senda de indemnizaciones, reduciendo la abscisa en el origen (menor indemnización inicial, mayor crecimiento con la antigüedad). Esta propuesta pretende reducir el miedo del empresario a contratar al inicio de la relación laboral, en que puede averiguar la calidad de su emparejamiento con el trabajador, y dar progresivamente más seguridad en su empleo al trabajador. Por el primer motivo sería contraproducente una escala de indemnizaciones decreciente.
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