Por Beatriz G. López-Valcárcel y Patricia Barber Pérez
La crisis de la medicina de familia en España (también fuera) lleva tiempo diagnosticada (ver aquí), sin que se termine de encontrar un tratamiento eficaz. Este año, la Generalitat de Cataluña ha optado por dar incentivos económicos a los MIR que elijan Medicina Familiar y Comunitaria (MFC): 5,000, 7,000 o 9,000 euros anuales según la plaza esté en el área metropolitana de Barcelona, en el resto de Barcelona o en otras partes de Cataluña (ver la noticia aquí).
He de confesar que estoy impaciente y expectante desde el 29 de abril, día en que empezó el proceso de elección de plazas MIR este año: ¿Habrá sido efectiva la medida? ¿Cuánto?
Todos los datos están disponibles, y son fáciles de consultar, gracias al trabajo del José María Romeo en su blog https://gangasmir.blogspot.com/. Ayer, 19 de mayo, elegía su plaza el candidato número 8,400 del ranking. De las 8,188 plazas de cupo para médicos quedan el 12% por cubrir, correspondientes a 9 especialidades (tabla 1). El 34% de las plazas de medicina de familia están aún sin cubrir. Además de las especialidades multiprofesionales (les he puesto una M en la tabla), muy codiciadas por los demás profesionales y muy poco por los médicos (ya hemos hablado de ellas en una entrada anterior), es notoria la falta de alineamiento entre lo individualmente atractivo y lo socialmente necesario.
Que la salud pública tenga un 46% de sus plazas por cubrir es señal extremadamente preocupante en un contexto de pandemia en el que la salud pública ha sido más visible que nunca, y con el Centro Estatal de Salud Pública a punto de nacer. Que la medicina del trabajo tenga aún el 56% de sus plazas sin ocupar es también pésima señal.
Globalmente, un año más carecemos de razones para el optimismo sobre el futuro de la medicina de familia. Incluso estamos peor que antes de la pandemia. En 2019 (convocatoria MIR 2018), 101 entre los 3,000 primeros eligieron MFC; este año, 82. Las comparaciones son igual de pesimistas si miramos los 2,000 o los 4,000 primeros.
Pero volvamos a mi impaciencia ¿Habrá funcionado el incentivo catalán?
He comparado las plazas libres de MFC este año, a día de ayer (19 de mayo) con las de la convocatoria pasada en la fecha equivalente, es decir, el día en que quedaban el 34% de las plazas de MFC de toda España por cubrir (fue el 9 de julio de 2021, el año pasado la elección MIR empezó mas tarde).
Los datos por Comunidades Autónomas (CCAA) de ambos años (figura) nos cuentan varios relatos. En la figura, las CCAA que están por encima y a la izquierda de la bisectriz, marcada con línea intermitente, han mejorado este año respecto al año pasado. Cuanto más cerca del origen de coordenadas, menos plazas vacantes de MFC quedan, y por tanto mejor le va a esa Comunidad. Canarias, Madrid y el País Vasco se libran de problemas de cobertura, mientras que Extremadura, la Rioja y Castilla León tienen serios problemas.
En Cataluña, el 50.5% de las plazas MIR de MFC están aún por cubrir, el año pasado era el 58%, por tanto se ha mejorado sensiblemente.
Agrupando las plazas de todas las demás CCAA a modo de “grupo de control”, el año pasado faltaban por cubrir el 29.5% del total sus plazas, y este año el 31.3% (tabla 2). Por tanto, una primera aproximación sugiere que el incentivo económico de Cataluña está funcionando, podría haber reducido en 9.3 puntos porcentuales las plazas vacantes de MFC a estas alturas.
Dentro de Cataluña, la mejora se aprecia en algunas unidades docentes pero no en todas. En los centros propios del Instituto Catalán de la Salud (ICS) de la zona metropolitana de Barcelona ya no quedan plazas (el año pasado, a estas alturas quedaba el 10%), y fuera de la provincia se ha mejorado notablemente la cobertura en Cambrils, Girona y Tarragona, aunque no en Lleida.
Concluimos que los incentivos económicos no han sido suficientes para compensar las fuertes preferencias por las ciudades y por los hospitales y que a pesar de ellos, Cataluña tiene mas dificultades de cobertura MIR de MFC que el conjunto del Estado.
Otro día hablaremos del curioso caso de Madrid.
Hay 3 comentarios
¿Se conoce si hay suficientes médicos formados en Cataluña para cubrir las plazas ofertadas? Si ni es así la causa de los problemas podría ser la reticencia de médicos de otras partes para cubrir plazas en Cataluña.
Muy buena entrada Patri y Bea! En todo caso añado: el atractivo de elegir especialidades tiene que ver en general con la posibilidad de ejercer después una privada compatible de modo laxo con la pública Los costes de oportunidad de no hacerlo (en favor de la medicina familar y comunitaria) en zonas rurales es menor. Un ajuste por rello (básicamente concenración urbana y renta pc della Comunidad, podría añadir explicación. Y sí Valiente Argimon en Cataluña, aunque ya veremos como se paga habida cuenta del embrollo de la financiación sanitaria. De hecho más primaria equivale a más exclusividad y menos doble aseguramiento, que por el momento es el balón de escape de la utilización sanitaria que tiende a evitar la concentración de mayores costes para el sistema público.
Excelente entrada, Beatríz y Patricia.
Aunque me pierdo un poco con los números, disculpa mi ignorancia. Pero creo que la posibilidad de elegir especialidad y destino, debe ser en todo caso regulada para adaptar la demanda de los servicios interesados. Sobre todo en un sector estratégico a nivel nacional como es el sociosanitario.
A la falta de recursos en atención primaria, que acompaña la mala gestión, que se visibiliza en profesionales desbordados, cada vez más mayores (los auténticos héroes), o personal extranjero o jóvenes con contratos de días, que desconocen el sistema y que son propensos a incurrir en errores no deseados.
Esta atención primaria Low Cost, que está mudando su piel, hacía algo irreconocible, sufre una crisis dual, de financiación y de modelo. Está bien destinar incentivos para corregir la carencia de profesionales para que elijan destino y especialidad con poco atractivo, pero considero que esto debe acompañarse de un pacto de estado para evitar la quiebra no solo económica sino moral, de un modelo reconocido mundialmente como uno de los mejores.
Saludos.
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