Finalizamos hoy nuestra reposición de entradas con este post originalmente publicado aquí.
Cualquiera que haya seguido con cierta atención las últimas encuestas electorales del CIS probablemente haya reparado en la creciente desproporción que existe entre la intención de voto declarada por los encuestados y la estimación de voto que predice el CIS. Según el último barómetro, los dos principales partidos, PP y PSOE, recogen una intención de voto del 22.6% de los encuestados, los otros partidos suman un apoyo del 20.9%, y el resto de encuestados declara que no piensa votar a ningún partido (un 32.8%) o ‘No sabe’ o ‘No contesta’ (un 23.6%). El CIS construye a partir de estos datos lo que se conoce como estimación de voto, que consiste en la elaboración de un modelo de corrección del voto oculto basado en variables de la encuesta como la experiencia pasada, la ideología o informaciones de tipo cualitativo. Según estos cálculos, el PP y el PSOE recibirían un apoyo del 58.7%, mientras que el resto de partidos obtendría únicamente el 37.4%. Es decir, de un empate técnico en términos de intención de voto se pasa a un escenario en el que los dos grandes partidos obtendrían un 50% más votos que el resto de partidos.
No existen precedentes en nuestra historia reciente de una diferencia de tal magnitud entre la imagen que ofrecen las cifras de intención de voto y las estimaciones que realiza el CIS . En las últimas décadas el CIS estimaba que el PP y el PSOE recibirían aproximadamente 1.5 puntos porcentuales en voto válido por cada punto porcentual que recibían en términos de intención de voto, una cifra que parece consistente con una abstención del 20-30%. Sin embargo, como puede observarse en la siguiente gráfica, esta tendencia se rompe a partir de Enero 2012. El último barómetro el CIS atribuye al PP y al PSOE una proporción de voto válido 2.6 veces superior a su intención de voto. A los demás partidos les atribuye un multiplicador en torno a 1.8.
Ratio entre la estimación de voto y la intención de voto, voto conjunto de PP y PSOE
Es difícil saber exactamente a qué se debe este aparente cambio en las estimaciones del CIS. El CIS no dispone de elecciones recientes que le hayan permitido recalibrar el modelo estadístico. El método de cálculo del CIS cambia con cada nuevo equipo de dirección (es decir, con cada nuevo gobierno) y nunca se ha hecho público. El número de encuestados que ‘No sabe’ o ‘No contesta’ se ha mantenido en un nivel muy similar en las últimas décadas, por lo que no cabe atribuir a este factor el aumento relativo en la estimación de voto del PP y el PSOE. Sí se ha observado una disminución muy significativo en la tasa de participación. Las encuestas del CIS nunca habían registrado una cifra tan elevada de encuestados que piensa abstenerse, votar en blanco o votar nulo.
El aumento relativo en el voto estimado de PP y PSOE solamente puede explicarse si ha variado la distribución del voto entre aquellos que no contestan a la encuesta o que ocultan su voto. En la siguiente tabla planteo distintos escenarios, indicando el porcentaje de votos que PSOE y PP obtendrían en cada caso, asumiendo una participación electoral del 65%. Las dos primeras columnas indican respectivamente la intención de voto y la estimación de voto según el último barómetro del CIS. En la columna 3 se considera la posibilidad de que un 80% de los indecisos que decide participar en las elecciones vote al PP o al PSOE. Este sería un escenario relativamente extremo, teniendo en cuenta que únicamente el 50% de los indecisos declara haber votado al PP o al PSOE en las elecciones anteriores. En la columna 4, el voto oculto se reparte al 50%. Es decir, todos los indecisos que en las anteriores elecciones habían votado al PP o al PSOE deciden finalmente volver a votarles. En la última columna se estudia la posibilidad de que la mayoría de los indecisos acabe finalmente dando su apoyo a otros partidos. En este caso únicamente votarían por el PP y el PSOE aquellos indecisos que en la encuesta manifiestan su simpatía por estos partidos. Los tres escenarios ofrecen distribuciones de voto muy diferentes. El primer escenario, donde se contempla un apoyo abrumador de los indecisos al PP y al PSOE, consigue replicar las estimaciones del CIS. El PP y el PSOE obtendrían cerca del 58% de los votos, una cifra muy inferior al 73% obtenido en las últimas elecciones pero que aún podría permitir la gobernabilidad con la ayuda de un tercer partido. En cambio, si los indecisos repartieran su voto al 50%, el apoyo de los grandes partidos baja cerca de nueve puntos y se situaría en torno al 49%. Por último, si el PP y el PSOE recibieran únicamente el voto de los indecisos que aún les profesan simpatía, la cifra sería aún menor, en torno al 41%.
Voto directo en la encuesta (en %) | Estimación de voto CIS (en % sobre voto válido) | Participación=65% | |||
Asignación del voto oculto | |||||
80-20 | 50-50 | 20-80 | |||
PP-PSOE | 23 | 59 | 58 | 49 | 41 |
Otros partidos | 21 | 37 | 38 | 47 | 56 |
Votos blancos | 8 | 4 | 4 | 4 | 4 |
Voto nulo | 0.5 | ||||
Abstención | 24.2 | ||||
No sabe | 21.1 | ||||
No contesta | 2.5 |
Más allá de posibles sesgos, nos encontramos ante una situación inédita donde resulta difícil realizar predicciones acerca del comportamiento electoral y el margen de error de las estimaciones es muy alto. Las elecciones europeas que se celebrarán en unos meses ayudarán a afinar o a corregir el modelo de estimación del CIS. Esperemos que los grandes partidos sean capaces de reaccionar, perseverando en las reformas, introduciendo democracia interna, transparencia y una mayor meritocracia. De lo contrario, si el emperador persistiera en su desnudez, corremos el riesgo de sustituir la crisis económica por una crisis política de consecuencias imprevisibles.
Fe de erratas (25-2-2014, 17:00): En la última tabla se indicaba por error una tasa de abstención del 65%, cuando en realidad esta cifra se refiere a la tasa de participación.
Hay 1 comentarios
Estas elecciones europeas y las siguientes municipales y generales tienen algo que puede cambiar y mucho el comportamiento electoral. Es la primera vez que tanto PP como PSOE tienen sendos partidos que pueden darle al electorado que lo desee una verdadera alternativa de voto. Alternativa que hasta ahora no la habia tenido el electorado del PP y, en el caso del electorado del PSOE, la alternativa de UPyD nunca acabo de arrancar lo suficiente en lo que a unas generales se refiere.
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