Hace unas semanas tras asistir a un congreso recibí un email de una revista llamada “Journal of Business and Economics” donde me comunican que están muy interesados en mi último artículo y quieren publicarlo. De hecho están tan entusiasmados con la calidad de mi trabajo que se ofrecen a publicar todos mis proyectos. Pero lo que más me llamó la atención del email fue una de las últimas frases: quieren que seamos amigos (“we wish to become your friends if necessary” (sic)). ¡No me dirán que no son majos! Qué desilusión cuando me enteré que cobran 50$ por cada página del artículo y además habían enviado el mismo email a todos los participantes en el congreso. (Y cómo me decepcionó comprobar que no habría sido el primer español en publicar en esta revista, ni tampoco el segundo, ni el tercero…)
Bromas aparte, como nos recordaba hace unos meses Jesús Fernández-Villaverde, en los últimos años han proliferado las llamadas “revistas predatorias”. Ofrecen condiciones irresistibles, no hay que contestar a engorrosos evaluadores anónimos y te publican el artículo en escasas semanas. Hay que pagar pero con un poco de suerte se puede cargar el coste de la publicación al departamento o a algún proyecto de investigación. Para convencer a los indecisos, algunas revistas, como el poco ético “Research Journali of Business Ethics” incluyen en su página web un tentador link de “publish now” y precios muy sexis: ¡69 dólares!
Afortunadamente, la comunidad académica parece estar reaccionando, “naming and shaming” las revistas fraudulentas. El más famoso cazador de depredadores es Jeffrey Beall, que elabora desde hace unos años una lista de “potenciales, posibles y probables” editoriales y revistas predatorias. Su criterio se basa en las habituales señales de alarma que caracterizan a una revista predatoria: no tienen consejo editorial o se lo inventan (sin ir más lejos, uno de los colaboradores de nadaesgratis se ha enterado a través mío de que figura en uno de estos consejos editoriales), ofrecen información falsa acerca de la naturaleza de la revista, publicitan índices de impacto ficticios, no someten los artículos a evaluación anónima, etc. Por ejemplo, el “Journal of Business and Economics”, la revista que tan amablemente quería publicar toda mi obra, asegura tener sede en Estados Unidos pero envía sus emails desde IPs chinos. Uno de los miembros del supuesto consejo editorial me ha comunicado que figura en contra su voluntad y se niegan a darle de baja. No sorprendentemente, la editorial que publica este journal, la Academic Star Publishing Company, está en la lista de Beall.
La lista de Beall no es perfecta pero es una buena guía para saber qué revistas los autores deben evitar, como ha puesto de manifiesto un experimento realizado por la revista Science. Enviaron un artículo manifiestamente absurdo a 304 revistas open-access, entre las que se incluían algo más de un centenar de revistas que figuraban en la lista de Beall. De estas, 93 aceptaron el artículo directamente (el 84%) y solamente 18 lo rechazaron (el 16%). También se han hecho célebres algunos artículos surrealistas que se han publicado en estas revistas enviados por investigadores con mucho sentido del humor.
La mayor parte de autores que publican en las revistas predatorias provienen de países en desarrollo pero también abundan los clientes de países europeos. En un estudio que estoy realizando conjuntamente con Natalia Zinovyeva y Mauro Sylos-Labini analizamos los CVs de los participantes en las pruebas de habilitación en Italia para detectar cuantos de ellos publican en revistas de la lista de Beall. Hemos encontrado varios centenares de autores de un total de varias decenas de miles de candidatos. Es decir, la mayoría de los investigadores no publica en este tipo de revistas, pero existe una minoría no despreciable que sí lo hace. Muchos de estos investigadores publican una y otra vez en la lista de Beall, como si por error la hubieran confundido con la lista de revistas de calidad donde deberían publicar. No tenemos información sistemática para España, pero la evidencia anecdótica que hemos observado sugiere que la situación es bastante parecida.
¿Por qué publicar en una revista predatoria? En algunas ocasiones las víctimas son los propios investigadores, que ingenuamente caen en el engaño. En otros casos, quizás la mayoría, son los autores los que intentan engañar a los burócratas que evalúan los méritos académicos (y a los ciudadanos que financian la investigación con sus impuestos). En el mundo académico cada vez es mayor la presión para que se investigue y ante el dilema de “publish or perish”, algunos optan por la primera opción aunque haya que vender el alma al diablo.
Para poder controlar la calidad de la investigación muchos países han elaborado su propias listas de revistas (e.g: Finlandia, Italia). Pero incluso estas listas incluyen revistas predatorias. Según nuestros cálculos la lista italiana incluye unas 240 revistas de la lista de Beall y la finlandesa unas 250. En España tradicionalmente se ha optado por valorar los artículos publicados en revistas indexadas por ISI-Web of Science (unas 7,000 revistas), pero la Comisión Nacional Evaluadora de la Actividad Investigadora ha anunciado en diciembre que también valorará todos aquellos artículos publicados en revistas recogidas por SCOPUS (más de 20,000 revistas). Esto probablemente agravará el problema: a diferencia de ISI-Web of Science, SCOPUS incluye al menos 270 revistas de la lista de Beall. Por ejemplo, el European Journal of Economics, Finance and Administrative Sciences, aparentemente una revista europea, es en realidad una oscura revista de las Islas Seychelles cuyas prácticas dejan mucho que desear. Dados los nuevos incentivos, no se sorprendan si comienzan a publicar en esta revista numerosos autores españoles (de hecho algunos ya han comenzado).
Pero ni siquiera depurando SCOPUS de revistas predatorias se resuelve el problema de la evaluación. Como ya se ha señalado en repetidas ocasiones en nadaesgratis, si queremos medir la calidad no hay atajos, es imprescindible que las evaluaciones científicas tengan un mínimo de profundidad, más allá de simples criterios cuantitativos que pueden ser útiles pero no son suficientes. Además, para que aumente la probabilidad de que las trampas sean detectadas también los procesos de evaluación científica deben ser más transparente (lo sé, me repito! :-). Cuando los currículum de los candidatos y las evaluaciones están a disposición del público es mucho más fácil detectar irregularidades y corregirlas en un futuro. Por ejemplo, en Italia los CVs de los candidatos que han participado en las pruebas de habilitación están disponibles online. Aquellos investigadores que intenten hacer carrera a base de publicaciones en revistas predatorias se exponen al riesgo de ser descubiertos por cualquier curioso que haga un poco de investigación. Aquí tenéis, por ejemplo, dos casos escogidos al azar de investigadores italianos que han publicado más de la mitad de sus artículos en revistas de la lista de Beall: uno de ellos tuvo éxito con su argucia y se habilitó, el otro no tuvo tanta suerte. Confíamos en publicar en las próximas semanas un informe detallado que pueda ayudar a corregir este tipo de problemas en el sistema de habilitación italiano.
Si queremos eliminar el fraude académico, el comportamiento inapropiado tiene que tener sus consecuencias. Los investigadores que publiquen repetidamente en revistas predatorias e intenten sacar provecho académico por ello deben "perecer" académicamente. El mundo académico español ha sido demasiado complaciente con la corrupción, como se ha puesto de manifiesto con los diversos casos de fraude académico que se han discutido en este blog (caso Mejuto en la Universidad de Vigo, el plagio del director del Instituto de Estudios Fiscales, las publicaciones de los evaluadores de las oposiciones a Economista del Estado en revistas predatorias, etc.). Quizás en parte se deba a que nuestras universidades operan en un entorno muy poco competitivo. Nuestras carreras profesionales no se ven demasiado afectadas por el comportamiento poco ético de nuestros colegas y, por desgracia, no parece que ni a los estudiantes ni a las universidades les preocupe excesivamente la honestidad de sus profesores. Pero una vez más, la receta contra la corrupción, académica o no, tiene que ser la misma: información, transparencia, intolerancia con las malas prácticas y más competencia.
Nota del autor 1 (18-2-2015): Uno de los artículos publicados en la revista predatoria Journal of Business and Economics a los que aludo en el primer párrafo (Don’t Think Twice, It’s All Right: Towards a New Copyright Protection System de Pedro Letai, Instituto de Empresa) es en al menos un 56% plagio de artículos anteriores. Por ejemplo, el 18% del artículo, casi toda la sección 3, ha sido copiada de Hugenholtz, B. (2000), 'The Great Copyright Robbery; Rights Allocation in a Digital Environment'. Esta fuente ni siquiera es citada. Otro 6% del artículo, gran parte de la sección 4, ha sido copiado de Martin Kretschmer (2012) "Copyright Term Reversion and the "Use‐It‐ Or‐Lose‐It" Principle". Otro 32% procede literalmente de diversas fuentes (informe del software turnitin). Es probable que este caso sea revelador de por qué algunos autores deciden publicar en revistas predatorias: quizás confían en que la ausencia de evaluadores anónimos y los incentivos perversos de este tipo de revistas impida que el plagio sea detectado.
Hay 44 comentarios
Muy buenas;
El artículo me ha parecido muy interesante.
Quisiera dejar un breve apunte, no obstante, sobre las publicaciones académicas y sobre un mal endemico esencialmente español.
Verá; yo trabajo en un sector ,donde, aún estando fuera del mundo académico si esta "muy bien visto" tanto publicar como impartir cursos de formación.¿El problema?.
El problema básico es que siempre publican los mismos, y siempre dan los cursos los mismos. Para ser justo, he de decir, que son grandes profesionales, a los que admiro profundamente. El problema no es que den cursos ni que publiquen, el problema estriba en que "solo ellos" publican.
Se da en ellos una conjunción entre excelencia profesional y el hecho de tener los contactos adecuados.
En ese escenario puedo entender y comprender el atractivo de las revistas predatorias.
Creo que debería fomentarse un escenario en que los profesionales(sean o no del mundo universitario o académico) investiguen,escriban, innoven y expongan sus ideas negro sobre blanco y en el que las revistas y especialistas lean, corrijan y publiquen aquellos artículos que aporten valor y desechen aquellos que no valgan.
En mi modesta opinión, la labor de investigación y de elabroración de un estudio sobre un tema determinado siempre es valioso, aunque se quede finalmente encerrado en un cajón.
Javier,
Gracias por tu comentario. Hoy en día las revistas académicas realizan un labor más bien de certificación de la calidad que no de difusión. Cuando un investigador completa un nuevo estudio la forma de hacerlo llegar a la comunidad académica es presentarlo en reuniones científicas, enviarlo a colegas, y publicarlo como documento de trabajo en su página web. A menudo también se publica en alguna serie de documentos de trabajo (casi todas las universidades tienen una propia), aunque cada vez más hay gente que considera que no es necesario.
En cualquier caso, las revistas predatorias no realizan ninguna tarea de difusión ni tampoco aspiran a ello. Se trata únicamente de aparentar una falsa calidad. Por ejemplo, el nombre de la revista que menciono al principio del post, "Journal of Business and Economics", induce a la confusión con dos revista legítimas, el "Journal of Economics and Business" y el "Journal of Business Economics".
El problema estructural es que a los salarios actuales hay un exceso de oferta de investigadores en el mercado global (sí, en unas disciplinas más que en otras). Los investigadores viejos (mayores de 40) protegen sus intereses tratando de imponer estándares que ellos pueden satisfacer porque controlan el acceso a medios de publicación que dicen respetar esos estándares. Además, los viejos controlan la promoción de jóvenes primero queriendo forzar una estructura jerárquica (algo difícil pero que se facilita en universidades en que la investigación y la educación coexisten como actividades importantes) y segundo forzando a los jóvenes a aceptar su tutela en equipos de investigación (hace tiempo que algunos se preguntan por qué tantos artículos firmados por varios investigadores).
En el mercado global del fútbol, los padres compiten para que sus hijos (menores de 15 años) sean contratados por grandes clubes donde esperan terminar su formación y graduarse con el título Messi (un contrato profesional 5 estrellas). La organización necesaria para que los torneos nacionales e internacionales aprovechen el stock de titulados Messi y no-Messi es compleja pero se puede entender con poco esfuerzo porque (a) la vida útil de los jugadores es corta y entonces se necesita un recambio continuo, y (b) cada unidad o equipo hace algo específico y delimitado que facilita valorar la contribución individual. Estas dos condiciones no se dan en el mercado global de la investigación.
EB,
Si entiendo bien tu argumento es que no se dan suficientes oportunidades a los jóvenes. Me recuerda a un artículo que me encanta de uno de mis colegas (Superstars and Mediocrities: Market Failure in The Discovery of Talent).
De todas formas, creo que no me he explicado muy bien al describir el mundo de los journals predatorios. El problema de los journals predatorios no es que tengan mala calidad, sino que además utilizan sistemáticamente el engaño. Por seguir con el ejemplo del "Journal of Business and Economics", pretende ser un journal americano pero el IP desde el que envían sus emails está en China. El Consejo Editor que figura en la página web es falso: uno de los miembros me ha confirmado que lleva años intentando que le den de baja sin éxito. En definitiva, como dice Anxo en un tweet, se trata simplemente de la enésima reinvención del timo de la estampita.
Aunque retirado hace tiempo, intento estar actualizado sobre lo que pasa en la academia de EEUU y otros países. Mi comentario refleja mi impresión que el exceso de oferta de investigadores es un problema importante y que este exceso explica conductas de los oferentes para acceder a la academia y en particular para su promoción. Digamos que la competencia interna es fuerte y los viejos tienen ventajas que explico en el comentario; dicho de otra manera los profesores jóvenes están dispuestos a pagar un precio alto por la titularidad vitalicia y el reconocimiento de los mayores. (Nota: hoy Cowen en MR tiene un post sobre discriminación contra viejos pero se refiere a mayores de 40 que por primera vez quieren acceder a la academia; ver reacción de R. Hanson en http://www.overcomingbias.com/2015/02/aged-profs-vices-virtues.html ).
Entre las conductas cuestionables en la competencia por la titularidad vitalicia y el reconocimiento está la publicación en revistas malas (en algunas universidades lo que cuenta es el número de publicaciones y no la revista). Uno espera que la competencia de nuevas revistas de acceso abierto termine con las revistas malas, pero tomará su tiempo.
Esta columna de M. McArdle sobre el mercado de trabajo de los nuevos Ph.Ds explica cómo sus oportunidades han ido deteriorándose
http://www.bloombergview.com/articles/2014-01-03/can-t-get-tenure-then-get-a-real-job
Le agradezco la referencia al paper de M. Terviö pero no comparto su énfasis en los procesos de revelación y selección de talentos, o dicho otra manera que lo decisivo es la escasez de oportunidades para que los talentosos muestren su talento y no la escasez de talento. Aunque sí es cierto que las oportunidades son escasas, mucho más por la intervención estatal (grotesca incluso en las democracias constitucionales) que los fallos de los mercados, la escasez de talento (apropiadamente definido, lo que incluye mucho más que unas pocas habilidades especiales) sigue siendo el factor decisivo. Richard Florida gusta hablar de trabajos rutinarios y trabajos creativos, bajo el supuesto de que la creatividad requiere talento. Mi impresión es que la masificación de la educación escolar, incluyendo la universitaria, ha favorecido que su propósito principal sea hoy preparar gente para trabajos rutinarios. Incluso la educación de postgrado se ha vuelto más una etapa para trabajos rutinarios de investigación que para trabajos creativos (sin duda, la estandarización de la investigación académica para facilitar la promoción ha contribuido).
Hola Manuel, me pregunto si en otras áreas de conocimiento se produce también este fenómeno de las revistas predatórias. En ciencias como la física, por lo que tengo entendido, existen otros hábitos a la hora de publicar. Muchos científicos cuando tienen el borrador de su paper y están interesados en recibir feedback de la comunidad académica en general pueden enviarlos (previo envío a la revista) a plataformas en las que los borradores o papers terminados ya son públicos y pueden leerse abiertamente. Estas son plataformas como arxiv.org o inspire que creo que aunque no tienen revisores oficiales pero si todo el mundo de manera libre puede revisar si quiere con la finalidad de hacer sugerencias a los autores o interesarse por sus trabajos. Lo que vengo a decir es que este tipo de plataformas digamos libres permite saber quien esta haciendo trampas y quien no, o quien va a publicar cosas de calidad y quien no y más que qué revista es predatoria o no, se puede saber que autores publican con la intención de aportar al área y cuales lo hacen con otros motivos.
Estoy viendo incluso que en arxiv.org ya existe un apartado destinado a finanzas.
Quizá una plataforma de este estilo, abierta, ayudaría a evidenciar este problema y en tal caso el fenómeno de las revistas predatorias se reduciría.
Muchas gracias por vuestro trabajo
Saludos
Ana
Hola Ana,
Gracias por tu comentario. Creo que SSRN, que es también una plataforma abierta, realiza una función bastante parecida en Economía, como forma de divulgar el paper y al mismo tiempo poder atribuir prioridad sobre la contribución.
En Italia observamos los currículum de investigadores de todas las áreas y los hemos cruzado con la lista de Beall. La prevalencia de journals predatorios es en general muy parecida en Ciencias y en Ciencias Sociales y Humanidades. Quizás el principal outlier es Business and Management, donde hay una proliferación insólita.
Creo que todos estos problemas desaparecerían si tendieramos a publicar nuestras investigaciones en repositorios libres tipo ArXiv (http://es.wikipedia.org/wiki/ArXiv) o publicaciones de acceso abierto como PLOS ONE ( http://es.wikipedia.org/wiki/PLOS_ONE). Actualmente la cienciometría permite discriminar entre los trabajos científicos valiosos de los que no lo son por métodos mucho más precisos que el criterio decimonónico de considerar únicamente la revista donde ha sido publicados.
Fede, además de los espacios que usted menciona ya existen varios estudios sobre acceso abierto que deben tomarse en cuenta para entender cómo puede evolucionar el mercado global de la investigación científica (la buena, la mala y la horrible).
Recomiendo revisar la última versión del paper The Economics of Open Access Journals de Mark McCabe y C. Snyder
http://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=914525
como punto de partida para una discusión seria del potencial y de las consecuencias de las revistas de acceso abierto.
Hola Fede,
Yo creo que las revistas tradicionales siguen realizando una labor importante en términos de certificar la calidad. Es un mercado competitivo en el que la reputación proporciona incentivos relativamente buenos. Tienes razón que hay mucha varianza en calidad entre los artículos que han sido publicados en la misma revista, pero aún así para mí sigue siendo muy informativo donde ha sido publicado un artículo y me ahorra muchos costes de búsqueda.
Comparto el espíritu que impulso las publicaciones de acceso abierto, pero me preocupa el sistema de incentivos que se genera. En el sistema tradicional los que pagan son las bibliotecas y los lectores, que tienen incentivos apropiados para pagar únicamente por revistas de buena calidad. En el sistema de acceso abierto el que paga es el autor que quiere publicar y esto puede proporcionar a algunas revistas incentivos bastante peligrosos. ¡Veremos como evoluciona en el futuro!
Recomiendo leer el paper publicado días atrás cuyo resumen es el siguiente
Abstract: As of May 2014, the Directory of Open Access Journals (DOAJ) listed close to ten thousand fully open access, peer reviewed, scholarly journals. Most of these journals do not charge article processing charges (APCs). This article reports the results of a survey of the 2567 journals, or 26% of journals listed in DOAJ, that do have APCs based on a sample of 1432 of these journals. Results indicate a volatile sector that would make future APCs difficult to predict for budgeting purposes. DOAJ and publisher title lists often did not closely match. A number of journals were found on examination not to have APCs. A wide range of publication costs was found for every publisher type. The average (mean) APC of $964 contrasts with a mode of $0. At least 61% of publishers using APCs are commercial in nature, while many publishers are of unknown types. The vast majority of journals charging APCs (80%) were found to offer one or more variations on pricing, such as discounts for authors from mid to low income countries, differential pricing based on article type, institutional or society membership, and/or optional charges for extras such as English language editing services or fast track of articles. The complexity and volatility of this publishing landscape is discussed.
Citation: Morrison, H.; Salhab, J.; Calvé-Genest, A.; Horava, T. Open Access Article Processing Charges: DOAJ Survey May 2014. Publications 2015, 3, 1-16.
Gracias Manuel. Hace poco evalue un proyecto que solicitaba financiación publica, y me tomé la molestia de comprobar las revistas que no conocía del currículo del catedrático investigador principal. Me sorprendió comprobar que varias de ellas estaban en la lista de Beall. Si no fuera por este blog, habría pensado que esta persona tenía una larga lista de publicaciones internacionales de impacto! Gracias por llamar la atención sobre este tema.
Hola Libertad,
Yo también he tenido una experiencia parecida en una evaluación que realicé de un proyecto de un equipo de investigadores españoles. En este caso, además de incluir publicaciones en revistas predatorias también se incluía la asistencia a una conferencia predatoria en Las Vegas. La existencia de la lista de Beall, con todas sus imperfecciones, creo que va a dificultar la pervivencia de los journals predatorios, al menos en sus versiones más extremas.
Es encantador que, en las "affiliations" de uno de los artículos que enlazas, pone "Universidad de Oviedo, España, México". Casi parecen una editorial de las buenas.
🙂
En relación a ese artículo, una característica de las revistas predatorias es que, mientras que pagues, les trae sin cuidado el tema del artículo. El artículo trata sobre pedagogía y las autoras son una estudiante de doctorado y una profesora del departamento de Ciencias de la Educación de la Universidad de Oviedo. ¡Bonita forma de introducir a una joven investigadora en el mundo de la investigación! Los otros dos artículos tampoco tienen desperdicio. El primer artículo contiene solamente dos secciones (1.Introducción y 2.Conclusión). ¡Para que perder el tiempo (y dinero, 50$ página) desarrollando una tesis!
El otro artículo es simplemente un "corta y pega" de artículos anteriores (he añadido una nota al final de la entrada con los detalles). Tiene cierta gracia que la especialidad académica del autor sea precisamente la propiedad intelectual y que uno de los artículos plagiados se titule "The Great Copyright Robbery".
Manuel,
El mes pasado ecibí un mensaje de una revista (que no está en la lista de Beall) que me decía, entre otras cosas:
We received a manuscript titled "..." . I wish to inquire if you can create time to review this manuscript and send it to us within two weeks. Find below the abstract of the manuscript. NOTE: The full manuscript we be sent to you on your request.
Lo más divertido, aparte de que todas las frases están mal, es que... era un manuscrito sobre la obra de un famoso literato español del siglo XIX.
Samuel,
Me consta que tienes una fantástica reputación como buen referee, pero no sabía que tu fama llegaba a otras disciplinas! 🙂
Un detalle sobre la lista de Beall. La lista incluye relativamente pocas revistas, en general lo que recoge son las editoriales. Beall dice que las editoriales predatorias en general son tan prolíficas que es prácticamente imposible estar al día con todas las nuevas revistas que inventan.
¡Bingo! http://www.academicjournals.org
La propuesta de Fede de publicar en revistas de "Open access" tiene el problema de que muchas de ellas piden al autor que pague unas "fees" por cada artículo publicado. Por otra parte, "el criterio decimonónico de considerar únicamente la revista donde ha sido publicado" lleva siendo criticado desde hace mucho, pero la realidad sigue siendo que en cada campo hay unas cuantas revistas con prestigio bien ganado, que tienen unos editores serios y envían los artículos que reciben a unos "referees" igualmente serios. Estas revistas han conseguido llegar a tener índices de impacto altos. El índice de impacto es muy criticable, pero el hecho es que debido a que esas revistas lo tienen alto, muchos investigadores envían allí sus trabajos, por lo que la revista, recordemos que es seria, no los puede publicar todos, y tiene que rechazar la mayoría. Por consiguiente, si envías allí un artículo, que lo acepten será una muy buena indicación de que es de calidad.
Sobre lo que dice EB "hace tiempo que algunos se preguntan por qué tantos artículos firmados por varios investigadores" la respuesta, al menos en mi campo, es sencilla: la investigación requiere equipos y, a veces, colaboración entre varios equipos.
Sobre " los viejos controlan la promoción de jóvenes primero queriendo forzar una estructura jerárquica", la verdad es que una estructura jerárquica ha existido siempre, porque unos enseñan y otros, aprenden, y eso es cierto también en la investigación: un doctorando está aprendiendo, además de generando conocimiento; por eso le llaman "graduate student"
Por supuesto, siempre ha habido investigación en equipo, más en algunas disciplinas que en otras, pero lo que se cuestiona es por qué la autoría conjunta de papers ha aumentado tanto. En algunas disciplinas, por ejemplo economía, parece haber mucho trabajo ad hoc en equipos pequeños que antes se hacía individualmente.
Por supuesto, yo no estaba hablando de graduate students sino de quiénes recién completaron el doctorado, fueron contratados como profesores en el primer nivel al premio de la titularidad vitalicia y deben soportar una jerarquía de hecho que en los años 60 en EEUU no existía. En Europa y Japón, puede que siempre haya sido distinto por razones sociales y políticas ajenas al trabajo académico. Hoy día en EEUU hay universidades (o más específicamente unidades académicas) donde no existe una jerarquía de hecho (¿sólo en unidades relativamente nuevas?).
Entiendo lo que dice, y creo que trata un asunto extremadamente importante. Desde hace décadas, en USA el sistema de contratación de profesorado es de tipo "tenure track": cuando la universidad convoca una plaza cada candidato envía todos su méritos, un comité creado a propósito selecciona los que parecen mejores y se les convoca a una entrevista, que realmente dura un par de días, e incluye la impartición de un seminario y entrevistas individuales con varios profesores. Finalmente, se decide a quién se da la plaza. Primera diferencia con el sistema español: el departamento elige al candidato que más les gusta. Segunda diferencia: al que le dan la plaza (su categoría es Assistant Professor) está a prueba durante unos cinco años, al cabo de los cuales, la universidad o le hace fijo (lo que implica promoción a Associate Professor) o le echa. Tercera diferencia, y ésta es la clave: en el momento en que a uno le fichan, aunque esté a prueba y no tenga la plaza fija (tenure), uno es independiente, su propio jefe, no tiene a nadie por encima. Cuando uno está a prueba, esos años del tenure track, tiene que dejarse la piel, dar clase bien y publicar en buenas revistas. Como cada nuevo fichaje es independiente, los profesores fijos del departamento saben que no va a trabajar para ellos; por tanto, como no pueden meter al "suyo" buscan al mejor, para tener a alguien que consiga fondos, prestigio y buenos estudiantes para el departamento.
El problema a considerar no es si lo que se publica en la revistas de mayor impacto no es bueno -que lo es- sino si con el sistema actual se consigue el máximo retorno a la sociedad por su inversión en ciencia.
Hace ya bastantes años que --al cumplirse el siglo de la AER-- se publicó un número con los 20 mejores artículos de los últimos 100 años. Creo que el enlace fue cortesía de Jesús Fdz-Villaverde.
Ninguno de los 20 artículos seleccionados como los Mejores de la Historia habían sido escritos en los últimos 30 años. Comprensible, pero Tela.
La ortodoxia nunca acierta. Ni en las religiones serias.
No sé cuántos académicos hay hoy necesitando publicar "papers", artículos, o lo que sea. Pero deben ser millones compitiendo por un trocito de la punta de un alfiler.
Y estoy seguro de que el problema no está --prioritariamente-- relacionado con la calidad o el interés objetivo de lo publicado.
No es solamente que la oferta multiplique por infinito la demanda sino que nos encontramos con un caso curioso porque el "oferente" es también "demandante".
Con tanta oferta y una ortodoxia tan bien instalada lo más probable es que mucha de la producción sea asintótica con la irrelevancia.
Si se trata de publicar.... publíquese en cualquier medio libre. Ya flotará quien flote y nadará quien mejor nade.
Es una situación clásica de Market Power ejercido sobre oferentes/demandantes agónicos.
Rompan ustedes el corsé, no acepten límites y selectividades editoriales, creen medios de libre acceso.
No sólo a peers, by the way. Una aplicación gratuita y que todos publiquen cooperativamente, (cost sharing es ético).
Por ejemplo, este estupendo Blog podría dar un primer paso y convertirse en la Uber de la Libertad de Publicación Global. Con Panel Editorial..... Transparente...etc.
Venga, vamos a plantar cara al Oligopolio.
Las revistas donde se publican artículos de investigación se pueden dividir en dos grupos: aquellas publicadas por sociedades científicas, por ejemplo, la Royal Society británica, y aquellas otras cuyo interés es eminentemente comercial, como por ejemplo, Elsevier, que lo mismo tiene revistas de medicina o química como otras de homeopatía, y que por supuesto cobra mucho más por una subscripción a sus revistas. Este tipo de empresas son las responsables de la innecesaria proliferación de revistas y artículos, y de los bajos estándares de calidad, incluyendo las revistas "predatorias".
La solución es, pues, clara: ser selectivos a la hora de escoger dónde publicar. Y plantar cara al oligopolio, al verdadero oligopolio.
Hay un científico en Cambridge defendiendo el boycot a Elsevier y similares, pero la cosa es difícil, porque el negocio es el negocio.
Julio,
No estoy seguro de que la tipología que propones sea la más adecuada (Asociaciones vs Editoriales). Las asociaciones a menudo publican sus revistas a través de editoriales tradicionales (el Journal of the Spanish Economic Association-SERIEs es publicado por SPRINGER, el Journal of the European Economic Association por Wiley-Blackwell, etc.).
Quizás una tipología más útil sería diferenciar las revistas en función de como se financian: el modelo tradicional de revista que cobra por la lectura de los artículos y las revistas de acceso abierto (open access) que cobran a los autores de los artículos por la publicación (PLOS ONE seria el caso más famoso). Este último tipo de revistas surgió como una forma de intentar democratizar el acceso a la ciencia, pero al mismo tiempo dieron lugar a la proliferación de los journals predatorios. Y en parte es porque el sistema de incentivos en los que se basa tiene algunas debilidades. En el sistema tradicional las bibliotecas, que son las que ponen la pasta, tienen incentivos correctos para informarse y suscribirse únicamente a revistas con un mínimo de calidad. En este modelo en general no se crean incentivos para que las editoriales creen revistas de calidad ínfima (las crean algunas universidades españolas con la pasta de los contribuyentes, pero ese es otro tema). En el sistema open access se abre la posibilidad para que algunos "emprendedores" (en general sin conexión con el mundo científico y con base en un país en desarrollo) intenten hacer negocio creando pseudo-revistas científicas cuyo objetivo es conseguir el mayor número de autores, independientemente de la calidad de los artículos (paga el autor, no la biblioteca!). El negocio se sostiene mientras que haya alguien que esté dispuesto a pagar por las estampitas, por ejemplo algún comité de evaluación poco informado.
Manuel,
Creo que todo lo que dices es correcto, y en concreto tu puntualización "Las asociaciones a menudo publican sus revistas a través de editoriales tradicionales" lo es, sin duda. Al final no hay soluciones fáciles, y el único camino es la discusión y la difusión de la opinión de cada uno, como tan bien hace este blog.
Un buen amigo es del área de Económicas-Empresariales y por lo que me comenta las cosas son particularmente complicadas ; tengo la suerte de que en mi campo, que se encuentra dentro de las ciencias físico-naturales son mucho más claras.
Se están haciendo afirmaciones sin presentar evidencia. Puede que no haya, pero insisto en que hay mucho escrito sobre revistas de todo tipo, incluyendo las revistas de acceso abierto. No me extrañaría que, por ejemplo, se hayan hecho estudios de los sesgos de las asociaciones científicas en UK, varias con más de cien años de historia (en otros países y quizás en otros tiempos, estas asociaciones han sido creaciones de dictaduras o de gobiernos paternalistas).
Había hecho un comentario hoy a las 0.23 pero no ha sido autorizado. Ese comentario refería a un estudio reciente sobre pagos de autores por publicar en revistas de acceso abierto.
"creaciones de dictaduras o de gobiernos paternalistas"
Como tantas universidades, bibliotecas, como la mejor música, toda escrita hace más de un siglo, toda escrita para ser interpretada para las elites económicas, como la mejor literatura, escrita para el 1% de la población que sabía leer. Cualquier escritor de hace más de un siglo será en mayor o menor grado antisemita, sexista, etc. No aprecio particularmente el historicismo, pero está claro que las sociedades de hace más de un siglo eran muy diferentes de la actual.
Lo que debemos juzgar es si esas universidades, esas asociaciones científicas, funcionan bien hoy; su origen, si es lo suficientemente antiguo -y la antigüedad no tiene por qué ser un demérito- estará ligada a formas de gobierno necesariamente menos representativas de las que hoy tenemos.
Dice usted que seguro que se han hecho estudios, y que no le extrañaría que hubiese sesgos. Podía empezar por buscar usted esos datos, si no le parece mal.
" se publicó un número con los 20 mejores artículos de los últimos 100 años"
Y ¿quienes seleccionaron cuáles eran los mejores?
En vista de tu respuesta, plantéate si es coherente con lo anterior tu afirmación de que la ortodoxia nunca acierta.
Hola, Julio.
Los 20 artícul0s seleccionados como los mejores del siglo lo fueron por: Kenneth Arrow, B. Douglas Bernheim, Martin S. Feldstein, Daniel L. McFadden, James M. Poterba y Robert M. Solow.
Y, efectivamente, al revisar la lista es fácil llegar a la conclusión de que --en temas sociales, tan dependientes de la política y del presupuesto, la ortodoxia nunca acierta. O por lo menos se queda cortísima.
Lo reconoce humildemente el propio Solow cuando, al analizar los factores clave del crecimiento económico USA y encontrarse con que Capital y Trabajo apenas explicaban el 15 o el 20%, dijo aquello de que el restante 80% era "la medida de nuestra ignorancia".
O Kuznets en la introducción de su "National Income and its components en 1942"
Y tantos otros que nos han precedido.
Esta humildad, en gran medida, ha desaparecido del escenario justo cuando todo revienta.
Saludos
Lamentablemente fundaciones mas o menos serias, com la Fundacion Ramon Areces, parecen dejarse impresionar por este tipo de "revistas". Vean si no ustedes las publicaciones de algunos de los premiados en las ultimas ediciones de las Ayudas a la Investigacion en Economia de la Fundacion Ramon Areces.
Gracias por el comentario Luis, he mirado algunos currículum y mucho me temo que tienes razón. Recuerdo que esto no ocurría hace 5-10 años con las Ayudas a la Investigacion de la Areces, me pregunto qué ha cambiado. Una cosa que estamos observando con los datos de la habilitación italiana es cuando aprueban candidatos que publican en revistas predatorias suele ser porque los propios evaluadores también lo hacen.
Hola Manuel, no veo fácil eso de "hacer perecer" académicamente a quienes publiquen en revistas predatorias. Puede conseguirse para una minoría, los "corruptos" menos sofisticados que abiertamente expongan su lista de publicaciones. La mayoría creo que usan estas publicaciones para engordar el CVN que envían para solicitar proyectos, pudiendo decir así que tienen 2348 publicaciones "internacionales" (tiene su gracia que "internacionales" se aporte como un mérito en sí mismo), pero son lo suficientemente listos para excluirlas del CV que tienen en su página web. Así, se cubren las espaldas aprovechándose del compromiso de confidencialidad al que están sometidos los evaluadores de proyectos anónimos, entre los que por otra parte hay un buen número de adictos al "el candidato tiene publicaciones de calidad, pero su currículum es demasiado corto".
Hola Eduardo,
Sí, tienes razón. De hecho lo bueno de los datos italianos que estamos analizando es que observamos los CV oficiales de todos los candidatos. Por eso intento insistir en la entrada en que necesitamos más transparencia en los procesos de acreditación españoles o y en los procesos de solicitud de financiación para proyectos de investigación. No acabo de entender muy bien porque el ministerio considera que los CV de los solicitantes son documentos sujetos a la ley de protección de datos.
Para solicitar tramos de investigación a los profesores universitarios se nos valoran las publicaciones en revistas de los percentiles más altos; papers en esas revistas predatorias no servirían.
Para los investigadores es de cierta importancia la reputación, en función de la cual te pueden invitar a dar una conferencia, etc. Al menos en mi campo, si alguien publica en esas revistas, sería un demérito para su reputación. Creo que el problema lo tiene áreas en las que hasta hace poco la mayoría de los profesores universitarios se limitaban a su docencia, y la incorporación a la investigación es algo reciente y resultado de los incentivos desde arriba, sean sexenios, acreditaciones, etc.
Gracias Julio por el comentario. Creo que tienes razón, en general solamente se le ocurre publicar en una de estas revistas a alguien que en realidad no hace investigación seria (por ejemplo, los tres casos que indico al principio), aunque sí que me consta algún caso aislado de investigadores más o menos decentes que las han utilizado para hacer bulto.
Fíjate por cierto que la CNEAI ha decidido recientemente valorar las publicaciones en revistas indexadas por SCOPUS ("La CNEAI asume que aparecer en dichos índices es garantía para que los contenidos publicados en esa revista tengan suficiente calidad."). SCOPUS recoge unas 20,000 revistas, algunas muy buenas, otras no tanto, y otras abiertamente predatorias.
Gracias a ti, Manuel. Reconozco que el asunto es muy complejo, y que incluso a las revistas más acreditadas (Nature, Science) se les pueden poner muchas pegas (véase, por ejemplo, en La Ciencia Estrangulada, de Carlos Elías), que incluso a las revistas serias les cuelan fraudes, etc. Sin embargo, la solución pasa por ser más selectivos, no por la postura contraria.
Hoy en ¿Hay Derecho? se inserta este post
http://hayderecho.com/2015/02/17/la-nueva-ordenacion-de-las-ensenanzas-universitarias-del-41-al-32-2/
sobre la nueva reforma del sistema universitario español. Bien expresa el autor su molestia por una nueva reforma cuando la anterior todavía no se ha acabado de implementar y por una reforma cuyos beneficios no están claros. Mal expresa el autor su miedo a que esta reforma, como cualquier otra, afecta intereses creados.
Mi interés está en un punto específico. El autor del post habla de su miedo a que haya 88 universidades distintas, algo que no va a ocurrir pero que yo digo ojalá ocurriera. Sí, ojalá cada universidad desarrolle una estructura propia de educación e investigación y se termine el cuento de estandarización. Cualesquiera sean los beneficios de la estandarización yo apuesto a que sus costos son mayores. Sí, las 88 universidades se parecen más a feudos de intereses creados donde el trabajo es rutinario y muy raramente creativo. Los sistemas de acreditación y promoción de profesores, el alto grado de centralización de los programas de estudios, y los mecanismos centralizados de asignación de fondos de investigación han contribuido a generar las universidades deficientes tantas veces denunciadas en este blog. Ya es hora de terminar con este sistema, pero dudo que muchos de los críticos del sistema actual estén de acuerdo con una reforma radical. Ojalá Manuel escriba un post donde plantee las bases (viejas y nuevas) sobre las que debería reconstruirse el sistema universitario.
El problema de que haya tantas universidades es que sean públicas, haya que financiarlas y algunas se hayan puesto en marcha por puros intereses electorales-localistas más que por verdadera demanda
¡Ay, la ciencia, y la competencia...!
http://www.attac.es/2014/02/04/la-burbuja-cientifica-y-tecnologica-mercantilizacion-control-del-conocimiento-y-oportunismo/
P.D.: Pareciera que el artículo estubiera describiendo el JCR de Thomson Reuters.
Dada la proliferación de revistas y la dificultad para que un investigador particular como Beall mantenga su listado al día (aparte de que al ser fruto de un esfuerzo individual puede parecer más subjetivo), pienso que podría utilizarse algún sistema en internet que permita reducir asimetrías de información. Algo así como el Tripadvisor de los journals.
Todos podríamos comentar nuestras experiencias con los journals. Habría muchas opiniones, no todas igual de fiables, pero en conjunto podrían darnos una información que complemente y enriquezca a los tradicionales índices de impacto. Además, al igual que en tripadvisor, podría haber un sistema de evaluación de evaluadores.
Ningún sistema es perfecto, pero...
Gracias Víctor.
A mí me suena como una buena idea. Sobre los journals predatorios el único que se ocupa de una manera sistemática es Beall pero, como bien dices, está saturado de trabajo.
Algo parecido a lo que comentas, pero creo que únicamente aplicado a los journals serios existe en Economics Job Market Rumors (http://www.econjobrumors.com/journals.php), aunque no sé que tal funciona.
Gracias, no conocía ese sitio web.
Parece útil, aunque quizás mejoraría si fuera más sistemático y con más journals. Yo pensaba más bien en que apareciera algún tipo de evaluación de los comentaristas. Si se pide el nombre se desincentivan las opiniones negativas, pero podría enviarse el nombre y cv al gestor del sitio web y que éste clasifique al participante en alguna categoría preestablecida en función del grado de experiencia investigadora.
Otra opción sería crear un panel amplio e internacional de investigadores y preguntarles sistemáticamente (p.ej. cada dos años) por sus experiencias. Los resultados serían analizados y difundidos dando información de cada journal sobre tiempos de respuesta, calidad de las revisiones... Esto incentivaría mucho a los editores (pienso sobre todo en revistas de nivel medio y aspirantes a mejorar) para ser más eficientes en sus tareas. También así se evitaría el problema (en muestras autogeneradas) de la tendencia a opinar cuando es un caso extremo (aceptación rápida del artículo o rechazo injustificado) y no tanto en casos normales.
No obstante, a falta del panel, un sistema abierto también sería útil.
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