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Publicaciones en Economía: ¿quién, dónde, cómo y para qué?

Dan Hamermesh es un genial y original economista que ha aplicado el análisis económico a todo tipo de temas, incluyendo algunos tan curiosos cómo el tiempo óptimo que conviene dormir, la importancia de la belleza en el mercado laboral o una teoría económica del suicido. Una de sus pasiones es el análisis de nuestra profesión. Como él mismo confiesa, ¡a los economistas nos encanta mirarnos el ombligo! En un reciente trabajo, Hamermesh analiza los artículos publicados en los últimos 50 años en las principales revistas académicas. Durante este período, la profesión ha cambiado en muchos aspectos.

Sin duda, se ha vuelto más competitiva. Por ejemplo, revistas como el Quarterly Journal of Economics han pasado de recibir unos 500 artículos al año en 1990 a recibir más de 1500 en la actualidad, de los que únicamente se publican unas pocas docenas. En las principales revistas generalistas, menos del 6% de los artículos recibidos acaba siendo aceptado para su publicación y, en las principales revistas de cada campo, la cifra se sitúa entre el 10% y el 20%.

También han cambiado las características de los autores. La edad a la que los autores consiguen publicar en una revista top ha aumentado significativamente en las últimas décadas. En los años 60 y 70 más de la mitad de los autores tenían menos de 35 años. Sin embargo, en la actualidad la cifra no llega a la tercera parte. Por otro lado, ha aumentado la proporción de artículos cuyo autor es una mujer, en torno al 13%, aunque esta cifra sigue siendo inferior a su presencia dentro de la profesión.

Asimismo, el tipo de artículos que se publica es diferente. Hoy en día el 80% de los artículos son co-autorados, mientras que hace 50 años la cifra no llegaba al 20%. Sin duda, el desarrollo de las tecnologías de la información ha jugado un papel fundamental en este proceso. También ha cambiado la metodología de los artículos. Hace unos treinta años más de la mitad de los artículos publicados eran de carácter teórico. Sin embargo, actualmente la proporción de artículos teóricos está por debajo del 20%. Hamermesh sugiere que el auge del trabajo empírico quizás se deba a la disponibilidad de mejores bases de datos, hardware y software.

Otro cambio que ha sufrido la profesión es su internacionalización. Ha aumentado significativamente el número de artículos realizados por autores que trabajan fuera de los Estados Unidos, de nuevo quizás gracias a las tecnologías de la información. El caso de España es paradigmático. Según ISI Web of Science, hasta 1977 ningún profesor de una universidad española había conseguido publicar en una de las cinco principales revistas generalistas (aunque sí lo habían hecho españoles residentes en EEUU, como Andreu Mas Colell). Desde aquel trabajo pionero de Salvador Barberà (Econometrica 1977), la progresión ha sido espectacular. En los últimos 25 años las universidades españolas han publicado más de 180 artículos en revistas top 5. En 2012 aproximadamente uno de cada veinticinco artículos publicados en estas revistas había sido realizado en España.

Número de artículos publicados por las universidades españolas en las cinco principales revistas generalistas de economía (AER, ECTA, JPE, QJE y RESTUD).

Curiosamente, a pesar de este proceso de internacionalización de la profesión, lo que prácticamente no ha cambiado es el origen geográfico de los datos utilizados. La inmensa mayoría de los artículos empíricos utiliza datos americanos y, en menor medida, datos británicos. Por ejemplo, según un reciente estudio, entre 1985 y 2004 se publicaron en las cinco principales revistas unos 2383 artículos sobre los EEUU, 102 sobre el Reino Unido, 39 sobre la India, 65 sobre China, 34 sobre países del África subsahariana, y únicamente 6 artículos con datos españoles. Esta desproporción se pone de manifiesto en la siguiente gráfica, creada por Stefan Dercon, donde el tamaño de cada país es proporcional al número de artículos publicados. España, completamente invisible, es 400 veces más pequeña que Estados Unidos.

Área geográfica del estudio

Aunque es difícil establecer empíricamente las causas de este sesgo, no parece descabellado pensar que, al menos en parte, podría deberse al origen geográfico de las revistas de alto nivel. Gracias a ello, Estados Unidos y el Reino Unido se estarían beneficiando de los estudios realizados por los mejores investigadores de todo el mundo, quienes dedican sus energías a analizar los problemas que afectan a estos países. Desde una perspectiva española, en mi modesta opinión, deberíamos estar satisfechos con la calidad de la investigación académica realizada en nuestras universidades, pero quizás tengamos la asignatura pendiente de realizar más investigación de alto nivel acerca de los problemas económicos que afectan a España. El reto es cómo conseguir que nuestros investigadores analicen temas relevantes para el contexto nacional, sin renunciar a los estándares que garantizan las buenas revistas internacionales. ¡Seguro que los contribuyentes nos lo agradecerían!