Me causa mucha tristeza traer a este blog un nuevo caso de plagio en personas de relevancia pública, agravado por que ahora se trata de una persona con la más alta responsabilidad académica de una universidad pública española. En efecto, hablo del plagio destapado en estos días por eldiario.es, que se refiere al Rector de la Universidad Rey Juan Carlos, D. Fernando Suárez Bilbao. Según la documentación que aporta el citado medio, el Sr. Suárez ha plagiado antes y después de su elección como rector, y a personas diversas que van desde un Presidente de la Real Academia de Historia hasta una doctoranda de la Universidad Complutense. A fecha de hoy, cuatro casos de plagio flagrante y muy bien documentado. Y también a fecha de hoy, el Sr. Suárez no ha dimitido de su cargo, como correspondería en cualquier lugar civilizado, como Alemania (dónde dimitieron el ministro de Defensa y la ministra de Economía por este motivo), por ejemplo.
No es necesario extenderse mucho sobre este caso concreto. Está claro que el Sr. Suárez debería dimitir cuanto antes, y está claro que si hay un ámbito en el que es poco apropiado el plagio es el académico, donde las publicaciones suelen utilizarse para evaluar la calidad de la investigación. Pero desafortunadamente esto de dimitir no es muy habitual. Hace ya dos años nos hicimos eco de otro caso sangrante (e insistimos aquí) el plagio de José Antonio Martínez Álvarez, el director del Instituto de Estudios Fiscales, en su libro La Escalera de Jacob (libro que, que sepamos, sigue en el mercado, para más inri). Dos años ya, y ahí sigue. Este es un tema que nos preocupa mucho en el blog, como también contamos aquí. Claramente no parece que estemos consiguiendo avanzar en esto, y el Sr. Suárez va en la misma línea. Aún así, que no sea por no decirlo: Sr. Suárez, hágase un favor a usted mismo y a la institución que representa y dimita. Establezca un precedente digno.