Noticias falsas y medios desenfocados

Nota del editor: Iniciamos hoy con Anxo Sánchez una miniserie de  dos entradas sobre medios de comunicación. No se pierdan tampoco la entrada de mañana martes de Gerard Llobet.

De Anxo Sánchez.

Llevamos ya algunos meses hablando de las noticias falsas (fake news) y de su influencia en los acontecimientos sociales. Se ha hablado de ellas en relación con la elección de Donald J. Trump como presidente de Estados Unidos, con la victoria del Brexit en el referéndum británico, o con los recientes acontecimientos en Catalunya, por poner unos pocos ejemplos. El propio Donald J. Trump ha sido pionero en utilizarlas para descalificar a los que le critican, y la costumbre se ha extendido entre los políticos, como nuestro ministro de Exteriores. Se habla de pueblos enteros dedicados al negocio de las noticias falsas y del poder de Rusia para difundirlas en redes sociales. No hace muchos días la ministra de Defensa insistió en el peligro de las noticias falsas y pidió tomar medidas para combatirlas, y medios como la BBC las consideran ya como uno de los principales problemas globales.

A mí, realmente, me parece un problema de primera magnitud (bueno, a mí y a mi colega de blog Gerard Llobet, y si no véase su post de mañana), y por eso me llamó la atención un artículo publicado en Columbia Journalism Review, una de las revistas más influyentes en el mundo del periodismo, titulado "No eches la culpa de las elecciones a las noticias falsas. Échasela a los medios" (Don't blame the election on fake news. Blame it on the media). El artículo está escrito por el matemático aplicado metido a sociólogo que trabaja para MicrosoftDuncan J. Watts, junto con el economista David M. Rothschild, también en Microsoft, y adelanta resultados que van a presentar en este mes en una conferencia sobre los ecosistemas de la desinformación en Pennsylvania. Watts es realmente un tipo muy interesante, que ha hecho contribuciones más que relevantes a las ciencias sociales viniendo desde las ciencias duras, y que daría para más de un post por sí mismo, pero aquí sólo voy a recomendar un ejemplo: amigo lector, si no ha leído su libro "Everything is obvious once you know the answer" (Todo es obvio cuando sabes la respuesta) ya está tardando (desafortunadamente hay traducción portuguesa pero no española). Pero vamos a lo que vamos.

La tesis del artículo es que la influencia de las noticias falsas difundidas en redes sociales no es suficiente ni de lejos para explicar la victoria de Trump en las elecciones americanas y que los verdaderos culpables son los medios tradicionales y su manera de cubrir las elecciones. Comencemos por la primera parte: las noticias falsas no son suficientes para entender la victoria de Trump. Para poner el volumen de noticias falsas en contexto, dan algunos datos bastante interesantes: según BuzzFeed, las 20 noticias falsas con más éxito en Facebook atrajeron 8 711 000 reacciones (incluyendo compartir, "me gusta" y comentarios), que parece muchísimo hasta que pensamos en que Facebook tenía más de 1.500 millones de usuarios activos a finales de 2016. Suponiendo de manera muy conservadora que cada usuario solo tuvo una reacción al día durante los 100 días anteriores a la campaña a los que se refiere BuzzFeed, las 20 noticias falsas de mas éxito dan cuenta de un 0,006% de las acciones de los usuarios en ese tiempo. Por dar otro dato, en YouTube había unos 300.000 videos de noticias falsas de origen ruso, pero en el medio de los 5.000 millones de videos que se ven en esta red cada día. Los análisis de los economistas Hunt Allcott y Matthew Gentzkow (véase en relación con Gentzkow el post de Manuel Bagues cuando recibió la medalla Clark de la Asociación Americana de Economía por sus análisis de los medios de comunicación), publicados aquí, van en esta dirección y apuntan a que la influencia de las noticias falsas tendría que ser del orden de 30 veces mayor que la que encuentran para que realmente pudieran afectar a la elección de Trump.

Una vez establecido que la influencia de las noticias falsas no parece explicar la victoria de Trump, los autores se centran en analizar la cobertura de las elecciones por la prensa tradicional, concretamente por el New York Times. Utilizan sus propios análisis y apoyándose en otro estudio de un conjunto mayor de medios de un grupo de investigadores de Harvard y del MIT. Las conclusiones a las que llegan son bastante elocuentes: el New York Times se pasó los meses que precedieron a las elecciones hablando de las propias elecciones como competición o carrera y de escándalos, y prácticamente no cubrió nada de las políticas en juego. Para cuantificarlo, clasificaron las noticias de la campaña en tres grandes grupos: "miscelánea", que incluye la discusión de las posibilidades de victoria de los candidatos, conflictos dentro de los partidos, movilización de los distintos grupos demográficos, etc.; "escándalos", acciones o declaraciones controvertidas de los candidatos como los acosos sexuales de Trump o los famosos mails de Clinton, y por último "política", que trataban temas como la asistencia sanitaria, la inmigración, los impuestos, el aborto o la educación (o bien de manera genérica, que los autores llaman "no detail"). El porcentaje de noticias de primera plana dedicado a cada tema se recoge en la siguiente gráfica:

Como vemos, las noticias que discuten las cosas que realmente afectan a los ciudadanos son un porcentaje francamente pequeño del total. Por poner un ejemplo concreto, en seis días consecutivos el New York Times tuvo en primera página tantas noticias sobre los mails de Clinton como el total de noticias sobre políticas de los 69 días anteriores a las elecciones. Pero es peor que eso: de las cuatro noticias que el Times publicó sobre el "Obamacare" durante la campaña, todas se centraron en los problemas del sistema, dejando de lado lo que se había conseguido con él como la enorme extensión de la asistencia médica, contribuyendo de esta manera a un alto grado de desinformación entre la población. E insisto, este mismo tipo de resultados se encuentran en otros medios de gran alcance, como resulta de análisis como el antes mencionado o este otro de Harvard (o este, más antiguo pero igual de impactante, sobre la influencia de Fox News en las votaciones en Estados Unidos).

Watts y Rothschild no creen, pues, que el Times lo hiciera peor que otros, sino que este proceso fue un fallo a gran escala del periodismo tradicional que no estuvo enfocado en los temas que realmente deberían interesar al ciudadano. Así, dicen (la traducción es mía): "Si los votantes hubieran querido informarse sobre asistencia sanitaria, inmigración, impuestos y política económica, o cómo estos temas se hubieran visto afectados por la elección de uno u otro candidato, no hubieran aprendido mucho leyendo el Times. Lo que hubieran aprendido es que ambos candidatos estaban asedidados por escándalos: Hillary Clinton por su uso de un servidor de correo privado para asuntos públicos mientras fue secretaria de estado y por su posible conflicto de interés en la Fundación Clinton, y Trump por no revelar sus declaraciones de impuestos, sus turbios asuntos de negocios en el pasado, la universidad Trump, la Fundación Trump, acusaciones de acoso y abuso sexual, y numerosas declaraciones misóginas, racistas y en general ofensivas. También hubieran aprendido sobre quién iba por delante en la carrera electoral, quiénes podrían votar y quién no, y quién estaba feliz o infeliz con quién sobre qué. (...) Sin embargo, en vez de reconocer el posible impacto que este fallo colectivo pudo tener en el resultado de las elecciones, la comunidad de medios tradicionales se ha centrado en cambio en todo menos en ellos mismos: noticias falsas, hackers rusos, compañías tecnológicas, los medios de la derecha alternativa, incluso en el público americano".

Yo no sé usted, amigo lector, pero yo tengo exactamente la misma percepción sobre lo que ocurre en España. Es cierto que muchas personas no se informan por los medios tradicionales, pero también es cierto que los medios tradicionales tienen una gran capacidad de fijar la agenda, de decidir qué cosas son relevantes para el público y cuáles no. En mi opinión, noticias como que si Hernando ha hecho un comentario machista o que si Rufián ha llevado unas esposas al Congreso (pongo estos dos como ejemplo, pero casi puede uno comprometerse a sacar cada día noticias similares de los políticos más relevantes de cada casa) no sirven de absolutamente nada, y oscurecen el debate relevante, que es el de las políticas, así como el conocimiento de los hechos, que pasa desapercibido oculto entre el ruido como ocurre, por ejemplo, con la silenciosa captura de la justicia por el PP que le permite, llegado el caso, cambiar a los jueces que le van a juzgar a él. Está claro, a mi modo de ver, que hay muchas noticias falsas (y gente encomiable que se dedica a intentar desenmascararlas como maldita.es) y que esto es un problema que cobra cada vez más relevancia ayudado por la tecnología (aquí un ejemplo chorra, pero igual que se falsifica esto se falsifica cualquier otra cosa). Pero, dicho eso, los medios tradicionales (y aquí hablo de los privados; de los públicos habría para discutir muchas otras cosas, por ejemplo de las televisiones) han de asumir su responsabilidad con la sociedad (y si no le he convencido de esto, amigo lector, léase el post de Gerard de mañana) y, por supuesto, los ciudadanos hemos de exigírsela. Para ello, empecemos por ser críticos con la información sobre noticias falsas con la que nos bombardean últimamente, y "votemos con los pies": dejemos de informarnos en medios que no hablan sobre lo que realmente nos afecta.

 

 

Hay 27 comentarios
  • Yo creo que todo está orquestado desde las altas esferas y por lo visto funciona: Trump, Brxit, Cataluña,...

  • El porcentaje calculado sobre los 1500 millones de usuarios de Facebook creo que adolece de un problema y es el de la pertinencia. ¿Cuáles usuarios de FB estaban en disposición de influir o ser influidos en las elecciones americanas?, por cierto muchos, pero muchos menos que los 1500 millones usados en el denominador...

  • Anxo, le agradeceré referencias sobre medios que informan sobre lo que realmente nos afecta. No conozco ninguno y le aseguro que repaso a por lo menos 15 medios masivos de varios países todos los días. Por ejemplo, todos los días repaso las páginas web de BBC y The Guardian, dos productores de "fake news": no sólo la gran mayoría de los artículos son de opinión aunque se presenten como de información, comenzando por titulares que no dejan duda alguna sobre la intención de opinar, sino que además ignoran información fiable y verificada mientras incluyen rumores como información..

    • Gracias Enrique, muy buena pregunta... a la que no sé responder, para qué le voy a decir otra cosa. Lo único que se me ocurre es, al menos, en la prensa digital, intentar evitar pinchar en las noticias que tienen titulares del estilo de lo que digo en el post de Hernando o Rufián. De todas maneras, ahí entramos en el problema de cómo se escriben los titulares de los digitales, que se hace para conseguir más clicks y más dinero (el llamado "click-bait"). Así que no sé muy bien qué decirle. Igual hay que ignorarlos a todos...

      • Anxo:

        Esto me recuerda el interés que hubo por el nuevo corte de pelo de Sergio Ramos y la escasa atención que recibió Mireia Belmonte por haber batido los récords del mundo de los 400 y 800 metros libres. Debemos de preguntarnos qué le interesa o busca el ciudadano medio en los medio tradicionales. Sería conveniente conocer la historia del periodismo para ver cuál ha sido su evolución para comprender por qué despierta una mayor atención las noticias de Hernando y Rufián en vez de las bondades de algunas políticas aprobadas por los gobiernos. A su vez, debemos también preguntarnos por qué se comportan como lo hacen Hernando y Rufián, así como otras muchas cosas.

        • Gracias Juan Francisco, efectivamente, tocas en algo que es parecido. Parte de la responsabilidad de los medios es dar a las cosas la importancia que tienen. Si yo tuviera un medio no sacaría el corte de pelo de Ramos y sí lo de Belmonte. Mientras los medios solo estén atentos a dar al ciudadano lo que quiere y no la información relevante (dentro de lo poco relevante que a mí me parece el deporte en general), estaremos así, preocupados por cortes de pelo y similares. Está claro que si un medio decide funcionar así lo va a pasar mal y por eso esto debe, seguramente, empezar en medios públicos, como cuando había un informativo de la 2 de verdad. Hernando y Rufián no tienen ninguno un pelo de tonto: saben que esto es lo que sacan los medios y por eso hacen sus chorradas. Pero si los medios no los sacaran, no las harían. Esto es también como las ruedas de prensa sin preguntas: mientras los medios sigan yendo a esto, los políticos seguirán haciéndolo. Reconozco que es el clásico problema del huevo y la gallina, pero empecemos por reconocer el problema como primer paso para resolverlo.

          • Hombre, a mi la perspectiva de que lo que se vaya a publicar tenga que pasar por el Sr Anxo Sánchez (o , para el caso, por un comité de sabios elegidos en base a su "increible sabiduria") para que decidan lo que es "relevante" (o conveniente) para el "gran público" (esos pobres que no saben ni lo que les conviene) y lo que no sí que me pone los pelos de punta.

            El sistema donde la gente elige lo que quiere leer y la prensa que no publica lo que la gente quiere leer desaparece me parece perfecto ... al menos comparado con cualquier otro que exista en el mundo (que países donde solo se publica lo "relevante" haberlos haylos)

            • Jose Pablo, aquí estás mezclando churras con merinas, me parece. Yo no quiero decirle a los medios lo que deben publicar ni mucho menos, allá ellos con su visión de negocio... y su responsabilidad moral. Me parece difícil argumentar en contra de mi tesis de que publicar la última chorrada que ha dicho el último político es objetivamente peor para los lectores que publicar qué ha propuesto el mismo político hacer con sus impuestos. No creo que haga falta un comité de sabios para decidir esto, la verdad. Igual que si me interesara el fútbol (que no me puede interesar menos) yo no querría leer, por usar el mismo ejemplo de antes, que Sergio Ramos se ha cortado el pelo sino, pongo por caso, que tiene un problema en un ligamento cruzado y es duda para el siguiente partido. La otra cosa que me parece importante es publicar hechos contrastados hasta donde se pueda, y no, de nuevo por ejemplo, declaraciones como la de Luis de Guindos de hace un par de días de que hay que subir la financiación de la ciencia y llegar a un pacto entre partidos al respecto. El hecho contrastado es que la financiación de la ciencia se ha desplomado desde que el mismo señor de Guindos está encargado de la misma, y que ha hecho cero esfuerzo por ese pacto por la ciencia. Tampoco hacen falta "sabios" para distinguir entre hechos y cinismo galopante.

            • Me alegra haberme equivocado pero escribir "Si yo tuviera un medio no sacaría el corte de pelo de Ramos y sí lo de Belmonte" a mi me pone la carne de gallina: pensar que "lo que yo haria", o sea, lo que yo considero correcto en un debate normativo es de alguna relevancia a la hora de decidir a qué información tienen acceso mis conciudadanos asusta.

              Me alegra que en eso estemos de acuerdo.

              Y los periódicos dan importancia al corte de pelo de Sergio Ramos porque al público le interesa más que lo que haga Mireia. De hecho cada vez que juega Sergio Ramos le ven algunos cientos de miles de personas (si no millones) y de Mireia nadie sabría nada si no saliera al final de los telediarios.

              No veo ningún problema en que la gente sepa lo que quiere.

              Hechos contrastados: Luis de Guindos dice lo que tiene que decir para ganar elecciones y hace lo que puede con el dinero que recauda Montoro. Como hecho contrastado es que al votante le da igual lo que suceda con la financiación de la ciencia pero no lo que se diga que se va a hacer con la financiación de la ciencia.

              Entender la realidad es más importante que imaginarla y, con todos los respetos, pasar de "científico" a "visionario prescriptor" es un riesgo que, para el bien de todos, debería estar prohibido por la ley.

            • He estado dudando si mandar este post al spam por el último párrafo, o al menos borrar ese último párrafo, porque será con todos los respetos pero "visionario prescriptor" me parece un insulto directo e injustificado. Sin embargo, al final ha pesado más el dejar que la gente lea lo que dice y que lo valore ella misma. Eso sí, no paso más insultos, ya le advierto para próximas ocasiones.

              Dicho eso, a ver si me hago entender de una vez: yo lo único que digo es que los medios, que ya están "prescribiendo" lo que leemos, y para mal, deberían reflexionar sobre este asunto, y pensar en "prescribir" otra cosa o al menos otro mix de cosas, pero no les estoy diciendo lo que deben escribir o no.

            • Nada mejor que seguir la “Guía de detección de trolas” de Carl Sagan para separar el trigo de la paja (mental) que abunda por doquier.
              https://www.brainpickings.org/2014/01/03/baloney-detection-kit-carl-sagan/

              La regla número uno y a la vista está que no es tan obvia como debiera: “Cuando sea posible debe haber una confirmación independiente de “los hechos”.
              Con una guía como esta y si es posible con algunas lecturas de calidad previamente instaladas en nuestro disco duro mental, será más complicado que nos tomen el pelo.

              Excelente el post Anxo, de lo mejor en NEG.

  • "los medios tradicionales tienen una gran capacidad (..) de decidir qué cosas son relevantes".

    Es exactamente al revés. Los medios recogen lo que el público considera relevante. Pruebe usted a vender periódicos llenos de "sesudas reflexiones sobre "programas electorales comparados"y verá que rápido desaparece como medio.

    Por dar contexto, el periódico de mayor tirada entre el votante mediano es el Marca. Existe "prensa" sofisticada (The Economist), verifique usted su tirada. La gente no es lo que nos inventamos que es!

    La gente no vota a partir de un "entendimiento" de los programas y ni siquiera es verdad que vote en su propio interés. La "self-interested voter hypothesis" está contundentemente falseada (California o NYC están llenos de demócratas y las próximas elecciones catalanas las ganara ERC cuyo representante en el Congreso se confiesa leninista).

    Pero es que, además, no puede ser de otra manera: Entender como me afecta una determinada política es simplemente imposible: Krugman, Cochrane y Mankiw tienen un interesante debate sobre el efecto de la reforma fiscal en USA, supongo que tiran de sus "sofisticados modelos" para llegar a conclusiones opuestas ... imagine mi tio del pueblo!.

    La gente vota "para sentirse bien" (la "gauche divine" como ejemplo) y se siente bien o no precisamente en base al tipo de cosas que publica la prensa.

    No vamos a ningún sitio inventándonos al "votante".

    https://press.princeton.edu/titles/8756.html

    • Gracias Jose Pablo, como he dicho antes contestando a otro comentario, esto es el huevo y la gallina. Los lectores/votantes leen chorradas porque los medios les dan/chorradas. Como se empieza a cambiar? Parece difícil cambiar a todos los lectores así que debería haber un cambio en los medios, que seguramente debería ser coordinado. Utópico? Posiblemente, pero sentándonos a contemplar el statu quo no vamos a ir muy lejos. Empecemos por quejarnos.

      • Es que no es "gallina y huevo" Anxo, los lectores tienen mucho donde elegir y eligen lo que quieren. Existen medios de todos los tipos, sucede que los que "realizan análisis serios y concienzudos" tienen menos tirada que los otros.

        Los "documentales de la dos" solo gustan en las encuestas. Sus índices de audiencia son lamentables (y eso incluyendo la gente que, como yo, los utiliza para dormir mejor la siesta)

        No es necesario "cambiar nada", esa es siempre una tentación que conviene controlar practicando el "paternalismo". Solo es necesario asegurar que cualquiera que quiera empezar un medio pueda hacerlo (evitar barreras de entrada) y dejar que los lectores seleccionen lo que quieren leer (cosa que ya hacen, los periódicos "sesudos" tienden a desaparecer).

  • Embustes, falsedades, paparruchas, falacias, engaños, añagazas, trolas...el concepto de noticias falsas -gracias por no escribir posverdad, Anxo- limita el universo en el que se mueven los tendenciosos, geocéntrico, claro está.

    Nada mejor para separar el trigo de la paja (mental) de los manipuladores que el "Método de detección de patrañas" de Carl Sagan:
    https://www.brainpickings.org/2014/01/03/baloney-detection-kit-carl-sagan/
    La primera: Wherever possible there must be independent confirmation of the “facts.”

    Con esas herramientas mentales a mano, se puede leer casi cualquier cosa sin sufrir daños mentales duraderos. Y si hay armamento pesado filosófico y científico, mejor aún.

    Gracias como siempre por tus posts. De lo mejor de NEG.

  • Coincido con usted, en lo que ya parece haberse convertido en una costumbre ¿Es preocupante?
    Mi opinión es que los medios de comunicación tienen una eficacia bastante reducida cambiando las ideas de la gente, pero se desenvuelven muy bien imponiendo una agenda y centrando el debate en unos u otros puntos.
    El problema es que realizar noticias conflictivas sobre asuntos relativamente menores tiene muchas ventajas. En primer lugar, supone poco esfuerzo. A los lectores de la parroquia les suele resultar agradable leer lo malo o tonto que es el rival. Los lectores que piensan distinto en general se informan por otros medios.
    Hacer análisis con datos requiere un esfuerzo relativamente elevado (rutinariamente se pueden encontrar errores matemáticos básicos en los principales periódicos del país). Requieren también una preparación y esfuerzo del lector para entenderlos.
    Al final tenemos distintas comunidades que se informan por medios distintos, lo que lleva a visiones de la realidad totalmente alejadas y dificulta mucho los cambios de opinión.

  • La mayor objeción que se puede poner a esta entrada es de audiencia. Gracias a la tecnología actual, los medios saben perfectamente qué noticias generan tráfico, engagement de lectores y actividad en redes sociales. Lo que sabemos gracias a estas herramientas es que un problema fundamental para informar con detalle sobre los problemas reales de política económica o social es que a los lectores no les interesan, porque son demasiado complejos para su nivel de formación. Un asunto reciente, relacionado con la campaña electoral estadounidense, fue la cobertura de los acuerdos de comercio como el TPP, del que Trump eventualmente sacó a su país, como prometió que haría. Los lectores huyen de cualquier titular que diga “acuerdo de comercio”. Esto lo sabemos factualmente. Para meter información sobre esos temas a los lectores hay que engatusarles con otras cosas, y luego colarles detalles técnicos sobre asuntos de los que sólo entienden un puñado de personas en todo el mundo.
    Otro problema es la relevancia: el lector medio sospecha, correctamente, que lo que piense sobre tal o cual tema no importa porque la burocracia, con sus expertos tecnócratas no elegidos, seguriá haciendo lo que quiera. En España, un ejemplo claro es la política energética: extremadamente complicada y al tiempo de gran continuidad política en las administraciones del PP y el PSOE, que sólo han corregido un rumbo marcado por tecnócratas.

  • Os dejo mi opinión, de corresponsal con 20 años de experiencia cubriendo múltiples elecciones en muchos países, en 3 puntos concisos:
    -La audiencia no quiere largas y eruditas discusiones sobre asuntos complejos como los tratados de comercio; lo sabemos porque nadie lee tales artículos (ahora se puede medir lo que leen)
    -El lector medio sospecha, con razón, que lo que piense sobre esto es irrelevante porque la burocracia, no los cargos electos, determina en gran medida asuntos clave tipo política energética, y la UE otros como inmigración o política exterior
    -La importancia de que el ciudadano educado por medios ilustrados participe con su voto bien considerado en el proceso político me recuerda al famoso dicho de que la lotería sólo les toca a los que compran décimos: estrictamente hablando, correcto; estadísticamente hablando, irrelevante.

  • Anxo,

    por no dejar lugar a dudas no hay ninguna intuición de insultar en el último párrafo (no veo el papel del insulto personal en una discusión, en sentido anglosajón).

    Nada hay más lejos de mi intención. De lo que habla el último párrafo es de lo profundamente inadecuado, en mi opinión, de convertir el "análisis social" (o para el caso económico o de cualquier otra "ciencia soft") en "prescripciones" y que por esa puerta puede entrar mucho "despotismo ilustrado".

    No me puede alegrar más que ese no sea su caso, como aclara en la respuesta. Yo en ningún lugar digo que lo sea, solo trato de recordar que esa "deriva" (de las buenas intenciones y el paternalismo ilustrado a la limitación de las libertades) es muy sencilla incluso para el más noble de los espíritus (como no me cabe duda que es su caso).

  • Y por aportar una base factual a la discusión sobre quien "prescribe" qué:

    En UK los tres periódicos de más tirada son The Sun, The Daily Mirror an de Daily Mail, los 3 a la cola (puestos 13, 16 y 17 de 17) en un "ranking de calidad" (Human Truth Foundation)

    http://www.humantruth.info/uk_newspapers_comparison.html
    https://en.wikipedia.org/wiki/Newspaper_circulation#United_Kingdom

    Estoy seguro que UK no es la excepción.

    La gente puede leer lo que quiera (dentro de una amplísima oferta y más ahora con internet) pero elige leer lo que usted denomina "basura" porque eso es lo que les gusta. Son ellos los que "prescriben" los contenidos que los periódicos incluyen.

    Y si Sergio Ramos publicase donde va a cortarse el pelo se juntaría más gente a verlo (incluso pagando) de la que iría a ver a Mireia ganar una medalla olímpica. Incluso irían a ver como le cortan el pelo a Balotelli y a todo el mundo en España se la frega lo que hace un nadador italiano.

    No hay gallina y huevo y, en occidente, "prescribe" el público. Tal vez nos gustase tener otros conciudadanos (resultaría encantador que Quimera tuviese una tirada mayor que el Hola) simplemente no sucede. Yo me reconciliaria con el mono envidioso y simple que llevamos dentro y me aseguraría que nadie lo modifica a la fuerza para adaptarlo a su "visión de lo que el "ser humano" debería ser"

  • De hecho, por aportar otro ejemplo histórico basado en hechos:

    * La única forma de "vender" lo que, probablemente, eran los tratamientos más serios, objetivos y liberales sobre "derechos humanos", el sida o cualquiera de los otros temas relevantes de la época era incluir una foto de una mujer desnuda desplegable en las páginas centrales (estoy hablando, obviamente, de Playboy)

    * Y, a pesar de la seriedad y profundidad tanto de la línea editorial como de los artículos de opinión la tirada de la revista se resintió muy significativamente cuando un competidor (en este caso Penthouse) se atrevió con desnudos más atrevidos. Es difícil argumentar que eran las revistas las que "prescribián" los contenidos más impresentables, simplemente seguian lo que el público elegía.

    Me parece evidente que no son las discusiones serias y profundas lo que el elector mediano está buscando.

    Y ambas revistas fueron enviadas al desvan de la historia porque internet provee lo que el "elector mediano" quiere sin necesidad, si quiera, de tener que hojear los artículos "serios".

  • Quizá sea cierto y solo tengamos lo que nos merecemos/queremos....políticos corruptos e interesados en lugar de lideres con capacidad visionar el futuro , noticias estrambóticas e impactantes sin trasfondo alguno frente a información documentada y veraz, estructuras administrativas más al servicio de los servidores y los intereses espúreos de sus gestores que de los administrados, grandes teorías sobre condiciones laborales y prosperidad que nunca alcanzan la mínima cota de desarrollo atropelladas por la obviedad de la explotación y el continuismo....
    Quizá simplemente en una sociedad mediocre la priorización de la monetarización de cualquier acto (Social, cultural, festivo...) y la simplificación como camino para creerse informado con el mínimo esfuerzo y dedicación forma parte de un proceso involutivo ...cada vez con personas más...¿formadas o cualifcadas? pero menos informadas....
    ¿Culpables? ¿Los usuarios por ser mayoritariamente adictos a la vanalidad? Quizá...pero como prefiero pensar que no somos una panda de remoras mentales, buscaré otra explicación en los intereses económicos y la falta de rigor de los productores de Malinformación.
    Lo sé, soy un iluso optimista al que todavía le queda algo de fé en el ser humano....pero reconozco que la realidad del día a día, socava esa fé cada vez que las informaciones contrastadas y los actos que le siguen no están en consonancia lógica; solo un ejemplo, Trump y su colección de torpezas/escandalos no penaliza suficiente¿Por?

  • Anxo y Jose Pablo:

    Me van a permitir que tercie en su discusión. Creo que el mayor problema al que nos enfrentamos los recelosos del discurso libertario es que no nos atrevemos a desarrollar nuestra propia argumentación hasta sus últimas consecuencias, que no son socialmente aceptables en un mundo que idolatra eso que comúnmente llamamos "libertad" y "democracia".

    No se puede dar libertad a todo el mundo para que elija lo que le apetezca si antes no se analizan las externalidades de dichas elecciones.

    A lo mejor resulta que si dejo a los demás libertad para elegir lo que leen y al mismo tiempo lo que votan, entonces me construyen una sociedad injusta e inhabitable para la minoría a la que yo pertenezco. ¿No estaré legitimado, entonces, para obligarlos a formarse como precio para su derecho al voto?

    El problema del libertarismo es que, como todas las ideologías utópicas, se basa en peticiones de principio. En este caso, la ilusión de que el concepto "libertad" tiene una definición sencilla y que todo el mundo acepta.

    "Libertad" es una de las cosas más difíciles de definir.

    • La verdad es que no era una discusión sobre "libertarismo utópico". Ni siquiera era una discusión normativa sobre lo que "deberia ser". Era (o trataba de ser) "descriptiva" sobre quien "prescribe" los contenidos: los "medios" o los ciudadanos.

      Pero siempre asusta ver la facilidad con la que nos legitimamos para "obligar" a algo a los demás. Incluso para resolver un problema que no existe: convendrá acordar (salvo auténtica pasión por ignorar los hechos) que las "sociedades occidentales que idolatran la libertad y la democracia" están entre las más "habitables" que en el mundo son/han sido para la mayoría de los ciudadanos. Para algunas minorías ciertamente no, esas viven mejor en otros regímenes en los que pueden "obligar" a su visión de conocimiento, justicia y felicidad para todos.

      Pero justo de esas es de las que digo que debemos huir (salvo auténtica pasión por ignorar la historia). Incluso si, esta vez por fin, a la que queremos "obligar" a los demás es a la "Sociedad de la Auténtica Justica/Conocimiento/Felicidad Universal".

  • "el periodismo tradicional no estuvo enfocado en los temas que realmente deberían interesar al ciudadano"

    La truco está en la palabra "debería". La prensa publica lo que vende. Si la gente quiere escándalos e insultos, la prensa los publicará.

    Uno sueña con que la prensa decida priorizar lo importante sobre lo impactante. Pero eso no va a ocurrir mientras la gente insista en cliquear notas sobre twits mal escritos de Trump y el corte de pelo de un parlamentario ignoto

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