El pasado abril presenté en este post a los seis competidores por ser los buques insignia de la ciencia del futuro en Europa. Pues bien, aunque el resultado de la selección no se conoce oficialmente todavía, ya es pública, tal y como recoge la estupenda web de ciencia Materia o la revista Nature. Los dos proyectos elegidos son: Graphene y Human Brain.
Desde aquí, y con la decepción de que en el que yo participaba, FuturICT, no ha sido seleccionado, quiero enviarles mis felicitaciones más efusivas y mi deseo de que ambos proyectos sean un gran éxito. Aprovecho para enviar una felicitación especial a Paco Guinea, uno de los coordinadores del proyecto Graphene en España, premio nacional de investigación 2011, y del que me honro en ser co-autor, por el estupendo trabajo que han hecho y por las oportunidades que esto abre tanto para investigadores como para empresas españolas.
Hay 4 comentarios
El enlace a Graphene está roto , debería ser simplemente .
...http://www.icmm.csic.es/graphene en lugar de http://www.icmm.csic.es/graphene/index.html
ADN almacenar datos ? Sera posible ? http://www.economist.com/news/science-and-technology/21570671-archives-could-last-thousands-years-when-stored-dna-instead-magnetic
La elección de la Comisión creo que ha pecado de temerosa, aunque es posible que piense así por mi mayor vinculación a FuturICT.
Graphene es un magnífico proyecto con una clara y rápida vinculación con el sector empresarial por lo que podría haber salido adelante sin el Flagship.
Human Brain tiene bastantes puntos en común con FuturICT al tratar de modelizar un sistema complejo mediante TIC. Probablemente se encuentre con dificultades para integrar los distintos aspectos involucrados ya que el conocimiento sobre muchos de ellos es todavía muy limitado (Kupferschmidt, 2013).
Sin embargo, desde el punto de vista de las Ciencias Sociales y en especial de la Economía puede ser muy fructífero si sirve para desarrollar la Neuroeconomía.
Probablemente FuturICT se ha visto penalizado por ser demasiado monolítico. Sus poderosos sistemas de captación y procesado de información pueden haber generado cierto sentimiento de temor entre la comunidad científica, pero también entre los políticos. Estos podrían pensar que un desarrollo indeseado del sistema podría dejar en manos de un grupo de científicos un poder difícilmente mensurable ya que estarían en situación de decir que es lo que puede pasar y que se debe hacer. Cualquier posible oposición a sus planteamientos se quedaría sin argumentos ya que sus herramientas serían de un orden muy inferior.
Siendo positivos, se abre ahora la oportunidad de reformular el proyecto utilizando una perspectiva más abierta, en el que en lugar de desarrollar un sistema se fijen protocolos distribuidos de coordinación competitiva de subsistemas. Sería mucho más barato y quizás mejor.
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