Seguridad social y riqueza: ¿cuál es el valor de nuestras contribuciones?

¿Es más rico un trabajador de 50 años con 30 años cotizados y 10.000€ ahorrados, o un trabajador de la misma edad con 5 años cotizados y 60.000€ ahorrados? Pues según como se mire. Medir la riqueza es más complicado de lo que parece, porque requiere valorar activos sin que haya transacciones de por medio que nos indiquen su valor de mercado. ¿Qué valor tiene una promesa de pensión de jubilación como contraprestación de nuestras cotizaciones? Resulta que en la mayoría de estimaciones de riqueza no se le atribuye ningún valor, y la riqueza del segundo trabajador, con ahorros pero sin apenas cotizaciones, se considera mayor. ¿Es realista esta conclusión? Tras unos años cotizados, el valor presente de una promesa de pensión (es decir, el valor presente de su flujo de efectivo esperado, descontando que un euro hoy vale más que un euro dentro de 15 años) es sustancial.  Si tenemos en cuenta este valor, probablemente la respuesta a nuestra pregunta inicial será distinta.

Si además se pasan un rato dándole vueltas, se darán cuenta que la respuesta a esta pregunta depende de los tipos de interés. Si los tipos de interés son muy bajos, el valor de un euro hoy y el valor de un euro mañana es muy parecido. Esto son buenas noticias para el que tiene pocos ahorros y derecho a cobrar una buena pensión al cabo de unos años. Sin embargo, si los tipos de interés son altos, el valor de un euro hoy es mucho más alto que el valor de un euro mañana. Esto son buenas noticias para el trabajador con solo 5 años cotizados y unos buenos ahorros. En comparación con el escenario de tipos bajos, el valor presente de sus ahorros es más alto y el de una pensión es más bajo. Esto es interesante porque significa que el valor de los derechos adquiridos sobre nuestras pensiones fluctúa con los tipos de interés.

Nuestras estimaciones de riqueza actuales, aunque no incluyan el valor de las contribuciones a la seguridad social, también se ven afectadas por los tipos de interés. El valor de nuestros activos financieros fluctúa de la misma forma: a mayor tipo de interés, menor valor de los activos (por el menor valor de los dividendos futuros). Sin embargo, en las estimaciones actuales, el valor de nuestras contribuciones no fluctúa, porque no se considera riqueza: siempre es cero.  Imaginemos dos tipos de familias: en una de ellas, la mayoría de su riqueza proviene de sus contribuciones a la seguridad social. En la otra, de activos financieros.  La riqueza de ambas familias fluctúa con los tipos de interés. Sin embargo, en nuestras estimaciones parecerá que la primera familia tiene una riqueza estable, y que la segunda se vuelve más rica en épocas de tipos de interés bajos, y más pobre en épocas de tipos de interés altos (cuando el valor de sus activos disminuye por un menor valor de los dividendos futuros).

¿Por qué debería importarnos este sesgo cíclico? Pues porque resulta que la promesa de una pensión de jubilación es el mayor activo de la mayoría de la población. En concreto, es el 49% de la riqueza del 90% de la población menos rica (con datos de EE. UU.). Cuando los tipos bajan, nos parece que se han empobrecido, cuando en realidad no es así. Si no nos damos cuenta de esto, tal vez lleguemos a la conclusión que hay que reformar el sistema de pensiones para aliviar el problema. Sin embargo, otra implicación sutil de no considerar las contribuciones como riqueza es que dificulta nuestra comprensión de las consecuencias distributivas de cambios en el sistema de pensiones. Si subimos las cotizaciones para subir las pensiones en el futuro, probablemente el ahorro privado disminuya. Si no contabilizamos la riqueza que los trabajadores están ganando en forma de derechos a pensión, que es precisamente lo que les mueve a ahorrar menos, llegamos a la llamativa conclusión que la expansión del sistema empobrece a sus beneficiarios. Igualmente, no tener en cuenta las contribuciones en las estimaciones de riqueza dificulta las comparaciones de riqueza entre países y en el tiempo, porque la importancia de la seguridad social es cambiante.

Todo esto que les cuento no es idea mía, sino la contribución de un artículo reciente y muy interesante de Sylvain Catherine, Max Miller, y Natasha Sarin en el Journal of Finance. Además de desarrollar este argumento, el estudio se toma muy en serio la medición empírica de las contribuciones a la seguridad social como riqueza, propone varios métodos para estimar su valor presente, y estudia cómo cambian las estimaciones de riqueza en Estados Unidos una vez se tienen en cuenta. Entre otras cosas, el estudio también muestra que incluso si la seguridad social (estadounidense) tuviera  problemas de solvencia y recortara sus pensiones hasta un 60% de lo prometido, incorporar las contribuciones a las estimaciones de riqueza sigue teniendo un impacto sustancial.  Esto es importante porque la trayectoria presupuestaria actual no invita precisamente al optimismo.

En conclusión, los resultados de Catherine, Miller y Sarin son muy interesantes porque ponen de manifiesto un reto importante a la hora de medir la riqueza, proponen una solución rigurosa, e ilustran su relevancia a la hora de cuantificar los efectos económicos del estado del bienestar y el ciclo económico. Incluso si uno no está de acuerdo en contabilizar las contribuciones a la seguridad social como riqueza, creo que conceptualizarlas como tal y cuantificar su valor neto es un ejercicio muy útil para entender la realidad económica de las familias y su evolución.

Hay 3 comentarios
  • Genial el artículo, un apunte, el derecho a pensión, ¿no se podría calcular teniendo en cuenta lo que costaría, en el momento de realización del informe, una renta vitalicia diferida que ofrecieran las compañías de seguros? a fin de cuentas, ¿no sería casi lo más equivalente?

    • Hola Sergio. Muchas gracias. Exacto, esto sería lo ideal, sí. Me imagino que no hay datos suficientemente buenos para hacerlo y por eso se trata de aproximar con otros métodos.

  • Interesantísimo. Siempre he estado en contra de los sistemas de pensiones basados en "guardar" una parte y dejársela al banco para que este especule usando nuestro dinero. Los bancos jamás han indicado que el sistema en el que nosotros pagamos y el estado paga es lo mismo, solo que cambiando las bolas de vasito: un juego de trileros. Este artículo lo deja meridianamente claro. No estaría mal una reforma en que a cada contribuyente le llegara, conforme va contribuyendo, una estimación de cual será su futura pensión. Es exactamente lo mismo que si me quitan una cantidad y la guardan para el futuro, en un seguro de Pensión. Solo que la promesa de devolverte el dinero en un caso la hace el estado y en el otro una entidad privada, la cual promete que el dinero que le has dejado lo está usando de una forma mágica para que sea mucho más en el futuro..

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