Javier Andrés y Rafael Doménech
Una de las cuestiones más importantes en el proceso de consolidación fiscal que están realizando muchas economías desarrolladas es la rapidez con la que se lleva a cabo para encontrar el equilibrio apropiado entre crecimiento económico y eficacia y credibilidad del ajuste. Y la credibilidad depende de que se logre una reducción efectiva del saldo presupuestario estructural -es decir, del déficit público existente una vez eliminado el efecto del ciclo económico- que mide la magnitud del esfuerzo que todavía tienen que afrontar las economías europeas que se comprometieron a alcanzar un saldo estructural equilibrado.
La Comisión Europea acaba de publicar sus previsiones de invierno de 2013, con las que ha actualizado las estimaciones presupuestarias y España no sale muy bien parada en este cálculo …
… ya que somos, después de Irlanda y Reino Unido, la tercera economía con mayor déficit estructural en 2012, un 5,9% del PIB –a modo de comparación el saldo estimado para Grecia es tan sólo medio punto del PIB. Dado que la previsión de déficit para 2012 con la que la Comisión hizo esta estimación era del 8% -un 7% más 1% incluyendo las medidas “one-off”- esto significa que la mayor parte del déficit previsto por la Comisión en 2012 es de carácter estructural, lo que llama la atención cuando la posición cíclica de la economía española parece tan negativa con una tasa de paro que superó el 25% en el cuarto trimestre de 2012.
En el Gráfico 1 se recogen algunos de estos números representando, en el eje vertical, el saldo presupuestario de España como porcentaje del PIB frente a la tasa de desempleo, en el horizontal. Como puede observarse hay una clara asociación negativa entre desempleo y déficit, resultado de los efectos de los estabilizadores automáticos presentes en las cuentas públicas. Pero lo que observamos es el déficit y el paro corriente y no sus componentes estructurales, que tienen que ser estimados, lo que introduce incertidumbre en una variable clave para la política económica de los próximos años
En el Gráfico 1 se han representado también dos rectas verticales que corresponden a las tasas de desempleo estructural estimadas por la Comisión, en el 11,0% y el 21,7% para 2006 y 2012 respectivamente. De estas estimaciones se desprende que el desempleo estructural sería muy procíclico y volátil y que la mayor parte de la caída en la actividad económica en España durante los últimos años habría supuesto en realidad una reducción del PIB potencial, por lo que prácticamente todo el desempleo observado en la actualidad sería de carácter estructural.
Sobre esas rectas verticales para las tasas de desempleo estructural de 2006 y 2012, se ha representado el saldo presupuestario estructural estimado por la Comisión para esos dos años: 1,7% y -5,9% respectivamente. Dado que el déficit corriente en 2006 era el 2,4% del PIB, se deduce que el saldo cíclico estimado en el momento álgido del boom inmobiliario habría sido tan sólo ligeramente superior a medio punto porcentual del PIB –lo que implicaría que el crecimiento de aquellos años habría sido casi exclusivamente crecimiento del output potencial. Esto resulta sorprendente cuando diversos autores y la propia Comisión -Martinez-Mongay, Maza y Yaniz- han estimado que entre dos y tres puntos del PIB podían considerarse ingresos transitorios en esos años. Si a esto se añade el efecto del ciclo sobre el gasto público, puede concluirse que el saldo presupuestario cíclico en 2006 debía suponer, al menos, entre tres y cuatro puntos del PIB.
En el Gráfico 1, las dos rectas con pendiente negativa (líneas continuas), que proyectan la combinación de saldo presupuestario y tasa de desempleo en sus respectivas tasas estructurales, miden la sensibilidad del déficit cíclico al desempleo cíclico que estima implícitamente la Comisión. Por ejemplo, en 2012 por cada punto de desempleo cíclico el saldo presupuestario disminuía en 0,63 puntos porcentuales, resultado de dividir -2,1 (-7,0%-1,0%+5,9%) sobre 3,3% (25,0%-21,7%). Esta sensibilidad es, al menos para este año, muy similar a la que se obtiene al estimar directamente la correlación entre el saldo presupuestario total y la tasa de desempleo –línea azul discontinua que da lugar a un coeficiente de regresión igual a -0,66.
En el Gráfico 2 calculamos el saldo estructural de la economía española en 2006 y 2012 mediante un ejercicio similar al de la Comisión pero con dos cambios metodológicos. En primer lugar, se estima una tasa de desempleo estructural siguiendo un procedimiento alternativo basado en la Ley de Okun -Ball, Leigh y Loungani y Doménech y Gómez, El resultado para 2006 y 2012 es de 14% y 18% respectivamente lo que da la imagen de un desempleo estructural menos volátil y procíclico que el de la Comisión, de modo que el desempleo cíclico es más persistente, como resultado de que la reasignación de empleo entre sectores puede llevar bastante tiempo. En segundo lugar, se reestima la sensibilidad del saldo presupuestario cíclico al desempleo cíclico, siguiendo el procedimiento descrito por Corrales, Doménech y Varela, que da lugar a un coeficiente de -0,7
Con este coeficiente y las nuevas estimaciones del desempleo estructural del Gráfico 2 se puede calcular el saldo presupuestario estructural en estos años. En particular, ahora se observa que este era ya deficitario en 2006 –alrededor de -1,5%- de modo que el superávit cíclico de las AA.PP. habría alcanzado en 2006 casi cuatro puntos porcentuales del PIB, más acorde con un periodo continuado de fuerte expansión. Para 2012 se obtiene que el déficit estructural habría aumentado hasta el 3% como consecuencia del crecimiento del desempleo, sólo parcialmente compensado por la puesta en marcha de un conjunto de medidas con efectos permanentes en el gasto y los ingresos públicos como congelaciones salariales, disminución del empleo público, reducción del gasto en sanidad, educación u otras categorías de consumo público, aumento del IVA y eliminación de algunas desgravaciones del Impuesto de Sociedades.
La comparación entre los resultados de estos dos métodos es una manifestación de la incertidumbre que siempre rodea a la estimación de la sensibilidad del déficit al ciclo económico así como al cálculo del desempleo estructural -Staiger, Stock y Watson- similar a la que existe con el PIB tendencial -Larch y Turrini. Debido a estas incertidumbres, los cálculos realizados difícilmente pueden considerarse definitivos. A modo de ilustración es fácil evaluar en cuanto cambiaría el déficit estructural con cada punto de desempleo estructural; si, por ejemplo, este fuera en 2012 el 19%, en lugar del 18%, el déficit estructural sería según nuestras estimaciones el 3,7%, todavía muy por debajo del nivel estimado por la Comisión.
La diferencia de tres puntos del PIB en nuestra estimación del saldo presupuestario estructural con relación a la de la Comisión sugiere que hay margen para una valoración cualitativa a la hora de calcular este indicador fiscal crucial. La elección entre uno y otro método, sin embargo, puede estar guiada por las siguientes consideraciones. Primero, el hecho de que nuestros resultados para 2006 son más consistentes con la existencia de un boom de activos en ese momento. Una prueba del carácter cíclico de la posición fiscal de 2006 es que entre 2007 y 2008 los ingresos públicos no financieros disminuyeron 4,1 puntos como porcentaje del PIB, mientras que la tasa de paro estructural que estima la propia Comisión Europea habría aumentado solo 1,4 puntos. Segundo, porque en 2012 se ha llevado a cabo una importante reforma laboral acompañada del anuncio de otras reformas estructurales que, bien diseñadas e implementadas, deberían reducir el desempleo estructural. Tercero, porque bastantes de las medidas de ajuste fiscal que han tenido lugar en estos últimos años y, en particular en 2012, pueden considerarse permanentes. Y cuarto, porque dada la incertidumbre con relación a los efectos negativos de los ajustes fiscales sobre la actividad económica -sobre multiplicadores puede verse, Blanchard y Leigh y Andrés y Doménech- conviene no aplicar más medidas fiscales de las necesarias para cumplir con el objetivo de equilibrio presupuestario estructural al que obliga la Ley Orgánica de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera. Para ello, según nuestros cálculos, la economía española necesitaría un esfuerzo adicional en los próximos años equivalente al menos a 3 puntos del PIB, mientras que con los cálculos de la Comisión el ajuste sería casi el doble. Conviene ser cautos, al menos hasta que una mayor información permita reducir la incertidumbre en la estimación del déficit estructural, para evitar asfixiar innecesariamente el crecimiento.
En estas circunstancias, parece aconsejable seguir un proceso más gradual que permita consolidar los esfuerzos fiscales realizados en los últimos años, avanzando en la calidad del ajuste con medidas más selectivas que mejoren la eficiencia de las administraciones públicas y concentradas en partidas con menores efectos sobre el crecimiento y la distribución de la renta. Mientras tanto, hay que perseverar en la aplicación de nuevas reformas estructurales, así como dar tiempo a que las que ya están en marcha vayan haciendo su trabajo. Por cada punto de reducción del paro estructural reducimos el déficit estructural en 0,7 puntos, es decir, nos ahorramos 7000 millones de euros en ajustes adicionales para cumplir con los compromisos fiscales. A medio y largo plazo el incremento del crecimiento potencial, la reducción del desempleo estructural y la consolidación fiscal son procesos que se refuerzan mutuamente.
Hay 14 comentarios
A pesar de que el “post”es tremendamente confuso, lo que no es extraño teniendo en cuenta que las diferentes estimaciones econométricas se basan en conceptos como el NAIRU – aproximado por el NAWRU- y sus formas de estimación vía funciones de producción neoclásicas, absolutamente desacreditadas tanto teórica como empíricamente- en España y fuera- ver:
http://www.revistaeconomiacritica.org/sites/default/files/revistas/n12/REC12_Articulo_2_bellod.pdf
la cosa termina bien:
“A medio y largo plazo el incremento del crecimiento potencial, la reducción del desempleo estructural y la consolidación fiscal son procesos que se refuerzan mutuamente”
¿Podrían indicarnos cómo hacerlo? ¿Con mas recortes?.
Saludos.
KEyNES
Hay reformas que no suponen recortes presupuestarios, aunque si cambian un statu quo que evidentemente no ha funcionado. ¿Hacen falta más pruebas?
En cuanto a los recortes, cuanto mayor sea el déficit estructural mayores tendrán que ser estos, porque el objetivo es el equilibrio presupuestario a medio plazo. A no ser que alguien piense que podemos tener un déficit permanente con una deuda que ya se acerca al 90 del PIB. Así que mejor si lo estiman con cuidado y no nos pasamos de frenada.
En principio parece muy duro aceptar una estimación de la NAIRU que varia tremendamente en relativamente poco tiempo, por lo que vuestro método parece claramente mejor. De todos modos es difícil decidir el método de estimación para algo que no tiene una definición totalmente precisa, ¿no?
Fulano
Efectivamente las estimaciones son siempre imprecisas porque no es fácil distinguir entre los componentes cíclicos y los estructurales. Por eso lo que nosotros tratamos de mostrar es que es preciso afinar las estimaciones y matizar los números obtenidos con algunos elementos de valoración cualitativa para no someter a las economías a unos ajustes innecesariamente drásticos
Pregunta colateral para Javier: hay dos mejoras aparentemente obvias en el cálculo del déficit estructural
- una sectorial: no es lo mismo el crecimiento del PIB basado en exportaciones (poca generación de recaudación) que en construcción (alto impacto en la recaudación)
- otra de demanda: parte de la recaudación no depende del PIB sino de la demanda interna o nacional -de especial importancia en los años en que la demanda crecía el doble que el PIB (o ahora, que decrece mucho más rápido que el PIB)
(ambas obviamente relacionadas)
La pregunta (para quienes estamos más alejados del mundo académico) es: ¿conoces algún paper que haya tratado estos temas? Parecen cruciales y nunca los veo mencionados.
Gracias,
LIMA
En cuanto a los ingresos hay bastantes estudios estimando la elasticidad de los mismos a sus bases imponibles correspondientes y al PIB en su conjunto. De hecho la correlación estimada entre el déficit y el PIB (o entre el déficit y el desempleo) trata de aproximar de una forma un poco más burda ese conjunto de elasticidades.
Y lo relativo a la composición sectorial es también muy importante. Una buena parte de los ingresos de los años 2000 dependían del boom inmobiliario de una forma tan directa que cuando este empezó a frenarse, incuso antes de que la crisis estallara del todo, los ingresos impositivos cayeron en España de una forma drástica. El estudio que citamos en el post trata de medir precisamente ese efecto.
Por no hablar de que la caída del sector de la construcción va a requerir un largo proceso de ajuste que de nuevo hace confundir lo cíclico con lo estructural. Por eso todos estos cálculos son muy dependientes de la metodología utilizada y, como le decía a Fulano más arriba, hay que valorarlos con cuidado.
Gracias Javier. Mi "punto" es que en la situación actual, con la demanda cayendo (mucho) más rápidamente que el PIB, si haces una estimación de ingresos estructurales a partir solamente del PIB, inevitablemente vas a subestimar el componente cíclico del déficit; en otras palabras, la demanda nacional está mucho más por debajo de tendencia que el PIB.
Me da la impresión de que éste es un efecto (muy) significativo que no se tiene en cuenta. Y no es tan difícil calcular sensibilidades de cada impuesto a "su" agregado macro: IVA con consumo y const residencial, Sociedades con excedente bruto de explotación, IRPF con renta familias etc. Esto habría ayudado a reflejar la situación estructural real en los años de bonanza, cuando el PIB crecía al 3% y la demanda al 6-7% (evitando el optimismo injustificado que infundían el FMI y la Comisión con sus estimaciones); y ayudaría ahora a reflejar la situación estructural real de nuestra economía, que me parece que se acerca bastante más a vuestras estimaciones que a las de la Comisión (que son francamente ridículas). Tb ayudaría a tener claro, por cierto, que solamente a base de exportaciones se podrá arreglar el PIB (quizá) pero difícilmente el déficit público.
El déficit estructural que la Comisión fija en el 5,9% para 2012 y vosotros en el 3% ¿es el mismo "déficit estructural" que se ha incluido en la Constitución para poner límites a la "propensión política al gasto" de los gobiernos? ... como diría un famoso ex-ministro "manda huevos!!"
Jose Pablo
Efectivamente, porque es un objetivo tan importante es por lo que es necesario evaluarlo con mucho cuidado. La alternativa es no tener tal objetivo, pero entonces ¿Dejamos que la deuda siga descontrolada aumentando 8 o 10 puntos de PIB cada año? ¿Hasta cuando?
Johnny Maynard, tu afán de criticar, con apariencia de brillantez, te ha hecho olvidar el pequeño detalle de leerte el post y los trabajos que aportan la metodología. Si lo hubieses hecho verías que: 1.en la metodología no aparece la función de producción neoclásica; 2. el post propone moderar los recortes
@Javier Lozano,
Supongo que tu comentario se refiere al mío. Digo supongo porque ni el nombre ni la “colocación”-debería estar en “RESPONDER”- son correctos, pero tu alusión a la “brillantez” me ha dado la pista…(:
Respecto a la metodología, todos los estudios que estiman la NAIRU- la OCDE en su “Economic Outlook”, la Comisión Europea, el Banco de España…- emplean la función de producción Cobb-Douglas, que es la función de producción neoclásica “par excellence”.
Respecto a los recortes, era una broma que quería provocar la respuesta de los autores sobre cómo conseguir el (super-necesario) crecimiento económico, pues ya dije en mi primer comentario que el post acababa bien.
Saludos.
Bueno, pues acabemos bien este intercambio de comentarios e indícanos donde está la Coob-Douglas en la metodología de Andrés y Domenech. Repasando los trabajos de Ball, Leigh y Loungani y Doménech y Gómez no la he visto, pero es posible que se me haya pasado.
Un saludo.
Tienes razón, Javier, nuestros autores no emplean la función Cobb-Douglas, sino algo aún peor, el análisis de filtros meramente estadísticos, que se comportan como simples medias móviles, suelen fallar ante cambios imprevistos de las variables (ej. La tasa de paro) y son siempre difíciles de analizar por su imprecisión. Por esta razón, raramente se utilizan en trabajos recientes.
Lo dicho respecto a los Bancos Centrales y organismos multinacionales, sin embargo, sigue siendo cierto.
Saludos.
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