Muchos artículos de investigación buscan identificar los determinantes de los resultados académicos de los estudiantes. Los potenciales determinantes estudiados son muy variados: una característica de los padres, de los compañeros, de la escuela, un evento positivo como la obtención de un subsidio o negativo como un desastre natural, etc.. A menudo, el impacto de la variable elegida es diferente según el resultado académico se evalúe en matemáticas o lengua (las dos materias para las que suele haber datos disponibles). Esto me ha llevado a preguntarme si tenemos que elegir qué intervención llevar a cabo para mejorar los resultados de los estudiantes, ¿es más deseable mejorar el resultado en matemáticas o en lengua? Buscando evidencia científica para responder a esta pregunta, he encontrado un artículo muy interesante.
El artículo se titula “el efecto causal de las matemáticas” y lo podéis leer aquí. Hay dos motivos que inspiran este artículo: A nivel individual, obtener buenos resultados en matemáticas durante el periodo formativo está muy relacionado con obtener altos ingresos en el mercado laboral en el futuro (ver aquí). A nivel macroeconómico, estudios comparativos entre países sugieren que medias agregadas de resultados matemáticos y ciencias son determinantes importantes de crecimiento económico (ver aquí y aquí). Y respecto a este último punto, los españoles deberíamos estar particularmente preocupados porque España obtuvo el último lugar en el índice de conocimiento matemático de los 23 países cuyos conocimientos se medían en la última edición de PIACC (el PISA de los adultos).
Los autores del estudio estiman el efecto causal de prepararse intensivamente para un examen de matemáticas en lugar de un examen de lengua en una serie de resultados futuros. El examen en cuestión que se realiza en Noruega es lo más parecido a nuestra Selectividad, aunque allí se hace a los 16 años. El caso de Noruega merece especial atención porque la materia que afrontarán l@s estudiantes en el examen es asignada de manera aleatoria pocos días antes del examen y, por tanto, el talento o el esfuerzo de l@s estudiantes en matemáticas y lengua son independientes de que finalmente hagan el examen de matemáticas o lengua. Esto es lo que permite a los autores hablar de “causalidad”. Los resultados del estudio muestran que un periodo intensivo de preparación de entre dos y cinco días en matemáticas, en lugar de lengua, aumenta la probabilidad de terminar el instituto, ir a la universidad y matricularse en ciencias naturales o tecnología en la universidad. En concreto, cinco días de preparación intensiva aumenta estas probabilidades alrededor de 1, 0,8 y 0,5 puntos percentuales, respectivamente.
Los autores del estudio también realizan un análisis de heterogeneidad, es decir, intentan identificar cuáles estudiantes, al ser asignad@s al exámen de matemáticas en lugar de lengua, aumentan más su probabilidad de tener una carrera académica exitosa. En general, encuentran que los hombres se benefician más que las mujeres pero, en realidad, las diferencias de género dependen de los conocimientos de matemáticas y lengua previos a la preparación del examen.
La conclusión del estudio es que los conocimientos matemáticos son más importantes para el éxito en el sistema educativo que los conocimientos de lengua. Por lo tanto, l@s estudiantes se beneficiarían si practicasen más ejercicios e hicieran más exámenes de matemáticas. Esto se podría alcanzar dando más espacio a los cursos de matemáticas o haciendo los exámenes de matemáticas más importantes para l@s estudiantes en términos de consecuencias (que cuenten más en la media o para la admisión a cursos de estudio sucesivos, etc.). No sé si estas medidas serían aprobadas en un referéndum de estudiantes, pero, a la vista de las conclusiones del citado estudio, son cuestiones que cabría plantearse.
Hay 2 comentarios
Tanto las matemáticas como la lectura crítica y comprensiva activan zonas diferentes del cerebro y son imprescindibles para los futuros profesionales, pero hay que hacer estas actividades atractivas al alumnado y ser además exigentes con ellos.
En España, el permanente deterioro de los planes de estudios para que cada vez más estudiantes obtengan su titulo hace que los estudiantes no entiendan matemáticas, aunque sepan hacer los cálculos, ni comprendan lo que leen, aunque sepan leer.
Ni los estudiantes, ni el profesorado (salvo casos vocacionales) están interesados en mejorar esto.
Con todo el respeto, encuentro dos errores importantes en el planteamiento de esta interesante entrada. El primero es que las materias no deberían trabajarse para "prepararse intensivamente para un examen" sino para nutrir el conocimiento del estudiante. El segundo es que si basamos las prioridades educativas exclusivamente en función de la rentabilidad laboral, acabamos escribiendo "l@s estudiantes", obviando la importancia de una correcta escritura.
Por favor, que conste que soy de ciencias puras y que creo firmemente en los beneficios de saber matemáticas.
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