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XII Premio Fundación Banco Herrero: Gerard Padró i Miquel

por Mónica Martínez Bravo

El pasado 30 de Septiembre se concedió el XII Premio Fundación Banco Herrero a Gerard Padró i Miquel. Este premio se otorga al mejor investigador menor de 40 años en los campos del conocimiento económico, empresarial y social. El objetivo de esta entrada es resumir las principales contribuciones de Gerard a la economía, así como su trayectoria profesional y académica.

Todos nosotros hemos tenido alguna conversación con amigos o familiares en la que se ha llegado a la conclusión que “los políticos tienen la culpa de X”. Donde X puede ser la crisis económica, las deficiencias en los servicios públicos, la baja calificación de España en los informes de PISA y PIACC e incluso el subdesarrollo económico en un gran número de países del mundo. La coletilla de “los políticos tienen la culpa de…” está tan extendida que incluso ha sido el objeto de una campaña publicitaria de una conocida marca de bebidas. Pero muchos de nosotros también nos preguntamos por qué. ¿Por qué no podemos remplazar a políticos malos por otros mejores en las elecciones? ¿Qué nos impide hacer que los políticos rindan cuentas con la ciudadanía sobre sus acciones? O utilizando el término anglosajón, ¿qué impide que haya más accountability?

Gerard Padró i Miquel ha dedicado su carrera académica hasta la fecha a pasar de la conclusión simplista “los políticos tienen la culpa de…” y poner todo el rigor de la ciencia económica a trabajar para averiguar el por qué y el cómo. Y claro, cuando se juntan el entusiasmo de Gerard con su inteligencia y intuición se logran resultados espectaculares. Y es por ello el premio Fundación Banco Herrero es muy bien merecido.

La pregunta de cómo puede ser que haya políticos tan malos que estén en el poder durante tantos años es especialmente perturbadora si pensamos en el caso de algunas dictaduras. Por ejemplo Moi consiguió mantenerse en el poder en Kenya durante más de dos décadas a pesar de amasar una riqueza personal que se estima de igual cuantía a la deuda nacional del país (!). Lo más sorprendente es que Moi gozaba de un apoyo nada desdeñable de su propio grupo étnico, los kalenjin, a pesar de que claramente estaba extrayendo una gran cantidad de recursos de ellos. ¿Por qué los kalenjin no escogían a otro líder que les robase un poco menos? Gerard propuso una innovadora teoría que consiguió dar una explicación a este fenómeno que denominó como “La Política del Miedo”. El miedo a que haya un cambio de líder, y que el nuevo líder sea de otro grupo étnico, lleva a muchos ciudadanos co-étnicos del líder actual a apoyar este mismo. Como, en este contexto, las instituciones políticas son débiles los kalenjin no podían reemplazar a Moi por otro líder kalenjin sin arriesgarse a que perdiesen el poder y que el resultado fuese un líder kikuyu (la etnia contraria). Esto les lleva a la seguir el refrán “mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer”, con sus trágicas consecuencias: líderes que se perpetúan en el poder a pesar de robar grandes fortunas de sus ciudadanos, incluyendo, los de su propio grupo étnico.

Gerard formalizó estas ideas utilizando un riguroso modelo teórico que se publicó en la revista Review of Economic Studies. Este artículo constituyó la parte principal de su tesis doctoral que realizó en el Massachusetts Institute of Technology bajo la supervisión de Daron Acemoglu, Abhijit Banerjee y James Snyder. La calidad de su tesis le abrió las puertas de Stanford Business School donde se incorporó en 2005 como Assistant Professor.

Otra de las líneas de investigación de Gerard consiste en estudiar los determinantes del conflicto armado. Sin duda la presencia de conflictos armados es una de las principales barreras al desarrollo económico y por lo tanto este tema tiene también una gran relevancia para las regiones más pobres del planeta. La literatura teórica sobre los determinantes de los conflictos armados tradicionalmente ha argumentado que cuantas más armas tengan ambos contendientes, más fácil será mantener la paz. La idea es que a mayor tamaño del arsenal, el estallido del conflicto sería tan sumamente destructivo que ambos bandos tienen incentivos para mantener la paz. Aunque el argumento tiene cierto sentido lógico ¿por qué no observamos al consejo general de la ONU regalando armas al régimen de al-Asad y a los grupos rebeldes sino precisamente lo contrario? Gerard y su coautor Sylvain Chassang creían que algo chirriaba en esta visión tradicional de los conflictos y se decidieron a investigarlo a fondo. En su artículo “Conflict and Deterrence under Strategic Risk”, publicado en el Quarterly Journal of Economics, Gerard y Sylvain argumentan que este resultado de la literatura tradicional no es robusto a la introducción de información asimétrica sobre los beneficios relativos de mantener la paz. Siguiendo con el símil del conflicto sirio, supongamos que somos el grupo rebelde y tenemos cierta incertidumbre sobre los beneficios de mantener la paz. De la misma manera sabemos que el régimen de al-Asad también tiene la misma incertidumbre y por lo tanto hay posibilidades de que nos ataque. Si los costes de ser atacado por sorpresa son altos, los contendientes pueden decidir efectuar ataques preventivos. Gerard y Sylvain demuestran que el efecto de una mayor disponibilidad de armamento en la probabilidad de sostener la paz es heterogéneo: si la cantidad de armamento es muy alta (por ejemplo, armas nucleares) un incremento en la cantidad de armamento continúa teniendo un papel disuasorio y la probabilidad de mantener la paz es mayor. Sin embargo, en situaciones en que la cantidad de armamento es intermedia, un incremento de la cantidad de armas puede tener un efecto desestabilizador, generando acciones militares preventivas. Con gran probabilidad, este segundo contexto representa mejor la actual situación del conflicto sirio. Por lo tanto, con este marco teórico Gerard y Sylvain proporcionan una justificación adicional a los intentos de la ONU de reducir la cantidad de armamento en Siria: un menor armamento no sólo reduciría los costes humanitarios en caso de conflicto, sino que también podría hacer que la lucha no se produjese. Mientras que en contextos de información perfecta esta acción de la ONU sólo podría desestabilizar la situación, en contextos de información imperfecta puede ayudar a evitar acciones militares preventivas.

Gerard también ha realizado importantes contribuciones a la literatura empírica que estudia el impacto de las instituciones políticas en la inversión en bienes públicos y en la redistribución de la riqueza. He tenido el gran privilegio de colaborar con Gerard en uno de estos trabajos de investigación. En este proyecto estudiamos (junto con Nancy Qian y Yang Yao) el impacto de la introducción de elecciones locales en China desde los años 1980. Se estima que esta reforma pudo afectar a cerca de 1,000 millones de personas, siendo una de las reformas políticas que ha afectado a un mayor número de ciudadanos en la historia. Con estos datos, mostramos que la introducción de elecciones aumentó la disponibilidad de bienes públicos en general, y en concreto el gasto en infraestructuras de regadío. Las elecciones también conllevaron un aumento de la redistribución del ingreso que benefició a los individuos más pobres de estos pueblos. Estos resultados son consistentes con la hipótesis de que la introducción de estas elecciones conllevó un cambio en los incentivos de los líderes locales que fueron más sensibles a las demandas de los ciudadanos y así lo plasmaron en sus decisiones de políticas públicas. Es decir, aunque el sistema democrático basado en elecciones no sea perfecto, en el contexto de China vemos que sin duda ayuda a que haya más accountability: a que los políticos respondan en mayor medida a las demandas de los ciudadanos.

Estas son sólo algunas de las contribuciones de Gerard (en la actualidad catedrático en la London School of Economics) a las ciencias sociales. Para conocer el resto de sus contribuciones os invito a visitar su página web y también a ver su discurso (así como el de Luis Garicano y Josep Oliu) en la entrega del premio Fundación Banco Herrero.

En resumen, Gerard Padró-i-Miquel ha realizado importantes investigaciones que contribuyen a un mejor entendimiento sobre cómo mejorar las instituciones políticas. Por si esto fuese poco, Gerard también ha traspasado la frontera de lo puramente académico para hacer recomendaciones sobre como mejorar las instituciones en nuestras sociedades actuales. Muestra de ello es su defensa de la introducción de un sistema electoral de listas abiertas aquí, o sus dos entradas en este blog aquí y aquí. Dada la ardua tarea que supone el proceso de reforma institucional profunda que nuestras sociedades necesitan, esperemos que podamos contar con más de sus análisis y recomendaciones. Sin duda para esta tarea necesitaremos muchas más contribuciones fruto del talento y del análisis riguroso que vayan mucho más allá de simplificaciones como la de “los políticos tienen la culpa de…”.