Por Juan Manuel Moreno y Lucas Gortazar
En esta entrada resumimos el informe elaborado recientemente publicado por EsadeEcPol titulado “Educación en la Sombra: cómo las clases particulares se están convirtiendo en un bien de primera necesidad”.
El concepto de “educación en la sombra” (ES) (o Shadow Education, en inglés), definido por Bray aquí, incluye el conjunto de clases particulares, tutorías privadas, academias para la preparación de exámenes y, más recientemente, empresas que ofrecen todos estos servicios en línea. Se trata de una oferta paralela de educación que mimetiza la educación escolar y su currículum, y que siendo pues la sombra de la educación formal o reglada puede funcionar como un espejo en el que se mira la educación formal de un país. La ES completa, suplementa y refuerza a la escuela, con lo que puede afirmarse que hay una suerte de simbiosis entre ambas, de modo tal que el buen desempeño del sistema escolar se beneficia de las clases particulares y éstas de las ineficiencias del sistema escolar.
La ES se ha convertido en un fenómeno global, en términos de gasto privado de las familias y de porcentaje de los estudiantes que lo usan. Esto ha ocurrido especialmente en las últimas dos décadas al hilo del proceso de universalización de la educación secundaria y de la consiguiente explosión de expectativas sociales y familiares sobre la educación (aquí). Servir de suplemento a la educación formal, dar respuesta a un clima predominante de competitividad, y asegurar las ventajas de la personalización de la enseñanza, son las razones clave que han impulsado la expansión global de la ES.
El gasto en ES ha crecido inmune a crisis económicas, cambios de gobierno o régimen político, y a subidas del desempleo y la inflación, y España no es excepción a esta tendencia. La demanda de ES parece ser inelástica (ver Figura 1), y estaría convirtiendo, de facto, lo que era un bien de lujo en un bien cada vez más de primera necesidad. En España, el número de hogares que gasta en ES se dobló entre 2006 y 2019 (de medio millón a un millón) y el volumen de gasto de los hogares se triplicó entre 2006 (246 Millones de euros) y 2017 (732 Millones de euros), todo ello coincidiendo con la Gran Recesión y, por tanto, en el marco de una reducción generalizada de rentas y del consumo de los hogares.
Figura 1
Los datos de la Encuesta de Presupuestos Familiares (EPF) se han analizado por primera vez para estudiar la incidencia de la ES en España. El caso español aparece como afortunadamente aún lejano a la frontera en la que la ES empieza a parasitar la escolarización y se muestra como una posible excepción en materia de ES. En concreto:
- A pesar de un crecimiento sostenido a lo largo del período estudiado (2006-2020), los datos de la EPF muestran que el 23 por ciento de los hogares (y un 24 por ciento de los estudiantes) consume clases particulares en España, unas cifras bajas en relación con la mayor parte de los países asiáticos y aun también con los europeos (ver Figura 2)
Figura 2
- La Figura anterior muestra también que en España el impacto de la ES sobre la equidad educativa es, como en todas partes, claramente negativo, si bien las clases media y baja invierten una parte cada vez más considerable de su gasto.
- En 2020, el confinamiento y sus consecuencias inmediatas en España afectaron mucho más al gasto en ES de los hogares ricos que al de los de menor gasto.
- El gasto en ES no es en España un fenómeno predominantemente urbano, sino que crece con más fuerza en pequeños municipios y zonas rurales.
- Los datos de TIMS 2019 para España muestran evidencia de que el objetivo de remediar y recuperar todavía pesa más en el gasto en ES que la de ampliar y perfeccionar (al menos en matemáticas), como puede apreciarse en la Figura 3.
Figura 3
El efecto inmediato de la pandemia sobre la ES fue una considerable reducción del gasto seguida de una rápida recuperación. La pandemia también ha provocado una evolución en la composición de la oferta, con un desarrollo mayor de los servicios online, de tal modo que lo que hasta ahora ha sido (mayoritariamente) un mercado local podría convertirse muy rápidamente en un mercado global. Por su parte, los cambios en la demanda causados por la pandemia tomarán más tiempo para manifestarse con claridad, aunque todo apunta también a un incremento notable en el medio y largo plazo.
La relación entre ES y escolarización ha sido originalmente simbiótica, pero corre el riesgo de caer en el parasitismo. Ambos sectores han crecido en mayor o menor medida gracias al otro. Sin embargo, allí donde la ES ha crecido desmesuradamente, se convierte en la norma y crea incentivos perversos que conducen a prácticas ilegales y a exacerbar los efectos negativos de la ES. La simbiosis se convierte en parasitismo cuando, en lugar de suplementar, la ES pasa a suplantar la educación formal. Una mayor y mejor investigación sobre los factores de aceleración de la ES y sus efectos sobre calidad y equidad permitirían a las políticas públicas anticiparse – por medio de la regulación legislativa y de políticas educativas y sociales – a un crecimiento cancerígeno de la ES.
Los intentos de regular el mercado de la ES se han centrado en la prohibición de prácticas abiertamente corruptas y, en los casos más avanzados, en sacar a la ES de la economía sumergida. La regulación actual de la ES, incluso cuando se implanta con éxito, puede no ser suficiente para evitar una expansión desordenada que conduzca al parasitismo de la ES sobre la escolarización. La actual proliferación de los servicios online a escala global presenta nuevos riesgos y desafíos y hace que la regulación sea aún más difícil. Por eso, son necesarias políticas educativas que aborden los factores que aceleran la expansión de la ES; y las soluciones pasan más por políticas para contener la demanda de ES que por tratar de frenar la oferta, como muestra el caso de Corea del Sur (aquí).
La educación en la sombra va a estar en el centro del debate sobre hacia dónde debe orientarse la digitalización del sector educativo. La pandemia y el cierre de las escuelas durante meses volvieron a poner en el centro del debate la cuestión de la desescolarización versus re-escolarización. El consenso global sobre la necesidad de re-escolarizar (reconstruir mejor) incluye la cuestión de cómo y por dónde ha de continuar la digitalización del sector educativo. Cuando, a comienzos del verano de 2021, el presidente chino Xi declaró que las tutorías privadas online se habían convertido en un “problema nacional”, se pudo vislumbrar la tensión futura entre una oferta masiva y global de ES online, sostenida por una demanda social disparada, y los grandes objetivos de calidad y equidad educativas.
En la postpandemia, los sistemas escolares tendrán que competir con la ES en capacidad de personalización, tanto para el apoyo y refuerzo de los rezagados como para el enriquecimiento de los destacados. Una evolución de la ES hacia el parasitismo de la escolarización podría traducirse en descensos de la financiación pública de la educación formal. Las desgravaciones fiscales por el gasto en clases particulares son un claro ejemplo de transferencia de recursos públicos al sistema de ES, una medida claramente regresiva que suele presentarse como apoyo a las familias y como instrumento para regular la ES y mejorar su transparencia. Aumentar la confianza pública en las escuelas será la vía para evitar que la ES se imponga como norma social. Esto requiere políticas educativas de gran calado, sobre todo en materia de evaluación, exámenes externos, certificación del aprendizaje, orientación personal y profesional y multiplicación de itinerarios educativos que transformen la escolarización en una carrera donde todos puedan ganar.