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Reflexiones sobre la productividad (II). La productividad en España

de Matilde Mas

España tiene problemas en todos los frentes, pero el de la productividad cualifica alto en el escalafón. De acuerdo con la información disponible:

1.- La economía española es más volátil que el resto: cuando el viento sopla a favor crece más (y genere más empleo que nadie) pero retrocede y destruye más empleo que nadie cuando las cosas vienen mal dadas (Figuras 1 y 2).

 Figura 1. PIB. Tasas de variación (%). 1995-2017

Fuente: The Conference Board Total Economy Database

Figura 2: Horas trabajadas. Tasas de variación (%). 1995-2017

Fuente: The Conference Board Total Economy Database

2.- El crecimiento de la productividad en España en el conjunto del periodo 1995-2017 ha sido muy modesto (el menor después de Italia).

3.- Mientras en la mayoría de los países la productividad del trabajo es procíclica —aumenta en las expansiones y se reduce en las contracciones— en España va al revés. La razón más habitual para explicar este comportamiento es el funcionamiento ineficiente del mercado de trabajo: cuando se entra en crisis el ajuste se hace despidiendo trabajadores, mientras que en el resto de países se procura mantener el empleo (en todo caso se reparte el empleo reduciendo las horas trabajadas) (Figura 3).

Figura 3: Productividad por hora trabajada. Tasas de variación (%). 1995-2017

Fuente: The Conference Board Total Economy Database

4.- No es preciso insistir en este foro que la productividad del trabajo (por trabajador o por hora) no es un buen indicador de la eficiencia con la que se utilizan los recursos porque no tiene en cuenta el uso de otros factores de producción. Para medir la contribución al crecimiento de la productividad asociado al progreso técnico —a la inspiración— se utiliza el concepto de Productividad Total de los Factores (PTF). Esta medida es la asociada al crecimiento inteligente, en lugar de al crecimiento duro, al crecimiento por el esfuerzo ligado a la acumulación de todo tipo de capital. Los datos para España del crecimiento de esta variable son descorazonadores, de nuevo los peores junto con Italia (Figura 4).

Figura 4: Productividad Total de los Factores. Tasas de variación (%). 1995-2016

Fuente: The Conference Board Total Economy Database

¿Qué es lo que pasa en España? ¿Por qué lo hace tan mal en términos de un crecimiento inteligente? Para contestar a esta pregunta es recomendable distinguir entre razones originadas en los factores de producción, y los que tienen que ver con otras variables que también afectan al uso eficiente de los recursos.

Respecto al factor capital

Hay dos aspectos relacionados con el capital que sin duda han impactado negativamente sobre la productividad:

a) Exceso de capacidad instalada. En lenguaje coloquial, tenemos más capital que el necesario para producir lo que producimos. Durante los años de expansión la acumulación de capital estuvo en gran parte guiada por las expectativas de revalorización de los activos y no tanto por la productividad del capital. Es decir, existieron incentivos para acumular capital aunque la capacidad productiva no fuera plenamente utilizada. Como consecuencia, la productividad del capital descendió acompañando a la caída de la productividad del trabajo y, en consecuencia, a la PTF (Serrano, Pérez, Mas y Uriel, dirs. 2017)

b) Sesgo hacia la inversión en capital tangible (viviendas, construcciones, maquinaria) en lugar de hacia las TICs, la I+D, y otras formas de capital intangible. Según la clasificación propuesta por Corrado, Hulten y Sichel (2009) dentro del capital intangible se encuentran el software; la I+D; las actividades que contribuyen a aumentar el valor añadido de los bienes y servicios, como la publicidad, el diseño y la imagen de marca. Y muy especialmente, la inversión que realizan las empresas en la formación de sus propios trabajadores y en introducir mejoras organizativas. Mientras en Estados Unidos, Suecia y el Reino Unido la inversión en activos intangibles representa más del 12% del PIB, en España es aproximadamente la mitad (6%). En EEUU la inversión en intangibles supera a la inversión en tangibles y en el Reino Unido se aproxima (Figura 5).

Figura 5. Inversión tangible (AT) e intangible (AI) sobre el PIB ampliado. Sector privado. Promedio 1995-2014 (%)

Fuente: INTAN-Invest, Fundación Cotec (2017) y elaboración propia

Pero no solo invertimos menos en activos intangibles, es que además dentro de los activos intangibles no incluidos en el PIB (más allá del PIB) también tenemos problemas de composición. Invertimos el 50% en publicidad y diseño, mientras que los países de referencia invierten hasta el 50% solo en mejorar la estructura organizativa de sus empresas[1] (Figura 6).

El atraso de la economía española en inversión en intangibles tiene consecuencias desde la perspectiva del crecimiento. De acuerdo con la evidencia empírica: 1. Los activos intangibles se responsabilizan de entre un quinto y un tercio del crecimiento de la productividad en la economía norteamericana (Corrado, Hulten y Sichel 2009); 2. Las TIC y los intangibles son complementarios: el crecimiento de la productividad es mayor cuando se utilizan de forma conjunta (Basu, Fernald, Oulton y Srinivasan 2003); y 3. Los intangibles generan efectos desbordamiento: no solo aumentan la productividad en los sectores que realizan directamente la inversión, sino también la de otros sectores de la economía (Corrado, Haskel y Jona-Lasinio 2014).

Figura 6: Composición de la inversión en activos intangibles no incluidos en el PIB por tipo de activos, 2014 (porcentaje)

Fuente: Fundación Cotec-Ivie, INTAN-Invest y elaboración propia.

Respecto al factor trabajo

El mal funcionamiento del mercado de trabajo en nuestro país tiene como consecuencia más visible las elevadas tasas de paro que padecemos. Esto, en sí mismo, ya es un problema grave. Pero, además, un funcionamiento anómalo tiene también efectos negativos sobre la productividad. Y ello al menos por dos vías:

a) Porque aumenta el empleo de largo duración y, por esta vía, genera histéresis y aumenta la capacidad de negociación de los que están “dentro” a expensas de los que están “fuera”, yendo ambos efectos contra la eficiencia en la asignación de recursos.

b) La temporalidad. La contribución del empleo al crecimiento de la productividad opera por la vía tanto de la cualificación que se obtiene en las aulas como de la formación en el puesto de trabajo. Cuanto mayor es la temporalidad menor es el incentivo a la formación en el puesto de trabajo, y menores son las ganancias de productividad. Recuérdese que la formación en el puesto de trabajo es uno de los componentes de la actual definición de activos intangibles.

Respecto a otros aspectos no directamente ligados al uso de los factores de producción

- Falta de competencia y exceso de regulaciones. Este no es un problema exclusivo español sino también europeo. En nuestro país habría que añadir las diferentes regulaciones aplicadas por CC. AA. (que rompen el mercado único) que no favorecen precisamente la competencia.

- Reducida presencia internacional, aunque esto ha cambiado, afortunadamente, desde la crisis.

- Reducido tamaño de las empresas españolas.

- Relativo bajo aprovechamiento de las nuevas tecnologías como revelan la mayor parte de los indicadores disponibles aunque también es cierto que la brecha se va cerrando.

- Empresas zombies, o empresas que dependen de la benevolencia de sus acreedores. Esto puede ser el resultado tanto de políticas fiscales como de las implementadas por los bancos centrales para estabilizar las economías después de la crisis, incluyendo presionar a los bancos comerciales para que renegocien los préstamos o, simplemente, el mantenimiento de tipos de interés próximos a cero. Estas medidas pueden absorber recursos detrayéndolos de otros usos más eficientes, perjudicando a la productividad.

Por supuesto ello no quiere decir que todas nuestras empresas presenten problemas de eficiencia. En todos los sectores hay “campeones de productividad” en términos internacionales. Son el resto de empresas -que a su vez constituyen el grueso de las mismas, y las que terminan pesando más en la economía— las que presentan problemas.

En cualquier caso, la buena noticia es que los problemas de productividad que tiene España son más fáciles de resolver que a los que se enfrenta un país como EE. UU. Lo que tiene que hacer es poner remedio de una vez por todas a las ineficiencias que presenta en múltiples campos.  No se le pide que desplace la frontera. Sí que se aproxime a ella.

 

 

[1] Los activos intangibles sí incluidos en el PIB son software, I+D y Prospección minera y originales de obras artísticas, literarias y creativas