¿Qué podemos aprender de Bélgica?

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Por Javier Fernández-Blanco (UAB, BSE) @JavierFerBlan

A. Lorenzetti, Allegory of Good Government, 1338-40.

La finalidad definitoria del seguro público de desempleo es asegurar al trabajador contra el riesgo de pérdida de ingresos en un marco en el que tales riesgos no son asegurables en el mercado. La pregunta, entonces, deriva hacia el diseño óptimo de la acción pública y sus múltiples dimensiones. Pensemos en la asignación óptima de los riesgos, dejando de lado preocupaciones por la redistribución de ingresos. En particular, ¿Cuál debe ser la provisión pública del seguro cuando los consumidores tienen varias maneras de amortiguar los shocks de ingresos? ¿Cómo varía la provisión pública con la provisión privada?

La respuesta a esta pregunta no es obvia por múltiples razones. Primero, el seguro puede afectar el comportamiento del asegurado de manera no deseable. Si, por el contrario, el desempleo fuera resultado puramente del azar, lo óptimo sería asegurar completamente el riesgo. Segundo, la provisión privada puede afectar a los riesgos que los individuos asumen en la búsqueda de empleo y, en consecuencia, a la provisión pública óptima (los llamados crowding-out effects). Tercero, aún siendo aversos al riesgo, las preferencias de los individuos en relación al riesgo pueden variar con la provisión privada. Cuarto, algunos elementos fundamentales de la cuestión (como la búsqueda de trabajo o la provisión privada) pueden ser información privada y, por tanto, no observables para el planificador social/gobierno.

¿De qué hablamos al referirnos a provisión privada? En línea con la evidencia empírica (véase e.g. Mincer (1962), Cullen y Gruber (1996), y Blundell et al. (2016), en un trabajo reciente nos centramos en la habilidad de la pareja del desempleado para asegurar un cierto nivel de consumo vía su oferta de trabajo, abstrayéndonos particularmente de la posibilidad de ahorrar y pedir prestado. La evidencia es que los saldos medianos de los individuos desempleados son muy modestos (véase, Chetty (2008) para EE.UU. y Kolsrud et al. (2018) para Suecia). Sin embargo, Braxton et al. (2020) muestran que los individuos que pierden el empleo y tienen restricciones al crédito dejan de pagar sus obligaciones crediticias.

Imaginemos, para simplificar, un mundo con dos tipos (A y B) de individuos desempleados que buscan empleo. La esposa del tipo A está desempleada, mientras que la esposa del individuo del tipo B tiene unos ingresos positivos que pueden ajustarse. Esto es, los dos individuos son idénticos excepto en la habilidad potencial de su pareja para asegurar un determinado consumo. ¿Cómo debería diseñarse el seguro público en este caso? En la mayor parte de economías de mercado, el esposo no juega papel alguno en lo que concierne al seguro de desempleo. Por el contrario, en Bélgica y en ocho estados de los Estados Unidos, el tipo A recibiría una mayor transferencia en caso de no encontrar empleo. En nuestro trabajo mostramos respaldo teórico a este último diseño de la provisión pública del desempleo. El supuesto central es que las preferencias de los hogares exhiben una complementariedad limitada en el consumo y el trabajo de la esposa, además de aversión al riesgo. Pensemos, por ejemplo, en preferencias con separabilidad aditiva en estos dos argumentos. De dichas preferencias se deriva no sólo que consumo y ocio son bienes normales, sino que la utilidad marginal de las transferencias cae con la habilidad de la esposa. Estos resultados teóricos son además respaldados por la evidencia empírica. Por ejemplo, Browning y Crossley (2001) estiman un efecto positivo del subsidio de desempleo sobre el gasto únicamente para los hogares con la esposa también desempleada.

El análisis se vuelve más complejo cuando los individuos de tipo B (con esposa empleada) son heterogéneos en la habilidad de la esposa y ésta no es observable. Aún así, mostramos cuantitativamente que un esquema simple que maximiza el bienestar social exhibe transferencias a los desempleados que dependen negativamente de los ingresos de la esposa y se acerca mucho a la asignación del planificador social (de la economía sin mercados). Por el contrario, si el planificador estuviera sujeto a un mismo nivel de transferencias (léase, tasa de subsidio sobre salario) para todos los hogares, las pérdidas de bienestar serían importantes en los dos extremos de la distribución de hogares, como puede apreciarse en la figura (en relación al laissez-faire equilibrio). En la parte inferior de la distribución, la pérdida de bienestar se debe a una tasa de reemplazo significativamente inferior comportando una importante caída en el consumo, mientras que en la parte superior la pérdida de bienestar se produce al caer la participación en la fuerza laboral aproximadamente un 20% al no poder ajustar las transferencias al tipo de hogares en cuestión y, consecuentemente, las restricciones de incentivos ser más severas.

Ganancias de bienestar (Consumption Equivalent Variation %) asociadas a transferencias idénticas frente a transferencias que dependen negativamente de los ingresos del otro miembro del hogar.

Para concluir con el ejemplo inicial, si fuéramos Bélgica (véase aquí), nuestros desempleados de tipo A recibirían un 60% del salario previo del segundo al cuarto año, mientras que los de tipo B un 40%.

Hay 2 comentarios
  • Por una parte esto reduciría los incentivos al matrimonio formal e incluso a la formación de familias ya que penaliza de manera adicional el que uno de los miembros de la pareja se quede en paro.

    Por otra parte reduce de manera adicional los ingresos de una persona que se queda en paro dificultandole el por ejemplo dedicar esos recursos a formarse porque el otro miembro de la pareja no tiene porqué dedicar recursos a quien se queda en paro. Dado que hay más inestabilidad en el empleo femenino esto iría en detrimento de la independencia de las mujeres.

    • Gracias, JM. No comparto el primer punto; de ahí que no analice un modelo colectivo del hogar incorporando los efectos de la política en los pesos relativos. Coincidiría en la preocupación si habláramos de "joint taxation" como en US con efectos a lo largo de todo el ciclo vital.

      Respecto al segundo punto, solemos pensar el matrimonio como una institución que permite compartir riesgos. Si partimos de otro supuesto, las conclusiones obviamente serán distintas.

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