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¿Prohibir el móvil en los colegios?

Pilar Beneito (Universidad de Valencia y ERI-CES)
Óscar Vicente-Chirivella (Universidad de Valencia)

 ¿Debería prohibirse el uso de los teléfonos móviles en los colegios? Esta pregunta está en las agendas de los responsables de la política educativa, en el trabajo diario de profesores y demás educadores, y en la mente de todos los padres con hijos en edad escolar. Es una cuestión global que ha ocupado primeras planas en debates recientes en muchos países (aquí, aquí, aquí). En nuestro entorno inmediato, Francia destaca entre los pocos países donde está prohibido por ley, desde 2018, el uso de móviles en los centros escolares. En cuatro estados de Australia se prohíbe asimismo su uso desde 2019, y en Israel desde el año 2016 (aquí).

En el caso de España, dos son las Comunidades Autónomas donde se decretó por primera vez la prohibición del uso de móviles en los colegios (primaria y secundaria): Castilla La Mancha (CLM), hacia finales del año 2014 (Ley 5/2014, de 9 de octubre), y Galicia, a comienzos del año 2015 (Decreto 8/2015, de 8 enero 2015). La prensa en España se ha hecho eco de estos casos reiteradamente (aquí, aquí, aquí). En 2019 se anunció asimismo la prohibición para el curso 2020-2021 en Madrid (aquí). En el resto de CCAA, la regulación acerca del uso de los móviles queda a decisión de cada centro escolar.

Los argumentos en los que se basa esta prohibición son fundamentalmente dos: reducir el acoso escolar y mejorar el rendimiento académico. Sin embargo, no hay evidencia asentada sobre ninguna de estas supuestas mejoras, y ni siquiera la defensa por parte de educadores es unánime, sobre todo en lo que respecta a su impacto en rendimiento académico (aquí, aquí). Por un lado se argumenta que los móviles pueden utilizarse como una herramienta didáctica, que motive y divierta a los estudiantes más jóvenes en su proceso de aprendizaje. El problema deviene cuando el móvil se convierte en elemento de distracción en las aulas (aquí). En relación al acoso escolar, el argumento es bastante intuitivo: dado que una parte considerable del acoso entre los más jóvenes es cyberbullying (aquí), y que los móviles se convierten en instrumento facilitador, cabe esperar que retirando tal instrumento se reduzca la incidencia del acoso escolar.

La investigación sobre los impactos de la prohibición de móviles en resultados académicos es muy escasa, casi nula para las etapas de educación primaria y secundaria (con datos para universitarios, aquí). Cabe citar como excepciones los trabajos de Beland and Murphy (2016) para el Reino Unido, y de Kessela, Lif Hardardottirb, and Tyreforsc (2020) para Suecia. Los primeros encuentran un efecto positivo de la prohibición sobre el rendimiento académico, si bien los segundos no confirman estos resultados para Suecia. En relación al impacto sobre el acoso escolar, la evidencia es prácticamente nula; no somos conocedores de ningún trabajo académico pronunciándose sobre esta cuestión.

Con nuestro reciente trabajo (aquí), queremos contribuir aportando evidencia sobre este tema. Para ello nos fijamos en las Comunidades de CLM y Galicia para establecer dos casos de estudio comparativo: comparamos sus datos de acoso escolar y resultados PISA con los del resto de CCAA antes y después de la prohibición de los móviles. En concreto, realizamos análisis de diferencias-en-diferencias con los datos de acoso escolar, y aplicamos el método de control sintético (Abadie y Gardeazábal, 2003; Abadie et al. 2020) a los resultados PISA de Galicia (CLM no cuenta con resultados PISA para dos de las convocatorias que utilizamos en el análisis, lo que complica la aplicación de esta metodología a este caso). Como las leyes son de finales de 2014 (CLM) y principios de 2015 (Galicia) establecemos el “después” desde el año 2015 en adelante.

Los datos que utilizamos para el análisis del acoso escolar son fruto, podríamos decir, de una casualidad. Proceden de una respuesta escrita del Gobierno, fechada el 27 de septiembre de 2018, ante una cuestión planteada en el Congreso, y corresponden al conjunto del país, salvo País Vasco y Cataluña, que no ofrecieron cifras. El Gobierno solicitó los datos al Cuerpo Nacional de Policía, Guardia Civil y cuerpos de Policía Local, y son accesibles públicamente (en prensa, y aquí). Recogen, por CCAA, por años - desde 2012 a 2017 -, y por intervalos de edad (6-8, 9-11, 12-14, y 15-17 años) los casos denunciados de acoso escolar. Utilizando las Cifras de Población y Censos Detallados del INE, construimos medidas de incidencia de acoso para cada tramo de edad, definidas como el número de casos reportados por cada 10,000 niños registrados en cada comunidad, en cada año y en cada intervalo de edad.[1]

El Gráfico 1 muestra la distribución de esta información por CCAA, antes y después de 2015. Comparando los datos antes y después del año 2015, el gráfico muestra un aumento de la incidencia de casos para el tramo de edad de los 6 a los 8 años, edades en las que los niños no son aún usuarios de móvil, y donde los casos de acoso son naturalmente mucho más bajos. En el tramo de edad de 9 a 17 años, observamos que la media que se ha mantenido en niveles muy similares antes y después de 2015. En estas edades, las CCAA de Galicia y CLM sobresalían sobre la media nacional en mayor medida antes que después de 2015; Galicia, en concreto, desciende una posición en el ranking después de 2015. [2]

Sin embargo, a este nivel descriptivo es difícil determinar si hay efectos estadísticamente significativos. Presentamos en la Tabla 1, los resultados del análisis econométrico de diferencias-en-diferencias, donde además aislamos los efectos de la proporción de niños en cada comunidad que tienen móvil (Encuesta sobre Equipamiento y Uso de las Tecnologías de Información y Comunicación en los Hogares, INE), los niveles de renta neta real per capita de los hogares (Contabilidad Regional de los Hogares, INE), y el nivel de gasto público regional en educación (Estadística de Gasto Público en Educación, EDUCAbase, INE). Todas estas variables se construyen a nivel de CCAA y año. Además incluimos un conjunto completo de efectos fijos de CCAA y años en las regresiones.

Gráfico 1. Casos de acoso por cada 10,000 niños en cada tramo de edad.

La tabla muestra descensos estadísticamente significativos del acoso escolar en los grupos de edad que usan móvil (Post x treated). Los resultados relativos a niños con edades comprendidas entre 6 y 8 años resultan positivos y no significativos, lo que puede tomarse como una prueba de placebo: dado que el uso de los móviles no está extendido entre los niños de esta edad, la prohibición no debería afectar (y obtenemos que no afecta) a los datos de acoso en este grupo escolar. En el caso de Galicia, los resultados aparecen ya en el grupo de 9-11 años (últimos dos años de la enseñanza primaria) y se incrementan en los grupos de 12-14 años y en los de 15 a 17 años. Para el caso de CLM, los mayores efectos se detectan en el tramo de edad de 12 a 14 años, en realidad el tramo de edad donde los datos de acoso escolar son mayores en media, con efectos asimismo significativos para el grupo de 15 a 17 años. Nuestros resultados descartan que los cambios se iniciasen antes de la prohibición (término Pre x treated no significativo). Estos resultados significan reducciones del 12% y 18% respecto a los niveles previos a 2015 en apenas tres años de implementación de esta medida.

A continuación pasamos al análisis de los resultados PISA. Las pruebas PISA evalúan competencias en ciencias, matemáticas y lectura de los estudiantes de 15 años, y se llevan a cabo cada 3 años. No hay resultados para las ediciones de 2006 y 2012 para CLM, lo que complica el análisis de las pautas que los estudiantes de esta región estaban siguiendo antes de la prohibición de los móviles. Además, no están disponibles los resultados de las pruebas de lectura de 2018 para ninguna CCAA en España (aquí), por lo que nos centramos en los resultados en matemáticas y ciencias. El gráfico siguiente muestra los resultados PISA por CCAA antes y después de la prohibición, donde podemos apreciar que Galicia sube tres posiciones en el ranking y CLM sube una posición después de 2015 tanto en matemáticas como en ciencias.

Gráfico 2. Resultados PISA en matemáticas y ciencias. Periodo 2006 a 2018.

A continuación presentamos los resultados que obtenemos aplicando el método de control sintético a los datos de Galicia, caso para el que contamos con una serie temporal completa desde 2006 hasta 2017.[3] Este método se basa en construir una “Galicia sintética” que replica lo más exactamente posible los resultados de Galicia previos a la aplicación de la prohibición. A partir de 2015, diferencias entre esta región sintética y Galicia representan el efecto estimado de la intervención. El Gráfico 3 ilustra los resultados obtenidos. Los efectos estimados están ligeramente por encima de los 10 puntos en matemáticas y de los 12 puntos en ciencias, lo que representa mejoras del orden de 0.6 y 0.75 desviaciones típicas sobre nuestros datos muestrales de resultados PISA para el conjunto de España durante el periodo analizado. Las pruebas de placebo en este caso muestran que para ninguna otra región se estiman efectos significativos.

Gráfico 3. Método de Control Sintético aplicado a resultados PISA, Galicia.

Los impactos que estimamos nos parecen cuantitativamente no desdeñables, dado que se evalúan apenas tres años desde la intervención, y dado además que la prohibición en CLM y Galicia se está evaluando respecto a la práctica en otras CCAA de dejar a los centros que decidan. Por tanto, parte de los colegios en el resto de España probablemente aplican el control del uso de los móviles, con lo que seguramente subestimamos los efectos potenciales.

Nuestro trabajo sugiere que la prohibición del uso de los móviles en los centros escolares puede constituir una medida de política educativa “barata” con resultados prometedores. Consideramos, no obstante, que es necesario contar con muestras adicionales de evidencia formal sobre este tema.


[1] Los datos de acoso escolar para Ceuta y Melilla muestran un salto anómalo justo en 2015. Además, no participaron en PISA en 3 de las 5 convocatorias utilizadas en nuestro trabajo. Por ello las excluimos en nuestro análisis.

[2] Según datos para España de la Encuesta sobre Equipamiento y Uso de las Tecnologías de Información y Comunicación en los Hogares del INE, un 22,3% de los menores de 10 años tienen móvil; el 38,1 por ciento, con 11 años; el 63,9%, con 12 años; el 84 por ciento, con 13 años; el 92,5 por ciento, con 14 años; y el 93,8 por ciento, con 15 años.

[3] En el trabajo aplicamos también dif-in-dif tanto al caso de Galicia como al de CLM. Para Galicia, los resultados son positivos y significativos, y cuantitativamente compatibles con los que se comentan aquí. Para CLM obtenemos resultados nulos en matemáticas y positivos en ciencias, aunque pensamos que son inconcluyentes por la limitación que presentan los datos en este caso.