Por Kinga B. Tchorzewska, Pablo del Río, José García-Quevedo y Ester Martínez-Ros
“Las ecoinnovaciones son la columna vertebral de la transición hacia una economía sostenible.” Este mantra resuena en debates políticos, centros de investigación y cumbres climáticas en todo el mundo. Pero es más fácil decir que se va a fomentar la adopción de tecnologías verdes que hacerlo. Las empresas se enfrentan a barreras significativas—financieras, tecnológicas y operativas—que frenan sus inversiones en métodos de producción más limpios. Estas barreras incluyen costes iniciales elevados, retornos inciertos y el llamado "problema de la doble externalidad" (por el que los beneficios recaen en la sociedad en lugar de en las empresas, pero estas incurren en el coste y, por tanto, no se consigue el óptimo social; Rennings, 2000).
Para abordar estos obstáculos, los gobiernos de todo el mundo han utilizado diversos instrumentos de política basados en el mercado. Estos incluyen:
- Subvenciones y deducciones fiscales: Incentivos financieros que reducen el coste de las inversiones verdes. Investigaciones recientes coinciden en que las deducciones fiscales son preferibles debido a sus menores costes administrativos y su facilidad de implementación (Sanchez, 2007, Tchorzewska, 2024).
- Impuestos ambientales: Penalizaciones a actividades perjudiciales para el medio ambiente para fomentar alternativas más limpias.
Tradicionalmente, estos instrumentos se han estudiado como medidas aisladas o combinaciones estáticas. Sin embargo, en nuestro reciente estudio, ¿Primero zanahorias, luego palos?, exploramos cómo la secuencia de instrumentos de política ambiental influye en la adopción de ecoinnovaciones por parte de las empresas. (Ver también nuestras anteriores reflexiones sobre el tema en NeG, aquí y aquí)
Advertencia: El orden importa. Si queremos que las empresas adopten prácticas más verdes, no basta con ofrecer zanahorias (subvenciones) y palos (impuestos); es fundamental ofrecerlos en el orden correcto.
Ecoinnovación: la clave de la sostenibilidad
Las ecoinnovaciones—tecnologías que reducen el impacto medioambiental—son esenciales para mitigar el cambio climático. Estas se dividen en dos categorías principales (Frondel et al. 2007):
- Producción más limpia (CP): Tecnologías que reducen el consumo de recursos, básicamente agua y energía, o mejoran la eficiencia del proceso, a menudo ahorrando costes o aumentando los ingresos de las empresas.
- Final de tubería (EP): Tecnologías instaladas al final del proceso de producción para filtrar emisiones, sin que dicha instalación genere beneficios financieros directos a las empresas.
Aunque las empresas tienden a preferir las tecnologías de producción más limpias por sus posibles retornos económicos, los altos costes iniciales y los cambios organizativos necesarios suelen desincentivar su adopción. Por otro lado, las tecnologías de final de tubería son principalmente impulsadas por normativas; se adoptan únicamente cuando las regulaciones o los impuestos hacen que la contaminación sea demasiado costosa. Estas últimas son más baratas y fáciles de implementar, como filtros o depuradores de azufre, pero aun así requieren inversiones iniciales significativas. Esto representa un desafío particular para las pequeñas y medianas empresas (PYMES).
Aunque el concepto de "combinación de políticas" está ganando terreno, nuestro estudio aporta una perspectiva dinámica que desafía la suposición de que subvenciones + impuestos siempre producirán los mismos resultados, independientemente de cómo o cuándo se apliquen. Por ello, planteamos la pregunta: ¿Qué pasa si cambiamos el orden de estos instrumentos?
¿Importa el orden?
El estudio ha utilizado datos de 25.115 observaciones de empresas durante el periodo 2010-2020 en España (Estadísticas sobre las Actividades de Protección Medioambiental). Estos datos nos han permitido examinar cómo responden las empresas a diferentes combinaciones y secuencias de instrumentos de mercado: subvenciones, deducciones fiscales (deducciones fiscales del Impuesto de Sociedades para inversiones medioambientales se suprimieron en 2015) e impuestos ambientales.
Los resultados son sorprendentes:
- Primero zanahorias, luego palos, funciona mejor: Las empresas son significativamente más propensas a adoptar tecnologías de CP y EP cuando las subvenciones o deducciones fiscales se introducen antes que los impuestos ambientales. Comenzar con zanahorias ayuda a superar las barreras financieras y prepara a las empresas para cumplir con regulaciones más estrictas posteriormente.
- Primero palos, ineficaz: Cuando los impuestos ambientales se introducen antes que las subvenciones o deducciones fiscales, la adopción de eco-innovaciones es insignificante. El análisis sugiere que, sin un apoyo financiero inicial, muchas empresas, especialmente las PYMES, no logran llevar a cabo las inversiones necesarias.
- Zanahorias y palos juntos: depende del tipo de zanahoria: Combinar impuestos ambientales con deducciones fiscales parece ser la estrategia más efectiva para fomentar la adopción de ecoinnovaciones. Sin embargo, combinar impuestos con subvenciones no genera beneficios medibles e incluso, en algunos casos, resulta ser ineficiente. (Ver en el artículo)
- Subvenciones y deducciones fiscales son sustitutas: Estos instrumentos no son complementarios. Usarlos juntos es redundante y aumenta los costes sin mejorar los resultados.
- Instrumento único repetido: Aplicar impuestos ambientales de forma continua impulsa inversiones en tecnologías de eficiencia energética (CP) y en I+D verde. En cambio, las subvenciones fomentan tecnologías de final de tubería de menor impacto.
Implicaciones para las políticas públicas
Los hallazgos tienen implicaciones importantes para los responsables de diseñar políticas ambientales:
- Comenzar con zanahorias: Las subvenciones o deducciones fiscales deben introducirse antes que los impuestos ambientales (o, al menos, de forma simultánea). Empezar con incentivos financieros ayuda a las empresas a superar barreras iniciales y prepara el terreno para que los impuestos mantengan el impulso a largo plazo. Se desprende que es la estrategia de diseño de políticas más segura.
- Evitar redundancias: Combinar deducciones fiscales y subvenciones no amplifica su efecto, sino que aumenta los costes sin generar beneficios adicionales. Es mejor que los responsables de políticas se concentren en un tipo de instrumento por empresa. (Los detalles en el artículo)
- Foco en las PYMES: Las pequeñas y medianas empresas son las que más se benefician de una estrategia que prioriza las zanahorias, ya que son más sensibles a las restricciones financieras iniciales.
Estos resultados subrayan la importancia de adoptar un enfoque dinámico en el diseño de políticas. Una visión estática, que asume que el orden de implementación es irrelevante, puede conducir a ineficiencias y oportunidades perdidas para promover la ecoinnovación.
Más allá de España: una perspectiva global
Aunque el estudio se centra en España, las lecciones son aplicables a nivel global. Los instrumentos basados en el mercado, como las subvenciones, deducciones fiscales e impuestos ambientales, se utilizan ampliamente en otros países. Como los países buscan cumplir con sus objetivos climáticos, adoptar una estrategia de zanahoria primero, palo después, podría acelerar la adopción de tecnologías verdes y fomentar un futuro más sostenible.
Comprender no solo qué instrumentos utilizar, sino también el orden en que deben implementarse, permite a los gobiernos diseñar políticas más inteligentes, eficaces y eficientes para abordar los urgentes desafíos del cambio climático y la degradación ambiental.
Conclusión
El orden importa. Nuestros resultados demuestran que la secuencia de instrumentos de política tiene un impacto significativo en la adopción de ecoinnovaciones por parte de las empresas. Comenzar con zanahorias—subvenciones o deducciones fiscales—y seguir con palos—impuestos ambientales—maximiza la eficacia de las políticas medioambientales a la vez que minimiza los costes.
La transición hacia una economía sostenible es uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo. Al diseñar políticas más inteligentes y dinámicas, podemos ayudar a las empresas a superar las barreras de la ecoinnovación y avanzar más rápidamente hacia las metas climáticas globales. Para aquellos interesados en los detalles técnicos y los métodos econométricos utilizados en el análisis, el documento completo está disponible aquí.
Repensemos cómo diseñamos políticas para un mañana más verde evaluando los resultados del orden en que se implantan.