Las personas con un título de educación superior ganan más y tienen tasas de desempleo más bajas, en media, que las personas que no se han graduado en la universidad. En promedio, en los países de la OCDE, la tasa de empleo de los adultos con educación equivalente a un Grado Universitario es del 84%, en comparación con el 78% de los adultos con educación secundaria superior o postsecundaria no terciaria como su nivel más alto de logro educativo. Con respecto a los ingresos, en todos los países de la OCDE, las personas con un título de educación terciaria ganan en promedio un 44% más que aquellos con educación secundaria superior. En España las cifras son algo menos favorables en términos de empleo, y la tasa de empleo de los graduados es del 78% frente al 69% de las personas con educación secundaria superior (o pos-secundaria no terciaria), pero los graduados universitarios ganan un 52% más (OCDE, 2019, Tablas A3.3 y A4.1).
Dadas estas perspectivas, parece natural defender que los estudiantes universitarios deben contribuir a cubrir los costes de la educación superior. Pero hay dos puntos conflictivos en este argumento. Primero, existe la preocupación de que las tarifas puedan dañar el acceso a las universidades, excluyendo a los estudiantes de entornos menos favorecidos que pueden ser incapaces de pagar por adelantado. Una solución es diferir o retrasar el pago de las tasas universitarias. De hecho esto sería equivalente a conceder un préstamo a los estudiantes, que no pagarían nada mientras cursasen sus estudios en la universidad, pero sí después de la graduación, cuando los rendimientos de la inversión comenzasen a llegar.
Sin embargo, las cifras que acabamos de exponer esconden la enorme dispersión de los ingresos de estos graduados universitarios. Es decir, mientras que en media los graduados ganan salarios mayores y sufren menos el paro que los no graduados, las diferencias entre graduados son enormes. Por ejemplo, en España, de acuerdo con la Encuesta Financiera de las Familias (2014) los ingresos medios de un graduado universitario son de algo más de 30.000 Euros anuales. La Figura 1 muestra los ingresos medios por cuartiles:
Figura 1: Ingresos medios por cuartiles de un graduado universitario. Encuesta Financiera de las Familias. Banco de España, 2014.
Es decir, la inversión en educación superior es bastante arriesgada: si retrasásemos el pago de las tasas universitarias, los graduados con ingresos más bajos, o en el paro, podrían enfrentarse a enormes dificultades para devolver el préstamo. Son bien conocidos los enormes problemas generados por la crisis de deuda estudiantil en los Estados Unidos.
En Callado et al. (2019) proponemos complementar el préstamo para pagar las tasas universitarias con una póliza de seguro contra la eventualidad de obtener rentas bajas. De este modo se minimiza o incluso elimina por completo el coste del esquema para el contribuyente. Aquellos graduados que no tuviesen dificultades para pagar devolverían el importe de las tasas universitarias que no pagaron en su día y pagarían además las cuotas del seguro correspondientes. Cada año, los graduados que no llegasen a ingresar una cantidad mínima no tendrían obligación de pagar nada. En comparación con el sistema actual, que proporciona becas ex ante en función de la renta familiar a cargo de los presupuestos generales, este sistema proporcionaría becas a los graduados con dificultades ex post a cargo de sus compañeros más afortunados. Cabrales, Güell, Madera y Viola, ya escribieron en este blog sobre las ventajas que tendría un sistema de préstamos contingentes en España.
Veamos un ejemplo de cómo podría funcionar este esquema. Supongamos que las tasas universitarias ascienden a 1.500 Euros por curso. En realidad, en España, las tasas difieren enormemente por Comunidades Autónomas, y también por ramas de estudio. El precio menor por un crédito se paga en Galicia (11.89 Euros) y el mayor en Cataluña (33.52 Euros). Además muchos alumnos necesitan matricularse más de una vez para superar una asignatura, y suele haber penalizaciones económicas asociadas a hacerlo. Podemos repetir el ejercicio para cualquier cuantía que nos parezca adecuada, así que vamos a suponer que el coste por curso es de 1.500 Euros anuales. El préstamo al estudiante será de 6.000 Euros (5.860 en valor presente). Supongamos que el préstamo tiene un tipo de interés igual al coste del dinero para el sector público y que fijamos la carga de los pagos en un 4% de los ingresos brutos para rentas superiores a 12.000 euros anuales. La participación es obligatoria y la deuda restante 30 años después de la graduación se cancela automáticamente.
La Tabla 1 muestra el porcentaje del préstamo total recuperado y el número de años necesario para llegar al 100% en diferentes percentiles de renta. Aplicar las condiciones anteriormente expuestas permite por ejemplo recuperar el 4.8% del principal e intereses con cargo a rentas en el percentil 15. Es decir, un individuo que estuviese siempre en el percentil 15 devolvería el 4.8% del préstamo. En realidad, los individuos no están siempre en el mismo percentil a lo largo de sus vidas, pero cada vez que un individuo salga del percentil 15 entrará otro que pagará lo mismo. Por tanto, este ejercicio nos permite calcular el coste total de los préstamos para el contribuyente (lo que nadie devuelve). En este caso, el 21.59%. En la actualidad, de acuerdo con la CRUE (Universidad Española en Cifras, 2016-17) el 30% de los estudiantes universitarios no pagan matrícula.
Percentil | % Reembolso | Año | Percentil | % Reembolso | Año |
Q5 | 0 | 0 | Q55 | 100 | 19 |
Q10 | 0 | 0 | Q60 | 100 | 18 |
Q15 | 4.8 | 0 | Q65 | 100 | 15 |
Q20 | 63.4 | 0 | Q70 | 100 | 11 |
Q25 | 100 | 30 | Q75 | 100 | 10 |
Q30 | 100 | 28 | Q80 | 100 | 10 |
Q35 | 100 | 25 | Q85 | 100 | 7 |
Q40 | 100 | 24 | Q90 | 100 | 6 |
Q45 | 100 | 23 | Q95 | 100 | 4 |
Q50 | 100 | 20 | Coste Total | 21.59 |
Tabla 1: Esquema básico: porcentaje de reembolso y años hasta el reembolso total por percentiles.
Mientras que los individuos con rentas en el primer quintil nunca llegan a reembolsar nada, los individuos en el percentil 95 solo necesitan 4 años para devolver la totalidad del préstamo.
Hemos calculado la prima a pagar por un seguro que cubriese los pagos cuando las rentas no superan los 12.000 Euros brutos anuales: 1.847 Euros. Si sumásemos esta prima a la cuantía inicial del préstamo, el coste del esquema para el contribuyente sería cero. Como podemos ver en la Tabla 2, el porcentaje de reembolso en los percentiles bajos es menor, porque la cuantía es ahora mayor, mientras que en los percentiles más altos es necesario más tiempo para reembolsar la totalidad del préstamo.
Percentil | % Reembolso | Año | Percentil | % Reembolso | Año |
Q5 | 0 | 0 | Q55 | 100 | 22 |
Q10 | 0 | 0 | Q60 | 100 | 20 |
Q15 | 3.65 | 0 | Q65 | 100 | 17 |
Q20 | 48.21 | 0 | Q70 | 100 | 14 |
Q25 | 78.42 | 0 | Q75 | 100 | 12 |
Q30 | 90.36 | 0 | Q80 | 100 | 12 |
Q35 | 100 | 29 | Q85 | 100 | 9 |
Q40 | 100 | 27 | Q90 | 100 | 8 |
Q45 | 100 | 26 | Q95 | 100 | 5 |
Q50 | 100 | 23 | Coste Total | 0 |
Tabla 2: Esquema asegurado: porcentaje de reembolso y años hasta el reembolso total por percentiles.
En la actualidad, el 70% de las familias paga las tasas universitarias de sus hijos y el 30% corre a cargo del contribuyente. Esquemas como el descrito aquí pueden hacer que las tasas las paguen quienes se benefician de ellas, los graduados, sin dañar la igualdad de oportunidades ni perjudicar a los egresados con menores ingresos.