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Portugal, España, Cataluña. Amics per sempre (y II), de José V. Rodríguez Mora

de José V. Rodríguez Mora

Esta entrada continúa la anterior y explica los resultados y los detalles técnicos del ejercicio que allí se mencionaba. El ejercicio que vamos a hacer es pues:

1. Calibrar en un modelo estructural la distancia entre Cataluña y el resto de España.

2. Calibrar entonces la distancia entre Portugal y España.

3. Sustituir la distancia de Cataluña con el resto de España por la que tiene Portugal con España; y mirar lo que les pasaría a ambos en esta economía virtual.

El modelo que usamos es el de Hopenhayn-Melitz, que es el estándar de economía internacional para comercio entre países similares. En este contexto hay dos motivos por los que el comercio mejora el bienestar. Porque tiene (como en el modelo de Krugman) economías de escala a través del gusto por la variedad. Segundo, y más interesante, porque disminuyendo la distancia entre dos economías aumenta efectivamente la competencia entre las empresas y, consiguientemente, la productividad. El motivo es que una mayor distancia hace que las empresas más eficientes (que exportan) tengan menos salida en el mercado exterior, y contratan menos. Esto baja los salarios y mejora relativamente a empresas menos eficientes que ni se planteaban exportar. En términos prácticos la distancia protege a las menos eficientes y beneficia a la mediocridad.

Quien desee mirar los pormenores del ejercicio ruego que se dirija al artículo (que está aún en versión preliminar, pero que espero que sea comprensible). A continuación expongo los resultados más relevantes.

Suponemos un universo con tres economías de diferente tamaño, Cataluña, resto de España (rdE) y resto del mundo. Hay cuatro parámetros que calibramos en el modelo: las distancias entre Cataluña y el rdE entre ellas y con el resto del mundo, y una medida de la productividad relativa de los trabajadores en Cataluña y rdE. Los otros parámetros o bien no necesitamos calcularlos (porque afectan multiplicativamente a todas las variables de interés) o bien conocemos su valor por trabajos anteriores de la literatura. Realizamos entonces nuestro ejercicio.

1. La distancia entre Cataluña y el resto de España es 1:45, que sólo significa algo en relación al modelo. Cabe remarcar que la calibración parece bastante robusta, y que el modelo captura bastante bien aspectos importantes de la distribución de empresas que no son targets de la calibración.

2. Cuando calibramos el modelo con los datos de Portugal y España, la distancia que obtenemos es 2:35; que es un número sustancialmente mayor aunque en sí nos dice poco.

3. La siguiente tabla nos traduce lo que implicaría para Cataluña (referida como j) y el resto de España (referida como h) si la distancia pasara de la que les estimamos (1:45) a la que estimamos que tiene Portugal con España (2:35), pero dejando todas las otras características de Cataluña y el resto de España inmutables.

El modelo predice una caída del PIB conjunto (Yh + Yj) del 3.3%. El PIB catalán (un 20% del total) cae casi un 9%, el resto de España sólo un 2% debido a que siendo mucho más grande la nueva frontera le afecta menos.

Nótese que Cataluña se abriría al resto del mundo, y se cerraría a España: el grado de apertura con el resto del mundo sube un casi un 13.5% del PIB (fila 4), mientras que con el resto de España cae casi la mitad del PIB catalán (fila 3). Todo esto se debe a que el nivel de productividad necesario para exportar con éxito a España sube una barbaridad (casi un 80%, fila 6) debido a que España está, efectivamente, más lejos.

Las empresas que exportan a España (las mejores) exportan menos, luego la demanda de trabajo disminuye y con ella los salarios. Esta caída salarial ayuda a las que venden sólo en el mercado catalán. Por eso surgen empresas para el mercado local de productividad muy baja: la productividad mínima de una empresa local (el botiguer) en Cataluña disminuye casi un 12% (fila 5).

Por otro lado la caída de los salarios ayuda a abrirse al resto del Mundo. Esta distancia no ha cambiado, y menores salarios mejoran la "competitividad" (fila 7). Se vende más al exterior, pero no porque los productos de uno estén mejor valorados sino porque la caída salarial permite vender a precios más bajos.

Resumiendo. Consideramos los efectos comerciales de que Cataluña tuviese la misma relación con "España" que ésta tiene con Portugal. No hay boicots, Cataluña pertenece a la UE y todo sigue igual excepto que hay una frontera, aunque es la más difusa de las observadas. Suponemos que Cataluña y "España" son amics per sempre.

En tal caso la renta generada en el conjunto de lo que a día de hoy es España caería un 3.3% y desproporcionadamente en Cataluña (casi un 9%). Éste es el valor de mantener la frontera actual en vez de la de dos países que se votan en Eurovisión.

Cuánto acabaría pagando Cataluña depende de cuánto ahorrase fiscalmente, del "expolio". Dado que al parecer el sujeto políticamente relevante es Cataluña (y sólo indirectamente el resto de España), es interesante observar que Cataluña tendría una pérdida neta de bienestar con cualquier hipótesis razonable acerca del ahorro fiscal que conllevase la independencia.

Imaginemos que es usted un votante catalán a quien no le parece descabellado pensar que la relación entre Cataluña y España acabaría no siendo muy distinta de la que hay entre España y Portugal. Hemos aprendido que usted no debería votar por la independencia en la esperanza de ganar dinero. Es posible que la desee, pero por otros (seguro que muy dignos) motivos. Si es así, no diga que quiere la independencia para ganar dinero; diga que el coste de la independencia es menor de lo que está usted dispuesto a pagar por no ser español.

Y ya nos veremos en Eurovisión.