¿Te has preguntado alguna vez por qué los salarios son más altos en las ciudades más grandes? Una realidad cada vez más común en España es que para encontrar un empleo bien remunerado, mucha gente se ve obligada a mudarse a grandes ciudades como Madrid y Barcelona. A su vez, muchas ciudades de menor tamaño se adentran en una situación precaria, con escasez de empleo y una población en constante declive. En el presente estudio, trataremos de arrojar luz sobre las posibles causas de esta diferencia salarial entre ciudades grandes y pequeñas, que los economistas denominan la prima salarial urbana (urban wage premium).
Existen varias explicaciones del origen de la brecha salarial entre ciudades de distinto tamaño. Una de ellas es que las grandes ciudades experimentan "economías de aglomeración", lo cual significa que las empresas y los trabajadores son más productivos cuando están concentrados en un solo lugar. Un ejemplo primordial de esto sería Silicon Valley, donde la alta concentración de empresas tecnológicas facilita la circulación de ideas y la innovación. Una explicación alternativa es que las grandes ciudades atraen y retienen a trabajadores y emprendedores de mayor talento.
Pero puede haber otro factor en juego que probablemente no te hayas planteado: el poder de monopsonio en el mercado laboral. Cuando los mercados laborales son imperfectamente competitivos, una situación en la que las firmas pueden afectar significativamente los sueldos de sus empleados, puede pasar que los salarios no coincidan con los niveles de productividad de los trabajadores. En otras palabras, las empresas con mucho poder de negociación pueden pagar a sus empleados menos de lo que vale su trabajo.
Te preguntarás cómo se relaciona esto con el hecho de que los salarios sean más altos en las ciudades más grandes. Como es de esperar, en las ciudades grandes hay más empresas y la competencia por los trabajadores es más fuerte. Esto significa que las firmas tienen que ofrecer salarios más altos para retener a sus empleados. Esto no pasa en ciudades más pequeñas, donde hay menos empresas y menos competencia, y es más complicado para los trabajadores pedir aumentos salariales. En otras palabras, si un trabajador no tiene muchas opciones laborales entre las que elegir es más difícil que amenace con irse a otro lugar, y eso reduce su poder de negociación. El presente estudio analiza el papel que juega este mecanismo en el contexto español.
La relación población-salarios
Los datos españoles muestran claramente que las ciudades con más población suelen pagar salarios más altos. Como puedes ver en el siguiente gráfico, la diferencia en el salario promedio entre ciudades pequeñas y grandes es de alrededor de 0,3 puntos logarítmicos. Las grandes ciudades también suelen tener más competencia entre los empleadores, como se refleja en la menor concentración de empleo (medida con el Índice de Herfindahl-Hirschman, o HHI). Este índice va de 0 (competencia perfecta) a 1 (un solo empleador con control absoluto del mercado, también conocido como monopsonio). Los datos sugieren que los mercados laborales en ciudades grandes como Madrid y Barcelona son casi perfectamente competitivos, mientras que los mercados laborales en ciudades más pequeñas como Utrera están mucho más concentrados, con un HHI promedio de alrededor de 0,3.
El siguiente gráfico combina los datos de los dos anteriores y muestra cómo están relacionados los salarios en una ciudad con la concentración del empleo. Las ciudades con mercados laborales menos concentrados (HHI más bajo) suelen pagar mejor. Esto podría deberse a que tener más competencia lleva a salarios más altos, o podría ser debido a otros factores (como un alto nivel de productividad local que anima a los empresarios a crear empresas) que causan tanto salarios más altos como menor concentración. Sin embargo, como no podemos determinar la causa y el efecto simplemente mirando a esta relación, necesitamos usar una estrategia específica para entender el impacto del HHI sobre los salarios. En el estudio utilizo un modelo de equilibrio general donde las empresas y los trabajadores pueden moverse entre ciudades, lo cual permite guiar la estrategia empírica e identificar posibles problemas de estimación.
Datos y estrategia empírica
Antes de adentrarnos en el análisis principal, debemos definir los mercados laborales locales, ya que la investigación previa no ha llegado a un consenso sobre la mejor manera de hacerlo. En este estudio, utilizo un algoritmo de clasificación para definir los mercados laborales locales teniendo en cuenta el flujo de trabajadores entre industrias. La definición utilizada se basa en la idea de que un mercado está compuesto por un grupo de industrias en cada ciudad, y que los trabajadores tienden a permanecer en ese grupo de industrias al cambiar de trabajo. Utilizo las transiciones entre empleos de los trabajadores en el conjunto de datos administrativos MCVL para identificar estos mercados autocontenidos.
Los datos MCVL (Muestra Continua de Vidas Laborales) contienen información valiosa recolectada de los historiales laborales de un 4% de las personas afiliadas a la Seguridad Social entre 2005 y 2019. Esta muestra es utilizada en muchas investigaciones sobre España (aquí y aquí encuentras dos ejemplos detallados en NeG) y nos permite asignar trabajadores y empresas a los distintos mercados laborales locales. Para analizar las ciudades, se utilizan 76 áreas urbanas definidas por el Ministerio de Vivienda en 2008, que agrupan municipios vinculados por patrones de desplazamiento y empleo. Además, estos datos también nos permiten calcular los salarios y diferentes características de los trabajadores que son útiles para el análisis empírico, como su experiencia, educación y tipo de contrato.
El análisis empírico considera la posibilidad de que el poder de monopsonio y los salarios puedan verse influenciados por shocks de productividad local no observables. Para controlar por estos factores, utilizo efectos fijos interactivos a nivel de mercado-año y uso información financiera de las empresas para medir sus ingresos a lo largo del tiempo. También desarrollo una nueva variable instrumental que utiliza la variación en el poder de monopsonio debida a cambios en el tamaño de las empresas públicas locales. Los resultados del análisis indican que la contribución de las empresas públicas a la concentración del mercado laboral no está relacionada con la productividad de las empresas (públicas o privadas) locales, por lo que esta variación puede ser considerada como cuasi-experimental. Esto permite establecer el impacto causal del índice HHI sobre los salarios resolviendo los problemas de estimación.
Conclusiones
Los resultados indican que las variaciones en el poder de monopsonio entre zonas urbanas contribuyen significativamente a la brecha salarial entre ciudades pequeñas y grandes, siendo responsables del 20-30% de la prima salarial urbana. Estas diferencias en el poder de monopsonio también influyen en la brecha de empleo entre ciudades de distintos tamaños, explicando entre el 6 y el 15% de la diferencia observada. Esto se debe a que las empresas en los mercados pequeños y concentrados ejercen su poder monopsonista contratando menos trabajadores.
Este estudio plantea una serie de preguntas y desafíos para la toma de decisiones en materia de políticas económicas. En primer lugar, los resultados sugieren que las regulaciones restrictivas sobre el uso del suelo en las ciudades más grandes y productivas tienen un coste significativo, ya que, limitando la movilidad laboral, reducen el poder de negociación de los trabajadores en toda España. Además, los datos presentados pueden sugerir la necesidad de adoptar un enfoque más geográfico en las políticas antimonopolio. Finalmente, los resultados también contribuyen al debate sobre la descentralización del empleo público, potencialmente como medio para promover la competencia en ciudades más pequeñas y así impulsar su desarrollo económico.