Pensiones bajo la perspectiva de Nada es Gratis: Una recopilación

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De los editores (Fran Beltrán, José Luis Ferreira, Libertad González, Juan Francisco Jimeno y Pedro Rey Biel).

Ayer en el Congreso de los Diputados se volvió a hablar de pensiones. Durante las últimas semanas se ha producido una escalada en la preocupación ciudadana sobre este problema y la frecuencia de debates, opiniones y nuevas informaciones sobre posibles reformas (o contrarreformas) en los medios de comunicación también ha aumentado significativamente.

Aunque pudiera parecer lo contrario por la urgencia e intensidad con la que se presenta ante la opinión pública “el problema de las pensiones” , no se trata de algo nuevo, ni hay otras innovaciones que lleven a reconsiderar ni su diagnóstico ni las ventajas e inconvenientes de estrategias de reformas alternativas.

A este respecto, resulta sorprendente (y frustrante) que, a pesar de todos los debates y de la labor divulgadora llevada a cabo por economistas académicos y organismos económicos varios, persistan graves errores de diagnóstico y se produzcan escasos avances hacia la constitución de un sistema de pensiones que proporcione unas prestaciones, que siendo financieramente sostenibles, sean de magnitud y cobertura suficientes.

Por ejemplo, en Nada es Gratis, desde casi el mismo momento de su creación, han aparecido numerosas entradas explicando la situación del sistema español público de pensiones, diagnosticando sus lagunas y dificultades (presentes y futuras), evaluando reformas que se introdujeron en 2011 y 2013, y planteando propuestas alternativas de reforma.

A efectos de recordatorio y de seguir informando el debate, recopilamos aquí las que consideramos más relevantes (con nuestro agradecimiento a sus autores y disculpas por omisiones injustificadas), agrupadas en tres apartados: i) diagnósticos, ii) evaluaciones de reformas, y iii) propuestas alternativas.

Diagnósticos

Las primeras entradas sobre pensiones en NeG datan de octubre de 2010. En aquella fecha, un grupo de economistas académicos lanzaron una propuesta para la reforma de las pensiones que propugnaba una reforma ambiciosa del sistema de pensiones que proporcionara equidad, lo hiciera transparente a los ciudadanos y solucionara el problema de su sostenibilidad financiera de una forma definitiva. Dicha propuesta suscitó respuestas críticas de los que mantenían que dicha reforma no era necesaria, bien porque las proyecciones demográficas que subyacen a los problemas financieros no se consideraban fiables, o porque el crecimiento del empleo y de la productividad podrían compensar los efectos del envejecimiento de la población (argumentos que han vuelto a ser utilizados en el debate actual). Varias de las entradas de finales de octubre y noviembre de 2010 estaban dedicadas a demostrar por qué estas críticas estaban equivocadas. Entre ellas figuran:

“Críticas a las Reforma de Las Pensiones: Algunas Falacias Comunes (I, II, y III)”

”La reforma de las pensiones: Un decálogo para negadores (y negados)”

“Agricultores y pensiones"

De aquella época, también cabe destacar una entrada contraria a la propuesta anteriormente citada que se sostenía sobre argumentos más sólidos (“Elementos para un debate sobre pensiones”), tales como atribuir el problema de la sostenibilidad de las pensiones a su financiación exclusiva por medio de cotizaciones sociales (y no mediante impuestos generales) y a la desigualdad salarial y a que las rentas no salariales son excesivas y escapan en buena medida al fisco (argumentos que también han reaparecido en el debate actual).

Tras aquel debate, se produjo la reforma de las pensiones de 2011 y, más tarde, la de 2013. No obstante, en NeG siguieron las advertencias sobre las dificultades financieras (no totalmente resueltas) del sistema público español:

“¿Para qué sirve un (buen) economista? La reforma de las pensiones como ejemplo”

“Pensiones: lo que la verdad esconde”

y, también, de la precaria situación del sistema de pensiones de otros países.

“El problema de las pensiones allende los mares”

Más recientemente, en el debate en curso sobre la necesidad de una nueva reforma (ya adelantada en entradas anteriores) se ha vuelto a insistir en que el problema demográfico que imposibilita la sostenibilidad financiera de un sistema de pensiones que pretenda garantizar tasas de sustitución como las que actualmente ofrece el español, es real y no va a desaparecer, y que la creación de empleo y que el crecimiento de la productividad solo pueden contribuir marginalmente a apuntalar dicha sostenibilidad. Dos de estas entradas son:

“Pensiones, pensiones, pensiones”

“Los parámetros del sistema de pensiones 1978-2017: Un juguete en manos de los políticos”

Evaluaciones de reformas

Otro conjunto numeroso de entradas NeG sobre pensiones ha estado dirigido a evaluar las diferentes medidas de reforma que se han introducido en los últimos años. Una pionera en este sentido avisaba de que las reformas de las pensiones no pueden contemplarse separadamente de otros programas sociales y que la situación financiera del sistema de pensiones es muy dependiente de los incentivos a la jubilación en edades cercanas a la legal de jubilación (“Reforma de pensiones, prestaciones por desempleo e incentivos a la jubilación” ).

Sin embargo, entre este grupo, son más numerosas las dedicadas a evaluar globalmente la reforma de 2011 ( “La reforma de las pensiones de 2011 es insuficiente”) u otras medidas más concretas que afectaban a los ingresos del sistema de pensiones (“De tarifas planas, pesos muertos y agujeros en el sistema de pensiones”), a los gastos a través de las modificaciones de la pensión máxima (“No reformemos las pensiones por la puerta de atrás” ) o las medidas introducidas por la reforma de 2013 y que ahora están siendo cuestionadas, es decir, el índice de revalorización de las pensiones y el factor de sostenibilidad (cuya entrada en vigor está prevista para enero de 2019):

“El nuevo factor de sostenibilidad del sistema público de pensiones en España”

“La reforma de las pensiones: el factor de sostenibilidad”

“Los retos del factor de sostenibilidad de las pensiones”

“Chapuzas en el BOE: Esta vez con las pensiones”

Propuestas alternativas

Además de los diagnósticos y de las evaluaciones de reforma, las entradas sobre pensiones en NeG también se han preocupado de analizar propuestas alternativas de reforma, bien las planteadas por los partidos políticos en sus programas electorales (de las elecciones generales de diciembre de 2015),

“Análisis NeG de Programas Electorales: Las Pensiones (I) Los retos”

“Análisis NeG de Programas Electorales: Las Pensiones (II) Las ¿soluciones?”

bien de propuestas que se han considerado en el marco de la Comisión Parlamentaria del Pacto de Toledo

“Por qué las pensiones de viudedad no pueden financiarse con cargo a los ingresos fiscales del Estado”

“Pensiones: toda la vida laboral”

o bien de otras más radicales que volvían a los orígenes, esto es, la propuesta de 2010 que inició el debate en NeG:

“¿Sirven las cuentas nocionales para algo?”

Hay 14 comentarios
  • Evidentemente subyace un problema político... cómo explicariais que algún partido diga que se tiene que promover la natalidad...no es echar gasolina al Ponzi?

    • Asimilar un sistema de reparto de pensiones con un juego a la Ponzi es un grave error. Pero tienes razón en que aumentar la natalidad no es la solución, primero porque el agujero demográfico es demasiado grande como para rellenarlo con más niños (o más inmigrantes), y segundo porque el problema también se debe a un aumento de la longevidad.

      • Sobre si el sistema de reparto es o no un Ponzi game, sugiero leer

        http://marginalrevolution.com/marginalrevolution/2011/09/is-social-security-a-ponzi-scheme.html

        Cualquiera sea la calificación que uno haga, los sistemas de reparto se han vuelto insostenibles y su continuación ha sido posible por su transformación en programas de redistribución de ingreso (el pago de las pensiones se hace sin relación alguna con las contribuciones específicas y descansa parcialmente en la recaudación total de impuestos presentes y futuros). Pero ese no es el problema crítico de las pensiones en España y todo el mundo (incluyendo Chile y China). El problema crítico es ignorar los incentivos asociados a la política y el gobierno de cada país para intervenir de maneras muy variadas para conseguir objetivos personales de los políticos y los burócratas.

        • Enrique,
          Gracias por la referencia. Lo que dicen ahí Samuelson, Friedman y Krugman es sensato: Un sistema de reparto, para ser sostenible, no puede prometer rentabilidades superiores al crecimiento de la economía. Pero de ahí a llamar a todo sistema público de pensiones "un juego de Ponzi" hay un largo trecho.
          Sobre la Economía Política de las pensiones, creo tener bastante exposición de primera mano. Su complejidad es una de las razones por las que algunos desde este blog estamos abogando por el sistema de cuentas nocionales (ver por ejemplo: https://nadaesgratis.es/juan-francisco-jimeno/sirven-las-cuentas-nocionales-para-algo)
          Saludos.

          • Juan Francisco, los argentinos aprendimos hace mucho que ese trecho puede ser corto, muy corto. En todo caso, no deja de ser una metáfora que muchos economistas consideran apropiada.

            Mi experiencia con sistemas de pensión empezó hace 60 años, cuando le tuve que explicar a mi padre qué significaba el nuevo sistema impuesto por el gobierno de Frondizi. Luego ya graduado he debido asesorar sobre el tema muchas veces en varios países. Mis asesorías en temas de economía financiera y finanzas públicas me convencieron del grave error de ignorar lo que Charles Goodhart llama "myriad political economy constraints" (ver blurb en libro de Freixas, Laeven y Peydró). Un economista asesor no puede ignorar esas restricciones, es decir, no puede ignorar los incentivos a que me refería en comentario anterior.

            Y ahora ya retirado de la asesoría y dedicado a la teoría sostengo que un economista académico --es decir, alguien interesado en entender la humanidad, en particular su riqueza-- no puede ignorar la política y el gobierno. Los Minsky's boys (Keen, Wray y otros) siguen la tradición de muchos economistas neoclásicos y se concentran en lo privado porque ven al gobierno como solución de primera instancia, pero si algo uno aprende de Charles Kindleberger y otros que han estudiado la historia de las finanzas privadas y públicas es que jamás debe ignorarse a los gobiernos (la historia de España es un ejemplo clarísimo de este punto).

          • Un sistema donde realizas una aportación hoy con la promesa de un (generoso) retorno futuro y donde los "gestores" de ese fondo en vez de invertir tus contribuciones actuales las dedican a pagar los retornos prometidos a los "inversores antiguos" que ya han "pedido" recuperar su inversión es, la definición castellana de un "sistema de Ponzi" y es, al mismo tiempo, una descripción donde cualquiera puede reconocer un sistema de pensiones de reparto.

            El no querer llamar a las cosas por su nombre es una característica de la socialdemocracia bien desenmascarada desde "The end of truth" en "The road to serfdom"

            • Jose Pablo,
              Bajo tu definición todo sistema de pensiones, sea de reparto o de capitalización financiera, que prometa más de lo que puede ofrecer sería un juego de Ponzi. Por tanto, la insostenibilidad de un sistema de pensiones no depende de su naturaleza (pública o privada, financiada con el crecimiento de la economía o con los rendimientos de activos financieros), sino de si está bien o mal diseñado. Y tanto el Gobierno como los mercados se equivocan.
              Saludos.

            • La característica fundamental de un esquema de Ponzi es que las "rentabilidades" que se pagan a los inversores que deciden hacer cash-out son "ficticias": sus activos no las han producido y, por lo tanto, se financian con las aportaciones de los nuevos inversores.

              Si entiendo bien tu respuesta tienes razón en el sentido de que un "sistema" puede "prometer" retornos (ser de prestación definida y no ser ponziano) (ie un sistema de "anualidades") pero eso requiere un "diseño financiero" donde pueda "cerrar" hoy activos de largo plazo que me permiten hacer frente a mis promesas (eso sucede, por eso los bonos del gobierno de largo plazo tienen rentabilidades por debajo de lo que sugeriria la curva de tipos).

              La conclusión sería que un sitema de pensiones (público o privado) podría ser de "prestación definida" y no ser "de Ponzi" pero requeriría la compra de activos (deuda de largo plazo) que respaldase la "promesa". En ese sentido tienes razón pero no sería, me parece, el caso del sistema actual público (que es Ponzi de libro en su diseño).

              Un sistema de capitalización con una tasa financiera inventada, también sería "de Ponzi"

              Por cierto: el crecimiento de la economía y el retorno de los activos financieros ¿no son dos caras de la misma moneda?

            • Hombre pues yo si que lo veo bastante diferente.

              Si los activos financieros que ahorra la gente para su jubilación se utilizan para realizar inversiones que mejoren los procesos productivos, pues es muy evidente que existirá crecimiento económico con el que se generarán excedentes que les permitirán disfrutar de bienes y servicios aunque no estén trabajando. Pero si el dinero de los trabajadores se utiliza para pagar a los jubilados sin que exista el mas mínimo proceso de capitalización detrás, eso de que se van a pagar sus pensiones con el "crecimiento económico" es un absoluto brindis al sol que no se sustenta en nada.

              Por cierto para decir crecimiento económico, se podría decir que se van a pagar con lo que a futuro le puedas robar al que haga una actividad productiva dentro del país.
              Mas que nada porque así todo el mundo podrá entender que nadie se va a dedicar ni a trabajar ni a invertir para estar siendo brutalmente parasitado y que por lo tanto el recorrido de ese crecimiento y de esas supuestas pensiones no es que vayan a ser muy boyantes que digamos (los mercados desgraciadamente no se equivocan tanto y la cantidad de tontos que se van a dedicar a pagar la fiesta, seguro que no van a ser muchos).

            • Pues yo veo que le vendría bien repasar los fundamentos de la Seguridad Social a partir de modelos de generaciones solapadas. Un buen comienzo es el capitulo 3 en https://www.amazon.es/LECTURES-MACROECONOMICS-Blanchard-Fischer/dp/812031042X
              No obstante, por algunas de sus expresiones
              (“pagar con lo que a futuro le puedas robar al que haga una actividad productiva dentro del país”, “nadie se va a dedicar ni a trabajar ni a invertir para estar siendo brutalmente parasitado”, “los mercados desgraciadamente no se equivocan tanto y la cantidad de tontos que se van a dedicar a pagar la fiesta, seguro que no van a ser muchos”) intuyo que tiene una aversión visceral al Estado como mecanismo de solución de problemas del mercado. Eso es un síntoma de una enfermedad demasiado frecuente (que yo he catalogado dentro de las “Econopatías” (https://nadaesgratis.es/juan-francisco-jimeno/econopatias) y la cura pasa por leer mucho más (empezando por https://press.princeton.edu/titles/10493.html )

  • Intentar introducir claridad y sensatez en el sistema de pensiones solo puede llevar a la melancolía (como todos los esfuerzos inútiles).

    Se entiende la frustración de los autores pero creo que irá a peor. En las entradas no se analiza la "dinámica real" en juego en las pensiones:

    los sistemas en los que se retribuye a cada uno según su necesidad y en los que lo que uno "mama" depende de lo que uno "llora" generan un sistema de incentivos perversos del que la racionalidad desaparece pronto.

    Si se entienden bien estos incentivos, sorprenderse (o frustrarse) del resultado es poco "científico": los "llorantes" en este tema alcanzarán casi un tercio de los electores en ciclos electorales a los que llegarán vivos nuestros políticos actuales.

    Esas son las claves, seguir pensando que este debate gira entorno a la razón (o las razones) actuariales tiene algo de miopía y es un tanto patético. No son esas las herramientas científicas para abordar un problema sociológico (las "narrativas" entorno a las pensiones y los "abuelos abandonados" son muy potentes) y de incentivos perversos (llorar para mamar).

    Y los que tienen que pagar no se sienten clase, solo intentan que "pague otro" o mantienen el pensamiento "mágico" de que el Gobierno creará el dinero (pese a la evidencia de que se le da mucho mejor "hacerlo desaparecer"). Despues de todo, como ya dijo Bastiat:

    "Government is the great fiction, through which everybody endeavors to live at the expense of everybody else"

  • Juan Francisco,

    Ningún sistema nuevo de pensiones "heredará" ahorros significativos. Para peor los trabajadores dependientes tienen malas perspectivas de ingresos debido a las muchas protecciones de las leyes laborales (sí, los costos de estas protecciones se han "comido" y se seguirán "comiendo" parte o todo de los aumentos de productividad y salarios). Dadas esas dos condiciones --stocks bajos y flujos pobres-- cualquier promesa de que se mantendrán las pensiones razonables y aumentarán las pensiones bajas jamás podrá ser cumplida. Ningún político reconocerá "pérdidas" al introducir un sistema nuevo y sus promesas falsas sólo agravarán la situación.

    Por supuesto, la automatización agravará el problema. Recomiendo leer este nuevo paper

    http://www.nber.org/papers/w24421?utm_campaign=ntw&utm_medium=email&utm_source=ntw

  • Desgraciadamente la validez de los modelos de generaciones solapadas para que alguien se arriesgue a inviertir o deja de invertir sumas considerables de dinero en España, están a la misma altura que los temas que nos pueda contar Maduro de sus petros.

    Si la gente no se ha preocupado en lo mas mínimo de acumular capital para generar bienes y servicios que les permitan no trabajar durante el tiempo de vida que ellos estimen oportuno, pues es muy evidente que ni lo hemos hecho, ni lo vamos a hacer el resto y esperar a que el "crecimiento económico", que suelen ser incorporaciones enormes de capital dentro de la economía, no tenga otras cosas mejores que hacer que venir a españa a pagarnos las pensiones y todo el chiringuito estatal, cuando precisamente lo que procura hacer es largarse. Pues es de un infantilismo verdaderamente aterrador, que quiere que le diga.

    Por cierto no tengo un odio visceral al estado, tengo un odio visceral a que me tomen el pelo. Por eso mismo prefiero que sea usted el que se dedique a montar start-ups o jugarse todo su patrimonio o algo por el estilo, en eso de hacer crecer la economía y lograr que con eso se paguen las pensiones, porque desde luego si usted no está muy por la labor en hacer todo lo posible porque se cumplan sus propias cábalas, pasa un poco como con los jubilados. Que el resto todavía pasamos bastante mas del tema (precisamente como va completamente curado de econopatías como las mías, seguro que no tiene problema).

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