El objetivo de esta entrada es ir más allá en el habitual debate del impacto socioeconómico ejercido por el cambio tecnológico, ya que mediante el ejemplo de la automatización se analiza si su uso realmente contribuye a contaminar menos. Desde el punto de vista académico, esta cuestión cuenta con un importante recorrido previo, especialmente desde que Porter y Van der Linde propusieron en 1995 su conocida hipótesis en el artículo “Toward a New Conception of the Environment-Competitiveness Relationship” publicado el Journal of Economic Perspectives. Esta publicación orientó el debate académico hacia cómo las empresas podían utilizar la tecnología para reducir la polución, en un contexto de endurecimiento de la legislación medioambiental que obligaría a las empresas a desarrollar producción limpia. También han estimulado estudios, si bien separadamente, tanto la polución (véase aquí y aquí) como la automatización (véase aquí y aquí), que han sido temas tratados previamente en entradas anteriores de Nada es Gratis.
Polución y actividad económica
Sin embargo, este debate ha adquirido una nueva dimensión a raíz del proceso globalizador de la economía, fuertemente asociado a los patrones de cambio estructurales. Por una parte, la tecnología se ha difundido a una intensidad sin precedentes en comparación con periodos previos. En este proceso, la difusión parece ser asimétrica a lo largo del tiempo, donde los costes de adopción iniciales asociados a la tecnología son mayores, si bien van disminuyendo progresivamente a lo largo del tiempo a partir de su uso. Además, existen factores asociados a la oferta y la demanda que originan diferencias en estos costes de adopción entre países que surgen a su vez por las disparidades en el manejo de la tecnología a nivel de empresa. En este contexto, nuevas tecnologías como la automatización y la Inteligencia Artificial han adquirido un rol primordial, debido a sus impactos estructurales sobre el ámbito laboral y educativo, entre otros. Por otra parte, se han materializado grandes acuerdos institucionales como el protocolo de Kioto, los Objetivos de Desarrollo Sostenible o las cumbres climáticas, entre otros, orientados a la reducción de la contaminación. Sin embargo, la contaminación continúa en niveles que preocupan a las autoridades de cara a lograr un desarrollo sostenible, y uno de los elementos que puede contribuir a reducir estos niveles de contaminación es, sin duda, la tecnología. Este hecho le concede una gran relevancia al papel que podría jugar la automatización, ya que reduciría costes de producción y, por tanto, los procesos productivos serían menos problemáticos en términos medioambientales al generar menos emisiones. Así, se podría retomar el debate previo iniciado por Porter y Van der Linde, ya que esta reducción de costes derivada de la automatización permitirá a las empresas aumentar su productividad.
El impacto de la automatización sobre la contaminación
A pesar de esta evidencia previa, no se puede determinar de una manera exacta el impacto de la automatización sobre la contaminación, ya que podría ser tanto positivo como negativo, lo que se explica a continuación. Por una parte, la robotización podría reducir las emisiones ya que siendo un proceso de producción más eficiente las emisiones en conjunto se reducirían. Sin embargo, puede argumentar también el impacto contrario, ya que la utilización de robots aumentaría las emisiones debido a un mayor consumo de electricidad en comparación con otras tecnologías.
En un estudio desarrollado de manera conjunta entre investigadores de las universidades Autónoma de Madrid y de Economía y Negocios de Viena, disponible como documento de trabajo aquí, precisamente buscamos dar respuesta a esta pregunta concreta y determinar si el impacto de la automatización sobre la polución es positivo o bien negativo. Para ello, combinamos un enfoque teórico con otro empírico, con el fin de comprobar si las predicciones realizadas en primer lugar por el modelo teórico se sostienen empíricamente. En los siguientes párrafos se desarrolla de manera resumida el contenido y los resultados alcanzados en ambos enfoques.
El modelo teórico constituye el punto de partida de la investigación, aproximando la automatización a partir del uso de robots industriales. Además, como factores contextuales se consideran las diferencias en la difusión de la tecnología a lo largo del tiempo y el consumo de electricidad, como fuente de energía renovable, derivado del uso de robots industriales. Este modelo genera tres hipótesis de investigación concretas. Como primera hipótesis, la adopción de robots industriales aumenta en promedio las emisiones. Como segunda hipótesis, el impacto ambiental de robots industriales depende de la eficiencia de los robots, originando mayores emisiones inicialmente y menores emisiones en etapas posteriores, una vez que los robots mejoran en su capacidad productiva y eficiencia. La tercera y última hipótesis establece que las emisiones dependen del porcentaje de energía eléctrica generada por los países, ya que a mayor energía eléctrica generada mayores recursos energéticos serán consumidos por los robots.
A continuación, proponemos un modelo empírico que nos permite contrastar las tres hipótesis de investigación previamente formuladas. Desde el punto de vista empírico utilizamos datos de robotización y de emisiones de dióxido de carbono para una muestra de 65 países de diferentes niveles de renta durante el período 1993–2019, junto con otras variables explicativas de carácter socioeconómico habituales en este tipo de estimaciones. El modelo empírico, estimado por las metodologías habituales de la literatura de datos de panel, incorpora cuestiones relevantes como el tratamiento de los ceros en la variable de robotización, que puede introducir importantes sesgos en los resultados.
Resultados
Los robots aumentan la contaminación dependiendo del nivel de eficiencia de los propios robots y de la fase de desarrollo económico de los países, si bien sólo la electricidad generada por fuentes de energía renovable parece disminuir la contaminación .
Los resultados obtenidos se pueden dividir en tres grandes grupos. En primer lugar, la utilización de robots industriales aumentaría la contaminación en términos promedio, lo que abriría la puerta a analizar bajo qué contexto y factores se produce esta situación, lo que tratamos de responder en las siguientes fases del análisis presentadas a continuación. En segundo lugar, los resultados dependen del nivel de difusión de los robots y del nivel de desarrollo económico de los países, ya que la utilización de robots aumenta las emisiones en los países emergentes, cuyo nivel de utilización de los robots se puede asociar a las primeras etapas de difusión de la tecnología, donde el coste de adopción de la misma es mayor, para disminuir en etapas posteriores, donde podríamos incluir a los países desarrollados, para los que la utilización de los robots traería consigo una disminución de las emisiones. Este resultado se situaría en línea con la conocida como curva de Kuznets medioambiental, donde la contaminación y el nivel de renta parecen mantener una relación de U invertida, siendo mayor la contaminación en etapas iniciales correspondientes a los países con menor renta per cápita.
Desde una perspectiva orientada a la implementación de políticas públicas, al implementar robots industriales es necesario prestar atención a aspectos clave tales como las emisiones y los requisitos energéticos de los mismos. En un contexto donde las políticas asociadas a promover el desarrollo sostenible van ganando terreno, las emisiones y sus posibles efectos en el cambio climático ocupan un lugar cada vez más destacado en las agendas presentes y futuras de las organizaciones internacionales. Por tanto, resulta fundamental evaluar la contribución de los robots para diseñar políticas eficientes de cara a reducir las emisiones, a partir de instrumentos como impuestos al carbono y derechos de comercio de emisiones. Estos instrumentos también podrían ir destinados a regular las relaciones laborales entre humanos y robots desde un punto de vista medioambiental, con medidas como impuestos a los robots. Así, reconocer el impacto de la automatización sobre la contaminación y el rol de instrumentos de política pública como la fiscalidad para mitigar el impacto reforzarían la existencia de externalidades. Cabe destacar que las externalidades, definidas como la diferencia entre el precio de mercado y el coste de producción de un bien, constituyen uno de los puntos de debate claves de la economía ambiental.
Conclusión
Por último, a modo de cierre de esta entrada, resultaría interesante analizar esta pregunta de investigación utilizando datos a nivel de empresa, ya que reflejarían de una manera más ajustada a la realidad la difusión de la tecnología y su internalización vía costes.