No es eso

Hace hoy justo un año escribía en un post de NeG sobre los primeros indicios del plan de Angela Merkel para la Eurozona. Señalaba allí que junto a los aspectos positivos del plan, que en buena medida se han concretado en las recientes cumbres europeas, su principal deficiencia era la ausencia de un programa de estímulo que ayudase a digerir los costosos ajustes que muchos países iban a tener que llevar a cabo. Después de la cumbre europea de la última semana esta deficiencia se hace todavía más patente ya que las medidas destinadas a impulsar el crecimiento no se corresponden, ni en su magnitud ni en su concreción, con las expectativas generadas y con lo que la economía europea está necesitando.

No me encuentro entre las filas de los más críticos con la forma en la que los líderes europeos han abordado la crisis hasta el momento –Manu Oquendo describía mi reciente post sobre la cumbre Europea de diciembre como influido por el espíritu navideño. En una crisis de deuda hogares, empresas y gobiernos tienen la necesidad de reducir su apalancamiento, lo que sólo es posible sin una recesión profunda si el sector exterior está dispuesto comprar lo que el país produce pero ha dejado demandar. Cuando la crisis es global esto es mucho más difícil y, además, el boom crediticio ha aflojado la tensión competitiva de las economías más afectadas. El sector público es el que mejor puede capear este temporal, incluso si no tiene acceso a la financiación de un banco central nacional, porque en países avanzados la posibilidad de quiebra soberana se ha considerado tradicionalmente muy remota y además porque el gobierno tiene una capacidad coercitiva sobre su sector financiero doméstico para que siga ejerciendo su función de prestamista. Sin embargo, muchas de las condiciones que hubieran permitido la aplicación más duradera de esta solución keynesiana no se dan en la economía europea, principalmente por razones de diseño del proceso de integración.

Las discusiones en torno a la solución de la crisis europea iban, en mi opinión, bien encaminadas hace un año cuando se puso sobre la mesa la necesidad de un ajuste fiscal acompañado de un conjunto de reformas estructurales orientadas a favorecer la competitividad de las economías del Sur de Europa. Las primas de riesgo fuera de los países rescatados eran, hoy nos lo parecen, razonables dadas las divergencias que los años del boom habían enmascarado. La propuesta de ligar salarios a productividad fue sin duda la estrella mediática, pero junto a ella se pusieron en marcha mecanismos destinados a monitorizar el verdadero problema de la Unión Europea y de la Eurozona que no es otro que la extraordinaria divergencia entre sus economías en lo que a competitividad se refiere, que además da lugar a una muy modesta capacidad para competir en el exterior del conjunto de la UE. No obstante las dudas sobre la resolución de los problemas en Grecia y la solvencia del sistema financiero, unidas a la lentitud de las reformas en España y su ausencia en la Italia de Berlusconi dieron lugar a una crisis fiscal sin precedentes que ha obligado a concentrar todos los esfuerzos en el último trimestre en la puesta en marcha de un plan de consolidación a corto y a largo plazo. Eso, que era la precondición para una actuación más decidida del BCE en soporte de los bonos soberanos y del sector bancario, sirvió para parar el golpe y ha permitido alumbrar un adecuado mecanismo de disciplina fiscal aceptado por la casi totalidad de los países de la UE.

Que la consolidación iba a frenar la recuperación era algo esperable, pero la magnitud de la desaceleración en algunos países y de la recesión en otros ha sido mucho más intensa de lo que se anticipaba. La corrección en las expectativas de crecimiento para 2012 y 2013 que ha llevado a cabo el Fondo Monetario Internacional hace apenas un mes, en comparación con las predicciones de septiembre de 2011, ha sido muy notable para la mayoría de las economías mundiales, pero en especial para la zona Euro y más aún para España e Italia, países que pueden estar en recesión todavía en 2013 (gráficos 1 y 2). Otros signos como el aumento del desempleo y la dinámica del crédito al sector privado son igualmente preocupantes. Un informe reciente del BCE indica que la intensidad del credit crunch se está agudizando en la Eurozona para todos los sectores y tipos de préstamo. Junto a los problemas de financiación y recapitalización de los bancos, el informe señala que el deterioro general de la actividad económica ha llevado a una caída significativa de la demanda de crédito por parte del sector privado. La realimentación entre recesión y restricción del crédito forma parte sin duda de la peor pesadilla de cualquier responsable de política económica.

En estas condiciones la tarea de mantener los compromisos relativos al ritmo de reducción del déficit se antoja imposible para algunos países. Una aritmética sencilla -cálculos “back of the envelope” que espero presentar con más precisión en un futuro post con Rafael Doménech- permite dar un orden de magnitud aproximado al efecto sobre el PIB español del objetivo de déficit este año. Con la corrección a la baja de la expectativa de crecimiento en España entre 2,8 y 4 puntos porcentuales -según si comparamos con las previsiones del FMI en Septiembre de 2011 o las del gobierno español en los presupuestos- y usando un coeficiente de respuesta del déficit de 0,65 puntos por cada punto de caída en el PIB que estima el BBVA, el déficit público sobre PIB debería aumentar entre 1,8 y 2,5 puntos por encima del 4,4, objetivo para 2012. Usando un multiplicador inferior a la unidad, el recorte fiscal adicional necesario para mantenernos en lo acordado puede suponer una caída de entre 1 y 1,5 puntos porcentuales adicionales de la tasa de crecimiento de la economía. Si queremos asustarnos más podemos pensar en la destrucción de empleo asociada a una tasa de crecimiento del PIB cercana al -3% como calcula Luis en este post. Y más aún si este ajuste no viene acompañado por un plan más decidido en favor del empleo y la actividad en Europa. Los fondos comprometidos para ello en la última cumbre son claramente insuficientes y sin una activación económica a mayor escala la política de subvenciones para la contratación de jóvenes o las ayudas fiscales temporales a emprendedores y pequeñas empresas puede tener un efecto imperceptible.

Es preciso replantear la estrategia europea aunque no de cualquier manera. En primer lugar hay que mantener la preminencia del objetivo de consolidación fiscal, aunque redefiniendo su perfil temporal para los países en recesión -por ejemplo retrasando uno o dos años los objetivos de déficit, aunque puede haber otras formulas como dejar fuera del objetivo algunas partidas de gasto- con la contrapartida de un sacrificio adicional en el déficit estructural a medio plazo. En otras palabras, por cada euro que no ahorremos hoy es preciso comprometer un ahorro de un euro y pico –el pico depende del tipo de interés real corregido de crecimiento y de alguna compensación por el riesgo- en el futuro no muy lejano. Ello obligaría a adoptar compromisos serios y creíbles sobre un crecimiento del gasto en bienestar más acorde con el crecimiento del PIB, además de profundas reformas fiscales. En segundo, lugar un programa de crecimiento no debe suponer un frenazo en la aplicación de las reformas estructurales. Al contrario, estas reformas son la mejor garantía de la solidaridad en el esfuerzo por parte de países que van a estar durante cierto tiempo en el límite de necesitar ayudas europeas, como la financiación directa o indirecta del BCE o de los fondos de estabilidad. En tercer lugar es preciso que estas medidas estén orientadas al crecimiento pero maximizando simultáneamente su efecto sobre el empleo a corto plazo. Y por último estos programas deben tener una dimensión europea, con financiación a cargo no sólo de los fondos hoy disponibles -algunos de los cuales se han movilizado en la cumbre reciente pero que son claramente insuficientes- sino con fondos adicionales en un ensayo de lo que puede ser un embrión de presupuesto europeo con un potencial contracíclico que el actual no tiene.

Europa debe demostrar que es capaz de combinar el diseño de una arquitectura fiscal, destinada a un uso más eficiente de los recursos y a evitar el descontrol de la deuda en el futuro, con las reformas estructurales para hacer nuestra economías más homogéneas y competitivas y con un programa de reactivación económica que evite la recesión que nos viene encima. Hasta ahora se han dado pasos decisivos en la primera parte de este objetivo, y hay una clara voluntad de abordar las reformas. Esta estrategia debe completarse con un programa orientado a aumentar el empleo a corto plazo. No se debe retrasar más.

Hay 25 comentarios
  • Ante todo lo que yo percibo de los lideres europeos son dos cosas:
    -Falta de coordinación, no han sido capaces de solucionar un problema como el de Grecia después de 3 años, ¿un default hace 3 años hubiera sido mejor que una quita estructurada ahora?
    -Gobiernan Merkel y Sarkozy, y eso me parece que puede generar antieurpeismo por parte de los países con mayores problemas.

    • Blog de economía. El escáner
      No estoy seguro de que un default hubiera sido una buena idea entonces. Si hubiera supuesto la salida del Euro el efecto habría sido tan negativo como el que puede ser ahora. Pero sobre todo, la economía Griega era inviable entonces con unos déficits -público y exterior- elevadísimos, por lo que el default hubiera significado para este país un frenazo en seco de la financiación exterior y un empobrecimiento brutal. Y en cualquier caso habrían tenido que hacer las reformas porque la devaluación sólo es una solución –mala- transitoria.
      Es posible que para la economía europea en su conjunto hubiera sido menos doloroso pero no lo creo, a no ser que los mercados pensasen que ningún otro país iba a seguir el mismo camino. La probabilidad de ruptura del Euro habría supuesto un frenazo a la financian exterior, más drástico de lo que hemos sufrido hasta ahora, para todos los países periféricos

  • Hola Javier,

    de nuevo de acuerdo con el post. Comparto la idea de que sería necesario retrasar el objetivo de déficit. En mi opinión debería actuarse sobre la sostenibilidad del déficit a medio y largo plazo y dejar más respiro en la actualidad. En este sentido me parece un error la política del PP. Primero con las pensiones, no apoyar los recortes anteriores, y subirlas aunque sea el 1% (incrementa el gasto permanente) este año. Segundo, renunciar al copago sin cuestionarse la sostenibilidad del sistema sanitario a largo plazo. Pensiones y sanidad deben ser centros de las reformas que hagan sostenible el déficit. ¿Me gustaría saber si compartes esta reflexión?
    Un abrazo

    • J. Rey-Maquieira

      Si Javier, me temo que la solución pasa por un redimensionamiento del estado del bienestar.
      Es cierto que partimos de niveles de este tipo de gasto inferiores a otros países de la UE, y nos queda un trecho para converger. Pero supongo que esa convergencia tendrá que ser más lenta de lo que estábamos haciendo estos años atrás. En este sentido hay un camino importante por recorrer en ganancias de eficiencia, pero me imagino que en pensiones y sanidad, y también en educación, se irán imponiendo otras medidas para que la tasa de crecimiento de estos gastos se adapte al crecimiento del PIB per cápita y a la productividad de nuestra economía.

  • Cada vez creo más que tenemos que bajar en la desagregación de partidas cuando hablamos de control del gasto. El efecto de los recortes en el crecimiento no son iguales en todos los casos.
    Nadie puede estar en contra de una partida de 1000 millones de euros para sanidad o educación. Más bien al contrario, siempre parecerá poco.
    Sin embargo, si los ciudadanos pudieran consultar como se gasta realmente su dinero, factura a factura, artículo a artículo, y ver lo que se ha pagado realmente por cada gasa estéril, por cada ordenador o por cada comida de trabajo habría la presión necesaria para implementar medidas de ajuste más eficaces.
    En las administraciones públicas hay múltiples ineficiencias en el gasto e incluso, en algunos casos, derroches que están ocultos. El único control real es que hay una factura que respalda el gasto.
    No podemos seguir con recortes basados en reducir en un tanto por ciento todas las partidas. Hay que mojarse y decidir que se recorta y que no.
    Los medio técnicos existen, hace falta voluntad política, pero también social.

    • Fede
      Hasta ahora los ajustes fiscales han tenido mucho de trazo grueso. Se ha recortado de donde se podía, es decir de donde aún no se había gastado o en donde las protestas van a ser menores –infraestructuras, etc. En la universidad, que es lo que mejor conozco, hay múltiples ejemplos de estas ineficiencias y estoy seguro que también las hay en otros ámbitos. El reto es hacer las administraciones más eficientes, y por eso el ajuste debe ser selectivo para gastar menos pero mejor. Y hasta ahora no he visto nada que me haga suponer que se irá por ese camino. Más que los recortes la clave está en que acertemos en las reformas.

  • "Que la consolidación iba a frenar la recuperación era algo esperable, pero la magnitud de la desaceleración en algunos países y de la recesión en otros ha sido mucho más intensa de lo que se anticipaba."
    Francamente, no sé a quién le ha pillado desprevenido. Una cosa es lo que se decía o se publicitaba, siempre entre algunos, que, sentados en un despacho, dibujaban unos pronósticos a la medida, y otra lo que se esperaba o se sabía que iba a ocurrir. En pocas palabras: estaba cantado.
    Hablamos de recesión para el 2012 y algunos se atreven a pronosticar para el 2013. Y me pregunto, por qué no hablar del 2014 y el 2015. Podríamos experimentar recesión con un aumento del empleo. Creo que la experiencia dice que eso no existe, sin embargo, la aritmética asegura lo contrario.

    A estas alturas, pretender que nadie preveía que Grecia terminaría en descalabro, no es solo de inocentes sino de algo más que prefiero obviar. Grecia, en realidad ha sido un estudio de laboratorio, incompleto todavía. Eso lo sabe hasta la mujer de la limpieza de mi casa, por tanto, mejor dejar de hacerse el tonto y hablar claro, aunque sea políticamente incorrecto. Lo que no sabemos es si la intención va dirigida a que solo abandone el Euro, que podría ser, o es más elevada.
    Grecia representa el 2% de la economía europea, por tanto, es fácilmente asumible, y si no se hace es por miedo o porque se quiere experimentar hasta dónde puede llegarse. Lo primero es de estúpidos y lo segundo de otra cosa, y creo que el sistema se regenta más por eso último. En este caso debemos estar agradecidos a nuestro tamaño: un 11% de la economía europea; de no ser así, estaríamos hablando de otra manera y de otras cosas.

    España (de Italia lo desconozco) no tiene ninguna opción de salir de la recesión, a no ser que alguien la inunde de dinero, eso sí, no para endeudarse más sino para crear riqueza -que es, en caso que la intención hubiese sido esta, lo que debería haberse hecho en Grecia- Y hace tiempo eso era factible dentro del Euro, ahora me temo que ya no.

    • Asi pau tax es a nivel empresarial del día a día donde se ve claramente la tendencia,esta gran recesión que como sabes vamos indicando desde 2007, recesión de balance, desapalancamiento, contracción de cerdito, efecto expulsión, normas nada flexibles en empresas que dificultades, modelos duales con modelos de triple hélice, imposible de competir, normas a discreción....
      Sobre comercio mundial esta claro que indica el indice de fletes del Baltico.
      http://www.harperpetersen.com/harpex/harpexRH.csv

    • pautax
      No creo que todo fuera tan obvio de antemano. Y en cualquier caso no sé como se podría haber afrontado la crisis de las primas de riesgo sin un plan de consolidación ordenado y creíble.
      Otra cosa es que ahora estemos viendo la necesidad de flexibilizarlo. Si no lo hacemos profundizaremos la recesión, pero sin un compromiso fiscal a largo plazo creo que ahora estaríamos muchos como Grecia.

  • Gracias Javier por esta nueva entrada

    Llegar al 4,4% de déficit este año supone realizar un esfuerzo mucho mayor en términos de déficit estructural que el que contenía el programa de estabilidad. ¿Tiene sentido en el contexto actual?

    ¿No sería más lógico realizar el mismo esfuerzo estructural que contemplaba el programa, pero reconocer que la parte cíclica del déficit tiene que aumentar?

    ¿Tenéis cálculos al respecto, aunque sean de andar por casa?

    Saludos

    • Penny
      Efectivamente, si vamos al 4,4 nos pasamos con respecto a lo que va a ser el objetivo a largo plazo en términos de déficit estructural. Eso es lo que hace poco sensato el compromiso adquirido dadas las nuevas expectativas de crecimiento.
      Ahora no tengo los cálculos a mano, porque requieren algunos supuestos adicionales sobre escenarios de crecimiento. Pero en los próximos días los haremos para ver el déficit cíclico que les corresponde y los publicamos. (El BBVA ha presentado hoy algunas previsiones que aún no he visto en detalle).

  • El post está lleno de buenos deseos (mantener la consolidación fiscal-aunque retrasándola 1 o 2 años- mantener las reformas estructurales, aumentar la producción maximizando el empleo a corto, implementar programas con dimensión y financiación europea…) y es difícil no estar de acuerdo con el.

    El único problema es que no se dice COMO hacerlo, especialmente en un contexto sin política monetaria (tipos de interés y de cambio) propia, con política fiscal constreñida y en un contexto poco favorable a la planificación central.

    Además, las previsiones disponibles son bastantes contradictorias. Según el Banco de España, para no confrontar gobierno “vs.” FMI, el PIB crecerá un 0,7% en 2011, -1,5% en el 12 y 0,2 el 13. El déficit público alcanzará, en esas mismas fechas, el 8,1%, el 4,4% y el 3%. Por su parte, el saldo de la balanza corriente en % del PIB se espera sea del -3,7; -1,4,: y 0.0 (esto último-la mejora del saldo externo cuando el PIB mejora casi 2p.p.-del -1,5 al 0,2- es, cuando menos, sorprendente).

    De los datos anteriores, los partidarios de analizar las economías en base a sus saldos sectoriales (yo mismo uno de ellos, pues considero son un instrumento útil, que no depende de teorías concretas- es una identidad contable- y que evita cometer errores de bulto) habrán deducido que el sector “privado” en su conjunto (los datos no permiten distinguir familias, empresas no financieras y financieras, que es la desagregación habitual) suponen un ahorro neto positivo del 4,4% del PIB en 2011 y 3% y 3% los dos años siguientes. Lo cual hace aún mas difícil la recuperación económica.

    Como dice el tango: “Verás que todo es mentira…”, pero mejor aquí:

    http://www.youtube.com/watch?v=IpHCyRUtCN4

    • KE y NES
      Precisamente porque el ahorro del sector privado tiene que aumentar para afrontar las elevadas deudas de partida y porque veo que el sector exterior difícilmente puede compensar todo esto, creo que Bruselas no va a tener más remedio que permitirnos revisar la senda de ajuste al objetivo de déficit a largo plazo. Es verdad que las condiciones que yo planteo son difíciles, pero la verdad es que nos movemos en el filo de la navaja y el único margen que tenemos es el que nos da la restricción intertemporal del sector público: gastar un poco más hoy a cambio de compensarlo en el futuro. Es cierto que el BCE va a ser clave, pero está claro que actuará –como lo está haciendo y seguramente con más intensidad- sólo en la medida en la que las reformas avancen y no se ponga en peligro la consolidación fiscal a medio plazo. Francamente no se me ocurre otra solución. La más pura keynesiana –aumentar el déficit hoy sin un compromiso claro de consolidación en el futuro- sólo es posible para países sin problemas para financiar su deuda. Y ese no es nuestro caso, ni el de Italia.
      En cuanto al “como” es un tema de voluntad política. Cada uno debemos hacer lo que podemos, no menos. Pero no se nos puede pedir más. Si hacemos las reformas a fondo y nos comprometemos con la ley de estabilidad fiscal a medio plazo, Europa tendrá que adoptar un programa de crecimiento en serio y el BCE ayudar a financiarlo. No estoy convencido de que todas estas condiciones vayan a darse, lo que es seguro es que si una sola de esas no se da caeremos en una recesión más profunda.
      Muy bien por el tango. Esperemos que no se cumpla eso de … “Aunque te quiebre la vida, aunque te muerda un dolor, no esperes nunca una ayuda, ni una mano, ni un favor...”. Siempre nos quedará el BCE.

      • Amen!

        Sin embargo, confiar en el BCE es algo ingenuo. Desde luego, si el BCE quisiese la “solución” de la crisis sería mucho mas fácil. Bastaría una declaración (mejor aún de la “troika” entera) de que están dispuestos a apoyar la deuda europea para reestablecer la confianza y permitir que los países europeos altamente endeudados (con la posible excepción de Grecia) pudiesen volver a financiarse a tipos similares a los que están pagando Alemania y los EEUU.

        Tampoco sería malo que permitiese una tasa de inflación superior, especialmente en los países con excedentes crónicos en sus balanzas de pagos (Alemania, Bélgica, Dinamarca, Finlandia…justamente los que tienen mayores salarios/hora…¡Toma partidarios de aumentar competitividad vía salarios!).

        Pero, repito, esto es ser demasiado ingenuos. El compromiso del BCE sigue (y seguirá ) siendo mantener la inflación en el 2%.. Y el de la “troika” reducir el estado del bienestar y debilitar la posición negociadora de los trabajadores (sólo así se explican “recomendaciones” como reducir salarios mínimos o debilitar las medidas de protección del empleo, que nada tienen que ver con el déficit/deuda del S. Público). Posiblemente, cuando se les dé bastante “carnaza” social se decidan a abordar de verdad la crisis del euro de una vez por todas.

        Esperemos que no se fuercen las cosas y algunos países se vean obligados a dejar el euro y suspender pagos. Véase el juego de gato y ratón entre Argentina y el FMI en 2001 y como terminó.

        Saludos.

        PS

        Aquí pega mas “cambalache”. Esta es la versión de Serrat, que fue prohibida en la Argentina de la dictadura milittar

        http://www.youtube.com/watch?v=-K2J1HIRviU

        • "Si el BCE quisiese la “solución” de la crisis sería mucho mas fácil. Bastaría una declaración (mejor aún de la “troika” entera) de que están dispuestos a apoyar la deuda europea para reestablecer la confianza y permitir que los países europeos altamente endeudados (con la posible excepción de Grecia) pudiesen volver a financiarse a tipos similares a los que están pagando Alemania y los EEUU."
          " El compromiso de...la “troika” (es) reducir el estado del bienestar y debilitar la posición negociadora de los trabajadores (sólo así se explican “recomendaciones” como reducir salarios mínimos o debilitar las medidas de protección del empleo, que nada tienen que ver con el déficit/deuda del S. Público)."

          O sea que el BCE es un dios todopoderoso y las instituciones internacionales una confabulación de malvados en contra de los trabajadores. ¡Qué fácil se ve el mundo cuando se está en la inopia¡
          (Más que tangos, al comentario anterior, le va mejor una milonga)

          • EEE,

            Perdona pero no veo tu argumento, seguramente porque es algo asi como buscar de noche, en una habitación a obscuras, un gato negro...que no está.

            Saludos.

            • KE y NES,
              Si piensas que los prejuicios y los juicios de intenciones son buenos argumentos para dilucidar debates económicos, no será conmigo con quién establezcas una discusión sobre estos asuntos.
              Saludos,

  • Un reciente informe del FMI ha mostrado una interesante correlación entre el crecimiento del PIB y la prima de riesgo, mostrando por enésima vez los peligros de la consolidación fiscal, pero sin olvidar la necesidad de un plan de reducción de deuda a medio plazo pasando por reformas estructurales para ganar competitividad.
    "Countries should watch the speed of short-term adjustment, but medium-term consolidation remains a priority" (http://www.economist.com/blogs/freeexchange/2012/02/fiscal-policy)
    A todo esto, hemos tenido la genial idea de introducir el déficit cero, más del exigido por europa. Resulta que ahora queremos ser más alemanes que los alemanes

    • Peter
      Gracias por el link. Es muy interesante y resume muy bien las cuestiones que se debaten en el uso de la política fiscal.
      Lo del déficit cero cuando salgamos de la recesión es ciertamente discutible, pero la cuestión más urgente es el ritmo al que vamos a llegar a esa situación. De todas formas, lo que se está discutiendo por ley hace referencia al déficit estructural, por lo que la diferencia con lo que nos pide Europa no es tanta. En España los ciclos tienden a ser muy pronunciados, por lo que es mejor mantener una mayor disciplina en los tiempos buenos porque en los malos el déficit aumenta mucho.

  • Buen post Javier, nos has dado tu opinión sobre "cómo" replantear la estrategia europea, pero a algunos nos da la impresión que el "cúando" es importante. Para “redefinir el perfil temporal del objetivo de consolidación fiscal” vamos a tener que esperar a las elecciones presidenciales francesas dentro de poco más de dos meses o hasta las federales alemanas de 2013?. Para las reformas estructurales, por ejemplo las de España, a las elecciones andaluzas, o nos quedaremos en reformillas como la financiera de la semana pasada, la laboral de “inteligencia muerta” (que diría el Sr. Garicano) con la que parece nos van a obsequiar esta semana y la educativa también parece que va a ser otro amago.
    Quizá el tema sea de “cuanto”:cuanto más va a tener que caer el PIB europeo, cuantos parados más… La verdad es que uno no sabe ya qué más tiene que pasar para que se tomen decisiones a la altura de las circunstancias.

    • Jarris
      Me temo que ese es uno de los males de Europa para aspirar a ser una economía integrada. Los procesos electorales se multiplican y cuando no son las generales en un país, son las autonómicas o las municipales en otro. Pero me temo que eso es un dato y hay que contar con él. En EEUU el ciclo político es más claro por que tiene menos elecciones intermedias significativas. Pero francamente no veo a ningún político en Europa actuando sin tener un ojo –o los dos- en sus electores. Y en este caso, como dices, el perfil temporal es esencial porque en algunos países los aumentos del desempleo son muy persistentes.

  • Es posible que, como explica Javier Andrés, el camino que se está siguiendo sea inevitable si resulta que lo que no se puede cuestionar es el sistema cuya estructura, incentivos, mecanismos y reglas lo ha producido.
    Esta sensación es probable que sea compartida por todos nosotros.

    Cuestionar lo anterior (algo perfectamente lógico y racional, por otra parte) tendría, es cierto, un efecto cataclísmico sin que pudiéramos excluir escenarios bélicos globales que, por otra parte, ya se están agudizando desde hace al menos dos años en teatros estratégicos regionales.

    Sucede que, --mientras algunos tratan de salvar los muebles y las apariencias--, la calle ya se cuestiona la legitimidad misma del conjunto.
    Y para esto no estamos preparados.

    No veo dinámicas pacíficas capaces de frenar este proceso y esto no me reconforta lo más mínimo. Al contrario.

    • Manu Oquendo
      Yo francamente no veo en los movimientos más críticos con el sistema que han ganado fuerza durante la crisis –y seguramente por buenas razones- una alternativa social y económica clara para la recuperación, ni para la gestión de los recursos en tiempos normales. Sin embargo esta tensión entre lo que es posible dentro del capitalismo tal y como lo conocemos hoy y los cambios más profundos que se reclaman desde algunos sectores va a durar y, por supuesto en momentos de crisis aguda los resultados de los movimientos sociales son imprevisibles.
      De todas formas es cierto que la gran recesión deberá tener efectos más profundos en la organización de la economía de mercado, aunque no se atisba quien –que grupo político- los va a proponer, ni si algunas élites económicas y de poder van a ser suficientemente inteligentes para aprender la lección de lo que ha pasado. Las viejas preguntas de los clásicos siguen estando vigentes: qué hacer para crecer lo más eficientemente posible y distribuir equitativamente –que no igualitariamente- al mismo tiempo. Dado que la respuesta óptima –el planificador benevolente- no parece deseable, ni el mercado capaz de acercarse suficientemente a ella, habrá que ver si esta vez acertamos con el second best, si seguimos “tirando” como hasta ahora, o se va todo al garete.

  • Muy buenas Andrés.

    Durante el nacimiento del Euro, me daba rabia escuchar a economistas de Estados Unidos decir que esta moneda fracasaría en cuando llegara la primera crisis. Pero cada vez veo más difícil que sobreviva. Al menos tal y como es ahora.
    Te dejo una entrevista que me ha parecido interesante a un empresario alemán; http://www.spiegel.de/international/business/0,1518,809341,00.html

    Aprovecho la ocasión para saludarte, fui alumno tuyo y te recuerdo como uno de los mejores profesores (también es verdad que jugabas con ventaja ya que me gusta la macro)

    • Ricardo M.

      Me alegra encontrarme con antiguos (seguro que no mucho) estudiantes tan bien informados sobre estas cuestiones complejas e importantes. Anímate a pasar por el blog más a menudo.
      Gracias por el link. La entrevista refleja muy bien la visión de algunas elites alemanas y, aunque no la comparto del todo, nos viene bien ver la otra cara de la moneda. Estamos demasiado pendientes de cómo nos afecta todo esto y esperando a que nos ayuden desde Europa y esto muestra que las condiciones que nos ponen no es algo que se inventen los políticos, sino que les viene dado por sus votantes.
      Las formas de ruptura del euro a que se refiere no están hoy en la agenda –sobre todo la de la salida de Alemania y otros países del norte- pero lo de Grecia cada vez se ve más como una posibilidad para salvar al resto. ¡Quién sabe si en unos meses se plantea la alternativa más radical! Estamos viendo cambios tan radicales que es conveniente no descartar ninguna posibilidad.

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