Movilidad intergeneracional a partir de un indicador multidimensional de bienestar socioeconómico de los padres: 2005-2019

Por Laura Muñoz Terroba

La entrada de hoy corresponde al Tercer Premio del Concurso Nada es Gratis a la divulgación de Trabajos de Fin de Máster en Economía, con el que Laura fue galardonada. 

El reciente informe del World Inequality Report (2022) subraya que en las últimas dos décadas muchos países desarrollados están experimentando un persistente incremento de la desigualdad de renta y riqueza, lo que aumenta la preocupación sobre el impacto que esto pueda tener en el deterioro de la igualdad de oportunidades. España, por su parte, sufrió un fuerte incremento de la desigualdad de renta entre 2008 y 2014 y hasta 2019 no ha conseguido volver al nivel de desigualdad de 2007 (Observatorio Social la Caixa, 2022).

Desde hace ya algún tiempo la literatura económica se ha venido ocupando de medir el grado de igualdad de oportunidades en países ricos a partir de estudios sobre la movilidad intergeneracional de los ingresos (o salarios) de padres e hijos. En general, los resultados sobre su evolución en los últimos años no son muy esperanzadores (Chetty et al., 2014; Corak, 2016).

El principal objetivo de este trabajo es analizar cómo las condiciones socioeconómicas de los padres determinan la situación económica de sus hijos en España entre 2005 y 2019, comparando algunos de los resultados con los de tres países de la Unión Europea: Italia, Polonia y Países Bajos. El análisis se lleva a cabo a partir de los datos de tres años que ofrecen un módulo comparable  de la Encuesta de Condiciones de Vida europea (European Union Statistics on Income and Living Conditions- EU-SILC) a individuos entre 25 y 64 años que, aunque no proporcionan información concreta de los ingresos de sus padres, sí indican su nivel educativo, su ocupación y también informan sobre la situación financiera del hogar cuando ellos eran adolescentes.

Siguiendo la metodología de Avram y Cantó (2017) construimos un índice multidimensional de origen socioeconómico para cada individuo a partir de un Análisis de Componentes Principales, apoyándonos en tres variables clave: la situación económica del hogar, el nivel educativo y la ocupación principal de los padres con un enfoque de dominancia del hogar, es decir, considerando la ocupación y la educación más alta entre ambos progenitores. Posteriormente, estandarizamos los valores del índice en una escala entre 0 y 1 para asegurarnos la comparabilidad entre los distintos países y momentos del tiempo.

La distribución del índice de origen socioeconómico de los padres va mejorando en todos los países a lo largo del periodo analizado, aunque en 2019 las diferencias entre países son notables. En concreto, mientras que en España e Italia la distribución es similar, con mucha población con valores bajos del índice, Polonia y Países Bajos tienen una mayor proporción de padres en los dos cuartiles más altos. Una vez calculado el índice socioeconómico de los padres, aproximamos el nivel económico de los hijos utilizando la información de ingresos de la encuesta con la variable de renta disponible equivalente del hogar, lo que nos permite aproximar el nivel de bienestar de los hijos.

Análisis de la movilidad intergeneracional en España 2005-2019

Nuestro análisis de la movilidad intergeneracional se apoya por un lado en una estimación de la elasticidad intergeneracional (IGE) a partir de la información de origen social (padres) y el logaritmo de los ingresos de los hijos y, por otro lado, en la asociación intergeneracional de rangos (IRA) también denominada Rank-Rank Slope estimator en la literatura. Esta segunda medida se obtiene a partir de la pendiente de la regresión que relaciona el percentil de renta ocupado por cada hijo con el rango correspondiente a la distribución de sus padres. Cuanto mayor es el IRA, mayor es la dependencia de la situación económica de los hijos de la situación socioeconómica de los padres y, por tanto, menor es el grado de movilidad intergeneracional. A diferencia del IGE, el IRA es independiente de los cambios en la dispersión en las distribuciones marginales del índice de origen socioeconómico y de los ingresos de los hijos, lo que es útil cuando analizamos periodos largos de tiempo en los que esta dispersión puede cambiar (Chetty, et al., 2014; Leites, et al., 2022).

Para analizar la movilidad intergeneracional de una forma gráfica presentamos los resultados del IRA por países para el período 2005-2019 (Figura 1) y, para el caso español, por años (Figura 2) y por cohorte de nacimiento de los hijos. Los puntos de estos gráficos representan, para cada centil de nivel socioeconómico de los padres (eje de abscisas) ordenados de más bajo (0) a más alto (100), el valor del centil medio de ingresos equivalentes de sus hijos (eje de ordenadas).

En Países Bajos el IRA estimado es 0,143 para todo el periodo, casi la mitad del que estimamos para Italia, España y Polonia (0,264, 0,272 respectivamente), lo que apunta a una movilidad intergeneracional e igualdad de oportunidades mucho mayor en ese país que en el resto. Si analizamos los resultados de los Países Bajos a lo largo del tiempo concluimos que el IRA no sólo es bajo, sino que decrece a lo largo del periodo analizado pasando de 0,167 a 0,118.

En contraste con Países Bajos, tanto en España, como en Italia y Polonia se ha producido un claro aumento del IRA en el periodo analizado. En España el IRA ha aumentado de 0,265 en 2005 a 0,293 en 2019 (Figura 2). Este aumento se concentra especialmente en el periodo entre 2011 y 2019: de 0,270 a 0,293 y reduce significativamente la movilidad intergeneracional del 50 por ciento de la población con peor origen socioeconómico.

En la Figura 3 presentamos el mismo análisis por año de nacimiento de los hijos, agrupándolos en décadas a partir de 1940. Los resultados indican que la movilidad intergeneracional ha disminuido en el tiempo y lo ha hecho especialmente para los hijos nacidos entre 1980 y 1990. Esta reducción de la movilidad intergeneracional se concentra en la cola baja de la distribución de nivel socioeconómico de los padres, mientras que en el resto de la distribución las diferencias son menores. Estimamos que los nacidos en los años 40 tienen un índice de movilidad intergeneracional de aproximadamente 0,232, aproximadamente la mitad de la estimación obtenida para la generación de 1990. La disparidad entre las distintas generaciones comienza a hacerse evidente a partir de la generación nacida en la década de los 80. En concreto, los nacidos en los años 90, cuando provienen de familias situadas en el rango más bajo de la distribución del nivel socioeconómico (20%), de media no superan el percentil 30 de ingresos.

Conclusiones

Hemos explorado la movilidad intergeneracional en un contexto comparado utilizando datos de la encuesta EU-SILC en tres momentos diferentes del ciclo económico. Los dos países mediterráneos analizados, España e Italia, siguen patrones similares y, junto con Polonia, destacan por una movilidad intergeneracional relativamente menor que los Países Bajos. Esta movilidad es además decreciente en el tiempo, lo que nos indica que durante este periodo tanto en España, como en Italia y Polonia, se ha producido una ralentización del ascensor social, mientras que en Países Bajos la tendencia es justo la contraria, la movilidad intergeneracional ha crecido.

Para España la reducción de la movilidad intergeneracional parece estar ligada a la reducción de la movilidad social de las generaciones nacidas a partir de la década de los 80, lo que indica que para los hijos de origen social bajo nacidos en esas décadas estaría siendo más difícil escalar socialmente que para los de generaciones previas. Esto plantearía serias dificultades para que el ascensor social siga funcionando.