La crisis fiscal en Europa está acaparando toda la atención en los últimos meses y es la justificación de los acuerdos de las distintas cumbres europeas. Se ha discutido mucho sobre los previsibles efectos negativos de las políticas de austeridad en el empleo, y lo seguiremos haciendo en los próximos meses. Pero ahora toca abordar con más decisión una cuestión más compleja y de más calado como es la disparidad en las posiciones exteriores netas de los países de la Eurozona y por extensión de la Unión Europea. La corrección de estos desequilibrios es una condición necesaria para favorecer el crecimiento y para proporcionar una solución efectiva al atasco fundamental del proceso de integración en Europa: la enorme deuda externa de algunos de sus países miembros y la desigual distribución geográfica del ahorro en un contexto de segmentación de los mercados financieros. En este post quiero reflexionar sobre dos cuestiones previas a la discusión sobre las estrategias de política económica más adecuadas para corregir estos desequilibrios. La primera es hasta que punto siguen siendo preocupantes estas disparidades tras el fuerte ajuste cíclico que han sufrido durante la crisis; y la segunda tiene que ver con el reparto de los costes del ajuste, en concreto si este debe recaer únicamente sobre los países deficitarios o si también deben participar en él los países más competitivos; y si es así ¿cómo?
Que estas disparidades no son producto, o al menos no únicamente, del normal proceso de convergencia económica es algo cada vez más aceptado y sobre lo que no me extenderé aquí. Más bien reflejan la combinación de una constelación de fallos que abarcan desde el mercado financiero, al laboral y al de bienes, sobre la que además se proyectan distintas preferencias de los consumidores en los países europeos. A estas alturas de la crisis, sin embargo es cierto que tanto los déficits como los superávits por cuenta corriente se han moderado notablemente. Como se aprecia en el gráfico 1, las discrepancias llegaron a su máxima expresión en 2007, año en que algunos países como Estonia, Portugal, Grecia y España alcanzaron déficits superiores al 10 por ciento del PIB, mientras que Holanda y Alemania presentaban superávits del 7 por ciento. En 2011, los déficits estimados se han reducido a la mitad y en consecuencia, la desviación estándar de los mismos dentro de la Eurozona ha caído hasta niveles similares a los del año 2000 (gráfico 2).
Sin embargo no hay razón para cantar victoria. Por una parte porque los principales países del sur de Europa tienen todavía déficits por cuenta corriente entre el 4 y el 7 por ciento del PIB, en algunos casos en medio de una recesión prolongada. Aunque más moderados, estos déficits siguen contribuyendo al incremento de la posición deudora neta de esas economías, en un momento en el que las dificultades de financiación exterior son extremas. Además esta moderación está teniendo más que ver con una fuerte caída en las importaciones que con mejoras sustanciales en la competitividad, de modo que las elevadas apreciaciones reales de algunas economías con respecto al promedio de la Unión Europea –cercana en algunos casos al 15 por ciento- apenas se habían corregido en 2009 y 2010. De hecho, de entre los países en que esta corrección ha sido más significativa sólo en el caso de Irlanda podía hablarse de un ajuste genuino de salarios, márgenes y precios –en España la moderación de los costes laborales unitarios se ha debido fundamentalmente a un fuerte ajuste cíclico de la productividad aparente del trabajo. Pero las causas de los desajustes de cuenta corriente no son únicamente de precios relativos con el exterior. Tienen que ver con factores como los patrones de consumo doméstico, la disponibilidad de crédito y la especialización productiva de una economía, cuya corrección estructural es aún difícil de evaluar. De hecho, países grandes del continente como Italia y Francia han mantenido su déficit en niveles que aunque no son preocupantes si son significativos –alrededor del 3 por ciento del PIB- lo que es reflejo de una notable debilidad exportadora.
La eliminación de estos desequilibrios sigue siendo tan prioritaria como lo era antes de la crisis. ¿Pero quien tiene que cargar con el coste del ajuste? En mi opinión para responder adecuadamente a esta pregunta hay que tener en cuenta dos cuestiones. Una hace referencia a la posición a la que aspira la UE en el contexto económico y financiero global, y la otra a la forma en la que eventualmente deberían impulsar los países más competitivos su demanda interna. Europa es, entre las grandes economías avanzadas del mundo, la única que mantiene una posición exterior prácticamente equilibrada –en comparación con Estados Unidos, El Reino Unido, Japón y los emergentes. Las proyecciones de Horioka y Terada-Hagiwara –aquí y aquí- sobre la evolución del ahorro neto de los principales países emergentes indican que las tendencias observadas en los años anteriores a la crisis, y que están detrás de los llamados desequilibrios globales, lejos de corregirse se acentuarán como consecuencia del mantenimiento de las elevadas tasas de ahorro actuales y una cierta reducción en las tasas de inversión en los países asiáticos, en especial China. En consonancia con estas proyecciones, Speller y Wright -aquí y aquí- prevén una formidable expansión de los flujos internacionales de capital con origen en los países hoy emergentes y una pérdida de peso de los hoy desarrollados con una persistente agudización de los desequilibrios globales, de modo que la suma del valor absoluto de déficits y superávits pasaría del 4 por ciento del PIB mundial en la actualidad al 7 por ciento en 2020 y al 8 por ciento en 2040.
Ambas proyecciones apuntan a la recuperación a medio plazo de las condiciones que dieron lugar a la abundancia de capital para los países con problemas de competitividad. ¿Es esto bueno o malo para Europa? ¿Debe la UE tener una estrategia común ante este fenómeno? No se me ocurre otra que reforzar la competitividad conjunta del continente. Por ello la necesaria participación de países como Alemania en la corrección de los déficits exteriores entre países europeos no puede pasar por la pérdida de competitividad de la única gran economía que mantiene una base exportadora sólida, y más sin haber resuelto las deficiencias de los demás. Esto haría que algunos países cambiásemos la nacionalidad del país acreedor pero poco más, y podría llevar a la UE a una situación de dependencia del ahorro externo similar a la de Estados Unidos, con unas condiciones de financiación mucho más difíciles y riesgos permanentes de crisis de deuda. Por tanto la forma en la que los países con superávit deben colaborar en la reducción de los déficits de los demás no puede ser únicamente mediante una expansión fiscal que incremente la demanda interna se requieren –también en esos países- reformas estructurales aunque de signo diferente a las que se reclaman para los países del sur. Entre las propuestas de un completo estudio de la Comisión Europease apunta un conjunto de propuestas dirigido a atacar las razones profundas que hacen a estas economías ser tan propensas al ahorro como las ineficiencias en su sistema financiero, el escaso desarrollo del mercado de capitales, que incita a las empresas al ahorro y la autofinanciación, el bajo precio relativo de los comerciables o el escaso desarrollo de la competencia en ese sector que incentivan la asignación de recursos hacia la inversión en el sector de comerciables que adquiere un peso excesivo, etc. En la medida en que se corrijan estos factores, es previsible que estas economías puedan expandir su demanda interna – y por lo tanto favorecer el crecimiento de otros países europeos- sin poner en peligro su capacidad de seguir exportando, en particular al resto del mundo.
La reconducción de los desajustes de cuenta corriente entre los países europeos sigue siendo prioritaria. Todos tienen que participar en el esfuerzo, pero este no es un juego de suma cero. Europa en su conjunto no va sobrada de competitividad como para buscar una convergencia interna a la baja. Más bien al contrario.
Hay 36 comentarios
Muy buen post. Cargar el peso del ajuste sólo en los países del sur de europa es inviable. Los superavitarios también tiene que hacer su parte. Los mercados financieros le "regalan" el dinero a Alemania (tipos reales negativos), que expandan gasto!!
Creo que se supone que Rajoy iba a pedir más acción a Merkel (otra cosa es que le haga caso). Por cierto, lamentable eso que ha dicho el gobierno, que el presidente del gobierno no salga a dar la cara después de las durísimas medidas por "economía procesal". No sé si los profesores del blog podrían explicarme ese término (que igual a nivel técnico tiene algún sentido que yo no capto), a mí me suena a tomadura de pelo.
A ver qué pasa en la próxima cumbre europea, yo creo que hasta después de las presidenciales francesas va a haber poco movimiento, por desgracia, ya que necesitamos mucho compromiso a nivel europeo o vamos directos a una década perdida.
J Ruiz
Ahora que, para bien o para mal, las opciones fiscales están ya claras para Europa, es el momento de plantear en las próximas cumbres europeas un plan de recuperación y crecimiento. Sobre todo si la situación de bajo crecimiento se prolonga. Aunque si las economías del norte vuelven a crecer a ritmos razonables en un par de trimestres nos va a costar más convencerles. En ese caso yo no confiaría mucho en expansiones unilaterales del gasto por parte de Alemania.
Por so habrá que hacer de la necesidad virtud. Sea cual sea la coyuntura económica en Europa sería deseable acometer reformas de más calado en los países del norte que aumenten su propensión a importar –y a consumir- sin reducir su capacidad competitiva con el resto del mundo. Eso no es fácil pero debe ser la contrapartida a las reformas estructurales en el sur.
Hola, interesante post, enhorabuena.
Es que exportar viviendas está complicado... Hemos dedicado los últimos 15 años de nuestra historia a producir algo que no es exportable y que tiene una productividad REAL bajísima. No es de extrañar que estemos así dado que nuestra política industrial es CERO. Ya van dos veces en nuestra reciente historia que hemos tenido ingresos a corto plazo que no hemos aprovechado para crear una industria fuerte que nos dé estabilidad a largo: 1) el turismo "fraguiano" en los 60 (se aprovechó para crecer en esos años pero no para impulsar con esos ingresos estatales extra alguna política industrial de verdad); 2) la construcción "aznariana" de los 96-07 (se aprovechó para crecer en esos años pero no para impulsar con esos ingresos estatales extra alguna política industrial de verdad). Volvemos a caer en nuestros fantasmas del pasado... ¿para cuándo un parque de energías renovables de verdad en este país, el más propicio de Europa para exportar energía? Claro, para eso hay que invertir en tiempos de bonanza... va a estar complicado.
Saludos
Antonio
Efectivamente, esto no es nuevo. Se olvida con frecuencia que es la tercera vez en treinta años que pasamos del 20% en desempleo. Para que esto no se repita no hay que hacer nada raro, simplemente reorganizar nuestro crecimiento y nuestras normas para que se aproximen a las del norte de Europa. El problema es que eso lleva tiempo y supone un cambio tan profundo en nuestros incentivos que a veces parece que la sociedad en su conjunto no está por la labor.
La situación de España como periferia del mundo más desarrollado nos ha permitido atraer en el pasado una cierta industria con capacidad de exportación –por ejemplo en el sector de la automoción. Si queremos mantenerla no nos queda otra que hacer reformas para recuperar la competitividad que hemos ido perdiendo. Y esto no es sólo reformas laborales, que también, es preciso que nuestra producción se reoriente hacia los comerciables y eso requiere cambios en los incentivos de las entidades financieras, fiscales, etc.
Me alegro que se hable de deuda externa, que es el problema y no otros. Esto es lo que humildemente puedo aportar:
- Información: para que un mercado funcione bien, las espectativas deben formarse correctamente. Por el contrario, la gente está desinformada. Los medios de comunicación (con poquísimas excepciones) y los partidos hablan de deuda pública, casi nunca de deuda externa ni de déficit de balanza de pagos.
Esto forma parte del problema de la mala calidad de la instituciones españolas (partidos políticos, organizaciones empresariales y sindicales, medios de comunicación, ...) Hay un alto déficit de patriotismo.
- Unión política de Europa Sin unión política, no puede resolverse este problema de desequilibrio por falta de incentivos para ello: es lógico que Alemania mire por sus intereses antes que los ajenos, sus gobernantes dependen de los votantes alemanes. También es lógico que los políticos españoles buscan culpar al exterior para no asumir sus responsabilidades. Hace falta una Comisión Europea que sea un verdadero Poder Ejecutivo, elegido democráticamente (sea por el Parlamento, o mediante elección directa como USA).
Purgandus Populus
Realmente ese es el grave problema, en especial para España. Y se nos olvida, que nuestra posición exterior neta se sigue deteriorando en plena recesión, lo cual no deja de ser sorprendente. Además ya no podemos jugar al proteccionismo ni a las devaluaciones nominales, por lo que la corrección tiene que venir por otra vía. Y en esa dirección deben ir encaminados los esfuerzos de reforma. Cuando los mercados financieros vuelvan a recomponerse, es posible que el capital exterior vuelva a fluir –aunque no en las cantidades anteriores a la crisis- pero un país no puede depender continuamente de la financiación exterior porque quedaría siempre expuesto a las crisis financieras internacionales.
¿Como que no son exportables las viviendas? Tengo amigos en la costa que viven de eso, de venderle casas a ingleses y alemanes.
Yo pienso que la rebaja en el IRPF se la debíamos aplicar a extranjeros y no a nacionales.
Alara
Eso es cierto, pero la cuestión no es sólo que estos bienes sean más o menos exportables. La capacidad que ha tenido años atrás el sector inmobiliario para generar elevados beneficios ha desviado mucho esfuerzo inversor hacia este sector, en detrimento de la producción de bienes más exportables en los que basar una futura reducción de nuestra dependencia con respecto al exterior. Sin superávits esperados en el futuro nuestra deuda externa es técnicamente insostenible. Y si no podemos producir esos bienes la única forma de mejorar nuestro déficit es con una recesión aún mayor que la que tenemos ahora.
Gracias por el artículo, Javier Andrés, me ha gustado mucho. Te querría pedir si te pudieras expandir en el tema de las reformas necesarias en los países del norte y los problemas que intentan solucionar. Es algo de lo que se habla muchísimo menos y parece interesante.
Carlos Jerez
Es cierto que ese es un tema del que se habla menos. Entre otras cosas porque aunque la capacidad de ahorro de los países del norte de Europa es notable comparada con la de otros países desarrollados, se queda a años luz de la de algunos emergentes.
No se trata de que el estado gaste más o menos. Esa es una opción social y electoral sobre la que tenemos poca capacidad de influir y que en cualquier caso sólo puede ser temporal –aunque es cierto que si hay algún momento en que nos vendría bien sería este. Cuando un país dedica una parte muy elevada de sus recursos a producir bienes comercializables o exportables deja de producir otros bienes. En el caso de China parece bastante claro que hay un gasto interno reprimido en parte por el subdesarrollo del sistema financiero. En un país desarrollado, por ejemplo Alemania, eso está menos claro pero es cierto que tiene una estructura de gasto diferente a otros países Europeos. Medidas que aumenten su consuno por ejemplo en servicios y bienes no comerciables pueden, además de mejorar el bienestar, alterar los incentivos del capital para dedicarse a la producción de estos bienes y servicios sin alterar su capacidad competitiva en los sectores exportables.
Déjame que ponga un ejemplo sobre la asimetría de las reformas necesarias en el norte y el sur. De la misma forma que en España, por ejemplo, necesitamos medidas que reduzcan nuestros costes laborales unitarios y reformas –cambios en el modelo productivo- que favorezcan la asignación de capital hacia bienes exportables, en Alemania yo abogaría por cambios en el modelo productivo que incentiven la producción de bienes no comercializables pero no por un incremento generalizado de los salarios. En el estudio de la Comisión Europea al que me refiero en el post se recogen algunas de estas medidas sobre las que espero entrar más en detalle en una próxima entrada.
Gracias por la respuesta. Me he leído el apartado sobre Alemania, es bastante concreto a la hora de hablar sobre las reformas, comparado a lo que se extiende sobre su situación y como ha llegado a ésta, pero me deja ya una idea más clara. Liberalizar (disminuir barreras de entrada) servicios, unir los cambios salariales a la productividad, mejorar la educación, y si he entendido bien cambios en el sistema de ayuda por desempleo (supongo que para incentivar la búsqueda de trabajo) y a nivel impositivo. Me gustaría saber como tendrían que ser los cambios impositivos para aumentar la inversión privada y el consumo. Por eso espero con ganas el artículo en que comentes este tema a fondo.
Saludos
Creo que cuando Europa deja de hablar de crisis de deuda y empiece a hablar de desequilibrios por cuenta corriente dentro de la zona, comenzaremos a resolver los problemas. para ello los alemanes tiene que darse cuenta (mejor aceptar) que los desequilibrios han de resolverse de forma simétrica, no asimetricamente.
El superávit externo alemán (exportacion de capitales) es en parte nuestro déficit externo (importacion de capitales).
Esta crisis me recuerda cada vez más a una combinación de la crisis del japón (recesión de balances) y la de Asia 90 (sudden stop)
Pedro
Comparto contigo que estos desequilibrios son lo que caracteriza a esta crisis más que el desajuste fiscal, con ser este importante sobre todo en algunos países. También que todos los países deben participar en su corrección. Pero eso no significa que la consolidación fiscal en el sur tenga que corresponderse con una expansión en el norte. Puede suceder dependiendo de la coyuntura, pero incluso en ese caso estaríamos ante algo puramente coyuntural que no va a resolver las tendencias permanentes a los desequilibrios.
A medio plazo es más adecuado aplicar reformas que corrijan, en parte, la tendencia a ahorrar en exceso por parte del sector privado en estos países, manteniendo su capacidad competitiva.
Creo que el artículo de J. Andrés llega hasta donde es posible llegar en este momento y no procede expresar discrepancias porque tengo el convencimiento de que son cosas sabidas que si no aparecen es por inoportunas. Es decir, "no tocan; todavía no"
El tiempo, en cualquiera de los diagnósticos, es un factor crucial. Dependiendo del diagnóstico, los "Road Maps" temporales serán distintos pero en cualquier caso son superiores a una generación.
Muy probablemente, a estas alturas, el establishment político ni siquiera capta la esencia del problema y los pocos con la capacidad de hacerlo cerrarán los ojos horrorizados buscando alternativas, "como sea".
A mi modo de ver los más espabilados han sido los suizos que comienzan a pedir a sus bancos globales un core capital de casi el 20%. Un movimiento estratégico comprensible.
En este momento los observadores medianamente informados lo que perciben es que este Road Map actual de los "déficits fiscales" está destinado a preservar el sistema de bombeo y se espera que el crecimiento futuro provenga de otra expansión crediticia, otra burbuja, en cinco o seis años si antes esto no explota socialmente.
He estado un par de días en Londres y he vuelto en un vuelo con parada en Zaragoza y Torrejón. Tiempo de ver Zaragoza y Madrid desde el aire fuera de los pasillos normales.
Nadie que capte el tamaño de lo construido y pendiente de vender y las gigantescas dimensiones de lo ya urbanizado para más construcción, podrá evitar recordar las palabras de Sebastián en las municipales que perdió con Gallardón: "Aquí cabemos 66 millones".
No hay un sólo promotor o banquero en el mundo tan irresponsable como para embarcarse en esta locura sin grandes y graves seguridades y garantías por muy bajos que estuvieran los tipos. Porque esto no se hace ni cobrando.
Esta sería mi única observación al artículo. Esto no es una "Constelación de Fallos". Es un diseño perverso y orquestado con nocturnidad desde lo más alto. Un diseño oculto e inasumible en cualquier democracia por degradada y sometida que se encuentre la población.
Manu Oquendo
Aunque a posteriori parezca increíble el “homo economicus” es capaz de organizar este lío el sólito sin necesidad de que nadie se lo organice. Esto es lo que tienen las burbujas. Primero tendremos que digerir los efectos de esta, que tal y como indica tu perspectiva aérea no va a ser fácil, y después buscar otra forma de crecer.
Conforme se acentúe la polarización entre las tasas de ahorro y de gasto entre países tendremos riesgos de que se repita esta situación. La única solución para España es dejar de estar en el lado malo de los desequilibrios globales. Si no encontramos otra forma de crecer, menos dependiente de la financiación exterior, la alternativa es no crecer. Yo confío en que una mejor vigilancia como la que ahora propone la Comisión Europea debería evitar lo que anuncias. Pero nos lo impongan o no España tiene que encontrar de una vez por todas un modelo de crecimiento que no incida una y otra vez en los mismos errores. Y eso como dices, aunque acertemos llevará tiempo.
Es el "modelo de crecimiento" basado en tocho-financiación obras publicas y endeudamiento adoptado el que nos pasa factura.
Hasta que no encontremos otro modelo...las medidas serán para ganar tiempo.
Como bien indica el sr. Muns:
Ahorro-inversión-exportaciones: este es el argumento del nuevo guión que reclama el ajuste de la economía española. El viejo y fracasado guión de deuda-consumo-importaciones ha de pasar a la historia.
Estoy con Javier Andrés. Esas colosales urbanizaciones individuales no son el deseo de un gran director, sino la actuación conjunta de intereses individuales. El promotor que lo saca gana, porque el banco le financia el 100 %, usando la promoción como única garantía, así que si gana gana él, y si pierde pierde el banco. El banco gana presentando buenos resultados antes sus accionistas o votantes (cajas de ahorros). El político de la caja está interesado en presentar buenos resultados a corto plazo de empleo, además del aumento de recaudación fiscal que permite hacer más obras públicas, que dan votos, sin tener jamás responsabilidad patrimonial. Lo mismo que un gestor privado, si no tiene incentivos a largo plazo. La mayoría de los bancos españoles evitaron arriesgarse con créditos a promotores a partir del 2004, pero fueron menos prudentes con las hipotecas, confiando en que en la responsabilidad ilimitada del deudor. Y los reguladores también estaban interesados en que se edifique mucho para que haya mucho empleo: "Montoro replica a Caruana que es bueno que las familias se endeuden en vivienda " (ABC, 2002) y Miguel Fernández Ordónez "Es mejor que los jóvenes tengan una hipoteca a 30 años, que es una inversión a largo plazo, a que se gasten el dinero en viajar"
Vale.
Pero aquí me surge la duda de siempre. ¿Unos cambios estructurales a nivel legislativo son suficientes? Para mí son la condición necesaria, pero no suficiente, para que suceda lo que queremos que suceda.
Dicho en plan burdo: por mucho que cambiemos determinadas estructuras, si el 90% de los españoles sigue pensando que comprar una vivienda es lo mejor que puede hacer con sus ahorros, no avanzamos nada.
"Dicho en plan burdo: por mucho que cambiemos determinadas estructuras, si el 90% de los españoles sigue pensando que comprar una vivienda es lo mejor que puede hacer con sus ahorros, no avanzamos nada."
Si tu cambias la legislación, por ejemplo cargando más fiscalmente la posesión en propiedad de la vivienda (subiendo el IBI) y acabando con las desgravaciones fiscales a la compra de la misma, los españoles reaccionarán. Por no hablar de cambiar la legislación del mercado de alquiler.
De todas maneras la relación entre cultura e instituciones y como se influyen mutuamente es algo complejo y da para mucha discusión. A lo mejor podemos encontrar entre los que escriben aquí algún experto que nos lo explique bien.
Ok sobre el papel, pero en la práctica permiteme que discrepe.
Eso implicaría que alguien, cuando compra una casa, hace todos los números hasta el final: cuanto paga, además de entrada, por las escrituras, cuanto paga de impuestos cada año, cuando paga de comunidad, cuanto paga por las reparaciones del piso, etc, y que compara la rentabilidad de ese desembolso con la que le da otra inversión.
Sinceramente, en mi entorno veo que sigue vigente aquello de que "alquilar es tirar el dinero"; nadie se plantea lo que he expuesto arriba. Cuando servidor se mudó (ya avanzado el 2011) a otra casa de alquiler la primera pregunta que me hizo todo el mundo era, tras mirarme como si fuese tonto: "¿Y por qué no has comprado?". Incluso individuos con intención de abrir un negocio prefieren comprar el local a alquilarlo, porque "total, por la diferencia entre la cuota de la hipoteca y el alquiler, prefiero tenerlo en propiedad" - aunque eso implique dar una entrada de una buena suma que podrían invertir de cualquier otro modo.
No acabo de ver a todas estas personas haciendo un razonamiento puramente numérico, lo siento.
No sólo son los españoles los que ven atractivo comprar vivienda. Realmente no nos han dejado ninguna otra forma de ahorrar. El dinero es una trampa, no vale nada. Nuestras contribuciones para pensiones se las gastan impunemente regalando no contributivas.
Nos fríen a comisones bancarias e invierten nuestro dinerillo en sus "deudas" triple cero de todo tipo para que nos traguemos los cambios de rating. ¿Qué queda con esta forma de gobernar? La casa, como las tortugas y nos la están quitando a impuestos. Quieren que vivamos bajo el puente.
Perdón porel tono pero lo que digo es cierto aunque suene mal.
Un excesivo ajuste acabara asfixiando a todos, países con superávit incluidos. El ajuste debe ser proporcionado a la "real capacidad" de cada país de devolver las deudas sin llegar a la asfixia. Recordemos que Alemania fue asfixiada después de la II-GM, y en dos años Europa quedo estancada, hasta que se decidieron por el plan Marshall.
La política monetaria del BCE debe beneficiar a todos por igual, parece que con el "diseño actual" es Alemania la única beneficiada..¿veremos un federalismo fiscal tipo EEUU que beneficie a todos y también obligue a todos"
http://www.lavanguardia.com/opinion/articulos/20120107/54243696894/ramon-aymerich-las-dietas-tambien-matan.html
Ramón
Tarde o temprano Europa deberá acometer un plan de reactivación que es la pata que le falta a toda la estrategia actual. Lo que entiendo, o al menos quiero creer, es que se está tratando de poner primero las cuentas públicas en orden con un saneamiento estructural de las mismas para luego acometer algún impulso fiscal discrecional de ámbito europeo. La reunión de Merkel y Sarkozy hoy parece que va en esa dirección.
De ahí a un federalismo fiscal tipo Estados Unidos lo veo más lejano. Creo que deberemos conformarnos con algo más modesto como lo logrado hasta ahora, en términos de límites a los déficits y la deuda, más un refuerzo de la EFSF para ayudar a los países en dificultades de financiación o incluso para financiar políticas europeas de crecimiento.
Gracias por el link, me ha resultado muy interesante.
El panorama, como describe Javier Andrés, es muy duro y al menos para mí extremadamente desagradable si contemplamos todas las variables en juego.
Lo peor para mí han sido todos los años que hemos estado escuchando el "cuento de la lechera", cuando ni siquiera había leche en el cántaro y muchos responsables eran perfectamente conscientes de ello (no voy a señalar con el dedo por ahora).
Cuando se lleva a una economía entera al borde de la ruina y no aparece ningún culpable de relieve algo está funcionando mal. Pedir responsabilidades a día de hoy es una utopía y sólo pagará algún choricillo de menor entidad. Personalmente tengo elaborada mi lista de grandes nombres merecedores del descrédito total y que no deberían abrir la boca y menos dar ningún consejo. Sólo deberían articular palabra para pedir perdón y desaparecer totalmente de la vida pública y económica en medio del descrédito y el rechazo general.
Queda por hacer un estudio en profundidad de la inversión productiva en España, que está plagada de distorsiones trágicas y asignaciones de recursos lamentables. No me refiero solamente a la inversión en ladrillo y demás obras faraónicas (no productivas y generadoras de gastos).
http://www.cincodias.com/articulo/economia/mitad-inversion-extranjera-espana-genera-empleo/20110325cdscdieco_4/
Podría seguirse con el tratamiento de la inversión productiva y los incentivos fiscales:
http://www.gba.es/AEF/IMAG/20110301/20110301-0206.PDF
http://www.ces.es/cgi-bin/sircgietb?-FUNC=SWF-DISP&-USER=&-AKEY=AAAA&-PERF=dd&-VIEW=W01MOVA&-ITEM=0004700028162&-DISP=WISBD
También sería interesante el estudio de cómo y por qué han crecido las grandes compañías españolas, otro modelo desequilibrado en mi opinión:
http://www.bde.es/webbde/SES/Secciones/Publicaciones/InformesBoletinesRevistas/BoletinEconomico/11/Dic/Fich/art4.pdf
La comparación con el modelo estadounidense, también desequilibrado por otros motivos, es muy interesante:
http://www.peri.umass.edu/fileadmin/pdf/published_study/PERI_19Million.pdf
El resultado de estas políticas, si lo medimos en posición inversora neta es escalofriante:
http://www.bde.es/webbde/es/estadis/infoest/e0706.pdf
La pregunta del millón es : ¿Es posible desendeudarse y crecer al mismo tiempo?:
http://www.economistas.org/r3/05/web/Rovira.pdf
Mi opinión es que en las actuales circunstancias no es posible, al menos no en la medida mínima necesaria para evitar problemas mayores y me alegraré si los hechos contradicen mi diagnóstico.
La situación a la que nos ha llevado esta situación es la de cómo verte obligado a hacer todo aquello que considerabas negativo en el peor momento posible de la manera más detestable. Otro modelo era posible, a éstas alturas sólo es factible intentar salvar los muebles o al menos algún recuerdo de cierto valor. Sólo quedaré limitadamente contento cuando todos los farsantes sean reconocidos públicamente como tales. Queda el derecho al pataleo.
Nota a la reflexión anterior:
Dudo mucho de que Alemania quiera renunciar a su modelo, el vértigo de su tradición y política industrial de los últimos 60 años lo avalan. De ahí mi reflexión anterior aun compartiendo el planteamiento de Javier Andrés.
Reeequilibrio interno dentro de la Unión Europea y superávit exportador en conjunto para evitar el modelo estadounidense son objetivos muy complicados en el contexto actual, guerras de monedas y otros factores considerados.
José Jarauta
Algunos de los aspectos que se recogen en los links que proporcionas –por cierto, gracias, algunos son muy ilustrativos- son fallos regulatorios. El problema con la regulación es que es fácil evitar los fallos del pasado y no tan fácil hacerlo con los del futuro. Además, instrumentos que en un momento pueden ser útiles para la movilización del ahorro -como los productos estructurados que se conocen desde hace muchos años- en combinación con otros elementos que parecen inocuos se acaban convirtiendo en un algo explosivo.
Yo también creo que es difícil desendeudarse y crecer al mismo tiempo, pero salvo que tengamos quitas masivas de deuda ese va a ser el camino. Y desde luego de lo que si estoy convencido es que no podemos confiar en salir de esta endeudándonos con China o Rusia o los países árabes. Las discrepancias permanentes entre ahorro e inversión en un país son insostenibles. Creímos que en un mundo financieramente integrado, y sobre todo en Europa, eso no iba a ser un problema, pero la verdad es que lo es y muy gordo. No estoy abogando sólo por políticas de oferta. En algún momento la UE tendrá que lanzar un plan de crecimiento que suponga gasto en infraestructuras, físicas, tecnológicas, educativas, de bienestar, etc. Pero nosotros no estamos en condiciones de liderar eso. Lo mejor que podemos hacer es poner a nuestra economía en forma para que cuando llegue la recuperación se note lo más rápidamente posible en el empleo.
Gracias por la respuesta.
Los fallos regulatorios en España parecen ser muy comunes al menos desde tiempos de la Mesta, creo que van en el"pack" de la idiosincrasia local. El proteccionismo de según qué sector al servicio de determinados intereses es común en la historia y en todos los países. Dá lo mismo que uno mire a Alemania, Japón, China, USA o el Imperio Británico en sus buenos tiempos.
La recuperación de la competitividad y la creación de empleo en sectores de alto valor añadido pueden llevar al menos diez años, y sin factores externos que ayuden y con crédito en contracción ya veremos cómo se logra.
En ausencia de ayuda exterior la única salida será la venta de activos unida al empobrecimiento, que creo es la consecuencia lógica cuando se depende del crédito externo para seguir tirando.
Llevo oyendo hablar de los desequilibrios en la economía española un buen montón de años. Las cifras básicas de déficit comercial, endeudamiento progresivo de empresas y familias, excesivo peso del ladrillo, desmantelamiento industrial e inversión ridícula en i+D partiendo de una posición retrasada no eran un secreto para nadie con dos dedos de frente, y menos para cualquier servicio de estudios digno de tal nombre. Las razones sociológicas, políticas e incluso económicas tampoco creo que sean un misterio insondable. Personalmente me parecen bastante obvias. Que muchos se hagan ahora los tontos o nos tomen por tales me parece una burla intolerable.
Las medidas del nuevo gobierno no ayudan para nada a lo que propone el post, aumentar retenciones a rentas del trabajo, quitar incentivos al alquiler (flexivilidad) y dar incentivos a la compra de vivienda . Subir el IVA de forma inteligente y bajar cotizaciones sociales era lo que se esperaba ya que es una acción que incide en la competitividad.
Por ejemplo, poner un iva especial a los productos de consumo electrónicos, por supuesto a los fabricados aquí también sino sería un arancel. Que pagen impuestos las importaciones no los trabajadores.
Maois
Estoy totalmente de acuerdo con lo que apuntas sobre la desgravación fiscal a la vivienda. Entre sus múltiples contraindicaciones tiene esta de reducir la movilidad laboral y empresarial.
En cuanto a la devaluación interior, ya sabes que tiene sus pros y sus contras. Aunque habría que analizar con detalle su aplicación, en mi opinión supone un cambio impositivo muy importante para lograr unos efectos puramente transitorios. Y a diferencia de otro tipo de devaluaciones esta no la puedes repetir una y otra vez. Creo que tenemos que recuperar la competitividad por vías más directas: salarios, productividad y márgenes.
Javier Andrés
Mi preocupación está en el corto medio plazo, haber si por mucho mirar a largo plazo resulta que llegamos muertos. Todos estamos de acuerdo en que es preciso un ajuste fiscal, pero este tiene que hacerse a medio plazo. también esstaremos de acurdo en la necesidad de reformas estructurales, si bien estas no nos sacaran de la actual crisis, sino que nos permitirá estar preparados para cuando surja la recuperación.
Con las medidas anteriores, sobre todo con ajustes a corto, es que vamos camino de la recesión y a un circulo vicioso. Por lo tanto, entre tanto alguien tiene que darnos apoyo (hemos perdido tipo de cambio y tipo de interés) y por eso creo que o Alemania lleva a cabo medidas expansivas o hay que implantar una unión de transferencias. Sino creo que nos vamos a morir en el camino
Tu propuesta me parece correcta, pero mirando a largo plazo. pero el problema es como salismos de esta a corto plazo.
Pedro
Pero es que no son opciones incompatibles. Yo también creo que España debe reclamar una ayuda más decidida de los países del norte una vez que haya mostrado que aquí las reformas van en serio, bien sea directamente del FMI, de la EFSF o mediante una política fiscal y monetaria más expansiva. Pero es que, sea cual sea la estrategia conjunta europea, España tiene que empezar a reducir su deuda exterior neta lo más rápidamente posible porque llevamos meses al borde de algo parecido a los sudden stops de los 80. Hay empresas e instituciones que no tendrán excesivos problemas para seguir endeudándose en el exterior, pero para otros sectores va a ser muy difícil. Así o recuperamos competitividad o el ajuste vendrá –como hasta ahora- a través de la recesión.
Para Javier Andrés.
Un punto no menor, efectivamente.
Pero creo que si analizamos a lo largo del tiempo el rastro de la acción estatal, es decir, su obra legislativa, reglamentaria y programática (los titulares dirigidos a quienes luego necesitarán contratar con el estado) la abrumadora evidencia no es, en absoluto, la de una acción espontánea de "los mercados". Todo lo contrario. Los mercados son un instrumento más (de hecho toda la acción de los bancos centrales por cuenta de sus gobiernos en los últimos ochenta años lo atestigua) a utilizar en la gestión política y económica.
Hay muchísimos ejemplos de un rediseño gradual del sistema financiero a partir de Breton Woods que incluye el desarrollo de mercados financieros cautivos que nunca se habrían producido sin una legislación con un timing perfecto y coordinado. Por ejemplo el nacimiento y expansión de los Fondos de Inversión y Pensiones Privados hacia los que son fiscalmente empujados los ciudadanos privados (con tratamiento fiscalmente penalizador si no lo hicieren) y que crea un mercado de deuda pública cautiva.
Sinceramente, no creo que un análisis frío de lo que ha sido legislado, tolerado, dictado, incentivado y fomentado en los últimos cuarenta años permita hablar de movimientos espontáneos. Ni aquí ni en USA, porque el rastro legislativo y promocional es tan homogéneo que cada pasito parece dictado por, esta sí, la mano invisible.
Un saludo y enhorabuena
En otros casos hay una buena relación de Tiempo y dinero ?....¿coordinación? plan de salida ajustado a capacidad del pais ? Creo que ahora uno de los fallos es un desapalancamiento muy rápido..."La crisis económica ha detenido por completo la dinámica de acumulación de desequilibrios en la financiación de la economía española, dando lugar a un importante ajuste en el crecimiento de los activos y pasivos financieros, en el ahorro y en la inversión. El problema es que este ajuste se está haciendo a corto plazo de una manera traumática por sus consecuencias sobre la inversión y el empleo, en lugar de producirse de manera ordenada y virtuosa"
.http://serviciodeestudios.bbva.com/KETD/fbin/mult/111122_Observatorio_NecesidadesdeFinanciacion_tcm346-280591.pdf?ts=24112011
Acabo de leer The Cambridge Economic History of Modern Europe, de O'Rourke entre otros, y se expone muy claramente que ya en el siglo XVIII existían profundas diferencias de productividad entre el norte y el sur de Europa. ¿De verdad alguien piensa que esto lo va a cambiar unos cuantos años de austeridad impuesta?
Comparto el análisis del post, y además añado que no entiendo dónde quiere ir Merkel. A no ser, claro está, que esté fomentando la movilidad regional.
javier Andrés
Totalmente de acuerdo que austeridad y reformas no son incompatibles. Pero si queremos pagar tendremos que crecer. Dado que estamos bajo una recesión de balances, poco cabe esperar de la demanda interna (además está tienen que limitarse al crecimiento de nuestras exportaciones, sino queremos endeudarnos más). Solo existen dos formas para crecer: más estimulos fiscales ( absorber los ahorros que están sin utilizar, por ejemplo aplicando la propuesta hecha recientemente por Richard Koo) o reduciendo nuestro défcit por cuenta corriente. Lo primero parece que la sabiduría dominante y que nuestros políticos no saben decir no, no se admite (el BEI está para algo). Lo segundo, hacerlo por nuestros propios medios, por mucha reformas que hagamos, requerirá mucho mucho tiempo (los salarios siempre serán rígidos a la baja y no disponemos de instrumentos para reducir el salario real), salvo que haya una solución cooperativa a los problemas de desequilibrio intra europeo. Si ello no es así, dado el sufrimiento por el que atravesaremos, a lo mejor hay que empezar a plantearse nuestra salida del euro (si si ya se que dicen que eso es una barbaridad, pero Robert Barro. WSJ. lo acaba de plantear)
El problema de Europa no es falta de ahorro, sino como se distribuye ese ahorro y la falta de confianza que existe entre quien tiene los ahorros y quien no (Alemania-España) . Como se haga es importante (aunque no veo por qué si Alemania reduce su superávit y España su défcit puede planterase problemas de financiación a nivel de la eurozona), pero más aún es que se llegue a un acuerdo de que la solución pasa poir un ajuste simétrico
Adjunto un artículo de Michael Pettis que creo que es interesante para la cuestión
http://mpettis.com/If no trade reversal now, then when?
pedro
Creo que un ajuste por ambos lados es deseable, pero no simétrico en el sentido de aplicarse por los mismos medios. Una expansión del gasto en Alemania sin corregir nuestros problemas de competitividad podría desviarse fuera de la Eurozona, sin resolver los problemas del sur y empeorando la posición exterior conjunta. Por ello es importante que la corrección de nuestros problemas de competitividad venga primero y que, en todo caso, la expansión de la demanda externa o la reducción de las exportaciones venga de medidas de carácter más estructural en Alemania que reduzcan la tendencia al ahorro excesivo, o a la producción de bienes exportables como consecuencia de unos precios relativos de los no exportables muy reducidos. Medidas que también deben ser estructurales y no meramente de expansión temporal de su demanda interna mediante estímulos fiscales. Esto último nos vendría bien temporalmente -aunque con el dato reciente de crecimiento de Alemania lo veo difícil- pero no resolvería permanentemente las divergencias en este terreno.
Gracias por el link.
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