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Los efectos de la Inquisición a largo plazo

Por Jordi Vidal-Robert

Una de las instituciones históricas españolas con una reputación más cruel y sangrienta es, sin duda, la Inquisición. Creada en 1478 mediante una bula papal de Sixto IV en la que cedió todo su control a la corona española, su actividad perduró oficialmente hasta 1834, año de su última abolición. Se estima que la Inquisición llevó a cabo unos 100.000 juicios contra criptojudíos (judaizantes), criptomusulmanes (moriscos), luteranos y otras formas de herejía tales como la superstición, la bigamia, blasfemia y palabras contra la iglesia, entre otros. Mucho se ha escrito sobre las motivaciones detrás de la actividad de la Inquisición y exagerado sobre el número absoluto y relativo de ejecuciones que llevó a cabo. Se ha creado así una leyenda negra entorno a esta institución que, aunque basada en hechos reales, dista bastante de la realidad y no refleja la objetividad necesaria para analizar los verdaderos motivos tras su actividad y el posible efecto que tuvo en la sociedad y desarrollo económico españoles posteriores.

Un hecho innegable es que la actividad de la Inquisición fue más intensa y persistente que otras instituciones europeas similares con capacidad para perseguir, juzgar y ejecutar herejías u otras actividades. La figura 1, sacada de Vidal-Robert (2014), muestra el número de juicios por cada 1000 habitantes en diferentes distritos de la inquisición (derecha), y la cantidad de episodios de persecución de brujas y las inquisiciones en Ginebra y Venecia (izquierda). Tanto si tenemos en cuenta el número total, anual o juicios per cápita, la Inquisición española llevó a cabo más juicios y durante un periodo más largo que las demás instituciones similares. Sin embargo, cabe destacar que las ejecuciones no eran tan frecuentes como se cree. Por ejemplo, Parker (1982) muestra que la Inquisición española ejecutaba en torno al 3% frente al 7% u 8% en algunos casos europeos como la Chambre Ardent de Paris.

Figure1

Otra creencia popular a desmentir es que el único objetivo de la Inquisición era perseguir a judíos o musulmanes. De hecho si sumamos los juicios contra criptojudíos, criptomusulmanes y luteranos, vemos como sólo suman poco menos del 50% de todos los juicios. El resto son juicios contra católicos por “herejías” tales como superstición, blasfemia, bigamia o malas palabras. Varios historiadores señalan que los intereses de la corona, tanto comerciales como políticos, eran los que realmente dictaban una gran parte de los objetivos de la Inquisición. Por ejemplo, Haliczer (1990) describe como el rey usó la Inquisición para prohibir manifestaciones a favor de la beatificación del Padre Francisco Simón en Valencia porque las aglomeraciones de población se perciben como una amenaza a la autoridad de la Corona. En Vidal-Robert (2013) muestro cómo con fines políticos, los reyes utilizaban la Inquisición para reprimir la población y evitar así posibles ataques a la autoridad real.

Table1

La Inquisición fue, pues, una de las instituciones con carácter represivo más activa en Europa en su época. Así, resulta lógico preguntarse si su persecución tuvo algún impacto en el desarrollo económico español y, si este fuera el caso, mediante qué mecanismos pudo haber influido.

Para responder estas preguntas he recopilado información sobre los juicios de la inquisición a nivel regional, provincial y municipal. Mi análisis se centra en estimar primero el impacto de la Inquisición en el desarrollo económico en el corto y largo plazo. En este artículo comentaré el análisis de los 947 municipios catalanes. En los mapas de la Figura 2 y 3, podemos ver la evolución de los juicios y la densidad de población municipal a lo largo del periodo 1478-1857.

Figure2

Figure3

Como no existen series temporales del PIB municipal desde el inicio de la Inquisición, utilizo el crecimiento de la población como proxy del desarrollo económico (ver Galor y Weil , 2000). Para estimar el impacto de la Inquisición, comparo el crecimiento poblacional entre municipios que sufrieron al menos un juicio y los que no sufrieron ningún juicio inquisitorial. Comparo la diferencia de crecimiento antes y después de un juicio entre ambos grupos. El resultado principal muestra que los municipios que sufrieron al menos un juicio crecieron un 0.11% anualmente menos entre 1478 y 1850 que los que no sufrieron actividad inquisitorial (el crecimiento anual medio entre 1378 y 1991 es de 0.3%).

El mayor reto de este análisis es aislar el efecto directo de la inquisición sobre el crecimiento de otros posibles factores que afecten de forma distinta al crecimiento poblacional de municipios que sufren o no la inquisición. Por ejemplo, el lector audaz puede argumentar que la religiosidad previa a la inquisición de los municipios pudo afectar su desarrollo económico a la vez que favorecer que la Inquisición se estableciese allí.

Otro factor a tener en cuenta que podría sesgar este resultado es la posible migración poblacional entre municipios debida a la huida de la Inquisición . Otros elementos que podrían influir a la vez los juicios y el crecimiento económico son la distancia de municipios a rutas comerciales, Europa y a ríos que facilitasen el transporte de bienes o la ubicación de industrias. ¿Por qué? La proximidad a rutas comerciales podría tener un efecto en el desarrollo económico pero a la vez atraería a la Inquisición a estos municipios porqué son más accesibles y tendrían más población a juzgar. La Tabla 2 muestra los resultados cuando todos estos argumentos anteriores se han tenido en cuenta. Vemos que el efecto inicial sigue siendo robusto a pesar de las explicaciones alternativas y que de hecho, la magnitud ahora pasa a ser de 0.13%.

Table2

Cabe destacar que este efecto no es constante a lo largo de todo el periodo. De hecho, para apoyar mi argumentación, sería lógico encontrar que el efecto es mayor cuanto más reciente es la actividad de la inquisición y que el efecto se desvanece a medida que pasa el tiempo. Mi análisis también muestra un impacto negativo inicial cuando sucede un juicio que va disminuyendo paulatinamente hasta desaparecer unos 200 años más tarde. Este resultado nos permite entender mejor como evoluciona el efecto de una institución histórica a lo largo del tiempo a diferencia de estudios anteriores que debido a la escasez de datos sólo pueden ver la relación entre una institución o hecho histórico y variables económicas modernas (ver ejemplos como Nunn, 2008, Acemoglu et al. , 2001, 2002 o Dell , 2010). El papel de la historia económica en estos casos es importante pues puede complementar y aportar un análisis más detallado del periodo que hay entre una institución en particular y la actualidad (ver Frankema y van Waijenburg ,2012 o Chaney ,2008 y Chaney y Hornbeck, 2013). En el caso de la Inquisición española en particular, si no se tuviera en cuenta todo el periodo desde 1478 hasta la actualidad, se observaría que no hay relación entre los municipios que sufrieron al menos un juicio y su crecimiento económico actual. Esto nos impediría capturar el efecto negativo que existió hasta la mitad del siglo XIX y estudiar los mecanismos a través de los cuales la Inquisición afectó negativamente el crecimiento económico.

Parte de mi investigación también trata precisamente de analizar tales mecanismos. Por un lado, la actividad inquisitorial pudo afectar el nivel de confianza no sólo en las instituciones si no entre la misma población ya que los juicios se originaban mediante una acusación anónima. Este canal ha sido estudiado antes por Nunn y Wantchekon (2013) para el caso de comercio de esclavos en África. Usando las respuestas de World Values Survey (WVS) y de encuestas realizadas por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) sobre confianza entre personas y con las instituciones, no encuentro que las personas que viven actualmente en provincias o regiones donde la Inquisición estuvo más presente tengan unos valores inferiores de confianza.

Por otro lado, la Inquisición pudo haber evitado una posible transmisión intergeneracional de conocimiento y nuevas ideas, pues éstas eran objeto de persecución, y este hecho haber mermado el desarrollo de nuevas ideas e inventos y contribuido al estancamiento de la economía. Para analizar esta opción uso también las respuestas del WVS y del CIS. En este caso encuentro que las personas que viven en provincias o regiones donde la Inquisición estuvo más presente tienden a pensar que los avances tecnológicos pueden dañar el desarrollo económico. Este resultado, sin embargo, abre otros interrogantes. Si el efecto de la Inquisición en la economía desapareció a mitad del siglo XIX, por qué encontramos una relación entre los juicios de la Inquisición y esta variable de transmisión de ideas? Una posible respuesta es que el efecto de la Inquisición haya persistido más en las actitudes de la población que en el desarrollo económico. Otra posible respuesta es que demasiadas cosas ocurrieron entre el fin de la Inquisición y la realización de las encuestas y que necesitaríamos alguna otra variable del siglo XIX que nos ayudara a entender si la Inquisición tuvo algún efecto sobre la transmisión cultural intergeneracional. Para ello he recopilado información sobre la existencia de Ateneos populares, centros culturales que ayudaron a la diseminación de la cultura, en municipios de la provincia de Barcelona. Los resultados demuestran que existe una relación negativa entre la presencia de la Inquisición y la existencia de un ateneo.

Parece ser pues que los resultados del análisis de los efectos de la Inquisición a largo plazo indican que esta institución represiva tuvo un efecto negativo en el desarrollo económico hasta la primera mitad del siglo XIX y que pudo debilitar la transmisión de ideas que llevaron a la Revolución Industrial en España.