La persistencia del desempleo: Un viejo problema de nuevo a la vuelta de la esquina

El PIB de la economía española está todavía sustancialmente por debajo del nivel que alcanzó en 2007. Algo parecido sucede en otros grandes países europeos como Italia y el Reino Unido, mientras que en Francia, la caída del PIB fue más modesta y ya ha recuperado el nivel anterior a la crisis -Gráfico 1, base 100 en 2007. Pero, como se aprecia en el gráfico, en todos estos casos la tasa de desempleo está muy por encima de los nieles alcanzados antes de la crisis y en algunos de ellos no parece siquiera haberse estabilizado –como discute Luis en este post para el caso de España. Podemos estar ante una versión corregida y aumentada de las recuperaciones sin empleo –jobless recoveries- que han caracterizado a la economía de EEUU desde principios de los noventa.

La rapidez con la que el desempleo generado en las fases recesivas del ciclo remitía una vez iniciada la recuperación ha sido una de las características más relevantes del dinamismo de la economía de EEUU, que se ha achacado tradicionalmente a la flexibilidad de su mercado laboral por comparación con el europeo. Desde el momento en el que el PIB recuperaba el valor previo a la recesión la tasa de paro tardaba alrededor de tres trimestres en hacer lo propio –Gráfico 2, panel izquierdo. Sin que hayan tenido lugar cambios económicos o normativos que justifiquen una mayor rigidez del mercado laboral, este retardo ha aumentado significativamente en las últimas décadas, Fue más del doble en las recesiones de 1990 y 2001 y tiene visos de ser todavía más dilatado tras la recesión actual –Gráfico 2, panel derecho- ya que la tasa de paro es casi tres puntos porcentuales superior a la de 2007 cuatro trimestres después de que el output haya recuperado el nivel de aquel año.

Hay quienes han dado a esta evidencia una interpretación catastrofista como la incapacidad de las economías de mercado para ofrecer opuestos de trabajo al ritmo con que lo hizo en el pasado. Por otra parte el fenómeno de la persistencia del desempleo –histéresis- ha sido ya profusamente estudiado en el contexto de modelos de rigidez extrema de precios y salarios. Pero hay otras posibles explicaciones de este cambio en la dinámica de los flujos del mercado laboral. Algunos autores aducen que las recientes recesiones han sido provocadas por shocks particularmente persistentes, lo que se transmite a una respuesta más lenta de la creación de nuevos puestos de trabajo. Para otros esta lentitud se explica por la aceleración de cambios tecnológicos que impone una fuerte reasignación sectorial y por ocupaciones tras las recesiones o por el efecto que el desempleo elevado tiene sobre la oferta de esfuerzo de los trabajadores que les lleva a aumentar su eficiencia haciendo menos necesarias nuevas contrataciones –Riggi.

La renovada preocupación por este fenómeno ha dado lugar a muchos estudios, de los que cabe destacar tres que aportan explicaciones –no excluyentes- de las “recuperaciones sin empleo” con implicaciones de política económica que son particularmente relevantes para los países en los que el desempleo tiende a ser más persistente como España.

Los años de la Gran Moderación han dado lugar a cambios profundos en la dinámica de muchas variables macroeconómicas, en particular en el flujo de creación de puestos de trabajo que se ha hecho más persistente pero que reacciona con más lentitud tras las recesiones -Faberman. De hecho las recuperaciones sin empleo vienen acompañadas por un aumento considerable de la productividad por empleado –Yellen- pero no necesariamente de la productividad por hora, lo que es compatible con un rápido crecimiento del margen intensivo con lo que el total de horas trabajadas se recupera más rápidamente que el número de puestos de trabajo. En un estudio empírico reciente Panowska encuentra que la rapidez de respuesta de las horas por trabajador es el cambio más significativo desde las recesiones de principios de los noventa en la economía americana, mientras que los datos no apoyan las hipótesis alternativas relativas al cambio tecnológico o a la persistencia de los shocks. Las razones de este cambio son todavía poco conocidas pero sin duda tienen que ver con el desarrollo de nuevos métodos de organización del trabajo, con cambios en la propia oferta de trabajo y con la incertidumbre que hace que las empresas no quieran incurrir en el coste de abrir nuevas vacantes y buscar trabajadores con las cualificaciones adecuadas.

Calvo, Coricelli y Ottonello  proponen una explicación a la regularidad empírica mostrada por Reinhart y Rogoff, en el sentido de que la crisis financieras vienen asociadas a un desempleo más persistente de lo habitual y con una tasa de paro entre tres y cuatro puntos porcentuales superior a la observada tras las recesiones normales. El endurecimiento de las condiciones de crédito se refleja en la actividad productiva en la sobrevaloración de aquellos bienes que pueden aportarse como colateral o garantía de los préstamos. Entre los factores productivos el capital tiene una ventaja inequívoca en este margen, lo que aumenta su rendimiento marginal en relación al del factor trabajo. Eso incentiva a las empresas a la elección de tecnologías menos intensivas en mano de obra, incluso aunque el coste del factor trabajo se haya moderado durante la recesión. Sólo en aquellos casos en que la salida de la recesión viene acompañada de una elevada inflación, con la consiguiente reducción del salario real –wageless recovery- el crecimiento del empleo es suficientemente intenso; pero esta opción sólo ha sido efectiva en economías emergentes capaces de devaluar significativamente su moneda.

Por último Galí, Smets y Wouters disputan la idea misma de las recuperaciones sin empleo y no encuentran ningún cambio estructural significativo en la ley de Okun. La razón principal por la que se ha creado menos empleo del normal después las últimas recesiones en EEUU no es otra que la debilidad del crecimiento del output tras cada una de ellas. Los autores encuentran además que la causa de esta atípica respuesta del PIB es principalmente la ausencia de estímulos de demanda que la economía americana fue incapaz de aplicar en un periodo de tipos de interés ya muy reducidos y con una deuda pública, que sobre todo en 2001 y 2008, había alcanzado niveles preocupantes.

La tasa de paro en la Unión Europea ha llegado al 11,6% -Eurostat- y según las previsiones aún no ha culminado su recorrido al alza. A la vista de la lenta recuperación del empleo tras recesiones anteriores las perspectivas a medio plazo no son nada halagüeñas. Si la evidencia empírica referida a la dinámica del empleo en Estados Unidos sirve de referencia estamos ante la necesidad de un enfoque más agresivo de la política económica. Pero no sólo en cuanto a los estímulos macroeconómicos. El reciente informe del BCE sobre el crédito bancario muestra que la restricción del crédito sigue agravándose. Es necesario mejorar el acceso al crédito, reduciendo la dependencia de la financiación bancaria y con ella de los requisitos de colateral físico –mercados de valores para pymes, etc- en particular entre las nuevas empresas que tienen una mayor facilidad para optar por tecnologías más o menos intensivas en trabajo. También es preciso evitar que una eventual recuperación se apoye exclusivamente en el aumento de las horas por trabajador empleado, para lo que es necesario que las reformas estructurales, en particular la laboral, se orienten a potenciar la productividad por hora trabajada y el abaratamiento de los costes fijos de los flujos de creación de empleo. En definitiva es preciso poner la creación de nuevos puestos de trabajo –y no sólo el crecimiento del PIB y de la productividad agregada- en el centro de los objetivos de política económica.

Hay 11 comentarios
  • Un artículo muy interesante sobre todo por la sistematicidad y las explicaciones creativas como la del rendimiento marginal de capital en relación al trabajo durante crisis financieras.
    Sobre el mercado de pymes no he oído hablar en detalle, podría dar para un post, pero estaría bien que al menos se promoviesen iniciativas del estilo The Funding Circle en España, creo que podrían ser de gran ayuda en estos momentos. Ya que os leen gente con capacidad de decisión (o eso me gusta pensar), podrías hacerle un review a este tipo de iniciativas.
    Al final hablas de centrarnos en crear puestos de trabajo y no en el PIB (y esí es como también piensa el 99% de la gente) pero siempre me he preguntado hasta qué punto es posible disminuir el desempleo sin que hubiese crecimiento del PIB. Es decir, hay maneras de romper la ley de Okun o sería esto buscar el mirlo blanco de la economía?

    • Someone
      Cambiar la ley de Okun es lo que se pretende si queremos que el crecimiento del PIB vaya asociado al crecimiento del empleo. En España la relación entre PIB, empleo y horas por trabajador es perversa. La jornada laboral es muy larga y se está alargando en la crisis. Pero no es una cuestión de repartir el trabajo, la forma efectiva de cambiar el peso del margen intensivo frente a la creación de empleo es aumentando la productividad horaria y abaratando los costes (no salariales) de creación de puestos de trabajo.

  • ¿Y no debería reducirse la jornada laboral, de forma que en lugar de aumentar el número de horas trabajadas por trabajador, aumentase el número de trabajadores y se redujese el paro?

    Lógicamente, los salarios/hora no deberían cambiar (a no ser que cambie la productividad/hora) por lo que los sueldos deberían ajustarse. Dicho esto, probablemente el ajuste no sería demasiado elevado si empezase a haber una mayor escasez relativa de trabajadores...

    En cualquier caso, creo que este artículo toca probablemente el asunto más importante, en el que las sociedades occidentales se juegan su futuro. Es insostenible una sociedad con tasas de paro tan elevadas como las que hay en España que, además, se unen a un marco regulatorio muy "particular", dañando especialmente a los jóvenes que, no lo olvidemos, son los responsables de garantizar el futuro y tienen toda la razón del mundo para estar más que indignados

    ¿Me podrían recomendar algún estudio sobre los efectos que en su momento tuvo la introducción de la jornada de 40 horas?

    Muchas gracias, como siempre

    • Yo coincido en que disminuir la duración de la jornada es una opción a tener muy en cuenta. Desde mi punto de vista, hay un factor del que no se habla mucho cuanto se valora este planteamiento. Y es que el tiempo libre que se consigue al reducir la jornada no va a dedicarse exclusivamente al ocio. Al contrario, una de las causas por las que la formación continua no está tan extendida como debiera es la falta de tiempo.

      Ya sé que si alguien está realmente interesado en formarse encuentra el tiempo. Pero una cosa es tener que buscar huecos donde se pueda en el horario habitual y otra dedicarle un espacio ex profeso. Sería todo un logro el hecho de que se viese como algo extraño que un trabajador no fuese a clases al salir del trabajo o que dedicase una hora al día a la formación dentro de su empresa.

      Sin duda, esto puede hacerse en las condiciones actuales, pero hay que reconocer que entre desplazamientos, las cosas de la casa, los hijos, etc. el tiempo tampoco sobra y esto supone un desincentivo muy serio.

      Y luego todas las demás ventajas y sus convenientes, claro.

    • vi
      Esa forma de reducir horas y salarios –manteniendo el salario hora- es lo que los contratos a tiempo parcial pretenden y que en España se han utilizado tradicionalmente muy poco. En eso radica, entre otras cosas el éxito de Holanda en su lucha contra el elevado paro que tenía hace dos décadas.
      Sólo un matiz a lo que dices. No se trata de repartir el trabajo por decreto sino de generar los incentivos adecuados para que empresas y trabajadores opten óptimamente por una menor jornada laboral como en otros países. En España trabajamos muchas más horas al año que en los países del norte de Europa, por ejemplo. Eso requiere, como le digo a Someone, entre otras cosas mejorar la productividad horaria y reducir los costes fijos del empleo.

  • Creo que estamos asistiendo a un importante cambio estructural, que, cuando se materialice totalmente, conducirá a un sistema productivo donde el trabajo será un bien cada vez mas redundante; esto es, habrá una minoría muy cualificada de trabajadores con magníficos empleos y sueldos y una gran mayoría sin empleo o con trabajos temporales, inestables y precarios. Además esto será, como casi todo ya, de carácter global, por lo que el recurso de emigrar tampoco será realizable.

    Esto tendrá consecuencias importantes sobre muchísimas variables, desde la demografía- a ver quien se atreve a tener hijos trabajando de repartidor de pizzas los fines de semana-hasta de costumbres sociales. En este contexto, las propuestas de “renta básica” o del “job guarantee” (http://ec.europa.eu/social/main.jsp?langId=en&catId=88&eventsId=641)
    adquieren todo su sentido.

    Tampoco cabe descartar un aumento en el gasto en seguridad interior-posible fuente de empleo no muy calificado, no suficiente para reducir el paro de forma significativa- en la liberalización de ciertas drogas- incluyendo, además del ”soma” al que me he referido en otras entradas, espectáculos y juegos gratuitos- y fuertes dosis de indoctrinación sobre “es la única política realizable”. ¿Os suena?.

    Tranquilos que esto es a largo plazo, pero las tendencias están ahí.

    Saludos.
    P.S.
    Desde luego, la enseñanza de la economía como asignación de recursos ESCASOS desaparecerá de los manuales.

  • Las iniciativas del tipo Funding Circle son positivas sin duda, pero teniendo en cuenta que el sobreendeudamiento es también un problema para las empresas de todos los tamaños, lo que hay que potenciar es el acceso al capital, para que puedan crecer manteniendo un balance equilibrado.

    Lo que hay que desarrollar son los llamados mercados alternativos como el MAB, que va en la buena dirección, pero le cuesta arrancar. Tengo entendido, que hace años se intentó desarrollar estos mercados en varios países de Europa para que las pymes pudieran capitalizarse, pero el intento no dió resultado. En los últimos años se ha recuperado la iniciativa y parece que poco a poco va avanzando. En la bolsa de Londres, creo que hay más de 2000 empresas cotizando en su mercado alternativo.

  • Los que, como yo, no somos economistas, liberados de la necesidad de establecer correlaciones tan estrechas y significativas entre PIB y desempleo, podemos tener otra perspectiva mas simple para intuir por donde podrían ir planteamientos económicos mas eficaces.
    Claro que las empresas aprovechan esta (y todas las) crisis para aumentar la productividad (por hombre y por hora). La cuestión está en como economistas y políticos analizan el problema del desempleo y que soluciones proponen.
    Tanto la productividad casi infinita que proporcionaría un único trabajador que surtiera a todos los habitantes del planeta, como el reparto del trabajo disponible también entre todos, podrían ser factibles y aceptables si dispusiéramos de la tecnología o el acuerdo que tales supuestos requieren. Mas cerca de lo ultimo estamos, evidentemente. De momento no hay acuerdo: los parados no quieren serlo si no pueden subsistir con la obligada solidaridad del conjunto de los que trabajan, con los impuestos, y estos no querrán reducir su salario para dar cabida a los parados. Así que tenemos un gran problema. ¿Que podemos hacer?
    Aunque podrá llegar un día en que se reparta el trabajo y con ello la poca o mucha riqueza que se genere hoy en España, estoy convencido de que no cabe otra solución que producir mas. Hemos de fabricar aquí en España todo lo que se ha perdido deslocalizando tanta producción industrial como recursos externos dedicamos a los malditos ladrillos. Si no lo hacemos lo harán otros europeos. No podemos retrasarnos. Si alguien duda del éxito, lo explico.

    • manolo jiménez
      Sobre tu último punto. La forma de recuperar esa producción deslocalizada pasa inevitablemente por ser más competitivos. Y eso requiere una realineación de salarios y productividad. El desempleo favorece una moderación salarial, lo que mejora nuestra competitividad, pero la reforma laboral debe favorecer este proceso de una forma más ordenada, justa y eficiente ya que la moderación salarial tiene un límite –al que seguramente no hemos llegado todavía. A medio plazo la competitividad debe ser cuestión de mejorar la productividad total de los factores, pero eso lleva tiempo.

  • Por que la reforma laboral no puede arreglar esto??

    se ha quedado corta???

    no iba a reducir el desempleo contribuyendo a la devaluación interna y al ajuste de salarios para evitar despidos???

    por que en este blog no se analizan los efectos de la reforma laboral??
    han aumentado los ERES?? qué tipo de ERES, los Eres temporales se transformarán en extintivos?

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