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La Lotería de Navidad española como política fiscal no convencional: el mayor premio es compartirlo

Por Morteza Ghomi, Isabel Micó-Millán y Evi Pappa

Cualquier turista que camine por las calles los días previos al 22 de diciembre observará asombrado las infinitas colas de españoles que esperan impacientes a las puertas de cualquiera de las Administraciones de Lotería para comprar sus décimos y así participar en el Sorteo Extraordinario de Navidad. Y es que la Lotería de Navidad es especial.

Desde 2005, alrededor de 90,000 números participan en el sorteo, que se reparten de manera aleatoria entre las diferentes Administraciones de Lotería del país. Por cada número, se ponen a la venta alrededor de 1.700 boletos (comúnmente conocidos como ‘décimos’) a un coste de 20 euros. El sorteo reparte tres grandes premios, que otorgan 400.000, 125.000 y 50.000 euros al décimo ganador, respectivamente. Como la mayoría de los décimos de cada número son vendidos por la misma Administración de Lotería, el impacto del Sorteo Extraordinario de Navidad a nivel provincial es más que considerable: las provincias agraciadas con el máximo premio per cápita entre 2005-2019 reciben en promedio un influjo de dinero equivalente al 3,3% de su PIB.

Dos particularidades hacen de este sorteo un evento único en el mundo: su gran tasa de participación (alrededor del 75% de la población adulta, según datos del CIS) y la manera de los españoles de participar en el sorteo, que acostumbran a compartir décimos con sus familiares, amigos y compañeros de trabajo. Esta última característica hace que los grandes premios acaben siendo compartidos entre miles de individuos que viven en una misma provincia.

Ya en este blog se ha analizado los efectos de la Lotería de Navidad en la reelección de candidatos a nivel provincial o en la creación de nuevas empresas. En nuestro reciente estudio usamos la Lotería de Navidad como experimento natural para estimar los efectos macroeconómicos y de confianza del consumidor de un incremento de renta en las provincias ganadoras. Nuestros resultados sugieren que una lotería inspirada en la Lotería de Navidad española podría usarse como instrumento de política fiscal no convencional, ya que permitiría al gobierno aumentar sus ingresos y estimular la economía local al mismo tiempo.

Datos, metodología y resultados

Usando datos mensuales a nivel provincial de empleo, desempleo y del nivel precios entre 2005-2019, mostramos que las provincias afortunadas con alguno de los tres primeros premios experimentan reducciones significativas en la tasa de desempleo, así como incrementos moderados en el índice de precios al consumo, en comparación con las provincias no agraciadas con la lotería. Por cada 1.000 euros de premio per cápita, las provincias ganadoras experimentan una reducción de 0,3 puntos porcentuales en la tasa de desempleo tras un año. El IPC provincial también aumenta significativamente en las provincias ganadoras y se mantiene por encima de la media hasta dos años después del impacto inicial (panel izquierdo). Cuando investigamos si los efectos de la lotería son diferentes dependiendo del momento del ciclo económico en el que se encuentra la economía (panel derecho), observamos que reducción del desempleo en las regiones ganadoras es más significativa y persistente en periodos de recesión económica (línea azul). Sin embargo, no detectamos grandes diferencias en la respuesta del nivel de precios en diferentes periodos del ciclo económico.

Figura 1. Efectos de la Lotería de Navidad en la tasa de desempleo y el IPC provincial

A continuación recopilamos microdatos de la Encuesta de Confianza del Consumidor realizada por el CIS y construimos índices de confianza del consumidor a nivel provincial siguiendo la metodología de la Universidad de Michigan para el periodo 2011-2019. En particular, construimos dos índices: Índice de Percepción Actual (ICC por sus siglas en inglés), que recoge las percepciones actuales de los consumidores españoles sobre la economía española, su economía familiar y el empleo; y el Índice de Expectativas de Futuro (ICE), que agrupa las percepciones futuras de los consumidores sobre estas cuestiones. La Figura 2 muestra que en las provincias afortunadas el efecto de estímulo económico viene acompañado por un incremento generalizado del optimismo

Figura 2. Efectos de la Lotería de Navidad en los índices de confianza del consumidor provinciales

Los resultados relativos al aumento de la confianza del consumidor a nivel provincial son confirmados por un análisis a nivel individual: los hogares que viven en aquellas provincias agraciadas con la lotería tienen mayor probabilidad de ser más optimistas con respecto a sus condiciones económicas y laborales actuales y con vistas al futuro en comparación con aquellos hogares que viven en las provincias no agraciadas. En coherencia con nuestros resultados agregados, mostramos que el efecto positivo de la lotería en la confianza del consumidor es mayor en periodos de recesión económica.

Finalmente, en línea con otros autores (e.g. Kuhn et al. 2011, Attanasio et al. 2020), encontramos que los hogares que residen en las provincias ganadoras tienen una probabilidad un 2% mayor de reportar la compra de algún bien duradero 6 meses después del sorteo. Argumentamos que el refuerzo de la confianza del consumidor en las provincias ganadoras está detrás del incremento consumo de bienes no duraderos: mostramos que aquellos individuos más optimistas son aquellos con mayor probabilidad de aumentar su consumo en bienes no duraderos en las regiones ganadoras (Gillitzer and Prasad 2018). El mecanismo que proponemos en nuestro análisis se propaga a través de la confianza de los hogares: ganar la lotería aumenta el optimismo, y un mayor optimismo estimula la demanda a nivel local. En nuestro estudio descartamos mecanismos alternativos que puedan explicar nuestros resultados.

La Lotería de Navidad como política fiscal no convencional

El sorteo se organizó por primera vez en 1812 con el objetivo de recaudar fondos con los que financiar a las tropas españolas en su lucha contra la invasión de Napoleón. El uso de loterías para financiar gastos públicos no es un hecho aislado en la historia: los gobiernos de las colonias inglesas en Norte América las usaban de manera habitual para financiar construcciones de obras públicas (Millikan 2011). Cabrales and Lugo (2016) argumentan que las loterías son más eficientes que las contribuciones voluntarias para financiar bienes públicos si los fondos recaudados van destinados a financiar proyectos percibidos como causas necesarias. Solo el Sorteo Extraordinario de Navidad representa en media un 0,1 % del PIB español y un 0,3% de los ingresos totales estatales en el periodo 2005-2019.

Uno podría esperar que los efectos de la Lotería de Navidad fueran negativos a nivel agregado. Como la probabilidad de ganar es muy baja (0,007%) pero el gasto medio en lotería per cápita es relativamente elevado (70 euros**), la Lotería de Navidad podría actuar como un impuesto en las provincias no agraciadas. Para formalizar este argumento, estudiamos si el gasto en lotería per cápita afecta de manera negativa el consumo no duradero en las provincias no ganadoras. Los resultados empíricos no apuntan en esta dirección, lo que no resulta sorprendente dado el carácter de ‘evento social’ que tiene esta lotería. Esto último, junto con la alta participación de los españoles en este sorteo, mitiga la preocupación sobre la naturaleza regresiva de las loterías a nivel individual como instrumento fiscal.

En un momento como el actual, la situación económica post-COVID-19 y la transición a una economía sostenible suponen un gran desafío para la estabilidad presupuestaria de muchos países. Más que nunca es necesario contemplar el posible uso de políticas fiscales no convencionales que, junto a las políticas tradicionales, puedan ayudar a enfrentar tal desafío. Nuestros resultados sugieren que una lotería inspirada en el diseño del Sorteo Extraordinario de Navidad (alta participación, premios concentrados geográficamente que afectan a un grupo de población considerable) permitiría recaudar impuestos de manera voluntaria y estimular la economía local al mismo tiempo, por lo que podría ser usada como política fiscal no convencional. Porque el mayor premio siempre es compartido.

 

** El gasto medio por habitante se ha calculado como el promedio del gasto per cápita provincial en la Lotería de Navidad en el periodo 2005-2019. Los datos del gasto provincial en este sorteo nos han sido proporcionados por SELAE. El número de habitantes por provincias ha sido obtenido del INE.