Por Lorenzo Ductor y Bauke Visser
Uno de los principales problemas que preocupa a un gran número de economistas es la desigual distribución de los recursos económicos, la riqueza, y el poder (véanse entradas anteriores de Rodríguez 2022, Ferreira 2018; Domènech y Sánchez-Cuenca 2022) y, como bien dice el refrán “en casa del herrero, cuchillo de palo”. Hace más de dos décadas, Hodgson y Rothman (1999), ante la creciente importancia de las revistas Top 5 en Economía se preguntaron si la organización de la disciplina económica estaba dominada por un pequeño grupo de departamentos. Sus datos, basados en 30 publicaciones de revistas consolidadas en economía en 1995, mostraron que los miembros de los consejos editoriales procedían abrumadoramente de universidades estadounidenses: el 60% de todos los editores había obtenido su doctorado en nueve instituciones estadounidenses, mientras que el 40% trabajaba en 12 instituciones estadounidenses. Con una concentración tan alta de poder en un grupo pequeño de instituciones, su principal preocupación radicaba en la amenaza que esta situación representaba para “el potencial de innovación y cambio”: con un pequeño conjunto de instituciones dominando la profesión, la variedad de ideas y los enfoques necesarios para la innovación y el cambio estarían en riesgo. Esta preocupación también quedó reflejada por los escépticos en la ciencia económica tras la crisis financiera del 2008 (véanse entradas de Fernández-Villaverde aquí y aquí).
Con el tiempo, la situación de dominación que plantearon Hodgson y Rothman (1999) no ha hecho más que agrandarse hasta el punto de que la edición de 2017 de la conferencia de la American Economic Association acogió una mesa redonda que llevaba por título "The Curse of the Top Five". En ella, Angus Deaton, abogó por la imposición de límites al número de años que un mismo académico pueda ejercer de editor en una determinada revista. La razón es que el natural deseo de una revista de mantener a un buen editor en su consejo durante largo tiempo puede resultar en que “un punto de vista particular domine y tenga un gran impacto en la profesión”. Heckman y Moktan (2020), quienes también contribuyeron a la mesa redonda, no se anduvieron con rodeos: la concentración de poder conduce al “clientelismo” y a la “endogamia”. Al igual que Hodgson y Rothman (1999), dichos autores ven en la concentración una amenaza a la investigación innovadora y a la producción y difusión de nuevas ideas: los individuos tienen incentivos para “complacer todos los caprichos de los editores”. Como resultado, realizan investigaciones de seguimiento en lugar de investigación innovadora, ya que la primera “es fácil de juzgar, es más probable que resulte en resultados publicables y, por lo tanto, es más probable que se publique”.
En un artículo recientemente publicado en el Journal of Economic Surveys, los firmantes de esta entrada hemos dado un primer paso para comprender el grado de concentración de poder editorial y dominio en la disciplina de Economía y su evolución a lo largo de los últimos años. Para ello, nos basamos en un conjunto de datos que recogen información sobre los miembros del consejo editorial de 107 revistas de Economía durante el período 1990–2011. Durante este período, más de 6100 individuos formaron parte de los consejos editoriales de estas revistas. Gracias a la información que obtuvimos a partir de informes editoriales y de los propios editores, pudimos categorizar los cargos editoriales de mayor a menor poder de decisión como editor, coeditor, editor asociado y editor asesor. También categorizamos las revistas en términos de su impacto y campo de investigación (interés general o de campo) y distinguimos las revistas que pertenecen a asociaciones de aquellas que son publicadas por un departamento.
En base a estos datos, nuestra primera contribución es documentar varios hechos estilizados acerca del grado de concentración de poder editorial en Economía.
Número de cargos editoriales simultáneos
Es probable que la influencia que tienen los miembros individuales del consejo editorial aumente con el número de cargos editoriales que posee una persona de manera simultánea. En las 106 revistas que consideramos, más del 75% de los miembros del cuerpo editorial ocupan tan solo un cargo y apenas el 6% tiene al menos tres cargos editoriales, siendo el número medio de cargos simultáneos 1,3. Por otro lado, si nos ceñimos a cargos editoriales de revistas Top 5, la situación cambia notablemente: alrededor del 62% ocupa múltiples puestos (no necesariamente en revistas en el Top 5) y el 30% ocupa al menos tres puestos. El número medio de puestos para este conjunto restringido de personas es de 2,1. Los puestos múltiples se concentran en los cargos de las revistas Top 5. Los editores asociados del Top 5 son los que tienen más probabilidades de ocupar varios puestos, seguidos por los coeditores y los editores asesores de revistas clasificadas como A (las conocidas como “Top Field”).
Tabla 1. Cargos editoriales simultáneos
Número de años en el cuerpo editorial de una revista
Como segunda dimensión de concentración de poder, es probable que la influencia que tienen los miembros individuales del consejo editorial aumente con el número de años que ocupan un cargo editorial. Comenzamos examinando cuánto tiempo permanecen los miembros del consejo editorial en el mismo cargo editorial en la misma revista.
Tabla 2. Número de años en el mismo cargo y en la misma revista
La primera fila de la Tabla 2 muestra que, tomando todas las revistas, la duración media es de 6,26 años. Más del 25% permanecen durante al menos 8 años en el mismo puesto. La segunda parte de la tabla muestra que las revistas que pertenecen a una asociación tienen una duración media sustancialmente menor que los otros dos tipos de revistas, especialmente las revistas pertenecientes a un departamento, donde la diferencia alcanza los 2 años de media. La siguiente parte de la Tabla 2 agrupa las revistas en función de su ranking, donde se observa una relación negativa entre la duración media y la calidad de la revista. La quinta parte de la Tabla 2 considera la duración editorial de las revistas de interés general y de campo. Las revistas de interés general tienen una duración media más baja que las revistas de campo. La duración difiere notablemente en varios campos. Destaca especialmente la diferencia entre “Economía Laboral y Demográfica” y “Macroeconomía y Economía Monetaria”; la primera, por ser un campo en el que el 25% de los miembros del consejo editorial dejó sus funciones dentro de los primeros 2 años; la segunda, el 25% continúa en el mismo cargo editorial en la misma revista transcurridos 12 años.
Concentración Institucional
Siguiendo la clasificación de Hodgson and Rothman (1999), nos centramos en las instituciones donde los miembros del cuerpo editorial adquirieron el doctorado y donde trabajan. Así, más del 50% de los miembros del consejo editorial de las Top 5 obtuvo su doctorado en seis universidades de EE. UU.: Harvard, MIT, Stanford, Princeton, Berkeley y Chicago. Y casi el 75% de todos los editores de revistas Top 5 obtuvo su doctorado en 13 universidades estadounidenses. Cabe destacar que el número de editores que obtuvieron su doctorado en Harvard, MIT o Stanford es mayor al número total de editores que recibieron sus doctorados en países diferentes de EE. UU. Esta concentración se ha mantenido bastante estable a lo largo del tiempo. En cuanto a las universidades donde trabajan los editores, como mostramos en la Figura 1, la proporción de editores trabajando en Europa está aumentando, mientras que la participación de los Estados Unidos está disminuyendo. Esta tendencia es particularmente prominente para las revistas con clasificación B, como se puede ver en el panel derecho. En esta categoría, el porcentaje de editores trabajando en una institución con sede en los EE. UU. pasó del 65 % en 1990 al 53 % en 2011. Durante este periodo, la participación europea ha aumentado de manera constante. Como resultado, en 2011, Europa alberga casi el 25% de todos los miembros del consejo editorial de las revistas de clasificación B. La presencia relativa de académicos con sede en EE. UU. en los consejos editoriales de las revistas Top 5 y aquellas clasificadas como A ha disminuido, pero en menor medida: del 71 % al 66 % para Top 5 y del 76 % al 72% para las A.
Figura 1. Regiones de las instituciones en que trabajan los miembros del consejo editorial, por rango de revista.
¿Es esta concentración de poder institucional alta? Para responder a esta pregunta calculamos dos índices de Herfindhal: uno, en función de la ratio de las instituciones donde obtuvieron el doctorado y otro, en función de la ratio de las instituciones donde trabajan los editores. Siguiendo la definición utilizada por el Departamento de Justicia y la Comisión Federal de Comercio de los EE. UU. (2010),consideramos que la concentración es alta si al menos uno de los índices es superior a 2,500. Siguiendo esta definición, podemos concluir que 40 de 106 revistas de la muestra superan al menos un índice durante un año entre 1990 y 2011; 19 revistas sobrepasan el índice durante al menos 15 años de los 22 años de nuestra muestra, entre ellas, Journal of Economic Literature, Energy Economics, Kyklos y Journal of Law and Economics.
En resumen
Por lo general, encontramos que muchos consejos editoriales se caracterizan por altos grados de concentración de poder. Esto se manifiesta de varias maneras. Muchos académicos continúan en los consejos editoriales durante muchos años, ya sea en la misma revista en el mismo puesto o en otras revistas. Un grupo selecto de académicos ocupa muchos cargos al mismo tiempo. Los miembros del consejo editorial trabajan y han obtenido su doctorado en un pequeño grupo de instituciones. El predominio de las instituciones que emplean y forman a los miembros del consejo editorial ha sido bastante persistente durante todo el período analizado.
Queda por responder la pregunta clave con la que iniciamos el post y en la que aún estamos trabajando junto a Michael Rose: ¿está esta concentración limitando la capacidad innovadora de la disciplina económica?
Hay 4 comentarios
Echo en falta perspectiva de género en este artículo...
Estamos trabajando en ello y esperamos tener un working paper para diciembre. De momento puedo adelantar que la proporción de mujeres es baja, 11% en 2011 (era del 5% en 1990), y que las mujeres tienen menor probabilidad de formar parte del consejo editorial de una revista, pero esta menor probabilidad se explica por un menor volumen de publicaciones (ajustadas por la calidad de la revista) que los hombres.
Innovar exige una rareza en el investigador joven, pero aún más extraño es la disposición de sus mentores a aceptar ciertos riesgos al considerar su posición y su prestigio dentro del establishment.
Y por supuesto la cuadratura del círculo sería que una de estas publicaciones aceptara el reto de publicar sin colisionar con los intereses y las motivaciones del resto de aspirantes.
Kuhn describe esta situación claramente. El dogma en ciencia está servido cuando se hace ciencia normal y se considera una anomalía los resultados inconvenientes de la ciencia extraordinaria. El cambio en ciencia se explica por el ímpetu de los jóvenes, algo que choca con el modelo tutelar que corta alas y ejerce de barrera ante la creatividad en cualquier época.
También hay que tener en cuenta que evaluar documentos de trabajo más innovadores es más complicado. Me quedo con esta anécdota de Francis Diebold sobre su paper "comparing predictive accuracy" publicado en 1995 en el Journal of Business and Economic Statistics, el articulo tiene a dia de hoy 9755 citas en Google: "The Diebold-Mariano paper was rejected by Econometrica after a long refereeing delay, with a quarter-page report expressing bewilderment as to why anyone would care about the subject it addressed. I remain grateful to the Journal of Business and Economic Statistics for quickly recognizing the paper's contribution and eventually publishing it in 1995. Quite curiously, Econometrica published a Diebold-Mariano extension the following year."
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