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La brecha salarial en España se amplía tras la maternidad (y ahí se queda)

Por Jorge García Hombrados y Libertad González Luna

Hace unos meses recibió bastante atención un trabajo de investigación (aquí) en el que se documentaba que hasta un 80% de la brecha salarial de género actual en Dinamarca podía atribuirse a la reducción en los ingresos laborales que sufrían las mujeres después de tener hijos. El resultado principal quedaba ilustrado en la siguiente figura.

Figura 1. Ingresos laborales anuales en torno al nacimiento del primer hijo, Dinamarca


Fuente: Kleven et al. (forthcoming), AEJ Applied.

En ella se observa cómo los ingresos laborales de los hombres no experimentan cambios significativos después del nacimiento del primer hijo, mientras que los de las mujeres caen un 30% en los dos años posteriores a la maternidad. Además, el gráfico muestra que, diez años más tarde, las mujeres continúan con salarios un 20% por debajo de los que tenían el año anterior al nacimiento del primer hijo.

En un trabajo posterior, los mismos autores replicaron el análisis para Austria, Alemania, EEUU, el Reino Unido y Suecia, obteniendo resultados similares (aquí). Manuel Bagués también nos contó hace poco el caso de Noruega (aquí).

Después de una reciente interacción en twitter (¡gracias Marcel!), nos propusimos replicar este análisis para España. Aunque en este blog ya hemos hablado de la brecha de género en España (por ejemplo aquí), en esta entrada revisamos el papel que juega la llegada de los hijos en dicha brecha. Para realizar este análisis, utilizamos datos de la Muestra Continua de Vidas Laborales (MCVL) del 2015, ya que nos permiten reconstruir el historial laboral de los trabajadores a lo largo de los años (con la limitación de que esta base de datos sólo incluye a individuos que tuvieron algún vínculo con la Seguridad Social durante el año 2015).

Seleccionamos las observaciones de hombres y mujeres nacidos entre 1970 y 1990, que tenían entre 25 y 45 años en 2015, y que tuvieron a su primer hijo antes de 2011, lo que reduce nuestra muestra a, aproximadamente, 81.000 mujeres y 68.000 hombres. Los individuos en dicha muestra tenían de media 40 años en 2015, y tuvieron a su primer hijo alrededor de 2004.

El año anterior al nacimiento del primer hijo, los hombres ganaban de media unos 15.000 euros (en precios de 2015), mientras que los ingresos medios de las mujeres eran de unos 11.000 (un 75% del ingreso de los hombres). Por tanto, la brecha “de partida” en ingresos anuales medios era del 25%.

En la Figura 2 reescalamos los ingresos anuales medios para expresarlos en relación al nivel que tenían el año anterior al nacimiento del primer hijo (-1). Realizamos el análisis por separado para hombres y mujeres. En el gráfico se observa una marcada tendencia positiva en los años previos a la llegada de los hijos, tanto para los hombres como para las mujeres. Esta tendencia continúa para ellos tras la paternidad, mientras que los ingresos de ellas caen los dos primeros años, sin recuperarse al cabo de cinco.

Figura 2. Ingresos laborales anuales en torno al nacimiento del primer hijo, España

Para hacer la figura más comparable a las de otros países, a continuación procedemos a “limpiarla” de los efectos de edad y año, eliminando así la pendiente positiva. El resultado es la Figura 3.

Figura 3. Ingresos laborales anuales en torno al primer hijo (ajustados por edad y año), España

La gráfica muestra de nuevo cómo los ingresos de los padres se mantienen en la misma tendencia tras el primer hijo, mientras que los de las mujeres sufren una fuerte caída los dos primeros años, de la que no se recuperan durante el período estudiado. Al cabo de cinco años, la brecha de género que se abre con respecto al año de partida es del 17%.

Este reciente informe del Banco de España presenta una figura similar a la nuestra (página 4), estimada de manera independiente. Con una muestra algo distinta, encuentran una brecha del 23% al cabo de los 5 años, que es ligeramente superior a la que encontramos nosotros (17%). Más abajo comentamos una posible causa de esta diferencia.

Cabe preguntarse si el ensanchamiento de la brecha de género después de la maternidad se debe a que algunas mujeres dejan de trabajar después de tener hijos, o reducen su jornada de trabajo. Los tres gráficos siguientes muestran la brecha en participación laboral y en tipo de jornada. Definimos participación como ingresos laborales positivos en el año correspondiente. Efectivamente, la participación laboral se reduce de manera persistente entre las mujeres (Figura 4). La brecha de género en participación que podemos atribuir a la maternidad es del 12% al cabo de 5 años.

Figura 4. Participación en el mercado de trabajo en torno al nacimiento del primer hijo, España

El tipo de jornada es también un factor importante para entender la Figura 3. La brecha de género en la probabilidad de estar trabajando a tiempo completo durante todo el año es de aproximadamente el 25% cinco años después de la maternidad (Figura 5), y esto se debe en gran parte a que la jornada a tiempo parcial aumenta entre las mujeres con hijos.

Figura 5. Empleo a tiempo completo en torno al nacimiento del primer hijo, España

Al cabo de 5 años, la brecha de género en la probabilidad de haber tenido algún contrato a tiempo parcial durante el año es del 9%, mientras que la brecha en la fracción que ha trabajado sólo a tiempo parcial durante el año es del 13% (Figura 6).

Figura 6. Empleo a tiempo parcial en torno al nacimiento del primer hijo, España

También existe brecha de género, aunque mucho menor (7%), en la probabilidad de trabajar por cuenta propia al cabo de 5 años (Figura 7).

Figura 7. Trabajo por cuenta propia en torno al nacimiento del primer hijo, España

Por último, para los trabajadores a tiempo completo calculamos la evolución de su salario por hora (Figura 8). Como se puede ver, el nacimiento del primer hijo también va acompañado de una reducción del 9% en el salario por hora de las trabajadoras a tiempo completo, en relación a los hombres.

Figura 8. Salario por hora de trabajadores a tiempo completo en torno al primer hijo, España

Conviene mencionar de nuevo que la MCVL de 2015 sólo incluye a personas que tenían alguna afiliación a la Seguridad Social en ese año. Esto excluye de nuestra muestra a personas (seguramente más mujeres que hombres) que, bien no han trabajado nunca, o bien no han vuelto a trabajar después de tener hijos. Es probable que la exclusión de estas personas haga que la brecha que observamos sea menor a la que obtendríamos si hubiéramos incluido a las mujeres y hombres que no han vuelto a trabajar. De hecho, en la estimación del Banco de España se usa la MCVL de 2005 a 2015, lo que ayuda a corregir este problema, y puede que esta sea la razón por la que estiman una brecha algo mayor.

En una entrada del año pasado, Nacho Conde documentaba que en 2014 la brecha salarial de género en España (por hora trabajada) era de media un 17.5% (un 12.7% después de tener en cuenta diferencias en las características de los trabajos, incluyendo el tipo de jornada). Nuestros resultados sugieren que, seguramente, una parte importante de esta brecha se puede atribuir a la maternidad, pero también resaltan la relevancia de la participación y el tipo de jornada a la hora de explicar la caída en los ingresos laborales de las mujeres tras la llegada de los hijos.