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¿Influye la hora del día sobre el rendimiento cognitivo?

Por Alessio Gaggero y Denni Tommasi

Organizaciones de todo el mundo, tanto públicas como privadas, realizan periódicamente evaluaciones de las capacidades cognitivas, ya sean pruebas de admisión a la universidad (selectividad), entrevistas de trabajo o evaluaciones sobre el rendimiento laboral. Estudios recientes han demostrado que ciertas condiciones externas pueden afectar al rendimiento cognitivo, por ejemplo, la contaminación del aire (Ebenstein et al., 2016), la exposición al polen (Bensnes, 2016), las altas temperaturas en verano (Cho, 2017) y la temperatura (Park, 2020).

En este artículo, nos preguntamos si `la hora del día´ es otro factor externo que puede afectar al rendimiento cognitivo. De acuerdo con la literatura biológica, el ritmo circadiano -proceso biológico que regula los ciclos de sueño y vigilia- tiene un impacto significativo en el estado de alerta y en el enfoque mental con diferentes intensidades a lo largo del día (Cardinali, 2008). Sin embargo, aún no se sabe en qué medida estos efectos se traducen en un mejor o peor desempeño en entornos económicos relevantes.

¿Cuál es nuestra estrategia empírica?

En nuestro artículo, empleamos un contexto especialmente adecuado, proporcionado por el sistema de educación superior en el Reino Unido. Allí, los estudiantes universitarios tienen la restricción de realizar solo un examen por día, en uno de los tres horarios disponibles: 9 a.m. (morning), 1:30 p.m. (early afternoon) y 4:30 p.m. (late afternoon). Con el fin de obtener estimaciones causales, aprovechamos el hecho de que la hora del examen se asigna casi aleatoriamente por la Oficina de Atención al Estudiante, que se encarga de la programación de exámenes.

¿Cuáles son los principales resultados de nuestra investigación?

La Figura 1 muestra gráficamente nuestros resultados principales. Nuestras estimaciones señalan que el desempeño promedio de los estudiantes, asignados casi aleatoriamente a exámenes en distintos momentos del día, sigue una relación en forma de U-inversa. Específicamente, se observa un rendimiento máximo a la 1:30 pm, hora en la que las calificaciones de los alumnos aumentan en 0,068 desviaciones estándar (DE) en comparación con el examen de la mañana (9 am), que se utilizó como grupo de control. Sin embargo, las notas vuelven a disminuir a las 4:30 pm.

Figura 1: Hora del día y Rendimiento Cognitivo

La Tabla 1 evidencia la robustez de nuestros resultados ante una amplia gama de controles de sensibilidad, tales como (i) diferentes restricciones de muestra y especificaciones del supuesto de independencia condicional (CIA); (ii) especificaciones que incluyen efectos fijos del estudiante, lo que permite controlar las posibles diferencias en los atributos invariantes en el tiempo; y (iii) especificaciones que incorporan efectos fijos de día, para mitigar la influencia de la fatiga acumulada durante la sesión de examen.

Tabla 1: Hora del día y Rendimiento Cognitivo

¿Qué hay detrás de estos resultados?

Después de ver la relación causal entre la hora del día y el rendimiento cognitivo, es importante entender bajo qué condiciones los efectos de la hora del día son más fuertes. Para responder a esta pregunta, explotamos la literatura sobre el ritmo circadiano, que sugiere que hay tres factores clave: (1) exposición a la luz solar, (2) tipo de tarea cognitiva y (3) edad.

Exposición a la luz solar. La exposición a la luz solar es uno de los factores más importantes capaces de sincronizar el ritmo circadiano. En particular, Kantermann et al. (2007) mostró que los patrones de sueño siguen la progresión estacional del amanecer. Por lo tanto, los exámenes a las 9am en invierno pueden suponer una desventaja debido a la falta de exposición a la luz solar, mientras que en primavera este efecto debería ser mitigado al amanecer más temprano.

Como se puede apreciar en la Figura 2, el efecto de la hora del día es significativamente más fuerte en la sesión de exámenes de invierno cuando la luz solar de la mañana es limitada. Mientras que, para la sesión de exámenes de primavera, los resultados confirman que los estudiantes tienen un rendimiento mejor temprano en la tarde, aunque el efecto es menor que el observado en la sesión de invierno.

Figura 2: Hora del día y Rendimiento Cognitivo – Invierno vs Primavera

Tipo de tarea cognitiva. En segundo lugar, Goldstein et al. (2007) y Zerbini et al. (2017) encontraron que los efectos de la hora del día varían sistemáticamente según el tipo de tarea que se realiza. Específicamente, ambos artículos muestran efectos significativos de la hora del día para tareas cognitivas que involucran inteligencia fluida (p. ej., memoria de trabajo, pensamiento lógico, resolución de problemas y razonamiento abstracto), pero no para aquellas que involucran inteligencia cristalizada (p. ej., conocimiento y vocabulario). Para contrastar esta hipótesis, dividimos la muestra entre exámenes de asignaturas STEM, que tienden a depender más de la inteligencia fluida, y exámenes que no son STEM, que tienden a depender más de la inteligencia cristalizada. Una vez más, los resultados (Figura 3) confirman esta hipótesis, ya que indican que la hora del día importa casi exclusivamente solamente para los exámenes STEM.

Figura 3: Hora del día y Rendimiento Cognitivo – STEM vs NON-STEM

Edad. Finalmente, la edad es uno de los principales determinantes del ritmo circadiano (Roenneberg et al, 2003). Los niños generalmente tienen un ritmo circadiano de tipo temprano, es decir, se despiertan más temprano y se duermen más temprano. Luego, el ritmo circadiano se va retrasando progresivamente durante los años del desarrollo y alcanzando un máximo de "retraso" alrededor de los 20 años de edad. Después de los 20 años de edad, el ritmo circadiano vuelve progresivamente a ser de tipo temprano. Para contrastar esta hipótesis, comparamos los efectos de la hora del día entre estudiantes menores y mayores de 20 años de edad. La Figura 4 es consistente con los hallazgos de la literatura del ritmo circadiano y muestra que el los efectos estimados de la hora del día son significativamente mayores para los estudiantes de 20 años o menos.

Figura 4: Hora del día y Rendimiento Cognitivo – Edad

 

¿Cuáles son nuestras recomendaciones?

La principal implicación de nuestro estudio es que las organizaciones que quieren medir la capacidad cognitiva en personas jóvenes, podrían obtener resultados sesgados dependiendo de la hora del día de la evaluación. Recomendamos que dichas organizaciones deberían volver a ponderar las calificaciones de los exámenes o reprogramar sus evaluaciones de acuerdo con el patrón del ritmo circadiano. Esto es especialmente importante en escenarios donde hay mucho en juego, como un examen de selectividad o una entrevista de trabajo con resultados que pueden tener efectos duraderos.

En general, para los adultos jóvenes, las evaluaciones cognitivas que involucran habilidades de resolución de problemas deben trasladarse a las primeras horas de la tarde, especialmente en épocas del año en que la exposición a la luz solar es limitada. Por el contrario, otros tipos de evaluaciones cognitivas podrían trasladarse al comienzo o al final de la jornada laboral, ya que se ven menos afectados por los efectos de la hora del día.