Homenaje a Jacques Drèze

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por Omar Licandro (University of Nottingham)

El pasado 25 de septiembre falleció Jacques Drèze a los 93 años. Jacques fue mi profesor en la Universidad Católica de Lovaina, codirigió mi tesis doctoral, y al debo mi pasión por la investigación. En el año 2005, tuve el privilegio y el honor de presentarle en su ceremonia de investidura como Doctor Honoris Causa del Instituto Universitario Europeo, en Florencia. Retomo en este obituario la línea central del laudatio que leyera, hace ya unos años, en su honor.

Jacques fue uno de los economistas académicos más prestigiosos de Europa. Se distinguió no sólo por su enorme aporte científico, sino también por su continuo y desinteresado apoyo tanto al desarrollo de la investigación como al debate sobre política económica en nuestro continente.

Sería difícil comprender el valor de su obra sin tener presente que Jacques Drèze fue un navegante. A finales de los años 80, a sus 60 años, y ha pasado mucha agua desde entonces, Jacques decidió entregarse por unos años a su otra gran pasión, el mar. En esos años recorrió tantas millas en su velero como páginas ha escrito, al tiempo que continuaba con su prolífica carrera como investigador enviando manuscritos a sus coautores desde diversos puertos del mundo.

El joven Jacques Drèze dejó su Verviers natal para realizar estudios de economía en Lieja, y luego cruzó el Atlántico para obtener su doctorado en economía en Columbia. En América, o América del Norte para ser más precisos, su vida dio un giro radical que lo mantuvo atado a tierra durante muchos años. Deslumbrado por las posibilidades que la ciencia económica abría ante sus ojos, se dejó llevar de la mano de sus grandes maestros, entre ellos Franco Modigliani, y comenzó a desandar viejos caminos que para él eran nuevos. En su periplo americano, por su profundo deseo de conocer y explorar, el joven Drèze se convirtió en un caminante, dedicando su vida al estudio de la economía, con la misma devoción con la que formó una familia, todo ello sin descuidar su compromiso con la sociedad y con su época. Su contribución a la ciencia económica ha sido excepcional, abriendo nuevos caminos de investigación en áreas tan variadas como la teoría del equilibrio general, la teoría de la decisión, la teoría de los contratos, la economía de la incertidumbre, la teoría de juegos, la econometría (especialmente la econometría bayesiana), la investigación operativa, la economía pública, la macroeconomía y la política económica, entre otras. Empujado por el capricho de los vientos, navegó los mares tormentosos de la ciencia, siempre guiado por un profundo deseo de comprender la sociedad en la que vivía y así ayudar a resolver los múltiples problemas que la aquejan. Sus numerosas publicaciones atestiguan la calidad de su trabajo, y el mundo académico ha reconocido sus méritos de muchas maneras: el profesor Drèze fué presidente de la Econometric Society, así como editor asociado y coeditor de Econometrica; fue miembro fundador y primer presidente de la European Economic Association (EEA), y presidente de la Internacional Economic Association (IEA); ha recibido muchos honores, entre los que destacan: miembro honorario de la American Economic Association (AEA) y la American Academy of Arts and Science, y ha recibido el Doctor Honoris Cause de al menos 13 universidades, incluida la Universidad de Chicago y el Instituto Universitario Europeo.

Jacques Drèze fué un europeo convencido. Al comienzo de su carrera, se arriesgó a regresar a Bélgica, su país natal, para contribuir con su esfuerzo a modernizar la enseñanza y desarrollar la investigación en economía. En sus primeros años en la Universidad Católica de Lovaina, como Don Quijote en las duras estepas de La Mancha, tuvo que luchar contra lo que visto desde cierta distancia parecen hoy molinos de viento, aunque entonces adquirieran la forma de gigantes. De esta lucha nació el Centre for Operations Research and Econometrics (CORE), uno de los centros de investigación en economía más prestigiosos de Europa, y más tarde, con la colaboración de otras universidades de primer nivel como la London School of Economics, el European Doctoral Programme, el primer doctorado en economía con una dimensión europea. El profesor Drèze también desempeñó un papel decisivo en la creación de la European Economic Association, y participó activamente en los debates sobre los problemas más apremiantes de la economía europea de su tiempo, entre ellos el desempleo, la reforma del sistema de pensiones y la reforma universitaria.

Jacques Drèze ha sido para muchos de mis colegas, y para mí especialmente, un maestro. En sus treinta años como profesor en la Universidad Católica de Lovaina, nos acompañó en la búsqueda de nuestra identidad como investigadores. Nos ayudo a entender que en la ciencia, como en la vida, se hace camino al andar. Sabía, como pocos, transmitir pasión por la investigación y respeto por el trabajo de sus colegas, ofreciéndonos su apoyo en los momentos más difíciles. Sin duda como marinero había experimentado la infinita soledad del mar y el miedo a sus peligros; como caminante, conocía mejor que nadie las dificultades que conlleva la búsqueda del propio camino. No sabría decirle a Antonio Machado, si me preguntara desde el más allá por las peripecias del navegante. No sabría decirle de los innumerables puertos en que Jacques atracó, ni de los incontables mares que ha navegado. Puedo testimoniar, sin embargo, que ‘el caminante’ nos ha acompañando siempre con inagotable energía e infinito entusiasmo. Vaya como homenaje fragmentos de este hermoso poema escrito hace más de un siglo por Antonio Machado en sus “Proverbios y Cantares”:

He andado muchos caminos
He abierto muchas veredas
He navegado en cien mares
Y atracado en cien riberas

Y en todas partes he visto
Gentes que danzan o juegan
Cuando pueden, y laboran
Sus cuatro palmos de tierra
Nunca, si llegan a un sitio
Preguntan a dónde llegan
Cuando caminan, cabalgan
A lomos de mula vieja

Y no conocen la prisa
Ni aun en los días de fiesta
Donde hay vino, beben vino
Donde no hay vino, agua fresca

Son buenas gentes que viven
Laboran, pasan y sueñan
Y en un día como tantos
Descansan bajo la tierra

Hay 5 comentarios
  • Muchas gracias, Omar, por este texto tan sentido como merecido. Jacques y el CORE fueron nuestros faros desde los setenta, cuando aquellos discussion papers de tapas azules que llegaban de Lovaina eran los únicos productos de la investigación europea que cruzaban el Atlántico en la forma y el espíritu que estábamos bebiendo en los EEUU como estudiantes de doctorado. Tuve la fortuna de participar con él en la evaluación de proyectos para diversos programas europeos, y la satisfacción de que aceptara un doctorado honoris causa por la UAB. Comparto contigo, pues, la satisfacción de haber podido hacer su elogio en aquella ocasión.Un gran economista, un propulsor de reformas profundas en el panorama europeo de la investigación, y sobre todo una persona cálida y admirable, a quien has retratado con acierto y cariño. Gracias.

    • Muchas gracias Salvador por tan hermosas palabras. Jacques fue un pionero en la construcción de la actual red europea de investigación en economía, de la que la UAB, en gran medida gracias a tu incansable esfuerzo, ha sido y es un eslabón fundamental. Un fuerte abrazo

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