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Fiestas mayores y voto: ¿pan y circo?

De Marc Guinjoan y Toni Rodon

Imagen de Pixi0815. Pixabay

En un mundo paralelo en el que el coronavirus no hubiera cambiado por completo nuestras vidas, seguro que durante este verano habríamos pasado por alguna fiesta mayor. En España hay, como mínimo, tantas fiestas mayores como municipios. Estas acostumbran a ser eventos muy populares que duran varios días, durante los cuales se organizan decenas de eventos. Aún más importante: suelen formar parte del universo simbólico de cada uno. Y es que, ¿quién no tiene marcado en rojo (“no molestar”) en el calendario la fecha de la fiesta mayor de su pueblo o ciudad?

Pero las fiestas mayores no son solo diversión. Pueden ser, además, un potente instrumento político. Los alcaldes y alcaldesas suelen aprovechar la ocasión para darse a conocer, aparecer con frecuencia en público e incluso conectar con votantes fuera de su círculo habitual. Desgraciadamente, las fiestas mayores también tienen su cara negativa y a veces se utilizan para cooptar asociaciones o distribuir rentas entre los políticamente próximos.

La lógica política de las fiestas mayores es la que nos despertó una curiosidad: ¿El gasto en fiestas mayores beneficia al alcalde? Y, si es así, ¿cuáles son los mecanismos que podrían explicar este beneficio electoral? Estas son preguntas que, en mayor o menor medida, los que participan en actos de una fiesta mayor seguro que se han hecho alguna vez (“este año hay muchos actos, ¡qué bien le irá al alcalde!”) y que hemos intentado analizar en una publicación reciente.

Desde un punto de vista académico, el análisis de las fiestas mayores que hemos llevado a cabo nos ha permitido ir más allá de las políticas públicas tradicionales. Hasta el momento, la mayor parte de estudios en comportamiento electoral se han centrado en lo que podemos denominar como bienes públicos primarios, como son la educación, la salud o las infraestructuras. Pero, a diferencia de la mayoría de políticas públicas que gestionan los Ayuntamientos, las fiestas mayores son uno de los pocos actos en los que los consistorios locales tienen una amplia discrecionalidad para decidir cuánto dinero gastan y qué organizaciones y colectivos reciben fondos para la organización de eventos públicos. Si tenemos en cuenta que las políticas públicas de mayor entidad las diseñan otras administraciones, la fiesta mayor se erige como un potencial instrumento político a disposición del partido de gobierno local. Debemos aquí recordar lo que señalaba Downs (1957): los partidos no ganan elecciones para diseñar políticas, sino que diseñan políticas para ganar elecciones.

El caso español: más fiesta, ¿mejores resultados electorales?

Nuestro análisis se centra en el impacto electoral del gasto en fiestas mayores en España durante el ciclo electoral 2011-2015. Hemos recopilado datos presupuestarios y electorales de más de 2.100 municipios (representan el 64% del total de la población española). El análisis de los datos nos ha permitido conocer datos interesantes. Por ejemplo, durante este periodo los municipios españoles gastaron de media unos 32€ por habitante en fiestas mayores.

Nuestro primer objetivo era averiguar si el gasto en fiestas beneficiaba al partido del alcalde. La principal variable explicativa es la diferencia en el presupuesto por habitante dedicado a fiestas mayores entre el año 2011-2013, y el año 2014, mientras que la variable respuesta es el cambio en el apoyo electoral del partido del alcalde antes de las elecciones de 2015 y el apoyo recibido en las elecciones de mayo de 2015. En otras palabras: ¿tiene mejores resultados electorales si los gastos en fiestas aumentan?

Las estimaciones incluyen controles por el presupuesto per cápita dedicado a fiestas mayores durante el período 2011-13 (que sirve como referencia base del gasto habitual en el municipio en fiestas mayores) así como numerosas variables de control económicas, políticas y sociodemográficas—tales como la población, el porcentaje de extranjeros, el paro o el partido del alcalde.

La línea continua de la Figura 1 muestra los valores esperados de cambio en el apoyo al partido del alcalde en función del cambio en el porcentaje de dinero dedicado a fiestas mayores entre el período 2011-13 y 2014 (eje izquierdo). El histograma (eje derecho) muestra la distribución del cambio en el porcentaje de dinero dedicado a fiestas. El gráfico nos revela que los alcaldes que duplican la cantidad de dinero per cápita dedicado a fiestas durante la legislatura obtienen en las siguientes elecciones un porcentaje de votos dos puntos porcentuales más alto.

Figura 1. Impacto predicho del porcentaje de cambio en el gasto por cápita dedicado a fiestas mayores entre 2011-13 y 2014, en la diferencia en el apoyo al partido del alcalde en 2015

¿A qué se debe este mayor apoyo electoral?

A continuación, exploramos los mecanismos y examinamos por qué el gasto en fiestas genera una recompensa electoral positiva. Testamos tres hipótesis distintas. De acuerdo con la primera de ellas, esperábamos que el gasto en fiestas mayores conlleve un “bonus” electoral elevado cuando se organizan eventos altamente visibles—como por ejemplo corridas de toros.

Para testar dicha hipótesis, empleamos una base de datos de El País sobre eventos taurinos en toda España. Dividimos los municipios en función de si, a lo largo del año, celebran algún tipo de fiesta que incluye toros. Seguidamente, miramos si el efecto del gasto es más beneficioso en aquellos municipios donde se celebran eventos con toros. Los datos, sin embargo, no confirmaron la hipótesis (ver panel superior izquierdo de la Figura 2).

Seguidamente pusimos a prueba un segundo mecanismo explicativo del efecto positivo del gasto en el apoyo al partido del alcalde: el gasto en fiestas tendrá un impacto más grande allí donde sea posible activar la satisfacción del ciudadano.

En primer lugar, esperábamos que el efecto del gasto en fiestas mayores sería mayor sobre el apoyo del partido del alcalde en aquellos municipios donde las finanzas municipales estaban equilibradas. Esto nos permitiría comprobar si el efecto del gasto en fiestas mayores fue más importante en los municipios que llegaron a las elecciones de 2015 con una menor deuda pública acumulada. Los resultados de dicha hipótesis se presentan en el panel superior derecho de la Figura 2. Como podemos comprobar, es precisamente en los municipios donde la deuda pública del 2015 era menor, en los que el efecto del gasto en fiestas tuvo un mayor impacto en el cambio en el apoyo al partido del alcalde. Con valores superiores al 10% de deuda, el efecto del gasto sobre el apoyo al partido del alcalde deja de ser estadísticamente significativo.

En segundo lugar, teníamos la expectativa de que el efecto del cambio en el gasto en fiestas entre 2011-2013 y 2014 sería mayor en aquellos municipios donde las fiestas del año anterior hubieran sido también satisfactorias. Con este propósito, miramos si el efecto del gasto fue mayor en los municipios que tuvieron un gasto elevado en fiestas mayores durante los años 2011 a 2013. Los resultados se pueden observar en el panel inferior de la Figura 2. La evidencia muestra que el apoyo al alcalde parece depender de la cantidad de dinero que el consistorio dedicó a festividades públicas durante los primeros años de su mandato. Por ejemplo, si el municipio gastó una media de 40€ por habitante durante el período 2011-13, duplicar esa cantidad en las elecciones de 2014 suponía una mejora electoral de 4 puntos porcentuales para el partido del alcalde en las siguientes elecciones. Por el contrario, si el presupuesto por habitante entre 2011-13 fue de 80€, gastar 160€ por cápita suponía un incremento de más de 5 puntos porcentuales para el partido del alcalde.

Figura 2. Efecto marginal del porcentaje de cambio en el gasto por cápita dedicado a fiestas mayores entre 2011-13 y 2014, en la diferencia en el apoyo al partido del alcalde en 2015, en función de varias variables moderadoras

Conclusión: fiestas mayores y satisfacción con la labor del alcalde

El gasto público en fiestas mayores afecta el apoyo al partido del alcalde en las siguientes elecciones. En cuanto al por qué de esta relación, el efecto del gasto en fiestas mayores es mayor cuando el municipio tiene una deuda baja y cuando este ha organizado fiestas mayores satisfactorias a lo largo de la legislatura.

En general, el artículo contribuye a la comprensión de la relación entre los eventos sociales y de ocio y el comportamiento político a nivel local. A pesar de que las festividades locales se circunscriben principalmente al mundo hispano-latino y católico, nuestros hallazgos arrojan luz sobre el potencial efecto de otro tipo de eventos sociales (festivales, conciertos, eventos deportivos…) que también se celebran en otras partes del mundo.

De manera más general, el artículo saca a la luz la necesidad de los investigadores sociales de considerar otros dominios más allá de los bienes públicos primarios (educación, salud o infraestructuras) a la hora de intentar comprender qué hay detrás de la (re)elección de nuestros alcaldes y alcaldesas. El panem et circenses de Juvenal parece seguir vigente.