¿Es diferente la calidad del empleo de trabajadores autóctonos e inmigrantes? El papel de las instituciones

Por Carlos García-Serrano y Virginia Hernanz

El grado de competencia en el mercado de trabajo entre nativos y no nativos (inmigrantes) ha sido ampliamente estudiado en la literatura económica (véase aquí, por ejemplo). Aunque muchos estudios empíricos sugieren que el grado de sustitución entre ambos grupos en empleos poco cualificados es pequeño, otros trabajos encuentran evidencia de lo contrario. Esta cuestión tiene consecuencias de largo alcance. Por un lado, el principal argumento a favor de la inmigración es que los trabajadores no nativos aceptan empleos de menor calidad que los nativos no quieren aceptar. Por otro lado, el argumento habitual contra la inmigración es que los no nativos ocupan puestos de trabajo que los nativos estarían dispuestos a aceptar.

Por tanto, una disposición igual para ambos grupos a trabajar en puestos que no difieren en calidad mediría la existencia de competencia entre personas nativas e inmigrantes. En este sentido, analizar las diferencias en la calidad de los empleos que tienen ambos grupos de trabajadores debería proporcionar una imagen más completa de la naturaleza de la integración de los inmigrantes en el mercado laboral que simplemente mirar los salarios o las tasas del empleo o de desempleo. Sorprendentemente, la literatura que compara la calidad del empleo entre trabajadores nativos y no nativos no se ha desarrollado mucho (véase aquí).

Al mismo tiempo, no hay evidencia sistemática de cómo los entornos institucionales afectan las diferencias en los resultados laborales entre personas nativas e inmigrantes (véase aquí). Las instituciones del mercado de trabajo pueden contribuir (positiva o negativamente) a las diferencias de calidad del empleo, aumentándolas o disminuyéndolas con el tiempo y produciendo diferentes impactos entre segmentos de trabajadores. En principio, las sociedades con instituciones más inclusivas y una política social y de bienestar más generosa (que brinden asistencia en las transiciones del mercado laboral) exhibirían mejores resultados en el mercado laboral, como argumenta la literatura sobre "variedades del capitalismo" (véase).

En este contexto, dos tipos de economías avanzadas, las "economías de mercado liberales" (EML) y las "economías de mercado coordinadas" (EMC), se distinguen según las formas predominantes en que las empresas se coordinan entre sí y con otras partes interesadas en diferentes áreas de las relaciones laborales. La hipótesis es que la calidad del empleo será mayor en las EMC (en países como Alemania) que en las EML (en países como el Reino Unido), ya que en aquellas la estrategia de los empleadores es comprometerse con relaciones laborales a largo plazo. La implicación no es solo una mejor seguridad en el empleo, sino también una mejor calidad del empleo en todas las dimensiones en las EMC. Sin embargo, dentro de estas, las economías con mercados laborales menos flexibles (con una negociación colectiva más centralizada que comprime la distribución salarial y regulaciones de protección del empleo más estrictas que reducen los flujos de creación y destrucción de empleo, como podría ser el caso de España frente al de Países Bajos, por ejemplo) podrían favorecer a los "insiders" y afectar negativamente los resultados de los inmigrantes en relación con los nativos. Por tanto, el impacto de las instituciones en la calidad diferencial del empleo entre nativos y no nativos no está tan claro.

En este blog se ha tratado el tema de la inmigración desde diversas perspectivas (por ejemplo, aquí, aquí, aquí y aquí), pero no se había examinado antes la cuestión de la calidad del empleo. En un artículo publicado recientemente, comparamos la calidad del empleo de los trabajadores nativos y no nativos en doce países europeos utilizando datos anuales para el periodo 2005-2017 y relacionamos las diferencias entre ambos grupos con los marcos institucionales existentes.

Datos y estrategia empírica

Las tres cuestiones que se examinan en el artículo son las siguientes: ¿existen diferencias en la calidad del empleo entre nativos e inmigrantes? ¿En qué medida estas brechas se explican por el "efecto composición", es decir, la diferencia en las características de los trabajadores y los puestos de trabajo, en lugar de las diferencias en la calidad media del empleo que pueden influir en los resultados de calidad? ¿Y cuál es el papel de las instituciones en la explicación de estas brechas de calidad del empleo?

Para responderlas, se ha calculado un índice de calidad del empleo (con varias dimensiones) que solo incluye variables que caracterizan los empleos, utilizando los microdatos de la Encuesta de Fuerza de Trabajo de la UE, y además se han utilizado indicadores agregados procedentes de diferentes fuentes para aproximar los marcos institucionales.

Primero, analizamos si la calidad de los empleos ocupados por inmigrantes y nativos difiere. Para ello, calculamos el diferencial bruto en la calidad del empleo y estimamos regresiones OLS por país. Además, dado que la calidad del empleo es una variable continua, utilizamos métodos para descomponer los diversos componentes de las diferencias en la calidad del empleo entre los trabajadores nativos y no nativos entre los países. Esto nos permite examinar el papel del "efecto composición" en la explicación de las diferencias de calidad del empleo dentro de los países. Finalmente, analizamos el impacto de las instituciones en la calidad del empleo, una vez agrupados los datos de los países seleccionados, mediante la estimación de modelos que incluyen variables macro que miden las instituciones y políticas del mercado laboral.

Resultados

Nuestros hallazgos sugieren que la calidad del empleo de algunos grupos de inmigrantes es peor que la de los nativos. En general, los que provienen de América Central y del Sur y de los “nuevos” Estados miembros de la UE muestran la peor calidad de empleo, aunque esto no ocurre en todos los países. Sin embargo, nuestros resultados también apuntan a la importancia del "efecto composición": una vez que agregamos controles relacionados con el puesto de trabajo a la estimación del modelo econométrico, la magnitud del impacto de la inmigración disminuye sustancialmente, volviéndose nula o incluso cambiando de signo para algunos grupos, aunque persiste para otros. Como esto ocurre después de tener en cuenta los atributos del trabajador y, sobre todo, del puesto y del empleador, ello implica que una gran parte de las diferencias observadas entre los trabajadores nativos e inmigrantes se debe a la composición diferencial del empleo entre ambos grupos de trabajadores.

Los resultados obtenidos con las técnicas de descomposición corroboran lo anterior, aunque son evidentes diferencias notables entre los países. Para algunos de ellos (Países Bajos, Dinamarca, Francia, Finlandia y Suecia) la contribución del componente explicado es muy grande. Además, el componente explicado recoge la mayor parte de la diferencia de calidad del empleo entre nativos y no nativos y tiende a ser mayor en países donde la brecha de calidad entre nativos e inmigrantes es menor.

Cuando analizamos el impacto de los factores institucionales en la calidad de los empleos y la brecha entre nativos y no nativos, el hallazgo es que el marco institucional afecta a la brecha de la calidad del empleo y que algunas instituciones favorecen a los “insiders”. En particular, los países con una negociación más coordinada y centralizada, con una presencia y extensión más extendidas de los sindicatos y los convenios colectivos, y con una legislación de protección del empleo más estricta para los empleos regulares, ayudan a los trabajadores nativos a lograr una mejor calidad de empleo en comparación con los trabajadores inmigrantes (este sería el caso de España, pero también de países como Alemania). Este resultado concuerda con los obtenidos por la limitada literatura que estudia la relación entre las instituciones y los resultados del mercado laboral de nativos e inmigrantes.

Por el contrario, una mayor intervención gubernamental en el sistema de salario mínimo y políticas de integración de las personas inmigrantes más inclusivas favorecen la calidad del empleo de los trabajadores inmigrantes. Todos estos resultados apuntan a la noción de que, en general, el marco institucional de las EMC tiende a favorecer la calidad del empleo de los trabajadores nativos sobre la de los trabajadores extranjeros, mientras que este puede no ser el caso de los países que son representativos de otros enfoques institucionales (el “liberal” – el Reino Unido, y el de “flexiseguridad” – Dinamarca).

Conclusiones

Nuestros resultados sugieren que el impacto del marco institucional en las diferencias de calidad del empleo entre personas nativas y no nativas es crucial desde la perspectiva política. Por un lado, el hecho de que gran parte de la brecha en la calidad del empleo pueda explicarse por las diferencias en las características observadas implica que los trabajadores obtienen resultados dispares debido al hecho de que tienen atributos divergentes relevantes para el mercado laboral. En este caso, el papel de la política de integración consistiría en reducir esas brechas, mejorando el conocimiento de las personas inmigrantes de la lengua del país receptor o proporcionando igualdad de acceso al sistema educativo. Por otro lado, el componente inexplicable significa que los trabajadores con atributos idénticos en el mercado laboral están siendo tratados de manera desigual. En este caso, las herramientas para abordar este problema serían las políticas contra la discriminación y la igualdad de trato.