El Legado de los Poblados de Colonización en la España Franquista

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Por Mike Albertus.

Al inicio del siglo XX, la desigualdad en la tenencia de tierras era extrema en muchos países del mundo . La tierra estaba concentrada en manos de un pequeño número de poderosos terratenientes, mientras que la pobreza rural y la falta de tierras eran generalizadas. Los propietarios de tierras utilizaban ese poder para reducir los salarios rurales, frenar las transformaciones macroeconómicas y reprimir la educación y la alfabetización.

La reforma agraria se consideraba clave para desbloquear el dinamismo económico y eliminar obstáculos estructurales para el desarrollo. También se veía como una forma de empoderar política y socialmente a los pobres. Este debate se desarrolló en gran parte del sur de Europa a principios del siglo XX en medio de una considerable pobreza rural y falta de tierras. Todavía hoy se discute en los circulos academicos, como muestra el debate sobre el tema en este mismo blog (ver por ejemplo aqui o aqui) . La Segunda República Española se derrumbó bajo el peso de esta tensión a medida que se extendian las ocupaciones de tierras y encontraban resistencia por parte de los terratenientes y sus aliados políticos. La Guerra Civil resultante diezmó gran parte de la economía y dejó al país tambaleándose.

Cuando el General Franco emergió victorioso del conflicto, buscó sacar la economía de la ruina y evitar una repetición de esta inestabilidad reduciendo la presión sobre la tierra rural y poniendo más tierras en producción. El resultado fue un experimento en ingeniería social masiva: los poblados de colonización. Su objetivo era colonizar tierras áridas, irrigarlas cuando fuera posible y convertirlas en pueblos agrícolas mediante la reubicación de trabajadores agrícolas cercanos.

El reparto autoritario de tierras en España

Las investigaciones realizadas en otros contextos permiten conjeturar que este programa probablemente determinó las oportunidades de varias generaciones y moldeó sus perspectivas sociales y preferencias políticas. En mi estudio del comportamiento político en áreas de asentamientos de tierras durante el regimen fascista en España pude evaluar cómo las experiencias de los colonos influyeron en sus patrones de voto tras la transición a la democracia. El programa construyó cerca de 300 nuevos pueblos y más de 30,000 casas. Levantó presas y canales, excavó acequias, construyó infraestructura como carreteras y electricidad e instaló acuíferos. El gobierno franquista gastó el equivalente de 20 mil millones de euros y contrató a arquitectos y empresas de construcción de renombre para diseñar y construir viviendas, pueblos e infraestructuras. El programa llegó a abarcar casi un millón de hectáreas de tierra, una reforma aproximadamente del mismo tamaño que la reforma agraria en Italia después de la Segunda Guerra Mundial. La imagen que encabeza este post corresponde a uno de estos nuevos pueblos: Valdelacalzada, en la provincia de Badajoz.

El régimen franquista buscaba controlar los asentamientos y los colonos. La política de asentamiento era una herramienta para lograr la estabilidad política y apaciguar el medio rural al tiempo que se aumentaba la producción agrícola. Tres elementos definitorios fueron la deuda de los colonos con el gobierno, los derechos de propiedad incompletos sobre la tierra y la vivienda, y el paternalismo de los burócratas y agentes estatales. El gobierno utilizó estos factores para impulsar la dependencia, aumentar el coste de posibles deslealtaded y facilitar el control sobre la población.

Reacciones de los ciudadanos al control autoritario

Aunque los colonos recibieron tierras, viviendas e insumos, generando un optimismo y entusiasmo iniciales, con el transcurso de las décadas comenzaron a acusar el miedo a perder esos beneficios, la vergüenza vinculada al endeudamiento y el paternalismo estatal, y la ira provocada por la arbitrariedad y arrogancia de los burócratas. Expresaron estos sentimientos políticamente una vez llegó la democracia votando en contra de los partidos políticos más vinculados al pasado autoritario y a favor de sus principales opositores.

Para llegar a esta conclusión, examiné datos sobre zonas de asentamiento de tierras, pueblos recién asentados y el porcentaje de voto de los principales partidos políticos que heredaron el legado franquista y sus oponentes políticos de izquierda. El mapa de España sobre estas lineas muestra que estas zonas (había dos tipos relacionados conocidos como zonas de riego y zonas de finca) y los pueblos de asentamiento estaban repartidas por todo el país. Clave para mi análisis es el hecho de que, si bien había fuertes determinantes geográficos de las zonas seleccionadas por el gobierno para los asentamientos, las áreas dentro de ellas eran como un lienzo en blanco desde la perspectiva de la creación de nuevos asentamientos. En otras palabras, no había diferencias discernibles en factores sociales, económicos o demográficos dentro de estas zonas relativamente pequeñas y homogéneas antes del asentamiento. Para comprobarlo, comparé municipios dentro de las zonas de asentamiento donde se construyeron pueblos con municipios dentro de las zonas de asentamiento donde no se construyeron pueblos. A continuacion, emparejé municipios con nuevos poblados con municipios de características similares dentro de las zonas de asentamiento donde no se construyeron nuevos pueblos en función de su geografía, idoneidad agrícola, demografía y capacidad estatal. Asi obtuve grupos de municipios "de tratamiento" y "de control" similares. Estos grupos tampoco presentaban diferencias sustanciales en términos de factores políticos antes del asentamiento.

A pesar de su similitud inicial, estos dos grupos de municipios divergieron políticamente después del retorno de España a la democracia. El porcentaje de voto de la izquierda en las elecciones de 1977-1982 fue entre 3,6 y el 4,3 puntos porcentuales mayor en los municipios con asentamientos creados por el gobierno franquista que en los municipios de control. Este efecto disminuye con el tiempo, pero persiste hasta principios de la década de 1990. Es especialmente pronunciado en los nuevos pueblos donde los colonos eran mas numerosos en relación a las poblaciones locales. Un análisis adicional, así como relatos cualitativos de colonos y burócratas, sugieren que este efecto se debe a las reacciones de los colonos ante el control social autoritario.

Curiosamente, no parece que la colonizacion de tierras impulsara las economías locales a pesar de la inversión realizada, ni que las economías locales se hundieran bajo el peso del control autoritario. Los municipios con nuevos pueblos creados por el gobierno eran indistinguibles de los municipios de control comparables en sus niveles de desarrollo décadas después. Pero, como quizás era de esperar, los niveles de confianza interpersonal generalizada en los nuevos pueblos son significativamente más bajos.

Lecciones para la democracia

Los vientos electorales que traen de vuelta políticas pasadas pueden contrarrestar algunas de las ventajas de las que suelen disfrutar los sucesores de regimenes autoritarios en términos de su capacidad organizativa, experiencia en el gobierno y estatus material. También pueden obligarles a mostrar un nuevo rostro, reemplazar a la vieja guardia e incorporar nuevos políticos, a menudo más jóvenes y menos vinculados al pasado, y con mayores incentivos a seguir las nuevas reglas democráticas. Esto puede producir un beneficio real para la competitividad y consolidación democráticas.

Hay 2 comentarios
  • El poblado al lado del cual pasaba en coche todos los años cuando era niño me parecía fascinante.

  • Se ha deslizado una pequeña errata: no se instalaron acuíferos (son de origen natural), sino pozos y motores para acceder a ellos.

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