El acoso escolar y sus efectos en el aprendizaje en la Comunidad de Madrid

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Por Gisela Rusteholz, Mauro Mediavilla y Luis Pires

El acoso escolar es una situación desgraciadamente muy común en los centros escolares de todo el mundo. Aunque solo llegan a la prensa los casos más graves, son muchos los alumnos que pasan por una situación de acoso más o menos grave. Un estudio de Save the Children indica que el 52% de los niños y adolescentes españoles en 2018 había sufrido algún tipo de violencia y humillación. Asimismo, las causas del acoso escolar son múltiples, al igual que las consecuencias que pueden permanecer a largo plazo, dificultando las relaciones sociales y el acceso a las oportunidades educativas o laborales de los involucrados.

Los datos para medir el acoso escolar son difíciles de obtener y suelen provenir mayoritariamente de encuestas realizadas a los actores implicados. Hay un ejemplo en una entrada de este blog (aquí) que utiliza una encuesta a alumnos italianos para analizar las diferencias de género en el acoso escolar. También se pueden encontrar trabajos basados en las denuncias a la policía para evaluar la prohibición del móvil en los colegios (aquí). No obstante, las encuestas siguen siendo el principal elemento de análisis, a pesar de los problemas de error que tienen, al tratarse de la información que declaran los propios agentes implicados en el problema, tanto directamente (los alumnos que sufren y los que ejercen el acoso escolar) como los testigos externos de esta situación (otros estudiantes, los profesores y las familias). En un reciente trabajo (aquí) aprovechamos una base de datos muy rica para aportar evidencia sobre el acoso escolar en Madrid.

Los datos

La Comunidad de Madrid realizó entre 2016 y 2019 una evaluación anual a todos sus alumnos de 3º y 6º de Primaria y 4º ESO, en aplicación de la Ley Orgánica de Mejora de la Calidad de la Enseñanza (LOMCE). Madrid, que ya había sido pionera desde 2005 hasta 2015 con otra evaluación externa denominada de Competencias y Destrezas Indispensables (CDI), siguió en esta línea desarrollando desde 2016 unas evaluaciones muy completas. Éstas se inspiraban en las evaluaciones internacionales de la OCDE (PISA) y la IEA (PIRLS, TIMSS), donde junto a la evaluación de resultados académicos en varias competencias, se realizan amplios cuestionarios de contexto a los alumnos, las familias, los profesores y el director del centro.

La Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid, siguiendo las recomendaciones sobre la necesaria transparencia de los datos administrativos (algo que se ha defendido en este blog, aquí), ha dado acceso a los resultados anonimizados de estas evaluaciones, lo cual ha permitido realizar varios estudios de diferentes aspectos relacionados con la educación. Lamentablemente, estas evaluaciones se han dejado de realizar por el COVID-19 en 2020 y por la adaptación a la nueva ley orgánica de educación (LOMLOE).

Esta base de datos tiene tres ventajas. La primera es que permite conectar los resultados académicos de los alumnos con su entorno personal, familiar, social y escolar, además de identificar situaciones de acoso escolar que se preguntan específicamente en los cuestionarios. Concretamente, los estudiantes responden a la pregunta “¿Qué tan seguro te sientes en tu centro escolar?”, mientras que los profesores y directores son consultados sobre la gravedad del problema del acoso escolar en sus centros.

En segundo lugar, mientras que la mayoría de los estudios sobre el acoso escolar basados en encuestas solo utilizan las preguntas a uno de los agentes implicados, en esta base de datos tenemos las respuestas de tres agentes: el alumnado, el profesorado y la dirección del centro. Esto permite comparar su diferente percepción de un mismo fenómeno.

Finalmente, en lugar de una muestra representativa, hemos podido trabajar con una base administrativa de carácter censal. Por tanto, nuestra base de partida (utilizamos la evaluación de 4º de ESO de 2017) cuenta con todos los alumnos de la cohorte analizada. Concretamente, alrededor de 32.000 alumnos pertenecientes a 797 centros hicieron las cuatro pruebas. La combinación de esos resultados con los diferentes cuestionarios de contexto nos permite contar con 9.000 observaciones para nuestros modelos (tal como se indica en las tablas 3, 4 y 5).

Estrategia empírica

El modelo estadístico que utilizamos en nuestro estudio es el enfoque multinivel. Además de ser el más utilizado en la mayoría de los trabajos realizados hasta el momento, es un modelo correcto y robusto para aislar la asociación entre acoso escolar y resultados académicos, porque permite controlar por otras variables a varios niveles.

Antes de desarrollar este modelo, hemos realizado un análisis estadístico descriptivo con tablas cruzadas y pruebas de independencia entre las variables de control elegidas y las variables de tratamiento. Los dos elementos más relevantes para nuestro análisis han sido la titularidad y el tamaño del centro. En la tabla 1 se ofrecen los resultados sobre la titularidad. Independientemente del informante, la prevalencia del acoso escolar es mayor en los centros públicos que en los concertados y los privados. También se observa que la percepción del acoso escolar es mayor si proviene de un agente externo (profesores y directores) que si es auto percibido por los alumnos.

Tabla 1. Acoso Escolar por tipo de centro (% Sí)

El tamaño del centro escolar (tabla 2) también está relacionado con este problema, aunque es más difícil de identificar y depende de quién informa de su presencia. Las tablas 1 y 2 confirman que existen diferencias a la hora de percibir el fenómeno entre los diferentes actores involucrados (estudiantes, docentes, directores) y el efecto que puede generar, resultado en línea con las conclusiones obtenidas en otras investigaciones.

Tabla 2. Acoso Escolar por tamaño del centro (% Sí)

El análisis multinivel, una extensión de los modelos lineales clásicos (MCO) para variables que varían en más de un nivel, estima el rendimiento de los estudiantes (variable dependiente) explicado por el acoso escolar informado por estudiantes, docentes y directores (variable de tratamiento) junto con otras variables de control en tres niveles: variables del estudiante y su familia (sexo, nacionalidad, repetición, absentismo, estudios y trabajo de los padres, posesiones en casa), del profesor y la clase (situación laboral, experiencia, entrenamiento), y del centro escolar (titularidad, tamaño, personal del centro).

Los resultados de este análisis (tabla 3) muestran un descenso del rendimiento académico de los estudiantes que son víctimas o que se educan en entornos con acoso escolar en todas las competencias analizadas. La mayor asociación negativa ocurre cuando el acoso es auto-percibido por los estudiantes, que se reduce si el acoso lo informan directores o profesores.

Tabla 3. Estimación Multinivel para Acoso Escolar y Rendimiento

Nota: ** Significativo al 95%

 

También hemos realizado una estimación de un modelo logístico multinivel con una variable dependiente binaria del acoso escolar. A través de los valores ODDS (tabla 4) se comprueba que un alumno en un entorno con acoso escolar tiene más probabilidades de ver reducido su rendimiento, entre el 20 y el 30%.

Tabla 4. Estimación Multinivel Logística para Acoso Escolar y Rendimiento

Nota: ** Significativo al 95%

Por último, a través de una regresión cuantílica, intentamos determinar si existen divergencias en el efecto del acoso escolar en los estudiantes con distinto rendimiento académico (tabla 5). El efecto marginal del coeficiente de la variable acoso escolar tiene una asociación negativa en los 3 cuartiles de referencia, aunque su comportamiento varía según la competencia evaluada. Así, en Matemáticas el efecto es mayor entre los alumnos con mejor rendimiento, en Lengua Española tiene mayor efecto negativo sobre los valores medios, y en Lengua Inglesa y Competencia Social y Cívico el acoso tiene un efecto similar en los diferentes cuartiles.

Tabla 5. Estimación Cuantílica para Acoso Escolar y Rendimiento

Nota: ** Significativo al 95%

Conclusiones e implicaciones de política económica

Nuestro trabajo ilustra la prevalencia del acoso en el entorno escolar de la Comunidad de Madrid y su mayor intensidad en los centros públicos. También muestra la relación negativa entre el acoso y el rendimiento académico en todas las competencias evaluadas. Además, en algunas competencias existen diferencias según el rendimiento del alumno y esta es una conclusión interesante para profundizar en futuras investigaciones.

Las autoridades académicas han empezado a desarrollar programas para enfrentar el acoso escolar. Consideramos que las conclusiones de este estudio son una guía muy útil para futuras acciones de política educativa, por ejemplo, en la distinta percepción del problema en los tres actores principales de este problema (estudiantes, docentes y directores). También creemos de utilidad indagar en otras cuestiones para poder mejorar la diagnosis del problema, como la formación de los docentes en la detección del acoso escolar, los motivos por los que los casos de acoso informado tienden a divergir dependiendo de quién los informa, explorar si el tipo de acoso (físico, verbal, social, psicológico o virtual) muestra comportamientos divergentes en cuánto a la titularidad o tamaño del centro, la evolución en el tiempo del acoso, la efectividad de las políticas educativas que lo intentan combatir y, por último, la incidencia del COVID-19 sobre el fenómeno del acoso virtual.

Hay 2 comentarios
  • Buenas,
    Entiendo que también habéis mirado si había correlación entre acoso escolar y renta y no ha aparecido nada significativo. ¿Es así?

    • Buenos días Alejandro y gracias por tu comentario. Los modelos que hemos utilizado analizan la influencia del acoso escolar y de otras variables (variables de control) en los resultados académicos. Estrictamente, no medimos la existencia de una correlación entre acoso escolar y renta.
      En nuestras estimaciones no utilizamos la renta de los alumnos, sino un indicador que mide su nivel social, económico y cultural, que incluye las posesiones de los alumnos en sus casas, tanto culturales (libros) como materiales, y el nivel educativo y laboral de los progenitores. Este indicador es el que se usa en otras evaluaciones internacionales como la prueba PISA y podría ser una proxy de renta en algunos casos. La literatura empírica previa que hemos revisado muestra que ese nivel socio-cultural influye en los resultados académicos, un resultado que numerosos estudios han corroborado. Por tal motivo utilizamos estas variables como variables de control con el objeto de poder identificar mejor la relación entre acoso escolar y resultados académicos.

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