Por Noemí Katzkowicz, Victor Lavy, Martina Querejeta, y Tatiana Rosá.
El retorno económico a la educación superior es alto y creciente a nivel mundial. Sin embargo, la matriculación en educación terciaria continúa siendo baja, en especial en países en desarrollo. A nivel académico se han dado diversas explicaciones sobre la baja inversión de capital humano (aquí, o aquí), relacionado a factores como el entorno familiar y las características de las localidades de procedencia. Esto se asocia a una baja movilidad intergeneracional (vean aquí; aquí; o aquí) y a la desigualdad territorial en la distribución de oportunidades.
Las políticas educativas, en especial aquellas orientadas a aumentar la oferta en educación terciaria, juegan un rol clave para mejorar el acceso y las oportunidades de estudiantes de distintos contextos. En particular, políticas que aumenten el presupuesto en educación y fortalezcan la inversión en infraestructura para acortar la distancia hacia los centros educativos, disminuyen las restricciones financieras que enfrentan estudiantes de mayor vulnerabilidad socioeconómica. En particular, la inversión en infraestructura escolar (aquí; aquí; o aquí) y la proximidad a la universidad han mostrado efectos de corto y largo plazo sobre los años de educación, los resultados laborales, la delincuencia y la fecundidad adolescente. La distancia a la universidad es un determinante importante en la decisión de los jóvenes de matricularse en la educación terciaria. Específicamente, la apertura de nuevas universidades afecta significativamente la matriculación local y tiene efectos aún más fuertes entre los estudiantes de menores ingresos. En esta línea se inserta nuestro análisis.
En la investigación titulada Schooling and Intergenerational Mobility: Consequences of expanding Higher Education Institutions se analiza el impacto de una política pública en Uruguay que buscó mejorar el acceso a la educación terciaria. Históricamente, la principal institución universitaria del país -la Universidad de la República- concentraba su oferta educativa mayoritariamente en la capital del país (Montevideo). Las opciones para jóvenes que residían fuera de la capital eran limitadas. En 2008 la Universidad comenzó un proceso de descentralización con la construcción de nuevos centros universitarios a lo largo de todo el país. Las restricciones presupuestales llevaron a que el programa se implementara de manera gradual, aspecto que se utiliza en la estrategia de identificación.
Basados en la variación temporal y geográfica de la política de expansión universitaria, el trabajo estima un modelo two way fixed effects de forma de proveer evidencia causal sobre los efectos del programa en la matriculación, cambios en la composición socioeconómica de los estudiantes que acceden a estudios superiores y potenciales derrames en otros niveles del sistema educativo. Para ello, se utilizan registros administrativos de todas las personas matriculadas a la Universidad de la República entre el período 2002 a 2020.
Los resultados del trabajo muestran que la expansión universitaria efectivamente redujo la distancia media a una sede universitaria en 200 km, lo que representa un tercio de la distancia más larga que se puede recorrer en Uruguay (571 km). La creación de un nuevo centro universitario resulta en un aumento promedio de 0.36 puntos porcentuales (pp) en la proporción de estudiantes matriculados entre la población menor de 30 años de la localidad. Este efecto es considerable representando un aumento del 37 por ciento respecto a la media antes del tratamiento (1.1%). Además, aumenta en promedio 0.32 pp la proporción de estudiantes que son primera generación de universitarios en su familia en relación a la población menor de 30 años de la localidad (ver Figura a). Esto resulta en un efecto promedio de 6.1 pp en la proporción de primera generación de estudiantes universitarios entre el total de matriculados durante el mismo período de tiempo (ver Figura b). Este efecto implica un aumento del 8.4% relativo a la proporción antes del tratamiento (72.8%). En particular, el programa tuvo efectos más pronunciados entre los estudiantes de contextos menos favorecidos según el nivel educativo de sus padres. Esto proporciona evidencia del efecto positivo de la política en la movilidad educativa intergeneracional.
El efecto de la expansión de la universidad en la matriculación y la movilidad intergeneracional.
- Porcentaje de matriculación de estudiantes primera generación sobre la población menor de 30 años
- Porcentaje de matriculación de estudiantes primera generación sobre el total de estudiantes matriculados
Cuando se analiza la distancia hacia los nuevos centros universitarios, se observa que el efecto en la matriculación total se extiende a localidades de hasta 30 km del nuevo centro universitario, y el impacto decrece a medida que aumenta la distancia. Por último, los resultados sugieren que el programa no afectó de manera significativa las tasas de egreso universitario. Esto contrasta con el debate público que argumenta la posible existencia de un trade-off entre el acceso universal a educación terciaria y mantener las tasas de finalización.
El trabajo analiza además el efecto del programa en otros resultados educativos y las consecuencias en el mercado laboral. Se encuentra que la política aumenta la asistencia y finalización de educación secundaria entre jóvenes de las localidades donde se abrieron los centros universitarios. Este aspecto es sumamente relevante ya que, a pesar de la gratuidad de la enseñanza pública en Uruguay, incluida la universitaria, las tasas de finalización de educación secundaria son aún bajas y se encuentran fuertemente estratificadas según contexto socioeconómico. Esto conlleva a que Uruguay se encuentre rezagado en la región en cuanto a movilidad ascendente en educación secundaria. Asimismo, la expansión universitaria aumentó la proporción de trabajadores altamente calificados en las localidades tratadas, lo que lleva a una leve caída en el retorno salarial en el corto plazo. No obstante, este último aspecto debe ser evaluado con mayor precisión en el mediano plazo, una vez que el mercado laboral y la tecnología se ajusten a la nueva oferta educativa local.
Los resultados se mantienen cuando se recurre a una estrategia de identificación alternativa que aprovecha la exposición al tratamiento, medida por la edad de los individuos cuando se abrió el centro universitario y la implementación geográfica gradual. Para ello, siguiendo a Duflo se estima un modelo de diferencias en diferencias canónico con controles. Este análisis alternativo se realiza utilizando datos de la Encuesta Continua de Hogares que, a diferencia de los registros administrativos universitarios, permite observar a individuos que eligieron no asistir a la universidad y a cohortes más antiguas.
En conclusión, el trabajo da cuenta que un programa como el analizado puede desempeñar un papel importante en la mejora del acceso a la educación superior, así como presentar derrames en otros niveles del sistema educativo. La expansión territorial de las oportunidades educativas en general, y particularmente la universitaria, puede ser una poderosa herramienta para construir un sistema educativo más accesible y equitativo.