de Oleg Itskhoki (Universidad de Princeton)
Nota del editor: En los últimos seis meses el rublo se ha depreciado en más de un 60% y muchos economistas son pesimistas acerca de como puede evolucionar la situación en el futuro (ver por ejemplo las recientes columnas de Krugman aquí y aquí). A continuación reproducimos en castellano el análisis de uno de los macroeconomistas rusos más prestigiosos, Oleg Itskhoki de la Universidad de Princeton (la entrada original en ruso está aquí).
La reciente crisis monetaria en Rusia tiene su origen inmediato en la caída del precio del petróleo. El rublo es una de las llamadas “commodity currencies”, es decir, es la moneda de un país exportador de recursos naturales y, por lo tanto, una de las pocas monedas cuyo tipo de cambio es predecible. La evolución de su tipo de cambio depende directamente del precio de los recursos naturales: cuando baja el precio, la demanda de su moneda disminuye y por lo tanto se deprecia respecto a otras monedas (como se explica por ejemplo en este artículo). Otros ejemplos de este tipo de monedas son el dólar canadiense, el dólar australiano o el rand sudafricano. Durante los últimos seis meses estas monedas han perdido cerca del 15-20% de su valor en relación al dólar. Para estas economías esta depreciación es una reacción saludable a la bajada en el precio de sus principales productos de exportación; permite que los salarios reales se ajusten y así se evita una reducción drástica de la producción y un aumento del desempleo.
A diferencia de lo ocurrido en la crisis de 2008, en esta ocasión parece que la caída en el precio del petróleo no es coyuntural. Los factores que explican esta caída son los siguientes:
- El desarrollo de nuevas tecnologías de extracción de petróleo, de ahorro de la energía y de fuentes energéticas alternativas, en un contexto de elevados precios del petróleo durante los últimos 10 años.
- Las expectativas de una desaceleración del crecimiento de China y su consiguiente efecto sobre la demanda.
- La decisión por parte de los principales miembros de la OPEP de mantener su cuota de mercado, que se había reducido durante los últimos años debido a la entrada de nuevos actores.
- La decisión por parte de EEUU de comenzar a exportar petróleo. Es posible que esta decisión tenga en parte un carácter político, relacionado con la irritación acumulada durante los últimos diez años con el florecimiento de las petrocracias, que se consideran, sin fundamento real, actores geopolíticos de primero orden.
Los dos primeros factores ya eran conocidos, solamente los dos últimos han acontecido durante los últimos seis meses.
¿Qué supone esto para Rusia? En los últimos meses Rusia se ha empobrecido, aproximadamente, un 30%. En lugar de un PIB per cápita de 23,000 dólares en paridad de poder adquisitivo (ppa), ha pasado a cerca de 16,000 dólares ppa. Esta caída equivale más o menos a pasar del nivel de una economía modesta en Europa Occidental al nivel de una economía latinoamericana (de vivir como Polonia a vivir como México).
En términos generales, esto supone que los rusos ya no podrán seguir viviendo como hasta ahora, el país necesitará consumir menos y trabajar más, lo que por otro lado, es una reacción natural a una disminución en las rentas de los recursos naturales que venía disfrutando. Todos tendrán que apretarse los cinturones, lo que en sí mismo no tiene nada de bueno, pero tampoco es el fin. Dado que es probable que la bajada de los precios del petróleo sea duradera, en esta situación las reservas y el fondo de estabilización no serán de gran ayuda, pero podrían ser utilizados para suavizar la transición.
¿Por qué ha caído tanto el rublo?
- En primer lugar hablemos de la teoría. En general sabemos muy poco acerca del comportamiento de los tipos de cambio: en general la mejor predicción para el futuro suele ser el tipo de cambio actual (ver por ejemplo este artículo). La excepción es cuando la inflación esperada es elevada, por ejemplo debido a las posibles expectativas de que el gobierno monetice sus compromisos fiscales. En este caso sí que se puede predecir fácilmente una depreciación de la moneda (por ejemplo ver este artículo). Además, en algunas ocasiones el tipo de cambio puede depender de las expectativas de los agentes, y estas expectativas pueden ser muy volátiles y muy sensibles a diversas señales. También cabe el riesgo de caer en una trampa de expectativas negativas, donde el pesimismo de los agentes pone bajo presión a los gobiernos y al final las expectativas negativas se acaban autocumpliendo. Para poder escapar a esta trampa es necesario que las instituciones, comenzando por el Banco Central y el Ministerio de Economía, tengan un capital reputacional adecuado.
- Ahora bien, ¿que está sucediendo en Rusia? Aparentemente, un poco de todo (o un mucho de todo). La caída del precio del petróleo debería inducir una depreciación moderada del rublo, quizás entre un 30% o un 50%, pero difícilmente más. Las elevadas obligaciones presupuestarias del estado (salarios de los funcionarios, fuerzas armadas, educación, sanidad, pensiones…) y la ausencia de un banco central independiente generan expectativas de inflación. La elevada deuda externa de las empresas públicas rusas tiene un efecto similar. Y todo esto se ve agravado por el creciente efecto de las sanciones financieras de Estados Unidos y Europa – si no se puede pedir prestado, quizás será necesario utilizar la máquina de imprimir billetes.
- ¿Qué pasó la semana pasada? Probablemente, la depreciación del rublo tuvo su origen en las acciones del Banco Central y Rosneft, que enviaron una fuerte señal al mercado de que, en primer lugar, el banco central estaba dispuesto a monetizar las deuda de las empresas públicas y, en segundo lugar, la situación de estas empresas parece ser peor de los esperado (ver por ejemplo el artículo de Guriev en el FT acerca del affaire Rosneft)
- ¿Qué pasará ahora? En mi opinión, el Banco Central no conseguirá revertir la depreciación del rublo a través de una política monetaria restrictiva (aumento de los tipos de interés y reducción de la base monetaria), porque las expectativas se pueden desencadenar. Pero en mi opinión no es tan importante la magnitud final de la depreciación (a no ser para alguien que tenga sus ahorros en rublos, pero en general lo cierto es que el rublo hace tiempo que perdió su función como depósito de valor). En cualquier caso la inflación será alta y probablemente de un orden de magnitud similar al de la devaluación (quizás en torno a la mitad, si descartamos la hiperinflación) y llegará con un cierto retraso, como se explica por ejemplo en este artículo. En el caso de Rusia, la inflación es prácticamente inevitable debido a la elevada proporción de importaciones en el consumo, especialmente en algunos productos imprescindibles.
¿Hay algo bueno en todo esto? Un par de cosas. En primer lugar, como ocurriera en 1998, la depreciación del rublo conlleva una caída de los salarios reales, lo que a su vez estimulará la productividad, y esto supondría que la magnitud de la recesión y el incremento del desempleo no serán tan profundos (en contraste, por ejemplo, con lo ocurrido en la última crisis en España, Portugal y Grecia, cuando la devaluación no era posible en el seno de la zona euro). En segundo lugar, hasta donde yo sé, en Rusia la mayoría de las hipotecas y los créditos al consumo están en rublos, por lo que no es probable que haya impagos masivos y la consiguiente reducción adicional en el pasivo (tal y como ocurrió en casi todo el mundo en la crisis de 2008-09)
¿Cuáles son las malas noticias? En primer lugar, las grandes compañías tienen una enorme deuda en dólares, lo que podría ser una carga difícil de soportar. Esto ya ha causado, probablemente, parte de la depreciación del rublo, pero su efecto aún puede ser peor si se reduce la producción de estas empresas y se producen recortes en el empleo. En segundo lugar, el otro problema es la escasez de empresas de pequeño y mediano tamaño, que ayudadas por la depreciación, podrían florecer. Quizás esto mejorará, pero por ahora las bases son muy débiles. Y como consecuencia de todo esto, cabe esperar una recesión bastante significativa y un aumento del desempleo en 2015, incluso a pesar de una importante reducción de los salarios reales. En mi opinión, estos factores hacen que la situación sea peor que en 1998-99.
¿Y cuáles son las noticias muy muy malas? Un anónimo “funcionario público” lo expresaba en un reciente artículo de la revista Forbes. La crisis de tipos de cambio es solamente un síntoma de problemas mucho más graves. El problema fundamental es la profunda crisis de las instituciones, que prácticamente han sido destruidas durante los últimos 15 años (incluyendo el sistema judicial, el estado de derecho, los medios de comunicación independientes, la independencia de la administración estatal, el sistema electoral y la cultura electoral a todos los niveles), hasta alcanzar una situación insólita para un país con el nivel de renta de Rusia. Incluso si la crisis de los tipos de cambio se despejase en un futuro cercano de una u otra manera, la crisis de las instituciones públicas será mucho más difícil de resolver. Y ni siquiera está claro como se podría solucionar. En mi opinión, este es el principal problema al que Rusia se enfrenta en el largo plazo, tal y cómo se describía hace un par de meses en este artículo, cuando el dólar valía todavía menos 40 rublos.
En un país con instituciones normales (eg. Australia, Canadá), una reducción de la riqueza debido a la bajada del precio de los recursos naturales que exporta supondría la quiebra de algunas compañías, un descenso del consumo, un aumento del desempleo, fuertes críticas al gobierno, un nuevo gobierno tras las elecciones, algunas reformas dolorosas y nuevo cambio de gobierno tras unas nuevas elecciones, hasta que el ciclo se acabe cerrando. Al mismo tiempo, el Banco Central y el gobierno tendrían incentivos para intentar minimizar el coste para la población. Sin embargo, es fácil imaginar que puede ocurrir en un país con las instituciones de Rusia: el estado intentará salvar dos cosas – en primer lugar (y sobre todas las cosas) el poder y, en segundo lugar, al reducido grupo de amigos del estado, en ambos casos en perjuicio de la mayoría de los “votantes”. En este sentido, mis expectativas, al igual que las expectativas de los mercados, no pueden dejar de ser pesimistas.
Hay 13 comentarios
Un artículo de indudable interés. Recuerda, salvando las distancias de posición financiera y dependencia del petróleo, que está siendo más volátil que el turismo, a algunas de las debilidades de España.
1)Responsabilidad. Como ha ocurrido con las cajas españolas, el hecho de que las pérdidas de las empresas públicas se cubran con sacrificios de los ciudadanos (monetización e inflación) no favorece la responsabilidad. Esto está íntimamente ligado al deterioro institucional y al hecho de que esas empresas no hayan defendido siempre el interés general.
2)Falta de diversificación. Ahora se dice que se ha fallado, mientras la situación era favorable, en el objetivo de diversificar las exportaciones rusas.
3)Credibilidad. La depreciación del rublo, la inflación y la inestabilidad en general hará perder credibilidad a Rusia en un momento en el que necesitará la credibilidad internacional.
4)Falta de innovación. La depreciación no puede ser la vía normal para ganar competitividad, sino la innovación que aumente la productividad aparente del trabajo y reduzca los costes laborales unitarios por la vía de un incremento en la PTF.
5)Deterioro institucional. En fin.
Un cordial saludo.
Esta frase me ha recordado a otro país:
"Sin embargo, es fácil imaginar que puede ocurrir en un país con las instituciones de Rusia: el estado intentará salvar dos cosas – en primer lugar (y sobre todas las cosas) el poder y, en segundo lugar, al reducido grupo de amigos del estado, en ambos casos en perjuicio de la mayoría de los “votantes”. "
Muchas gracias Manuel por hacernos llegar (y traducirnos) este estupendo artículo
Realmente Rusia está en una situación de guerra geoestratégica con USA y con la UE ---guerra de momento política y económica pero con misiles cada vez apuntando desde más cerca-- que dura ya cerca de 20 años y cuyo objetivo es su sometimiento a lo que va quedando del paradigma neoclásico financiarizado.
Desde esta perspectiva que creo es la de los observadores más imparciales desde que impulsamos el golpe de estado en Ucrania --y acusamos a los pro-rusos del derribo del MH17 protegiendo a los culpables directos porque eran "de los nuestros"-- la situación debe verse como lo que es: una contienda geopolítica para preservar la hegemonía de quienes creyeron haber ganado el jackpot tras el 89.
A estos efectos pienso que, del artículo de Oleg Itskhoki, lo más importante sea el párrafo acerca de la dependencia importadora Rusa y la debilidad de su base industrial de tipo medio y pequeño.
Rusia se está jugando el ser o no ser nacional y si no es capaz de desarrollar sustancialmente su industria ligera y civil puede irse preparando a "plegar" las alas como nos ha sucedido a todos los que hemos creído a David Ricardo sin darnos cuenta de que en su tiempo las "externalidades" humanas eran de coste cero porque emigraban a USA o a Australia y hoy nos las tenemos que comer con patatas y toneladas de crédito.
Creo que el gobierno ruso lo sabe perfectamente (como los nuestros) otra cosa es saber hacerlo. Pero lo tienen más fácil que nosotros.
Saludos
Desde Rusia con ideología. La lucha continua de ideologías que subyacen. No es la economía , son las ideas las que mueven el mundo. Las ideas como representaciones mentales que surgen a partir del razonamiento ; como voluntades de realizar ese razonamiento. La economía como administración eficaz de los bienes materiales producto del razonamiento. La historia rebosa de desastres causados al invertir la jerarquía entre razón ( personal, humana, subjetiva) y economía ( material, instrumental, relativa).
El materialismo, como animalidad básica material del hombre, solo contempla inteligencia y tecnología. Capacidad de resolver sin innovar , en base a experiencia y habilidad adquirida , con el uso de los intrumentos y procedimientos industriales estándares a su alcance . No existe la verdad, sólo la realidad material. La materia como límite y problema.
La racionalidad , como animal racional del hombre, añade la facultad de hallar , crear , inventar y descubrir algo nuevo . Capacidad de explorar nuevos lugares y argumentar en diferentes escenarios y situaciones . Existencia de una verdad que se busca. La razón como herramienta de búsqueda.
¿ Dónde está la diferencia entre Rusia , paises productores islámicos y EEUU , Canada y Australia? En el momento actual la supremacia de estos últimos en "reinventarse" , recrearse en sentido estricto, con nuevas herramientas tecnológicas - fracking, arenas bituminosas , etc - y con la voluntad de realizar una idea : que el petroleo y el gas dejen de ser un commodity volátil en lo político, social y económico. ¿ Guerra geopolítica contra las petrocracias ? . Mas bien guerra entre ideas con respecto al bien común.
Francamente, un buen artículo. Me ha resultado interesante y esclarecedor y, en mi opinión, por ahí irá el futuro próximo de Rusia. País que me preocupa, principalmente, porque lo gobierna un gangster despiadado como Putin, un inmoral fantoche capaz de cualquier disparate.
Excelente artículo.
Me gusta que esté 100% en el presente y apenas se habla del pasado.
Buenísima clase de Economía btw.
Saludos,
R.
Interesante artículo.
Aprovecho la percha para pedir a alguno de los ilustres economistas que por aquí pasan que dedique un pequeño post a explicar
a) ¿cómo es posible que un desajuste entre oferta demanda de petróleo inferior al 5% del volumen del mercado se traduzca en ajustes de precio del 50%?
b) ¿es racional el Sr. Naimi cuando anuncia que, para mantener una cuota de mercado que no llega al 10% admitiría reducciones en precio del 70%?
Probablemente todo esto sea elemental, ayuda, por favor
No está mal la traducción. Aunque te has comido alguna frase 🙂
Es un error interpretar que el objetivo principal de la política de Putin es su enriquecimiento (y el de sus amigos). Todas las acciones de Putin desde el 2000 va encaminadas a conseguir que Rusia recupere lo perdido en el 91 (que no en el 89). Ha elegido manejar los recursos naturales del estado a través de una serie de "stewards" que se ocupan de que las empresas funcionen razonablemente bien y de paso se llevan su tajada, un coste menor que el derroche comunista. El día que uno de esos testaferros decida ir por su cuenta, perderá su fortuna y después su cabeza en poco tiempo (como Berezovsky). Si Putin fuera un parásito extractor, haría como la casa de Saud. Llevarse bien con occidente y acumular dinero en Suiza. Sus ratings antes de Crimea ya estaban por la nubes, ¿para qué meterse en líos?. También es ridículo suponer que las instituciones ahora son menos independientes...¿cuando lo han sido? ¿En la época soviética o en la sobornocracia de Yeltsin?.
La predicción es clara: Putin hará aquello que fortalezca más la posición geo-estratégica de Rusia a largo plazo. a)Una retirada táctica en Ucrania para quitarse las sanciones de encima b)Desarrollo de sectores debilitados por la inversión masiva en commodities (alimentación, industria ligera) c) Y pasará la gorra entre los oligarcas para que contribuyan con sus activos extranjeros a aligerar la presión sobre las compañías que los han generado. Or else.
El mejor comentario con diferencia. En efecto desde el Oeste simplificamos a Putin como un tirano más cuando realmente su mentalidad y enfoque resuena perfectamente con el sentir del pueblo ruso.
Sin duda Putin tiene un apoyo importante en Rusia pero, como suele ocurrir en los regímenes autoritarios, es difícil saber si este apoyo es mayoritario. Como explicábamos en un post anterior, es muy probable que sin el fraude electoral el partido de Putin no hubiera conseguido la mayoría absoluta en las últimas elecciones legislativas. También sería interesante saber que pensaría el pueblo ruso si hubiera libertad de prensa, libertad para manifestarse, si no se encarcelase y acallase a los oponentes políticos o si no se condenase al exilio a los académicos que cuestionan el régimen.
Por otro lado, los ciudadanos extranjeros quizás deberíamos plantearnos cual debería ser nuestra actitud respecto a un régimen que es cada vez más represivo. Serguei Guriev, el ex-rector de New Economic School y actualmente exiliado en Paris, sugería hace unos meses en un artículo en Le Monde que deberíamos al menos presionar para que las compañías occidentales no colaboren con el regimen en la represión, tal y como ocurrió en el affaire Yves Rocher/Navalny. Por desgracia, tal y como ha mostrado la actitud de Facebook en estas últimas semanas, parece que algunas compañías siguen pensando que es más rentable estar a bien con el regimen de Putin que no mantener unos principios morales. Y lo peor de todo es que quizás tengan razón.
Manuel, no utilizo la popularidad de Putin como argumento a su favor. Solo digo que el modelo que nos venden, "cleptocracia-que-quiere-mantenerse-en-el-poder", no se sostiene. Los hechos lo refutan una y otra vez. Si Putin se llevara bien con Occidente, la oligarquía rusa podría robar 10 veces más, y los gobiernos occidentales no dirían ni pío, como no han dicho nada de las decenas de dictaduras que en el mundo son y han sido. Putin, acierte o se equivoque, hace lo que cree que tiene que hacer por el bien de Rusia. Lee el artículo que escribió recientemente Friedmann, poco sospechoso de pro-ruso, en Stratfor.
Y me parece bien lo del boicot. Pero vamos a ser consistentes. También tendremos que dejar de comprar todo lo producido en China (¿o me vas a decir que es más democrática que Rusia?), el Golfo Pérsico (andaremos en bici y nos alumbraremos con candiles) y si nos ponemos muy finos, juzgando la guerra de Iraq con un rasero tan afilado como la de Ucrania (invasión con pretextos falsos, torturas sistemáticas, muertos civiles), a lo mejor también de EEUU...
No deseo ser ofensivo, pero el KGB tenía una expresión para los que apoyaban la política soviética sin saberlo, "tontos útiles". Es un error sacrificar las necesidades de nuestro país (turismo ruso, exportaciones) para satisfacer los intereses de la geopolítica americana, que tiene como el primero de sus 10 mandamientos evitar que Rusia resurja como potencia.
Lo que no entiendo es cómo en el tema del petróleo se olvida constantemente las enseñanzas de la Hotelling's rule http://en.wikipedia.org/wiki/Hotelling%27s_rule
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