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Consecuencias Intergeneracionales de la Exclusión Social: Lecciones de un Leprosario en Colombia

Por Diego Ramos-Toro1 (@DiegoRamosToro)

La exclusión social de distintas minorías ha sido un fenómeno prevalente en la historia de la humanidad. Esto tenderá a ser más frecuente en las siguientes décadas, teniendo en cuenta el aumento de migrantes que generará el cambio climático. Dado lo anterior, resulta fundamental entender las consecuencias de largo plazo de dicho fenómeno en el comportamiento y en las políticas públicas. La lepra es una condición que ha sido excluida en todos los contextos, y cuyas características epidemiológicas e históricas nos permiten entender estas consecuencias intergeneracionales. Formalmente conocida como la enfermedad de Hansen, la lepra es una enfermedad no letal que cuenta con niveles muy bajos de contagiosidad, a pesar de que históricamente se ha creído lo contrario. Actualmente se sabe que, en aquellos pocos casos en que se da el contagio, puede tomar más de dos décadas antes de que la enfermedad se manifieste físicamente. Adicionalmente, se sabe que hay un componente genético que aumenta la predisposición a dicha manifestación.

El trato de la lepra en Colombia se asemeja al de otras regiones, y sus características históricas nos permiten evaluar las consecuencias intergeneracionales de la exclusión social en el comportamiento. Siguiendo los lineamientos del Congreso Mundial de Lepra en Berlín, los médicos colombianos asumieron un rol activo en la identificación, el desplazamiento y la marginalización de los leprosos. Racionalizando y ejecutando dicha exclusión desde la Junta de Higiene, los médicos colombianos eran los responsables de que estas personas fueran recluidas en Agua de Dios, el mayor y eventualmente único leprosario en Colombia. Esta junta tenía la responsabilidad de enviar a un médico para que examinara y diagnosticara a cualquier sospechoso de tener la enfermedad, así como de transportar al leprosario a los casos confirmados. La intervención activa por parte de los médicos continuaba dentro de Agua de Dios, pues estos eran los únicos funcionarios del estado que estaban al interior del leprosario y seguían interviniendo en la vida cotidianidad de los reclusos (en ocasiones incluso experimentando tratamientos alternativos con ellos).

Décadas después de que dejara de operar como leprosario, Agua de Dios es actualmente un municipio más en Colombia, cuyos habitantes son en su mayoría descendientes de segunda generación de personas excluidas por la lepra. Los habitantes actuales ya no sufren de la enfermedad y no cargan con el estigma asociado a ella; estas personas pertenecen a las mismas categorías étnica, religiosa y racial que los miembros de municipios aledaños, lo cual les permite estar integrados social y económicamente. Los habitantes actuales del otrora leprosario crecieron además expuestos a condiciones climáticas y socioeconómicas similares a la de los habitantes de la región aledaña, y contaron con un acceso comparable a bienes públicos. A pesar de dichas similitudes, el legado cultural que se deriva de tener un ancestro excluido ha generado diferencias notables en los comportamientos de estos ciudadanos.

Con el fin de entender las implicaciones intergeneracionales de la exclusión social en el comportamiento, realicé una serie de experimentos en el otrora leprosario de Agua de Dios y en los municipios contiguos entre el 2018 y el 2019. Hubo tres dimensiones que examiné: El altruismo, el favoritismo de grupo (i.e., el sesgo en favor de miembros del mismo grupo) y la confianza en los médicos. Para las primeras dos dimensiones implementé el famoso “juego del dictador”, en el que cada participante recibe una cantidad de dinero que éste puede dividir de forma libre, privada y anónima entre sí mismo y un receptor desconocido. En los protocolos que implementé cada participante jugó dos rondas: Una en la que el receptor era alguien anónimo del mismo municipio que el participante, y otra en la que era alguien de un municipio distante. La confianza en los médicos la medí usando preguntas de encuesta, y también mediante unos váuchers que entregué a todos los participantes y que podían ser intercambiados por una dosis gratis de anti-parasíticos. Además de ser de interés en sí misma, la confianza en los médicos en este contexto nos indica si hay un legado adverso sobre las actitudes frente a quienes fueron responsables de la exclusión en el pasado, y nos permite entender si hay un efecto nocivo sobre las políticas que estén de alguna forma asociada con dicho grupo.

Los resultados del juego del dictador indican que los descendientes de personas con lepra son más altruistas tanto con los miembros de su mismo grupo como con individuos distantes y desconocidos en Colombia (ver Figura 1), lo cual sugiere que la adversidad deriva en mayores niveles de empatía, y que dicho rasgo cultural puede ser transmitido intergeneracionalmente. Sin embargo, lo anterior no quiere decir que los legados de la exclusión social son deseables: Por un lado, el nivel de favoritismo de grupo es significativamente mayor en los descendientes de personas con lepra (ver Figura 2), indicando que las divisiones sociales que se derivan de la exclusión, así como su efecto adverso sobre la cohesión social, son persistentes. Por otro lado, estos descendientes exhiben un nivel significativamente menor de confianza en los médicos y son más proclives a tomar decisiones de salud subóptimas. Teniendo en cuenta la responsabilidad histórica de los médicos en la adversidad sufrida por los leprosos, esto sugiere que la desconfianza frente a quienes fueron responsables de dicha exclusión puede persistir a través de generaciones, incluso si esta exclusión ha sido completamente subsanada. Así, el éxito de algunas políticas de desarrollo en segmentos excluidos de la población puede estar severamente limitado cuando éstas están asociadas con algún grupo que haya tenido participación en su exclusión.

Figura 1

Esta figura muestra la suma de las donaciones que cada participante hizo en sus dos rondas del juego del dictador, distinguiendo entre los participantes que tenían ancestros excluidos por lepra de aquellos que no tenían ancestros. Cada participante tuvo la oportunidad de donar sobre un total de COP 32,000 que le fueron entregados en la sesión.

Figura 2

Esta figura muestra la diferencia entre lo que cada participante dio en la ronda del juego del dictador en la que el recipiente era alguien de su mismo grupo, frente a lo que ese mismo participante dio en la ronda en el que el recipiente era alguien anónimo de un grupo distante de la región.

¿Por qué observamos comportamientos y actitudes distintas por parte de los descendientes de personas con lepra, teniendo en cuenta que estos descendientes no sufren ningún maltrato que se derive de dicha condición? Un elemento que varios locales destacan son las historias que se transmiten al interior de los hogares. Para establecer si efectivamente el contenido de dichas historias tiene algún efecto sobre el comportamiento, implementé otro protocolo en donde recolecté variables similares a las anteriores, pero previamente expuse aleatoriamente a algunos individuos a contenidos históricos que son compartidos en los hogares de la región. Un grupo de participantes fue expuesto al aislamiento de los leprosos en la historia global (sin mención alguna del rol de los doctores), mientras que un segundo grupo fue expuesto a los errores históricos de la medicina de los siglos XIX y XX. Los descendientes de leprosos que hacían parte del primer grupo exhibieron niveles mayores de altruismo y favoritismo de grupo, mientras que los que hacían parte del segundo grupo exhibieron una menor confianza en la medicina (ver Figura 3).

Interesantemente, estas intervenciones no generaron ningún efecto en quienes no eran descendientes de leprosos. Esto sugiere que los contenidos de las historias que se comparten recurrentemente en el seno del hogar son parte de las razones por las cuáles continuamos observando estos comportamientos cerca de 70 años después de que Agua de Dios dejara de ser un leprosario.

El estudio de los legados de la lepra arroja luces sobre un fenómeno que ha sido prevalente a lo largo de la historia y en distintas regiones. Desde un punto de vista de política pública, los estados deben ser más cautos a la hora de permitir o contribuir a la exclusión de distintas minorías. Como bien muestra el caso de Agua de Dios, esto puede acarrear divisiones sociales y desconfianzas que persisten a través del tiempo, y que pueden menoscabar la solidez y el éxito de políticas clave en materia de desarrollo.

Figura 3

Esta figura muestra los resultados del protocolo en el que se aleatorizó el suministro de distintos tipos de información histórica para entender las consecuencias sobre el comportamiento. El grupo “No Treat” fueron aquellos participantes a quienes no se les suministró ninguna información. El grupo “Exclusion Hist” corresponde a quienes recibieron la información histórica de la marginalización de las personas con lepra, mientras que “Medicine Hist” corresponde a quienes recibieron información de los errores históricos de la medicina en el manejo de la lepra.

Nota

1Departamento de Economía, Brown University, diego_ramos_toro@brown.edu