Por Andrés Alonso Robisco, José Manuel Carbó, Pedro Cuadros Solas y Jara Quintanero
Los datos están en el centro de la economía actual, convirtiéndose en el activo más valioso para las empresas y un factor clave para la innovación y la competitividad. Como apuntaba este reciente post de Isaac Baley en referencia a su libro con Laura Veldkamp, la importancia de los datos es creciente para la productividad, la competencia y la formulación de políticas económicas. En el sector financiero, en particular, el acceso y la gestión eficiente de los datos son esenciales para mejorar la toma de decisiones, personalizar servicios y optimizar procesos. En este contexto, el Open Banking (banca abierta, en español) surge como una política transformadora que redefine el papel de los datos en la industria bancaria, promoviendo la apertura, la colaboración y el acceso a la información financiera de manera segura y regulada. Este modelo permite que terceros autorizados, como fintechs y otros proveedores de servicios financieros, accedan a los datos bancarios con el consentimiento del cliente, dando lugar a una nueva era de servicios más eficientes, personalizados e inclusivos. Más allá de mejorar la experiencia del consumidor, el Open Banking dinamiza el ecosistema financiero, impulsando la competencia y fomentando la aparición de nuevos actores capaces de ofrecer soluciones innovadoras en pagos, gestión de finanzas y acceso al crédito. Pero el verdadero impacto del Open Banking no se limita a la transformación digital del sector, sino que sienta las bases de un sistema financiero donde la innovación y la competencia permiten a empresas y consumidores aprovechar el verdadero valor de sus datos. En definitiva, el Open Banking supone un cambio estructural en la economía digital que está marcando el futuro de los servicios financieros a nivel global.
¿A quién beneficia el Open Banking?
El Open Banking beneficia a múltiples actores dentro del ecosistema financiero. Para los consumidores, supone mayor control sobre sus datos financieros y facilita el acceso a productos y servicios más personalizados, eficientes y competitivos (He et al., 2023). Además, mejora la inclusión financiera, permitiendo que clientes con historiales crediticios limitados accedan a mejores condiciones de financiamiento (Fang & Zhu, 2023). Para los bancos, aunque implica una mayor competencia, también abre oportunidades para colaborar con fintechs y desarrollar nuevas líneas de negocio a través de la innovación digital (Babina et al., 2024). Desde la perspectiva reguladora, el Open Banking mejora la transparencia, refuerza la seguridad en los pagos y contribuye a la estabilidad del sistema financiero en su conjunto (Polasik et al., 2020).
Sin embargo, el impacto del Open Banking sobre los nuevos competidores digitales llegados al ecosistema financiero, especialmente, las fintechs, todavía no ha sido estudiado. En el paper “The effects of open banking on fintech providers: evidence using microdata from Spain”, publicado en la serie de documentos de trabajo del Banco de España, nos centramos específicamente en el impacto del Open Banking en las fintechs como actores emergentes que han cambiado las reglas del juego en la industria financiera. En concreto, en este trabajo exploramos cómo esta política de acceso a los datos financieros afecta la dinámica de crecimiento de las fintechs, a sus estrategias operativas, la forma en la que se financian y su papel como nuevos competidores en el mercado.
Open Banking de pagos en Europa: el setting ideal
Para analizar empíricamente el impacto del Open Banking en las fintech, nuestro estudio se centra en el modelo de Open Banking implementado en Europa a través de la Segunda Directiva de Servicios de Pago (PSD2, por sus siglas en inglés). A diferencia de otras jurisdicciones donde el Open Banking ha surgido de forma voluntaria y liderada por el mercado (como en Estados Unidos o Japón), en el caso europeo se ha fijado un marco regulatorio obligatorio, garantizando que todos los bancos deban compartir datos con terceros autorizados bajo estándares de seguridad y transparencia bien definidos. Este enfoque regulado reduce la heterogeneidad en la implementación y permite una evaluación más clara de sus efectos en el ecosistema financiero. Además, y más importante para nuestra estrategia de identificación, la normativa europea tiene un foco específico en los pagos. La PSD2 se diseñó específicamente para permitir que terceros proveedores de pagos (TPPs) accedan a la información bancaria de los clientes con su consentimiento y puedan iniciar pagos en su nombre. Además, la PSD2 introduce mejoras significativas en la seguridad de los pagos digitales. Este enfoque hace que el Open Banking europeo sea particularmente relevante para estudiar el impacto en fintechs, ya que permite identificar a las fintech de pagos como las directamente afectadas por la regulación (tratadas), mientras que el resto de las empresas del sector fintech quedarían en el grupo de control.
Mediante un análisis de Diferencias en Diferencias (Diff-in-Diff) examinamos el del Open Banking comparando entre fintech de pagos (tratadas) y el resto de fintech (control). Para ello empleamos una muestra representativa del ecosistema fintech en España formado por 406 fintech españolas entre 2014 y 2022. Estas empresas son identificadas gracias al Fintech Radar, elaborado por el departamento de Innovación Financiera del Banco de España, de las cuáles tenemos información financiera a través de la Central de Balances (CBI) del Banco de España.
Figura 1. Open Banking en Europa e identificación
¿Qué impacto tiene el Open Banking en la dinámica de crecimiento de las fintech?
El estudio revela que la implementación del marco de Open Banking en Europa ha tenido un impacto significativo en la dinámica de crecimiento y rendimiento de las fintech de pagos. Estas fintech tienen una rentabilidad sobre activos (ROA) un 23% superior al resto de fintech después de la implementación del Open Banking. Además, vemos que este crecimiento se ha visto impulsado principalmente por un aumento en los ingresos más que por una reducción de costes, indicando que la apertura de datos bancarios ha permitido a estas empresas ofrecer servicios innovadores y captar una mayor cuota de mercado. Este impacto positivo no ha sido uniforme. Las fintech más pequeñas, menos capitalizadas y endeudadas han beneficiado, en términos de rentabilidad, en mayor medida.
Por otra parte, la implementación del Open Banking ha afectado las estrategias de inversión, la intensidad laboral y la productividad de las fintech especializadas en pagos, lo que refleja un potencial efecto en la economía real de esta regulación. En términos de inversión, estas fintech han reducido su gasto en activos intangibles y financieros, priorizando la liquidez sobre la expansión a largo plazo. Esto sugiere una estrategia más conservadora en términos de asignación de recursos, posiblemente para mantener flexibilidad operativa en un entorno regulatorio en evolución.
Por otra parte, las fintech de pagos han reducido el número de empleados y la proporción de trabajadores sobre activos, pero han aumentado sus costes laborales. Esto indica una transición hacia una fuerza laboral más especializada y mejor remunerada, lo que puede estar relacionado con la necesidad de contar con expertos en tecnología y cumplimiento normativo. Finalmente, la productividad de estas fintech ha mejorado tras la implementación del Open Banking, lo que sugiere que los cambios en la inversión y la estructura laboral han resultado en una mayor eficiencia operativa.
En conjunto, estos resultados reflejan cómo una regulación basada en un mayor acceso a los datos puede reconfiguración en la estrategia de las empresas, promoviendo un modelo más eficiente y con mayor foco en la innovación y la rentabilidad.
¿Y en su estructura de financiación?
Las fintech de pagos (tratadas) han reducido su dependencia de la deuda bancaria, con una disminución promedio del 10% en su ratio de deuda bancaria sobre pasivos en comparación con las fintech no especializadas en pagos. Este efecto se debe principalmente a una menor utilización de deuda bancaria a largo plazo. A pesar de la reducción en la deuda bancaria, no se observa un aumento significativo en la deuda no bancaria, lo que indica que estas fintech han optado por estrategias de financiación alternativas, posiblemente recurriendo a la financiación mediante capital propio.
De hecho, las fintech especializadas en pagos han logrado acceder a fuentes de financiamiento alternativas (private equity, venture capital, etc.) de manera más estable. Aunque no se observa un aumento significativo en el volumen total de financiación obtenida, sí se evidencia una reducción en la volatilidad de estos fondos, lo que sugiere que estas empresas han conseguido atraer inversiones en forma de capital de manera más constante y predecible. Si bien, al analizar solo aquellas fintech que efectivamente lograron captar financiación en un año determinado, se encuentra que las fintech de pagos han conseguido recaudar un volumen mayor de fondos en comparación con las fintech no especializadas en pagos. Esto indica que, cuando logran acceder a esta financiación de mercado, estas empresas pueden obtener más fondos.
Tabla 1. Resultados sobre rendimiento, dinámica de crecimiento y financiación
Compartir datos más allá del ámbito financiero
En conjunto, estos resultados reflejan cómo una regulación basada en un mayor acceso a los datos puede transformar la estrategia empresarial, promoviendo modelos de negocio más eficientes, innovadores y rentables. En el caso del Open Banking, se ha demostrado que la apertura de datos no solo fortalece la competitividad de las fintech de pagos, sino que también reconfigura su estructura de financiación.
Estas dinámicas ofrecen valiosas lecciones para otros sectores más allá del financiero. En industrias donde los datos juegan un papel clave—como la salud, la educación o el comercio digital—una mayor interoperabilidad y acceso a la información pueden generar efectos similares, facilitando la entrada de nuevos competidores, incentivando la innovación y optimizando el uso de recursos. Al igual que en el sector fintech, el diseño regulatorio adecuado puede fomentar mercados más abiertos y dinámicos, impulsando la evolución de los modelos de negocio hacia estructuras más sostenibles y resilientes. Sin embargo, un aspecto fundamental que se desprende de esta experiencia es que el intercambio de datos debe realizarse siempre en un entorno de seguridad, garantizando la protección del consumidor y minimizando los riesgos asociados a la privacidad y el uso indebido de la información.