Cómo (no) hacer un Trabajo de Fin de Grado en Economía

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Por Beatriz G. López-Valcárcel y Juan Luis Jiménez

Los trabajos de fin de título (TFT) son una asignatura obligatoria de todas las titulaciones de Grado (TFG) y de Máster (TFM) en España. Su objetivo general es desarrollar, mediante la elaboración de un trabajo, las competencias y los conocimientos teóricos y prácticos adquiridos mientras se cursó la titulación y, con ello, prepararse para el ejercicio de la profesión.

Dada la heterogeneidad de los estudios de grado y posgrado, los TFT abarcan una variada gama de contenidos, métodos y tipos. Tienen en común que preparan a los estudiantes para aplicar sus conocimientos de forma autónoma, desarrollando competencias transversales como la expresión escrita (y oral, allí donde se exige su presentación y debate), la capacidad de gestionar el tiempo o la autonomía para planificar el propio trabajo.

El TFG es una puerta de entrada a la profesión, que varía según las profesiones. Y en esta entrada solo pretendemos dar algunos consejos, basados en la experiencia personal, a los estudiantes que han de enfrentarse a este reto sobre qué no deben hacer. Es un documento abierto así que, comentarios bienvenidos.

Lo más sencillo: qué hacer

Sea cual sea el área, hacer un buen TFG requiere de tres factores principales: la tutorización, la ejecución y, sobre todo, la idea. Cada uno juega un papel determinante en el éxito del trabajo (que no solo consiste en conseguir una buena nota, sino también en aprender a condensar los conocimientos adquiridos durante el grado). El eje vertebral de los tres factores es el alumnado, donde su proactividad es decisiva.

Existen varios tipos de TFG (revisión de la literatura, estudios de impacto, proyectos de acción profesional, estudios empíricos causales, etc.), pero todos comparten estructura. Sobre cómo hacerlo, hay múltiples referencias de interés (véase a Bellemare en cómo escribir artículos de investigación empíricos, este sobre TFG en Derecho o el capítulo 19 de este manual de Wooldridge). En general, podríamos estructurarlo con las siguientes preguntas:

1. ¿Por qué es interesante lo que voy a estudiar? (busca un buen problema para analizar, económico o no).

2. ¿Qué se ha estudiado antes sobre este tema? (revisa la literatura: es fundamental)

3. ¿Qué supuestos debo asumir? (justifica los problemas de partida del tema a analizar, es decir, los supuestos).

4. ¿Qué datos hay? (explota los datos descriptivamente con ahínco: utiliza también el análisis gráfico).

5. ¿Qué metodología aplico? (plantea la metodología que mejor se adapte a la respuesta que debas dar y, sobre todo, sé consciente de sus limitaciones).

Seguir esta simple guía ayudará a la consecución, pero…

Lo más importante: qué no hacer en un TFG en Economía

Proponemos los siguientes fallos frecuentes a evitar, no mostrados en orden prelatorio:

Problema 1: establecer causalidad espuria. “Correlación no implica causalidad” es una frase manida que habrás leído en varios libros de texto durante el grado. Uno de los grandes retos de la economía es establecer el análisis causal. Confirmar que una variable X afecta a otra Y, y en qué cuantía y relación, no deja de ser la obsesión de los economistas (y de otros científicos, en busca de los porqués). Variables instrumentales, regresión de discontinuidad o Diferencias en Diferencias son ejemplos de métodos que buscan evidencia de causalidad aunque los datos no sean experimentales, y ello se logra buscando datos que se presten a estimaciones y, sobre todo, recurriendo a un buen diseño. Por tanto, se corre el riesgo fundamental en los TFG (y en múltiples artículos de investigación) de considerar como cierta una causalidad que es espuria (véase esta divertida web al respecto).

Resolución 1: analizar detenidamente las relaciones entre las variables y buscar las fuentes de identificación de la causalidad.

Problema 2: obviar conceptos básicos de Economía. Un TFT en Economía ha de basarse en la aplicación de conceptos económicos y en un marco teórico bien definido. Algunos estudiantes caen en la tentación de "inventar la pólvora", estableciendo relaciones empíricas ad hoc basadas únicamente en la intuición del "saber común". En el otro extremo, hay quienes parten de un modelo teórico "inspirado" en algún artículo publicado, de complicadísimo desarrollo, y después de llenar de fórmulas varias páginas del trabajo, dan un salto en el vacío hasta una ecuación a estimar dictada por el posibilismo.

Resolución Problema 2: escribe un par de párrafos, que no tienen que ir en el texto del TFT, sobre los conceptos teóricos de la Economía en que basas tu trabajo, de qué hipótesis partes, qué buscas, para qué y cómo. A partir de ello, establece manualmente las relaciones entre las variables y los conceptos económicos que se recogen en ellas.

Problema 3: disponer de la respuesta antes de hacerse la pregunta. Como cualquier investigador de cualquier área, el proceso de análisis requiere de unas hipótesis de partida a estudiar. Y el aparataje estadístico y econométrico debe permitir contrastar o no las hipótesis. Trabajar a la inversa con la causalidad, desde los resultados deseados hacia la especificación del modelo, torturando a los datos hasta conseguirlo, es hacer minería de datos de la "mala". No es aceptable.

Resolución Problema 3: honestidad intelectual como punto de partida. Sabes de dónde partes, qué datos utilizarás y cómo. Tener un plan de explotación de los datos desde el principio es fundamental para contrastar las hipótesis planteadas, sin prejuiciar resultados.

Problema 4: copiar y pegar la literatura. Este no debería ni mencionarse pero, por desgracia, sucede. Muy probablemente se debe a una incorrecta explicación por parte de nosotros (profesorado) de cómo realizar artículos de investigación, pero más allá del plagio per se (¡es que incluso hay quien copia-pega sin citar!), la esencia es que el alumnado debe tener claro que se revisa la literatura para mostrar qué se ha hecho hasta ese momento y dar sentido a lo que aportas. Si esto no se tiene claro, difícil cambio.

Resolución Problema 4: lee. Resume. Piensa qué aportas.

Problema 5: partir de preguntas o problemas difusos y mal definidos: decíamos al principio que el éxito depende de tres factores (tutorización, ejecución e idea). Conseguir un buen tutor que te motive y te oriente, pero sobre todo que estimule tu creatividad, es muy importante (y difícil). Ya hemos hablado de la ejecución en los puntos anteriores. Pero lo más relevante, lo que diferencia un buen TFT de otro “del montón”, es la idea. Formular una pregunta interesante es el primer paso hacia el éxito; y que su respuesta te interese a ti y creas que puede interesar a otras personas. Por el contrario, plantear preguntas difusas, vagas, objetivos meramente descriptivos o generales, es el punto de partida hacia el fracaso y el aburrimiento. Y eso lo confirmamos también como investigadores.

Vamos a poner algunos ejemplos. En la columna izquierda presentamos preguntas mal definidas, mientras en la otra exponemos ejemplos de preguntas bien formuladas.

Preguntas vagas Preguntas bien formuladas
Análisis del sector sanitario (turístico, ...) en la región X durante las últimas décadas La productividad marginal del gasto sanitario en la producción de salud. ¿Cuál es la evidencia para la región X en el período 2000-2021?
Las subvenciones al transporte en España Efectos de las subvenciones de billetes aéreos a los residentes en Canarias sobre los precios y sobre el gasto turístico.
Covid-19 y el transporte ¿Cómo y en qué cuantía ha afectado la pandemia al uso del transporte público? ¿Cuánto se mantendrá en el tiempo?
El AVE y el turismo ¿Aumenta el número de turistas en una ciudad tras la llegada del AVE, comparado con otras ciudades que no disponen de AVE?

Resolución Problema 5: dedica tiempo a pensar en tu pregunta, a formular el problema. Coméntalo con otras personas de tu entorno, economistas y de distintos entornos profesionales: ¿les interesa? Si la respuesta es negativa, es probable que necesites otra iteración.

Corolario

Esta entrada se basa en la experiencia de dos profesores en la gestión, tutorización y evaluación de TFTs. Estamos seguros que nuestros colegas de profesión podrán ampliar la lista (y estamos encantados de recibir aportaciones para enriquecer esta entrada), pero los grandes errores pueden estar aquí recogidos. Tenerlos presentes para no cometerlos podría ser un primer paso hacia un TFT de mayor calidad y honestidad intelectual. Nada es gratis y, el éxito académico, menos aún.

Hay 7 comentarios
  • ¡Vaya con el último consejo! No sólo lo que le interese a los demás merece ser investigado. Opino que se puede hacer un trabajo honesto y válido sin que sea del interés de los profesionales de tu entorno.

    Hacer un buen TFT es costoso. ¿Qué incentivos tienen los estudiantes a sacrificarse por hacer un buen TFT? ¿Pesan estos incentivos más que el de conseguir el título e incorporarse a la profesión? ¿No van a tener oportunidades en la vida profesional de hacer trabajo de calidad, y además remunerado?

    Me encantaría saber su opinión. Una hipótesis es que quizá algunos estudiantes hagan trabajos de poca calidad porque le dediquen poco esfuerzo, porque sean ya economistas suficientemente buenos como para saber cómo maximizar su función de utilidad.

    • Estimado Javier,
      quizás nos expresamos incorrectamente pero, en ningún momento, quisimos exponer qué tipo de TFG debe realizar el alumnado ni a quién debe agradar (si es que cree que debe hacerlo a alguien).
      Como bien expresa, hacer un buen TFG es costoso, de la misma forma que obtener una nota alta en cualquier examen de los realizados durante el Grado. La relevancia es prácticamente la misma: muestra un buen alumno de otro no tan bueno. Como cualquier asignatura, se evalúan la adquisición de conocimientos y competencias.

      Si el economista es "tan bueno" que maximiza su utilidad obteniendo notas débiles, su calidad como tal le permitirá conocer que ello genera una señalización no necesariamente positiva para el mercado de trabajo (entre otros).

      Espero haber respondido.

      Un saludo
      Juan Luis Jiménez

  • Magnifico artículo. En mi paso por la universidad, como alumno, he visto TFGs terribles dados por buenos, entiendo que por desinterés de los tutores o por pura incapacidad (en algunos departamentos hay docentes que jamás deberían haber obtenido el doctorado). ¿No creen que parte del problema se solucionaría filtrando mucho, por parte de las facultades, quién puede dirigir un TFG y quién no? Gracias de antemano.

    • Hola, Alejandro,
      la gestión de los TFGs difiere por Universidades en factores como la elección de tutores o la cuantía que estos pueden dirigir (entre otros). En mi modesta opinión, la "mano invisible" resuelve buena parte de los problemas que se puedan generar: el alumnado suele conocer al profesorado que realiza tutorizaciones de calidad y es el mejor juez de su propia elección.
      No hay que olvidar que es una asignatura más del Grado (y a buen seguro habrás sufrido malos profesores y disfrutado de buenos también), aunque su importancia radica en ser la última, la que resume lo estudiado años atrás y la que estudiarás con mayor autonomía de toda la carrera.
      En cualquier caso, siempre habrá Errores Tipo I y Tipo II...

      Un saludo
      Juan Luis Jiménez

  • Uffff. Muy interesante y necesario tema. Yo creo que la etapa de definir el tema es por lejos la más difícil, y donde más se fracasa. En buena parte esto es porque pasamos de una etapa lectiva de la carrera a una en que predomina la investigación original y, más aún, a que no es una investigación acotada como sucede en una tarea. Si a eso sumamos que los profesores no siempre ayudan. En otros países existe una comisión y no siempre hay un tutor, y, me ha tocado en mi experiencia como alumno, las comisiones más que apoyar se transforman en un frontón que devuelve todo.
    Además de eso hay que sumar que en economía, por su naturaleza, lo que se requiere es investigación con datos y no siempre los hay para la pregunta concreta que se quiere explorar.
    En definitiva, sí, se requiere proactividad del alumno, sobre todo en mostrar y explorar sus intereses, pero también se necesita mucho apoyo y canalización de los profesores y académicos.

  • Bien hecho. Muy interesante. Me voy a tomar la libertad de hacer una pregunta capciosa, pero no va en broma, y me gustaría una pregunta más bien detallada...

    No sé podría de acuerdo a todo esto decir que El Capital, y La Riqueza de las Naciones, serían malos Trabajos? 🙂
    No lo digo en broma, se suele criticar a El Capital que disponía de la respuesta antes de hacer la pregunta, ya que justificaba lo que ya estaba en El Manifiesto. Y La Riqueza de las Naciones es en sí misma un tema muy vago y difuso...
    (Bueno, creo que La Teoría General no caería tanto en esos errores, je je)
    Claro, yo personalmente respondería que ambos textos fueron escritos en otra época, y sin los conocimientos de economía actuales, sobre todo La Riqueza, por razones obvias. En física cualquier bachiller sabe más que Galileo hoy día, lo que no le hace mejor investigador. (Por cierto, El famoso Diálogo de Galileo también partía de la respuesta antes de hacer la pregunta). Y si es así en física que es una ciencia exacta, porque no en economía...
    Pero me ha quedado el gusanillo de la curiosidad por saber cómo definiríamos a El Capital y La Riqueza desde la metodología que ustedes proponen. (Que me parece muy buena) pero me gustaría saber cómo la aplicarían a esas dos obras, y que saldría de ello...
    Ustedes cómo responderían la pregunta en cada una de estas dos obras?
    Siento curiosidad.

  • Bien hecho. ¿Hay unos conceptos avanzados de la economía que son más populares con estudiantes ahora? ¿Qué conceptos puedan estudiantes investigar en economía que son más raro? Gracias!

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